BLAVATSKY SOBRE LA EXPIACIÓN VICARIA

El primer libro escrito por HPB, fundadora del Movimiento Teosófico, se llamó «ISIS SIN VELO» y llevaba el subtítulo de «Clave de los misterios de la ciencia y teología antigua y moderna».

El segundo volumen de este trabajo —que consta de dos tomos— se titula «Teología» y trata en gran medida de revelar en el transcurso de sus 640 páginas llenas de información los hechos sobre los verdaderos orígenes y la naturaleza del cristianismo, su Iglesia y teología. Esos datos, respaldados en el libro por más de 1.000 referencias, son poco favorables para dicha religión y que Blavatsky describe como «farsa religiosa» y «crecimiento parasitario».

Quienes están interesados seriamente en saber la verdad respecto de los orígenes y el desarrollo de la religión cristiana sólo deben leer y estudiar «ISIS SIN VELO». Pero debemos advertir a aquéllos que valoran más sus creencias por sobre la Verdad que deberían evitar completamente la obra, ya que ningún cristiano que la revisara en tu totalidad sería capaz de permanecer como devoto, a menos que en la práctica no tuviera reparos en quemar enteramente su propia conciencia.

La doctrina de la «expiación vicaria» o «salvación mediante la sangre de Jesús» es hoy el pilar de todo el cristianismo evangélico a nivel mundial. Sin embargo, «Simón Pedro [el apóstol] no sabía nada de la expiación y su reverencia por el mítico padre Adán nunca le habría permitido admitir que este patriarca había pecado y fue maldecido. Ni las escuelas de teología alejandrina parecen haber tenido conocimiento de esta doctrina, ni siquiera Tertuliano, ni fue discutida por ninguno de los Padres anteriores. Filón representa la historia de la Caída como simbólica, y Orígenes la consideró una alegoría de la misma manera que Pablo». («Isis sin Velo», vol. 2, p. 546).

Debemos recordar la comprobación de que los Evangelios nunca fueron escritos por los apóstoles y discípulos de Jesús, sino que son obra de monjes y teólogos de siglos posteriores; pero incluso esos textos originales no dejaron rastro sobre la doctrina de expiación vicaria, la cual no se agregó hasta una de sus ediciones más tardías —de las cuales han existido muchas— porque se considera ampliamente que fue San Anselmo (1033-1109) quien formuló esta idea en su forma actual.

La verdad sobre el cristianismo es totalmente distinta a lo que la gran mayoría de sus seguidores cree o está dispuesta a aceptar, pero el lema del Movimiento Teosófico es «no existe religión más elevada que la Verdad». En el libro «ISIS SIN VELO», HPB y la teosofía en sí no tienen nada contra del verdadero Jesús y «lo reverencian como hombre»; sin embargo, sostienen por motivos indiscutibles que «Jesús, el Dios de Cristo, es un mito inventado dos siglos tras la muerte del verdadero personaje homónimo hebreo».

Los siguientes extractos pertenecen a las páginas 541 a 545 del segundo volumen de «ISIS SIN VELO», en el capítulo titulado «Resultados comparativos entre budismo y cristianismo».

La expresión «con la vara que mides, serás medido» [Mateo VII, 2] ni por expresión ni implicación apunta a ninguna esperanza de futura misericordia o salvación por el poder.

Muchas veces nos hemos preguntado sobre las extraordinarias ideas de Dios y Su justicia que parecen ser sostenidas honestamente por aquellos cristianos que confían ciegamente en el clero para su religión, y nunca en su propio raciocinio. ¡Qué extrañamente ilógica es esta doctrina de la expiación! Nos proponemos discutirlo con los cristianos desde la posición budista, y mostrar de inmediato una serie de sofismas —dirigidos al único objetivo de apretar el yugo eclesiástico sobre el cuello de la población— de los que finalmente se ha efectuado su aceptación como mandato divino, y que además han demostrado ser una de las doctrinas más perniciosas y desmoralizadoras.

El clero sostiene: no importa cuán enormes sean nuestros crímenes contra las Leyes de Dios y del hombre, pues no tenemos más que creer en el sacrificio de Jesús por salvación de la humanidad y su sangre lavará todas las manchas, por cuanto la misericordia de Dios es ilimitada e insondable. Es imposible concebir un pecado humano tan condenable que el precio que se paga por adelantado mediante la redención del pecador no lo eliminaría en una forma mil veces peor, y además nunca es demasiado tarde para arrepentirse. Aunque el agresor espera hasta el último minuto del último día en su vida mortal, puede ir al Paraíso antes de que sus labios blanqueados emitan la confesión de fe; el ladrón moribundo lo hizo y así también todos los otros que sean tan viles como él, siendo éstos los supuestos de la Iglesia.

Pero si salimos del pequeño círculo de credos y consideramos el universo como un todo equilibrado por el ajuste exquisito de las partes, ¡cuán lógico suena y cómo se revuelve el más tenue sentido de Justicia contra esta expiación vicaria! Este dogma no puede ser incomprensible si el criminal sólo pecara contra sí y no hiciera mal a nadie más que a sí mismo; o si por un sincero arrepentimiento podría causar la destrucción de eventos pasados no sólo de la memoria humana, sino también de ese registro imperecedero que ninguna deidad puede hacer desaparecer, ni siquiera el más Supremo entre los Supremos. 

No obstante, es absurdo sostener que uno puede maltratar a su prójimo, matar, perturbar el equilibrio de la sociedad y el orden natural de las cosas, y luego a través de cobardía, esperanza, compulsión (o lo que sea) pueda ser perdonado creyendo que un derramamiento de sangre limpia a otro. ¿Pueden eliminarse los resultados de un crimen a pesar de que el propio delito debiera ser perdonado? Los efectos de una causa nunca se constriñen a los límites de la misma, ni los resultados de la transgresión pueden limitarse al delincuente y su víctima. Tanto las acciones buenas como malas tienen sus efectos, tan palpables como la piedra arrojada a un estanque de agua tranquila. El símil es trillado, pero es el mejor concebido y lo usaremos aquí. Los círculos de remolinos son más grandes y rápidos ya que el objeto perturbador es más grande o pequeño, pero la piedra o mota más diminutas también crean ondulaciones. Y esta perturbación no sólo es visible en la superficie, porque por debajo, en todas direcciones y sin ser vistas, una gota empuja a la otra hasta que los lados y el fondo son tocados por esa fuerza. Más aún, el aire sobre el agua se agita y esta perturbación pasa, como dicen los físicos, de estrato en estrato hacia el espacio y para siempre; se ha dado un impulso a la materia y eso nunca se pierde, ¡nunca se puede recordar! (…). 

