La intervención de la OTSC contra el terrorismo en Iraq y en Siria puede constituir el inicio de un orden mundial basado en la cooperación y la defensa de las poblaciones civiles o, por el contrario, de un periodo de enfrentamiento este-oeste con Occidente apoyando abiertamente el terrorismo. Contrariamente a una creencia generalizada, el objetivo de ese despliegue militar no sería tanto defender Iraq y la República Árabe Siria como defender los Estados miembros de la propia OTSC. Por consiguiente, esa intervención no es negociable. A partir del 30 de septiembre, los debates de la Asamblea General y del Consejo de Seguridad de la ONU nos permitirán conocer la respuesta de Washington y sus aliados a la iniciativa de la OTSC. En todo caso, ya nada será como antes.
Mientras la prensa occidental se obstina en hablar de un posible respaldo militar de Rusia al presidente sirio Bashar al-Asad, la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) ha decidido luchar contra el terrorismo en Iraq y en Siria.
Y parece que los países occidentales todavía no entienden las consecuencias de su propia política.
Y parece que los países occidentales todavía no entienden las consecuencias de su propia política.
Cuestión de vida o muerte para la OTSC
Es importante recordar que la OTSC es una alianza militar de tipo clásico en la que participan 6 repúblicas de la antigua Unión Soviética: Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Rusia y Tayikistán. A diferencia de la OTAN y del desaparecido Pacto de Varsovia, dos alianzas militares cuyos Estados miembros perdieron su soberanía (en el caso de la OTAN, en beneficio de los intereses de Estados Unidos y del Reino Unido, y, en el Pacto de Varsovia, a favor de la URSS), lo cual contradice la Carta de las Naciones Unidas, los Estados miembros de la OTSC conservan su plena soberanía, no ponen sus ejércitos a las órdenes de la potencia más importante de la alianza y en cualquier momento pueden decidir poner fin a su participación en ella. Eso permitió a Azerbaiyán, Georgia y Uzbekistán retirarse libremente de la OTSC para volverse hacia Guam y la OTAN.
Desde los años 1980, incluso antes de la existencia misma de los Estados miembros de la OTSC, Estados Unidos y la OTAN despliegan un sistema de misiles, que inicialmente apuntaba contra la URSS y que actualmente amenaza a los países de la OTSC. Esos misiles, que supuestamente destruirían los misiles intercontinentales enemigos en plena fase de despegue, en realidad sólo pueden destruir aviones que vuelen a baja velocidad pero nunca lograrían derribar los misiles supersónicos rusos. Presentado por el Pentágono como un dispositivo defensivo —lo que quizás fue inicialmente—, este «escudo antimisiles» sólo puede ser de utilidad si se usa con intenciones ofensivas. La OTSC es, por consiguiente, el único grupo de Estados del mundo que se halla bajo la amenaza directa de misiles instalados justo del otro lado de sus fronteras.
Desde la 2GM, la URSS y posteriormente los Estados miembros de la OTSC, son testigos del reclutamiento de la Hermandad Musulmana por parte de la CIA y comprueban cómo Estados Unidos trata de desestabilizarlos utilizando miembros o ex-miembros de esa cofradía. Por ejemplo, los hombres de Osama bin Laden —formado por el miembro de la Hermandad Musulmana Sayyid Qutb— y de Aymán al-Zawahirí (quien se unió a esa cofradía un año antes del arresto y ejecución de Sayyid Qutb) combatieron contra la URSS en Afganistán y más tarde contra Rusia, en Yugoslavia, antes de ir a luchar en su propio territorio, o sea en el Cáucaso.
Osama bin Laden sentado con su asesor el Dr. Aymán al-Zawahirí, durante una entrevista con el periodista paquistaní Hamid Mir, en noviembre de 2001. (En esta foto Zawahirí, le da un aire a Santiago Carrillo)...
En 2011, los Estados miembros de la OTSC vieron como se desarrollaba la «primavera árabe», operación de la OTAN tendiente a derrocar tanto regímenes enemigos como amigos en el Medio Oriente (en Túnez, Egipto, Libia y Siria) para poner en el poder a la Hermandad Musulmana. Y a partir de 2014, ven el triunfo del ideal de la Hermandad Musulmana con la proclamación de un califato que contradice tanto el derecho internacional como los derechos humanos. En este momento, ese califato ha entregado la mayoría de sus puestos de oficiales a islamistas provenientes de la antigua URSS, e incluso —en ciertos casos— originarios de países miembros de la OTSC.
El 1º de agosto, Ucrania y Turquía —país miembro de la OTAN— anunciaron la creación de una «brigada islamista internacional», conformada con elementos de al-Qaeda y del Emirato Islámico y estacionada en Jerson (Ucrania). El objetivo de esa brigada es combatir contra Rusia en Crimea.
En otras palabras, si no interviene ahora contra el terrorismo, la OTSC pronto tendrá que enfrentar simultáneamente un enemigo externo —la OTAN y sus misiles— y un enemigo interno —los islamistas inicialmente entrenados por la OTAN—.
