ATMAN, EL ESPÍRITU UNIVERSAL

La palabra sánscrita «Atma» o «Atman» es uno de los términos más importantes en las enseñanzas de la Teosofía, por no mencionar también el hinduismo. Este vocablo literalmente significa «Ser» y no se refiere al ser personal o individual de cada persona, sino a nuestro Ser Superior o Divino, por lo que siempre se escribe con una «S» mayúscula. Tanto los conceptos de Atma, Ser Superior y Espíritu son sinónimos en la doctrina teosófica.

Además se le conoce simplemente como «el Ser» que es también como a menudo se le denomina en los Upanishads, el Bhagavad Gita y las enseñanzas de la filosofía Vedanta del hinduismo en general, que es donde se origina esta antigua enseñanza sobre el Ser Superior.

H.P. Blavatsky, William Quan Judge, los Maestros K.H. y M. y todos los contenidos genuinos en Teosofía se hacen eco de las escrituras hindúes al afirmar que nuestro verdadero Ser o Atman —nuestra naturaleza esencial y la parte más elevada del ser humano— en realidad no representa un aspecto personal, individual o separado de ninguna manera, sino que es literalmente uno e igual en esencia e identidad con el Ser Supremo, el Absoluto, el Principio Divino Infinito, Eterno y Único, la VIDA ÚNICA, y tanto en hinduismo como en Teosofía es llamado Brahman, Parabrahm o Parabrahman.

Por lo tanto, aunque existen muchas almas, sólo hay un Espíritu, un Ser (es decir, un Atman) y una Suprema Realidad Última. Como dice Krishna a Arjuna en el Bhagavad Gita: «Así como el mismo Sol brilla para todos en esta Tierra, así también el mismo espíritu brilla en todas las almas para iluminarlas».

Uno de los famosos «Mahavakyas» o «Grandes Refranes» del hinduismo es «Ayam Atma Brahman», es decir, «este Atman es Brahman». Los largos periodos de condicionamiento cristiano en Occidente han dado lugar a que muchas personas —incluso cuando se alejan de la religión organizada y abrazan la idea del Ser Superior— luchen por comprender o aceptar la idea de que nuestro Ser Superior no es una «parte», «sección» o «rama separada» de lo Divino, sino que ES la Divinidad, o «Tat tvam asi» («Tú eres ESO») para citar otro de los Mahavakyas en los Upanishads.

Como éste suele ser el caso, el Ser Superior jamás hace nada y tampoco se puede hacer algo al Ser. No hay nada que deba llevar a cabo, excepto «ser» y AQUÉLLO ES, PORQUE ES POR SÍ MISMO.

Una de las ilustraciones simbólicas más famosas en la historia de India es la de «dos pájaros dorados que se encuentran en el mismo árbol» que podemos ver en varios Upanishads y tal vez se expresan más claramente en el gran Mundaka Upanishad, una escritura de real fulgor esotérico. Una de las aves es jiva (Ego reencarnante o alma humana) y la otra es Atman (Espíritu eterno puro, nuestro verdadero Ser, el único Ser Universal de todo):
«El primero come los frutos agridulces del árbol de la vida, mientras que el segundo observa con desapego y sin comer». Se explica que cuando caemos en la ilusión y el engaño de identificarnos con la naturaleza personal e individual, nos sentimos apegados y nos sumimos en la tristeza. Pero si te das cuenta de que eres el Ser y Señor de la vida, serás liberado del dolor. Cuando te percatas que eres el Ser, fuente suprema de luz y amor, trasciendes la dualidad de la vida y entras en el estado unitario.
Desafortunadamente, a medida que la pseudoteosofía y el pseudoesoterismo adquirían prominencia creciente tras el fallecimiento de Madame Blavatsky, la verdadera comprensión y enseñanza sobre Atma o Atman fue reemplazada por varias ideas engañosas, antifilosóficas e ignorantes. Algunos comenzaron a impartir que «de hecho» es simplemente «la fuerza de voluntad espiritual», que «cada quien tiene su propio Atma en nuestra constitución interna individual» y que «hay algo más elevado que Atma, llamado Mónada». Esta idea despreciativa ha ganado aceptación en gran parte debido a la ignorancia tanto de la filosofía antigua como de la Teosofía Original.

Los Maestros y H.P.B. enseñan que Atma y su Principio «vehículo» Buddhi constituyen la mónada. Este término significa literalmente «unidad primaria» o «unidad última», y como enfatizan las enseñanzas nunca puede haber algo superior a Atma ya que es el Único Ser Verdadero, «el Principio Divino de la Existencia» como expresa el Kaṭha-upaniṣad.

Blavatsky una vez respondió a un teósofo en Londres que empleaba las frases «mi Atma» y «tu Atma» diciendo: «Usted es un hereje, porque habla completamente no sólo contra la filosofía oculta, sino contra la filosofía vedantina».

Algunos incluso han enseñado que Atma es un tipo de «cuerpo» sutil o superior y utilizando expresiones como «Cuerpo Átmico». También señalan que existe un «Plano Átmico» en que podemos funcionar y operar con esa denominada «cobertura». Esperamos que hasta ahora nuestros lectores puedan ver cuán falso y ridículo es esto y dejaremos que H.P. Blavatsky nos cuente más acerca de lo que es en realidad Atma/Ser Superior en los siguientes pasajes de «La Clave de la Teosofía», «Glosario Teosófico» y «The Secret Doctrine Dialogues». ¡Lo más seguro es que no sea un «cuerpo» ni esté confinado o restringido a un cierto «plano»! Una interpretación tan materialista y carnalizada de esta sagrada doctrina oriental dará como resultado la idea de una «individualidad última» entre sus seguidores y esto es precisamente lo que los budistas llaman «la gran herejía de separación».

Pero aunque Atman representa lo que somos realmente, también estamos compuestos por otros seis componentes o «Principios» cuando nos hallamos en la encarnación física. Efectivamente, estamos constituidos por un Yo/Ego Individual (Principio de Manas o Ego que se reencarna) mencionado al inicio, pero éste obviamente no es nuestro Ser real, que es completamente impartito, universal, indiferenciado, infinito y absoluto, la totalidad divina en sí.

La constitución septenaria o los siete principios son todos y cada uno de los elementos o esencias originales, las diferenciaciones fundamentales, sobre y de las que se han formado todas las cosas. De ahí vienen los siete aspectos en su manifestación en el ser humano.​ Es la división de la Naturaleza en siete «planos de expresión».

El espíritu suyo y nuestro son literalmente UNO y en realidad no existe tal cosa como «mi» espíritu y «tu» espíritu o «mi» Atman y «tu» Atman. El libro de más larga data conocido es el Rig Veda del hinduismo, la religión más antigua del mundo, y afirma que antes de que este Universo se creara «el ÚNICO respiraba sin aliento por Sí mismo, y aparte de AQUÉLLO, nada había sido desde entonces».