Así sucede con el crimen y con su opuesto. La acción puede ser instantánea, pero los efectos son eternos. Si una vez que la piedra se arrojara al estanque pudiéramos recuperarla y hacer retroceder las ondulaciones, borrar la fuerza invertida, restaurar las ondas etéricas a su estado anterior de no-ser y eliminar todo rastro al lanzar dicho proyectil con tal que el registro del Tiempo no muestre que alguna vez sucedió, entonces y sólo entonces podemos escuchar pacientemente a los cristianos argumentar sobre la eficacia de esta «expiación».

Recientemente el Chicago Times imprimió un registro sobre ahorcados durante la primera mitad del presente año (1877), un registro largo y espantoso de asesinatos y ejecuciones. ¡Casi todos estos asesinos recibieron consuelo religioso, y muchos anunciaron que habían recibido el perdón de Dios a través de la sangre de Jesús y se dirigían ese mismo día al cielo! Y su conversión se efectuó en la cárcel. Vea cómo se sostiene este «libro mayor» de contabilidad en la justicia cristiana (!): en la mayoría de los casos estos asesinos culposos e instigados por demonios de lujuria, venganza, codicia, fanatismo o mera sed brutal de sangre mataron a sus víctimas sin darles tiempo para que se arrepintieran o que Jesús los limpiase con su sangre. Tal vez murieron pecaminosos y, por supuesto, de acuerdo con la lógica clerical obtuvieron la recompensa por sus ofensas mayores o menores. ¡Pero el asesino, aventajado por la justicia humana, es encarcelado, llorado por los sentimentalistas, le rezan y oran con él, pronuncia las palabras encantadas de conversión y se dirige al cadalso como hijo redimido de Jesús!

Excepto por el asesinato, al individuo no se le habría rezado, redimido ni indultado. Claramente este hombre «hizo bien en asesinar» porque así «ganó la felicidad eterna». ¿Y qué pasa con la víctima y su familia, dependientes o relaciones sociales? ¿No tiene la Justicia una recompensa para ellos? ¿Deben sufrir en este mundo y en el próximo, mientras que quien les hizo daño se sienta al lado del «santo ladrón» del Calvario y siempre es bendecido? Sobre esta cuestión el clero guarda un silencio prudente (…). 

Nos alejamos de una concepción tan insultante de la justicia divina como la que predican los sacerdotes bajo su propia autoridad, ¡porque es apta sólo para cobardes y criminales! Si están respaldados por toda una serie de padres y eclesiásticos, estamos apoyados por la más grande de todas las autoridades, un sentido instintivo y reverencial de la Ley Eterna y siempre presente de armonía y justicia.

Otro nombre para esta «norma eterna de armonía y justicia» es la Ley de Karma. En la fraseología cristiana es el principio expresado en las palabras de Gálatas 6:7: «No te engañes, porque Dios no es burlado; todo lo que el hombre sembrare, eso también cosechará». La teosofía enseña que en realidad es una «burla» y futilidad que alguien piense poder escapar de las consecuencias justas y los resultados correspondientes de sus propias acciones, ya sean malas o buenas. Esto sería una negación flagrante de la ley de causa y efecto —o acción y reacción— que ninguna persona inteligente o educada puede ignorar.

El Karma, junto con la doctrina gemela de la reencarnación y a la cual está unido inextricablemente, es una de las enseñanzas centrales y más importantes de teosofía y en este sitio ofrecemos artículos que lo explican con mayor profundidad como «para entender correctamente el Karma», «There is no Injustice», «Questions about Karma», «Is Karma Merciful and Compassionate?», «Blavatsky on Karma» y «Prayer, Karma and Compassion».

Gautama Buda enseñó en el Dhammapada: «No existe un sólo lugar en la tierra, ni en el cielo, ni en las profundidades del mar, ni en las grietas de las montañas donde el hombre pueda escapar de las consecuencias por su mala acción». Según las enseñanzas de la teosofía, esta Ley del Karma (conocida como «doctrina de responsabilidad») es el «Gran Ajustador» y representa el camino y método por el cual el universo mantiene su armonía y equilibrio. 

Estantería que contiene la edición completa del Canon Pali, en la que se integra el Dhammapada


RADIESTESIA Y ADIVINACIÓN

La radiestesia es una práctica adivinatoria que se emplea con objeto de localizar sustancias ocultas como agua subterránea, metales o minerales enterrados, piedras preciosas, petróleo, tesoros, restos arqueológicos e incluso cadáveres sin el uso de aparatos científicos, y existen varios instrumentos utilizados en esta modalidad.

La «varilla radiestésica» más común —también llamada «varilla divina»— es una rama bifurcada o en forma de Y de un árbol o arbusto. En ocasiones se prefieren las ramitas de especies particulares como avellanos, hamamelis, sauces o duraznos. Sosteniendo dos extremos del extremo bifurcado y uno en cada mano, con el tercero (o vástago de la «Y») apuntando hacia el frente, la persona radiestesista camina lentamente sobre lugares donde sospecha la presencia de agua, metal, petróleo o cualquier objeto que sea susceptible de ser hallado. Si busca agua bajo tierra y cuando dicha persona llega a un área de napas subterráneas, se supone que la varilla radiestésica debe sumergirse o inclinarse. Al utilizar este tipo de instrumento para buscar un objeto se señala que el especialista parece recibir transmisiones del ítem oculto que causa contracciones musculares involuntarias, que a su vez hacen que la varilla se doble o estremezca violentamente. Algunos radiestesistas afirman ser capaces de detectar sustancias enterradas simplemente al pasar una vara en un mapa del área donde aquéllas se encuentran veladas.

La radiestesia o rabdomancia es una actividad pseudocientífica que se basa en la afirmación de que los estímulos eléctricos, electromagnéticos, magnetismos y radiaciones de un cuerpo emisor pueden ser percibidos y, en ocasiones, manejados por una persona por medio de artefactos sencillos mantenidos en suspensión inestable como un péndulo, varillas «L», o una horquilla que supuestamente amplifican la capacidad de magnetorrecepción del ser humano.

También se nos dice que algunos radiestesistas usan otros equipos o ninguno en absoluto. Ciertos investigadores han llegado a la conclusión de que una vara radiestésica es sólo una ayuda a la fe del adivino en su propia facultad, la cual no es muy raro y se sabe que aumenta con la práctica. Hace muchos años se realizó una búsqueda acuífera en el distrito de Satara (estado de Maharashtra, India) y se habían analizado científicamente media docena de sitios para detectar agua utilizando una máquina. Una niña de las inmediaciones sugirió otro sitio para la prueba que dio mejores resultados; no podía dar ninguna explicación, excepto que tenía la sensación de que allí existía el vital líquido. Por tanto, una vara de adivinación probablemente no sea necesaria y esto parece sólo despertar la confianza del ser psíquico interno.