En 2011, los Estados miembros de la OTSC vieron como se desarrollaba la «primavera árabe», operación de la OTAN tendiente a derrocar tanto regímenes enemigos como amigos en el Medio Oriente (en Túnez, Egipto, Libia y Siria) para poner en el poder a la Hermandad Musulmana. Y a partir de 2014, ven el triunfo del ideal de la Hermandad Musulmana con la proclamación de un califato que contradice tanto el derecho internacional como los derechos humanos. En este momento, ese califato ha entregado la mayoría de sus puestos de oficiales a islamistas provenientes de la antigua URSS, e incluso —en ciertos casos— originarios de países miembros de la OTSC.
El 1º de agosto, Ucrania y Turquía —país miembro de la OTAN— anunciaron la creación de una «brigada islamista internacional», conformada con elementos de al-Qaeda y del Emirato Islámico y estacionada en Jerson (Ucrania). El objetivo de esa brigada es combatir contra Rusia en Crimea.
En otras palabras, si no interviene ahora contra el terrorismo, la OTSC pronto tendrá que enfrentar simultáneamente un enemigo externo —la OTAN y sus misiles— y un enemigo interno —los islamistas inicialmente entrenados por la OTAN—.
El Dniéper a su paso por Jersón
Los 6 jefes de Estado y el secretario general de la OTSC en la cumbre de Dusambé.
La reunión de la OTSC en Dusambé
Hasan Turkmani
Los 6 jefes de Estado y el secretario general de la OTSC en la cumbre de Dusambé.
La reunión de la OTSC en Dusambé
El 15 de septiembre de 2015, la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva realizó la reunión anual de sus jefes de Estado en Dusambé, capital de Tayikistán. Conforme a lo que ya habíamos anunciado hace un mes desde este mismo sitio web, el presidente ruso Vladimir Putin presentó a sus homólogos de los países de la OTSC estudios de especialistas militares rusos sobre la posibilidad de iniciar la lucha contra el califato desde ahora, o sea antes de que logre penetrar masivamente en los países de la OTSC.
Anteriormente, el presidente Putin ya había dado garantías a sus interlocutores de que no estaba empujándolos a respaldar intereses de Rusia en Siria sino de que se trata de responder a una amenaza directa contra los países de la OTSC.
Los miembros de la OTSC decidieron entonces iniciar el despliegue en Iraq y en Siria para combatir contra todos los yijadistas, tanto a los del Emirato Islámico como a los de al-Qaeda. Se trata de una operación perfectamente legal, a la luz del derecho internacional, ya que corresponde al contenido de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU en materia de lucha contra el terrorismo. Y, por cierto, completa la operación, igualmente legal, ya iniciada por la coalición internacional encabezada por Estados Unidos, pero cuyas acciones apuntan solamente contra el Emirato Islámico.
Pero, a diferencia de la coalición encabezada por Estados Unidos, la OTSC mantiene buenas relaciones tanto con el gobierno de Iraq como con el de la República Árabe Siria, lo cual le permite alcanzar en sus futuras acciones una eficacia mucho mayor que las de la coalición dirigida desde Washington.
En el marco de los preparativos para la intervención de la OTSC, esta última ha instaurado entre sus países y Siria un corredor aéreo que debía pasar inicialmente por encima de los Balcanes. Pero los aliados de Estados Unidos, exceptuando a Grecia, se opusieron al corredor aéreo de la OTSC, que decidió entonces pasar por los espacios aéreos de Irán e Iraq. En menos de una semana, se han trasladado así cantidades muy grandes de equipamiento y más de 2.000 hombres. Técnicamente, la OTSC es capaz de desplegar hasta 50.000 hombres en menos de 2 semanas.
El foro de la ONU
Por una cuestión de eficacia y sin prejuzgar la buena o mala fe de los países occidentales, los jefes de Estado de la OTSC tienen previsto intervenir ante la Asamblea General de la ONU, a partir del 28 de septiembre, para exhortar la comunidad internacional a unir sus esfuerzos en la lucha contra el terrorismo.
Además, como Rusia preside el Consejo de Seguridad de la ONU durante el mes de septiembre, Vladimir Putin —quien no visitaba la sede de la ONU desde hace 10 años— presidirá la sesión del 30 de septiembre, dedicada a la lucha contra el terrorismo en Iraq y en Siria.
De llegarse a un acuerdo entre la coalición encabezada por Estados Unidos y la OTSC, las fuerzas de ambas podrían realizar acciones conjuntas o repartirse el trabajo —la mencionada coalición actuaría en Iraq mientras que la OTSC asumiría las operaciones en Siria. De no existir tal acuerdo, la coalición y la OTSC realizarían campañas separadas tratando cada una de no estorbar las operaciones de la otra.