Un estudio de 1948 probó la capacidad de 58 radiestesistas para detectar agua. También una revisión de 1979 examinó muchos estudios controlados de radiestesia acuífera y en ambos casos se descubrió que ninguno de los experimentos mostró resultados mejores que los aleatorios. De igual forma la teosofía sugiere que el fenómeno no puede explicarse por completo sobre la base de «percepción extrasensorial», y sobre esto hubo una discusión de Shri N.G. Apte sobre «Water Finding» que apareció en el Indian Farming hacia diciembre de 1942. El autor determinó que la adivinación con el agua es «una habilidad de intuición innata para ubicar el líquido por algún sentimiento que el adivinador generalmente no puede explicar. Tales personas que pasan sobre corrientes o depósitos de agua sienten que están ahí». Sin embargo, algunos radiestesistas han reportado sensaciones físicas definidas en relación con la presencia de agua en dichos estados bajo la superficie terrestre. La experiencia de Shri Apte fue que percibió una sensación o dolor en una pantorrilla al pasar por un manantial o un río y comenta que también tuvo este síntoma en los días de lluvia, por cuanto definió sus poderes de adivinación como una «susceptibilidad de la persona a ciertas influencias».

Del mismo modo, un operador alemán cuyas predicciones sobre el uso de la «varilla divina» eran 90% precisas experimentaba una marcada aceleración del pulso cuando pasaba por depósitos de agua, explicando su éxito sobre la base del efecto en el cuerpo humano de rayos de diferente densidad que escapaban constantemente del interior de la Tierra. Estas emanaciones son absorbidas diferencialmente por varios materiales subterráneos, y en este sentido también debemos tener en cuenta la continuidad psicofisiológica del organismo humano con toda la naturaleza.

En la reseña de «The Divining Rod» por Charles Latimer y que apareció en The Theosophist (abril de 1885) se ha observado que según la teoría aria el ser humano está formado por cinco elementos o Pancha Maha-Bhoota, es decir, tierra, aire, fuego, agua y akasha, por cuanto la combinación de los diversos elementos en diferentes proporciones determina el carácter del individuo. El fenómeno de la «vara divina» puede explicarse sobre la hipótesis de que la preponderancia del elemento acuoso en constituciones individuales particulares puede llevar a un efecto más perceptible en el objeto que se manipula y esto explicaría el hecho de que las varillas sólo se muevan en manos de ciertas personas.


En «Vernal Blooms» (p. 167-68) William Judge trata de explicar ciertos fenómenos sobre la base preponderante de un tipo de elementales en la constitución o aura de una persona. Por ejemplo, hay individuos que parecen tener la capacidad de encontrar metales con facilidad (tesoros que contienen oro y plata), es decir, tienen «suerte» en esa dirección. La tendencia natural de los elementales conectados con el reino mineral y los metales es ocultar tesoros; sin embargo, la persona que es afortunada con materiales metalíferos como oro o plata tiene sobre sí más elementales relacionados con esos objetos que otros individuos. Por lo tanto, hay menos conflicto entre estos elementales y aquéllos que guardan y esconden el tesoro, ambos de la misma clase y reino. «La preponderancia de los espíritus metálicos hace que el individuo sea más homogéneo con sus reinos y existe una atracción natural entre el oro y la plata perdidos o enterrados y esa persona». Además, Judge explica que la preeminencia de cualquier clase de elementales en la constitución personal o el aura está determinada por muchos factores, pues dependería de las peculiaridades de suelo, clima, nación, familia y raza.

En el año 1951 y al reseñar el libro «Henry Gross and his Dowsing Rod», el poeta estadounidense Robert P. T. Coffin observó que los humanos pueden compararse con instrumentos científicos y a menudo tener ese comportamiento: «Tanto venados sedientos como indígenas han encontrado agua por instinto durante cientos de miles de años donde los científicos se acurrucarían para morir de sed, pero esa misma ciencia continúa gritando 'brujería' y 'disparate'». Cuando Henry Gross radiestesiaba Bermudas desde una distancia de 1.280 kms. afirmaba haber localizado tres importantes manantiales de agua, lo que de ser cierto sería un caso de percepción extrasensorial o clarividencia, a la que no parece aplicarse la explicación ordinaria de radiestesia. La verdadera facultad clarividente no tiene relación con la distancia, pues como escribió H.P.B.: «Para las percepciones y temores del Ego no existen espacio ni tiempo»

Coffin comentó que sus amigos pescadores eran barómetros, termómetros y anemómetros vivos y realizaban pronósticos meteorológicos más confiables que los laboratorios. Un Maestro de Sabiduría agrega lo siguiente:
«Incluso la simple contracción muscular siempre está acompañada por fenómenos eléctricos y magnéticos, y existe una conexión más fuerte entre el magnetismo de la Tierra, los cambios del clima y el ser humano que es el mejor barómetro viviente si tan sólo supiera descifrarlo correctamente».

En 1952 un radiestesista alemán llamado Herr Peinecke experimentó con «radiaciones terrestres» ya que otros adivinos habían atribuido las actividades de la vara radiestésica a la influencia de esas energías. Peinecke afirma que donde dichas corrientes se superponen o cruzan las personas sensibles reaccionan ante ellos con insomnio, incomodidad o incluso enfermándose, y hasta los animales de muchas especies evitan instintivamente tales lugares. En esos sectores se encontró que su vara de radiestesia se tornaba móvil de forma descontrolada; sin embargo, cuando ató un cordón de cobre alrededor de su cintura el movimiento de la varilla se detuvo porque el cable metálico había interceptado los rayos o las radiaciones terrestres. Tales observaciones llevaron a Peinecke a diseñar un aparato que cuando se colocaba en el suelo y en un lugar donde se reportaban grandes perturbaciones magnéticas, ayudaba a superar las dificultades causadas por estos fenómenos. Por su parte la teosofía establece que para comprender y explicar los sucesos por magnetismo terrestre y animal la ciencia debe admitir la existencia de un material y fluido magnético sustancial, y estudiar los efectos de la electricidad y el magnetismo en el ser humano y los animales.

Existe una especie de magnetismo universal. El padre Kircher observó que el sol, la luna, las estrellas y los planetas se vuelven altamente magnéticos al permanecer en el fluido homólogo que es ubicuo o luz espiritual; por lo tanto, existe una misteriosa simpatía entre los cuerpos de plantas, animales y humanos, pues hay vegetales que son especialmente atraídos por el sol y otros por la luna.

Los radiestesistas también han utilizado péndulos para encontrar llaves, gafas, joyas y casi cualquier cosa desaparecida. Un péndulo metálico, de cristal o cualquier otra materia está suspendido por un hilo de nilón, seda e incluso una cadena, y se emplea igualmente para adivinación y radiestesia. En una primera aproximación se determina qué dirección o movimiento del péndulo (izquierda/derecha, arriba/abajo o en sentido horario/antihorario) indicará «sí» y cuál «no», antes de proceder a realizar preguntas específicas al péndulo. En ocasiones éste se mueve sobre un papel con «sí» y «no» escritos en él y la persona que sostiene la herramienta pretende hacerlo lo más firmemente posible sobre el centro y sus movimientos indicarían respuestas a las inquietudes.

La radiestesia pendular también se ha llamado «adivinación» por su capacidad para proporcionar datos y predecir el futuro, y el primer término se aplica cuando ese instrumento es empleado para encontrar un objeto específico. El término «adivinación pendular» refiere a la búsqueda de datos precisos, entendiéndose por «adivinación» el intento de comprender el pasado, presente o futuro mediante la interpretación de signos, símbolos y presagios. Por ejemplo, los antiguos romanos y aztecas creían que los dioses controlaban el vuelo de las aves, lo que indicaba sus deseos. Hubo también adivinos que anticipaban el porvenir al explicar el vuelo y canto de estos animales. La rabdomancia es un tipo de adivinación por medio de cualquier vara, ramita, bastón, palo, flecha o similar, y un método era poner una serie de bastones o palos de punta y observar dónde caían con objeto de determinar la dirección en la que se debía viajar o encontrar respuestas a ciertas preguntas.

Existen tres tipos de adivinación que son inductiva, interpretativa e intuitiva. La interpretativa requiere una combinación del procedimiento correcto con el don especial de percepción que distingue a un adivino. El vaticinador maya contemporáneo de Guatemala que busca diagnosticar una enfermedad pasará cuidadosamente varios huevos sobre el cuerpo del paciente para atraer hacia ellos la esencia de la aflicción. Luego los contenidos intactos se recogen en agua, y el adivino se retira a una esquina oscura para inclinarse sobre el recipiente y leer los signos de los huevos, y así su recitación interpreta el origen y la naturaleza de la enfermedad (Encyclopedia Britannica). También existe la alectomancia o adivinación por medio de un gallo u otra ave, con cuyo procedimiento se trazaba un círculo y dividía en espacios, cada uno asignado a una letra, y luego se esparcía maíz en esos sectores para tomar nota de las sucesivas divisiones desde las que el ave comía los granos.

La alectomancia, es la cualidad de predecir el futuro a través del gallo; además, es un método muy antiguo de adivinación utilizado a lo largo de la historia, empleado de distintas maneras, con el propósito de adquirir augurios.

Los accesorios e instrumentos de adivinación ayudan a concentrar la voluntad del vaticinador y de la persona que lo consulta, en la misma dirección y sobre el mismo signo u objeto. A veces se nos hace posible ver formas que tienen su existencia en la imaginación translúcida o visionaria en una taza de café, las nubes o la blancura de un huevo. La visión en el agua se produce por la fatiga del nervio óptico encandilado que termina por ceder sus funciones a la translucidez (imaginación del vidente) y provoca ilusión cerebral, de modo que los simples reflejos de la luz astral parecen ser imágenes reales. De esta manera y como señaló Blavatsky, la persona más apta para este tipo de adivinación es la del temperamento nervioso cuya vista es débil y su imaginación vívida.

La radiestesia se ha utilizado no sólo para localizar agua, oro, petróleo y otros minerales, sino para muchos otros fines. Por ejemplo, en Francia los médicos han empleado el péndulo para ayudarles a hacer diagnósticos. En circunstancias extremas durante la guerra de Vietnam se dijo que algunos infantes de marina estadounidenses fueron instruidos en el uso del péndulo para localizar minas y túneles subterráneos. Esta práctica se ha llevado a cabo en muchos lugares para aumentar los cultivos alimentarios con objeto de ayudar en el crecimiento de los vegetales, mantener alejados a los insectos e incluso situar un campo protector en torno a ellos para prevenir enfermedades.

(De la revista «The Theosophical Movement», enero de 2012). 

LA SABIDURÍA PRÍSTINA DE EGIPTO Y PALESTINA (Parte 2ª)

En la actualidad una gruesa cortina oscurece el Nuevo Testamento como lo conocemos, ya que el original perdió su verdadero esoterismo. Respecto de la vida de Jesús, HPB pregunta:

«¿No se ha dicho repetidamente que ningún cerebro humano y mortal podría haber inventado la vida del reformador judío, seguido del horrible drama en el Calvario? Afirmamos sobre la autoridad de la Escuela Esotérica oriental que todo esto vino de los gnósticos en lo que respecta al nombre Christos y las alegorías astronómico-místicas, y de los escritos del antiguo Tanaim en relación con el nexo cabalístico de Jesús o Joshua con las personificaciones bíblicas. Uno de ellos es el nombre místico y esotérico de Jehová, no el Dios fantasioso actual de los judíos profanos e ignaros de sus propios misterios, ni el Dios aceptado por cristianos aún más ignorantes, sino el Jehová combinado de la Iniciación pagana».

Los registros gnósticos contenían el epítome de las principales escenas representadas durante los misterios iniciáticos, desde la memoria del hombre. (…) Pero el antiguo Tanaim, los Iniciados de quienes los talmudistas posteriores obtuvieron la sabiduría de la Cabala (tradición oral) tuvo en su posesión los secretos del lenguaje mistérico y es en esta lengua que se escribieron los Evangelios. («The Esoteric Character of the Gospels», HPB Articles, 3: 197)

En «Isis sin Velo» (2:148 nota al pie) se sostiene que los saduceos crucificaron a Jesús y no los fariseos: ellos eran sadoquitas, partidarios de la casa de Sadoc o la familia sacerdotal. En el libro de «Hechos» se decía que los apóstoles eran perseguidos por saduceos, pero nunca fariseos, y en efecto éstos últimos nunca acorralaron a nadie. Tenían escribas, rabinos y hombres eruditos en su grupo y no estaban celosos de su orden como los saduceos. 

Además del interés en Jesús o Joshua como individuo, hay otras preguntas que merecen atención. Vimos anteriormente que HPB dijo que éste fue un emisario de la Hermandad de Adeptos que transmitió su ética sublime de igualdad, no-violencia y buena voluntad como hizo su predecesor Gautama Buda (el Príncipe Siddârtha, el Brahmín Reformador) cientos de años antes:

«Os digo (...) que haréis mayores obras que éstas», promete Jesús. Pero esto sólo puede suceder cuando el mundo vuelva a la gran religión del pasado; el conocimiento de aquellos sistemas majestuosos que precedieron con creces al brahmanismo, e incluso al monoteísmo primitivo de los antiguos caldeos». («Isis sin Velo», 1: 613)

Además, nuestro objetivo es mostrar que el revestimiento de estas religiones primitivas era idéntico, ya que todos estos grandes maestros provenían de la única Escuela Esotérica: 

«Con toda verosimilitud, podemos afirmar que no hay una sola de todas estas sectas —cabalismo, judaísmo y el cristianismo actual incluido— que no haya surgido de las dos ramas principales de ese tronco matriz, la religión antaño universal que antecedió la era védica; hablamos de ese budismo prehistórico que luego se fusionó con el brahmanismo». («Isis sin Velo», 2: 123)

Árbol de la Vida, de Athanasius Kircher (1602-1680)

«(...) las doctrinas secretas de magos, budistas pre-védicos, hierofantes del egipcio Tot o Hermes y los adeptos de cualquier edad y nacionalidad (incluidos cabalistas caldeos y nazarenos judíos) eran idénticas desde el principio. Cuando usamos el término 'budistas' no nos referimos ni al budismo exotérico instituido por los seguidores de Gautama-Buda ni la religión budista moderna, sino a la filosofía secreta de Shakyamuni que en su esencia es ciertamente idéntica a la antigua Religión-Sabiduría del santuario, el brahmanismo pre-védico». («Isis sin Velo», 2:142)

Ahora bien, qué enseñó aquél es una segunda pregunta y de gran importancia. Una tercera podría abordar lo que sucedió con sus enseñanzas y por qué fueron cambiadas u ocultadas, y por último, debe considerarse el verdadero significado de Cristo.