Desde el punto de vista de los atlantistas, la campaña de la OTSC beneficiará a la República Árabe Siria y garantizará el respeto del mandato del presidente electo por los sirios, Bashar al-Asad, a quien la OTAN esperaba derrocar. A pesar de ello, es falso el planteamiento de quienes afirman que se trata de una intervención concebida para salvar a Siria de la amenaza occidental. Antes de la preparación de la Conferencia de Ginebra, realizada en junio de 2012, el presidente Vladimir Putin planteaba la posibilidad de desplegar la OTSC como fuerza de paz. El general Hasan Turkmani, quien presidía entonces el Consejo de Seguridad Nacional de Siria, incluso llegó a iniciar preparativos para acoger el despliegue, que finalmente no llegó a concretarse porque la OTSC no había firmado aún con la ONU un acuerdo en ese sentido y, de otro lado, porque en aquella época 2 países miembros de la OTSC no se sentían directamente amenazados por la situación en Siria.
Desde el punto de vista de la OTSC, la proposición que esa organización presenta a las potencias occidentales las obligará a clarificar sus propias políticas. En efecto, hasta el momento de la firma del acuerdo entre Washington y Teherán —el 14 de julio de 2015— la coalición encabezada por Estados Unidos contra el Emirato Islámico, lejos de luchar contra el terrorismo, lanzó regularmente en paracaídas grandes cargamentos de armas que «por error» acababan en manos de los yijadistas. Pero durante las últimas semanas, la coalición ha combatido realmente a los hombres del Emirato Islámico. A finales de julio, por ejemplo, realizó intensos bombardeos en coordinación con el Ejército Árabe Sirio y con las milicias (el YPG kurdo y el Consejo Militar Siriaco) que respaldan a las tropas regulares sirias en la defensa de la ciudad siria de Hasaka. Esta operación, que la coalición prefirió realizar discretamente, permitió la eliminación de unos 3.000 yijadistas.
Por otro lado, la Casa Blanca ya dio a conocer que está abierta «a discusiones tácticas y prácticas con los rusos». Desde Londres, el ministerio británico de Relaciones Exteriores ha declarado que ya no se opone a que «el presidente sirio se mantenga en el poder durante un periodo de transición si eso contribuye a la solución del conflicto». Para montarse en el tren que ya está evidentemente en marcha, el ministro francés de Relaciones Exteriores también ha dado a entender que aceptaría permitir que el presidente Asad termine el mandato presidencial que le confió el pueblo sirio. Sus palabras exactas fueron:
«¿Debe decirse al pueblo sirio que el señor Bashar al-Asad conservará el poder ejecutivo durante los próximos 15 años? Si decimos eso, no habrá solución posible. Hay un margen entre decir eso y exigir la salida inmediata del señor Bashar al-Asad. Eso se llama diplomacia».
Consecuencias de la intervención de la OTSC
Contrariamente a la falsa imagen que divulga la prensa atlantista, la lucha contra el terrorismo en Iraq y en Siria no es cosa de varias décadas sino sólo de meses, si todos los Estados realmente ponen fin al apoyo clandestino que han venido prestando a los yijadistas.
En caso de desacuerdo en la ONU, la prensa occidental denigrará la acción de la OTSC resaltando las bajas civiles. Hay que tener en cuenta que, a pesar de todas las precauciones, resulta imposible bombardear a los terroristas sin provocar «daños colaterales»: basta con saber que cada jefe yijadista dispone de al menos 3 «esposas» y que, siguiendo el ejemplo de sus jefes, son cada vez más numerosos los combatientes yijadistas que utilizan prisioneras como esclavas sexuales y que las consideran sus «esposas».
Pero, si se obtiene un acuerdo en la ONU, nadie oirá hablar de esas víctimas y la guerra en Siria podría haber llegado a su fin para la navidad ortodoxa, aunque todavía será necesario todo un año para estabilizar por completo la situación en todo el conjunto del territorio sirio.
Elementos fundamentales
—La OTSC iniciaría su intervención en octubre de 2015, tanto en Iraq como en Siria, contra los individuos que la ONU clasifica como «terroristas», o sea los miembros de al-Qaeda (Frente al-Nusra), del Emirato Islámico y de todos los grupos vinculados o aliados a esas organizaciones.
—La OTSC no se plantea como objetivo respaldar a los gobernantes de Iraq ni de Siria, Haider al-Abadi y Bashar al-Asad, sino defenderse de la amenaza que los grupos yijadistas representan para los Estados miembros de esa alianza militar.
—Los yijadistas no están en condiciones de resistir mucho tiempo el empuje de una alianza internacional contra el terrorismo, si esta interviene simultáneamente en Iraq y en Siria.
—Estados Unidos, que ya realizó en secreto una amplia operación conjunta con el Ejército Árabe Sirio en defensa de la ciudad de Hasaka, está dispuesto a llegar a un acuerdo con la OTSC. Sus aliados británicos y franceses están ahora dispuestos a renunciar al derrocamiento de la República Árabe Siria.Fuente: http://www.voltairenet.org/article188741.html#nb7
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