Una lectura atenta de HPB proporciona una visión profunda sobre la fuente de las enseñanzas por este adepto. Las declaraciones respecto a su filosofía han sido recopiladas de «Isis sin Velo»  y otras fuentes originales, una práctica que vale la pena porque Blavatsky dice mucho, pero sus comentarios están entremezclados con otro material y por así decirlo debe ser «eliminado».

Parecería que ella escribió con mucho cuidado sobre este asunto ya que es un área sensible y algo misteriosa. Eventualmente aparecerá la verdad acerca de este período y HPB ha dado lo suficiente para comenzar esta transición, y de este modo sus palabras son interesantes además de informativas, y aquí hay algunas referencias que sugieren cuáles fueron estas instrucciones y cuál fue su origen:

«La religión que más se parecía a la enseñanza primitiva de los primeros apóstoles —un credo predicado por el mismo Jesús— es el budismo, el más antiguo de ambos. Este último, tal como se enseña en su pureza primitiva y llevado a la perfección por Gautama (el último de los Budas), basa su ética moral en tres principios fundamentales. Sostenía que: 1) todo lo que existe lo hace por causas naturales; 2) esa virtud trae su propia recompensa, y el vicio y el pecado su propio castigo, y 3) que el estado del hombre en este mundo es probatorio. Podríamos agregar que sobre estos tres principios descansa la base universal de cada credo religioso; Dios y la inmortalidad individual para cada hombre, si pudiera ganarla». («Isis sin Velo», 2:123-4)

«Ya en algún periodo anterior a nuestra era y excepto en India, los adeptos habían dejado de congregarse en grandes comunidades; pero ya sea entre los esenios, neoplatónicos o, nuevamente, entre las innumerables sectas luchadoras nacidas sólo para morir, se encuentran las mismas doctrinas idénticas en sustancia y espíritu, aunque no siempre en forma. En consecuencia, nos referimos por budismo a esa religión que significa literalmente la doctrina de sabiduría y que por muchas edades es anterior a la filosofía metafísica del Siddhartha Sakyamuni». («Isis Develada», 2: 143)

Se explica que los nazarenos más antiguos, una vez dirigidos por Juan el Bautista y aunque nunca fueron ortodoxos a la vista de los fariseos, fueron respetados «y se les dejó en paz», en especial por el apoyo popular de «la multitud [que] consideraba a Juan como profeta». (Mateo XIV, 5). 

«Pero los seguidores de Jesús evidentemente adhirieron a una secta que se convirtió en una espina aún más exasperante en su lado (de los fariseos). Apareció como una herejía dentro de otra herejía porque mientras los nazarenos de tiempos antiguos (…) eran cabalistas caldeos, los adeptos de la nueva secta disidente se mostraron reformadores e innovadores desde el principio. [Los esenios] (…) fueron conversos de misioneros budistas que llegaron a Egipto, Grecia e incluso Judea en algún momento a partir del reinado de Ashoka Vardhana, el celoso propagandista; y aunque es evidente que a los esenios pertenece el honor de haber tenido al reformador nazareno llamado Jesús como alumno, todavía se encuentra a este último [Jesús] en desacuerdo con sus primeros maestros en varias cuestiones de observancia formal. Él no puede ser estrictamente llamado esenio (…) ni era nazareno de la secta más antigua. (…) Es el fundador una nueva secta de nazarenos y (…) un seguidor de la doctrina budista».

Posible representación de Ashoka Vardhana. Relieve en Amravati

«(...) lo que es evidente es que predicó la filosofía de Buda-Sakyamuni. Denunciados por los profetas posteriores y maldecidos por el Sanedrín, los nazarenos fueron confundidos con otros de ese nombre (…) fueron secreta o abiertamente perseguidos por la sinagoga ortodoxa y así se vuelve claro por qué Jesús fue tratado con tanto desprecio desde el principio». («Isis Develada», 2: 132)

«Para asegurarnos de que Jesús fue un verdadero nazareno —aunque con ideas de una nueva reforma— no debemos buscar la prueba en los Evangelios traducidos, sino en las versiones originales que sean accesibles. Tischendorf, en su traducción del griego para Lucas IV, 34, lo tiene como «Iesou Nazarene» y en siríaco se lee «Iasoua, tú Nazaria». Por lo tanto, si tenemos en cuenta todo lo que es desconcertante e incomprensible en los cuatro Evangelios, revisados y corregidos tal como están ahora, veremos fácilmente que el cristianismo verdadero y original como fue predicado por Jesús se encuentra sólo en las llamadas herejías sirias. Sólo de ellas podemos extraer nociones claras sobre lo que fue el cristianismo primitivo». («Isis sin Velo», 2:137)

«(...) la creencia en la reencarnación no tiene nada que repercuta contra las enseñanzas de Cristo. Afirmamos además que el gran Adepto Nazareno lo enseñó claramente; lo mismo hicieron Pablo y los Sinópticos y la aceptaron casi todos los primeros Padres de la Iglesia sin apenas una excepción, mientras que algunos realmente enseñaron la doctrina». (HPB Articles, 1:172)

«Jesús, el Adepto en que creemos, enseñó ante todo nuestras doctrinas orientales de KARMA y REENCARNACIÓN. Cuando los llamados cristianos hayan aprendido a leer el Nuevo Testamento entre líneas, sus ojos se abrirán y verán». (HPB Articles, 1:175)

También en «Isis sin Velo» se dice que fueron los saduceos y no los fariseos quienes crucificaron a Jesús:
«Eran sadoquitas (saduceos) partidarios de la casa de Sadoc o la familia sacerdotal. En el libro de HECHOS se decía que los apóstoles eran perseguidos por saduceos, pero nunca fariseos, y en efecto éstos últimos nunca acorralaron a nadie. Tenían escribas, rabinos y hombres eruditos en su grupo y no estaban celosos de su orden como los saduceos». (2: 148, nota al pie).
William Judge responde a la pregunta de si las enseñanzas de Jesús, comprendidas en su sentido esotérico, señalan el camino hacia el Sendero Teosófico:
«Tomadas en el sentido en que él pretendía que la gente las entendiera, sí conducen al camino; consideradas en el contexto en que deseaba que sus discípulos las recibieran, ya están en el camino, y comprendidas en su significado esotérico como él las conocía, constituyen ese sendero. Si la sabiduría de Egipto e India se borraran hoy de los mundos visibles e invisibles, el verdadero buscador encontraría en sus postulados —si se asimilaran correctamente— todas las enseñanzas de Isis y Buda. Cuando recibió su instrucción de Egipto heredada de India, es más que probable que esotéricamente sus doctrinas sean idénticas a ambas». (WQJ Articles, 2: 459)

«(...) en común con Pitágoras y otros reformadores hierofantes, Jesús dividió sus enseñanzas en exotéricas y esotéricas». («Isis sin Velo», 2: 147).  

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«(...) lo que demuestran las homilías es nuevamente nuestra afirmación de que Jesús predicó una doctrina secreta a los pocos que se consideraban dignos de convertirse en sus receptores y custodios (...)».

«Si ahora recordamos el hecho de que una parte en los Misterios 'Paganos' consistía en απορῥή τα, (sabiduría innombrable) o discursos ocultos; que la Logia secreta o las alocuciones de Jesús contenidas en el Evangelio original según Mateo eran de la misma naturaleza, cuyo significado e interpretación San Jerónimo confesó que representaba 'una tarea difícil' para él; si recordamos además que para algunos de los Misterios interiores o finales sólo eran admitidos unos pocos muy selectos, y que finalmente fue del número de estos últimos que se tomaron todos los ministerios de los sagrados ritos 'paganos', entonces entenderemos claramente esta expresión de Jesús citada por Pedro: 'Guarda los misterios para mí y los hijos de mi casa', es decir, de mi doctrina. Y si lo entendemos correctamente, no podemos evitar pensar que esta doctrina 'secreta' de Jesús —e incluso las expresiones técnicas de las cuales no son más que tantas duplicaciones de la fraseología mística gnóstica y neoplatónica—, esta doctrina se basó en la misma filosofía trascendental de la Gnosis Oriental como el resto de las religiones entre aquéllos de los primeros días. Que ninguna de las últimas sectas cristianas fuera su herencia, a pesar de su fanfarronada, se desprende de las contradicciones, los errores y torpes remiendos de los equívocos en cada siglo anterior por los descubrimientos hechos en el siguiente». («Isis sin Velo», 2: 191-2, énfasis añadido).

Charles Johnston registró en una reunión con HPB la respuesta a su inquietud de si los adeptos tienen algún registro secreto sobre la vida de Jesús:
«Deben tenerlo, porque tienen registros sobre las vidas de todo Iniciado. Una vez estuve en una gran cueva-templo en las montañas del Himalaya con mi Maestro. Había muchas estatuas de adeptos allí, y señalando a una de ellas dijo: 'Este es a quien llamas Jesús. Lo consideramos uno de los más grandes entre nosotros'. Pero ése no es el único trabajo de los adeptos. En períodos mucho más cortos envían un mensajero para tratar de enseñar al mundo; tal periodo se produce en el último cuarto de cada siglo y la Sociedad Teosófica representa su trabajo para esta época». (Charles Johnston, «A Meeting with HPB»).

Sin duda, los estudiantes encontrarán muchas otras referencias que podemos compartir, y tal vez nos preocupemos por lo que dice la propia Blavatsky y lo que simplemente cita de otras creencias o teorías.

Muchos también se han preguntado por qué ella no fue mucho más específica y concisa en sus comentarios; por lo que se dice, un investigador tiene que hacer mucho trabajo para recopilar las declaraciones de aquélla. Un estudiante nos envió lo siguiente: 

«No tengo intención de repetir aquí argumentos obsoletos y las exposiciones lógicas de todo el esquema teológico, porque todo esto ya se ha hecho (...)».

«Pero puedo repetir brevemente una profecía que es resultado evidente del estado actual de las mentes humanas en la cristiandad.

La creencia literal en la Biblia y en un Cristo canalizado no durará un cuarto de siglo más. Las iglesias tendrán que desprenderse de sus queridos dogmas, o el siglo XX será testigo de la caída y ruina de toda la cristiandad y con ella la creencia incluso en un Christos como Espíritu puro. El mismo nombre ahora se ha vuelto insoportable y el cristianismo teológico debe morir para no resucitar nunca más en su forma actual.

En sí misma, ésta sería la solución más feliz de todas, si no hubiera peligro por la reacción natural que seguramente seguirá: un materialismo burdo será la consecuencia de siglos de fe ciega, a menos que se reemplace la pérdida de viejos ideales por otros indiscutibles por su índole universal y construidas sobre la roca de verdades eternas en lugar de las arenas movedizas de la fantasía humana». (HPB Articles, 3: 194; «The Esoteric Character of the Gospels», énfasis agregado)

Desde entonces y hasta en el presente siglo XXI, el trabajo ancestral de estudiantes místicos y teósofos es frenar el crecimiento del materialismo burdo vaticinado y que muchos están experimentando. ¿Podremos demostrar la utilidad y practicidad de estos modos antiguos, justos y espirituales de pensamiento y vida? ¿De qué otra manera se puede reformar la sociedad y fundar nuevos valores para que la humanidad pueda unirse en una Hermandad pacífica, independiente de la creencia, raza, clase social y otras distinciones?

Fuente: Teosofía Original

LA SABIDURÍA PRÍSTINA DE EGIPTO Y PALESTINA (Parte 1ª)

Presentamos aquí una visión histórica de eventos pasados que, cuando son considerados por quienes tienden a la reflexión y la filosofía, pueden tener eco con el resurgimiento de la sabiduría perenne de antaño. Estas páginas describen cómo la Gran Ley, la norma científica y matemática de KARMA o «Ley de Causa Ética» sustenta el aspecto moral y es la guía humana para la responsabilidad y buena conducta en sus asuntos.

«Evidentemente, el motivo de Jesús era similar al de Gautama-Buda en el sentido de beneficiar a la humanidad al producir una reforma religiosa que debería darle una religión de ética pura, pues el verdadero conocimiento sobre Dios y la naturaleza permaneció hasta entonces únicamente en manos de sectas esotéricas y sus adeptos». («Isis sin Velo», 2: 133)

Los dos aspectos éticos e inseparables de justicia y compasión en el karma son la cura perenne para las verdaderas causas del espíritu conflictivo humano. Es un sistema que ha demostrado ser efectivo al crear tiempos más felices promoviendo aprendizaje y moderación y disipando la ignorancia, la causa de dos tercios del sufrimiento que nos aqueja.

En los siglos XX y XXI los eruditos occidentales comenzaron a observar más de cerca las antiguas religiones del pasado a medida que surgían evidencias pretéritas y ocultas.

HPB, fundadora de la Sociedad Teosófica, escribió con una visión penetrante sobre este período y Jesús de Nazaret quien, según ella, fue uno de los grandes emisarios de la Hermandad Oriental de Adeptos y al cual, sin embargo, se entendió de manera inadecuada cuando transmitió su ética sublime de igualdad, no-violencia y buena voluntad, como hizo Buda unos 500 años antes.

La historia sobre los rollos de Nag Hammadi

Cuando a Blavatsky se le preguntó cómo los Adeptos pueden ayudar y guiar a la humanidad, contestó que era «principalmente enseñando a sus almas de manera directa en el mundo espiritual». Es para dar una comprensión correcta sobre el significado de la vida que...

«Uno de ellos aparece para enseñar a las masas y se traspasa a la tradición como el fundador de una religión. Krishna era tal Maestro y así fueron Zoroastro, Buda y Sankaracharya, el gran sabio del sur de India. Así también fue el Nazareno que salió contra el consejo del resto para dar a las masas antes de tiempo, conmovido por una gran lástima y entusiasmo por la humanidad; se le advirtió que el tiempo era desfavorable, pero decidió ir, por lo que fue condenado a muerte por instigación de los sacerdotes». (Charles Johnston, «A Meeting with HPB»)

Sankaracharya con sus discípulos, una pintura del Raja Ravi Varma

El gran objetivo de los hombres en aquellos tiempos antiguos era, como a veces lo es ahora, buscar una verdadera comunión interna con su naturaleza superior o Ego inmortal. Intencionalmente su sistema fue liberado de los dogmas y la ley de letra muerta, volviéndose así muy potente. Es uno a través del cual todos los buscadores sinceros encontrarán un camino hacia su divinidad, y en los espacios abiertos y tranquilos vieron que son posibles la felicidad y armonía que los hombres aún perciben, sin importar cuán oscurecidas estén por el acrecentamiento de las edades.

La Religión-Sabiduría perenne enseña que tal divinidad descansa de forma natural e inherente en todas las naturalezas, dándonos así la esperanza de su redescubrimiento, y muestra que el camino es la inspiración tranquila de los corazones fieles y las meditaciones silenciosas de una mirada dirigida hacia el interior que es toda la herencia natural de la humanidad y lo mismo en todo el mundo.

Ahora Blavatsky sentía que era vital mostrar lo que constituía esta «gran religión antigua», como un conocimiento científico de toda la naturaleza y la conciencia, por cuanto escribió extensamente para aclarar el verdadero lugar de Jesús en lo que ahora se ha convertido en una historia dramática aunque muy enrevesada.

En los últimos 50 años, los académicos han empezado a replantear sus puntos de vista a medida que las investigaciones sobre textos antiguos han salido a la luz de manera esperada y oportuna. Un buen ejemplo son los papiros coptos descubiertos en Nag Hammadi durante 1945. Cuando se combina con las referencias de sus escritos, esta investigación merece una atención mucho más considerada de la que ha tenido hasta ahora. Los rollos de Nag Hammadi siguen siendo un trabajo continuo y nadie puede adivinar a dónde conducirán sus conclusiones si los académicos imparciales utilizan su sentido común y lo relacionan con lo que se establece en teosofía.
Los textos de Nag Hammadi son los primeros textos cristianos y gnósticos descubiertos cerca del Mar Rojo. De los cincuenta y dos tratados la mayoría son gnósticos, siendo el más conocido el Evangelio de Tomás, pero también incluyen la Hermética —diálogos mágicos egipcio-griegos de Hermes Trismegisto (o el «tres veces grande») con un discípulo— y el clásico de Platón «La República». Tal fue la vitalidad y el amplio aprendizaje de estos primeros cristianos y ocultistas místicos. Los rollos de Nag Hammadi no deben confundirse con los Rollos del Mar Muerto o Qumran en Israel, descubiertos sólo un año más tarde y que son manuscritos judíos del 200 a.C. hasta el 70 d.C., probablemente compuestos por seguidores ortodoxos esenios y nazarenos, a los cuales Jesús no pertenecía.

Mapa del antiguo Egipto que muestra Nag Hammadi, Luxor (antigua Tebas) y Dendera. Cortesía de EAE [editado para la presente versión]. 

Una nueva era en asuntos espirituales luego de 2.000 años

Al ser la ética el fundamento para la religión, la siguiente editorial en una revista mensual editada por HPB proporciona una respuesta a la pregunta de cómo los Mahatmas orientales consideraron la ética que Jesús intentó dar a Occidente:
«Por lo que sabemos, la posición que ELLOS dan a Jesús es la de un hombre grande y puro, un reformador que habría vivido de buena gana, pero quien tuvo que morir por lo que él consideraba como el mayor derecho de nacimiento en el ser humano: la libertad absoluta de conciencia; un adepto que predicaba una religión universal que no conocía y ni tenía otro 'templo de Dios' sino el hombre mismo; la de un noble maestro de verdades esotéricas al que no se le dio tiempo de explicarlas; la de un iniciado que no reconoció ninguna diferencia entre los hombres, excepto la moral; quien rechazó la casta y despreció la riqueza y que prefería la muerte antes que revelar los secretos de la iniciación. Y finalmente, lo ven como un personaje que vivió más de un siglo antes del año de nuestra vulgar  y así llamada 'era cristiana'». («The Theosophist», julio de 1883, énfasis agregado).

El «Glosario Teosófico» explica el significado sobre las fechas de Jesús:

«Ebionitas (hebreo). Literalmente, 'los pobres', la primera secta de cristianos judíos, siendo la otra los nazarenos. Existían cuando el término 'cristiano' aún no era conocido y entre los ebionitas se encontraban muchos relatos de Iassou (Jesús), el adepto ascético alrededor del cual se formó la leyenda de Cristo. Como la existencia de estos ascetas mendicantes se puede rastrear al menos un siglo antes que el cristianismo cronológico, es una prueba adicional de que Iassou o Jeshu vivió durante el reinado de Alexander Janneo en Lyd (o Lud) donde fue condenado a muerte como se indica en el Sepher Toldos Jeshu».

Moneda de Alejandro Janneo

Una descripción de este relato judío se encuentra en «Isis sin Velo»:

«(...) sustancialmente el talmudista dice lo siguiente: Jesús fue encarcelado y mantenido allí durante cuarenta días y luego flagelado como rebelde sedicioso; posteriormente apedreado como blasfemo en un lugar llamado Lud, y finalmente se le permitió expirar en una cruz. 'Todo esto', explica Levi, porque reveló a la gente las verdades que ellos (los fariseos) querían ocultar para su propio uso. Había adivinado la teología oculta de Israel comparándola con la sabiduría de Egipto, y de esta forma encontró el motivo de una síntesis religiosa universal». («Isis sin Velo», 2:202)

 Otra descripción similar se da en «The Esoteric Character of the Gospels»:

«(...) Jesús, ya sea de Nazaret o Lud,* era un Chrestos, tan innegablemente como el hecho que nunca tuvo facultad a dicha denominación durante su vida y antes de su primer juicio.

* Lod o Lydda. Aquí se hace referencia a la tradición rabínica en el Guemará de Babilonia, llamada Sefer Toledot Yeshu, sobre el hecho de que Jesús era hijo de Pandira y había vivido un siglo antes de la llamada época cristiana, es decir, durante el mandato del rey judío Alexander Janneo y su esposa Salomé, quienes gobernaron desde el 106 al 79 a.C. Acusado por los judíos de haber aprendido el arte mágico en Egipto y robar el Nombre Incomunicable del Lugar Sacrosanto, Jehoshua (Jesús) fue condenado a muerte por el Sanedrín en Lod. Fue apedreado y luego crucificado en un árbol en la víspera de Pascua y la narrativa se atribuye a los autores talmudistas de Sota y Sanedrín, p. 19, Libro de Ezequiel. Ver 'Isis sin Velo' II, 201». (Helena Blavatsky, «The Esoteric Character of the Gospels»).


Respecto de los Evangelios, HPB dice en el mismo artículo que fueron escritos en el lenguaje codificado y secreto del Tanaim, los antiguos Iniciadores Gnósticos:
«Una gruesa capa de alegorías y mamparas, los 'refranes oscuros' de ficción y parábola, cubren así los textos esotéricos originales a partir de los cuales se compiló el Nuevo Testamento, tal como se conoce ahora (...)». 
«¿No se ha dicho repetidamente que ningún cerebro humano y mortal podría haber inventado la vida del reformador judío, seguido del horrible drama en el Calvario? Afirmamos sobre la autoridad de la Escuela Esotérica oriental que todo esto vino de los gnósticos».
«(...) el antiguo Tanaim, los Iniciados de quienes los talmudistas posteriores obtuvieron la sabiduría de la Cabala (tradición oral) tenía en su poder los secretos del lenguaje mistérico, y es en esta lengua que se escribieron los Evangelios». («The Esoteric Character of the Gospels», HPB Articles, 3:197)

En Egipto vemos florecer muchos grupos místicos, y uno de ellos es la Escuela Neoplatónica por Amonio Saccas de Alejandría quien la fundó en torno al 200 a.C.

Sin embargo, junto con otras, fue suprimida más tarde en lo que se conoció como «persecución de los inocentes», sus hombres sabios, lo cual ocurrió en Egipto, Palestina y otros lugares:

«Inocentes. Apodo que se dio a los Iniciados y cabalistas antes de la era cristiana. Los "inocentes" de Belén y de Lod (o Lydda) que por varios miles fueron condenados a muerte por Alexander Janneo (en torno al año 100 a.C.) dieron origen a la leyenda de los 40.000 bebés inocentes asesinados por Herodes mientras buscaba al niño Jesús». («Glosario Teosófico», HPB). 

Periódicamente, grupos esotéricos y de minorías religiosas han tenido que buscar refugios seguros a medida que los cambios barrían sus tierras. Leeremos aquí obre esto en el antiguo Egipto y Palestina al comienzo de la era cristiana, pero vemos que sucede hoy con los coptos cristianos, «los únicos restos de la verdadera raza egipcia» a manos de sus compatriotas musulmanes.

La intolerancia religiosa no es nada nuevo y se ha desplegado casi sin excepción por todos los credos, excepto en el posible caso del budismo.

El regreso a una religión más racional y verdadera en el futuro que tenga una visión más científica y mística se predice a medida que la teología abre el camino para una investigación más filosófica e inteligente sobre la naturaleza de los estados humanos de conciencia.

«Unos pocos siglos más y no persistirán las creencias sectarias en ninguna de las grandes religiones de la humanidad. El brahmanismo y el budismo, el cristianismo y el islamismo desaparecerán ante una poderosa ráfaga de hechos». (HPB, «Isis sin Velo», 1:613).

Karnak




¿QUÉ DICE LA TEOSOFÍA SOBRE LA SEXUALIDAD?

Como muchos sistemas espirituales, la teosofía tiene una posición particular sobre el tema de las relaciones sexuales. Sin embargo, se sabe que esta postura tiene el efecto de alejar a algunos investigadores interesados en la doctrina, así como provocar que muchos estudiantes se sientan culpables, fracasados, juzgados o «pecadores» cuando descubren que los postulados teosóficos sobre el sexo representan un problema con el que no pueden convivir sin que les cause problemas internos, estrés o angustia, o piensan: «¿Por qué diablos debería renunciar al placer y los beneficios que siento recibir de mi vida sexual?»

Entonces, ¿cuál es realmente la enseñanza teosófica sobre el sexo? Se puede resumir en este extracto:

«Los poderes creativos en el hombre fueron el don de la sabiduría divina, no el producto del pecado. (…) Tampoco fue invocada la maldición de KARMA sobre ellos [los atlantes] por buscar unión natural —como lo hace todo el mundo animal inconsciente en las estaciones apropiadas—, sino por abusar del poder creativo, por profanar el don divino y desperdiciar la esencia vital sin ningún propósito, excepto la gratificación personal y bestial».

«La semilla de (…) lujuria magulló la semilla del fruto de la sabiduría y el conocimiento al convertir el santo misterio procreativo en gratificación animal; de ahí que la Ley del Karma hirió el talón de la raza atlante, cambiando gradualmente la fisiología, moral, físico y mentalidad en toda la naturaleza de la Cuarta Raza humana, hasta que desde el saludable rey de la creación animal de la Tercera Raza el hombre se convirtió en la Quinta —la nuestra— en un ser impotente y escrofuloso, y ahora devino el heredero más rico del mundo en enfermedades constitucionales y hereditarias, ¡la bestia más consciente e inteligente de todos los animales!» (H.P. Blavatsky, «LA DOCTRINA SECRETA», vol. 2, p. 410, 411).

En resumen, la Teosofía considera que la procreación —que obviamente involucra relaciones sexuales entre un hombre y una mujer— es «el don de la sabiduría divina», un «regalo divino» y «misterio sagrado», y que involucrarse en el sexo por razones distintas a esta «unión natural» (es decir, tener relaciones sexuales para fines distintos al embarazo y lograr la reencarnación de otra alma) es un abuso del poder creativo, una profanación del don divino, el desperdicio de la esencia vital y gratificación personal/bestial.

Como han observado y reconocido algunos teósofos, este punto de vista parece incluso más puritano y restrictivo que los sostenidos y propuestos por muchas religiones. En su artículo «Misconceptions», Blavatsky escribe:

«El esoterismo nunca ha proscrito las funciones sexuales o matrimoniales creadas por la naturaleza misma. El ocultismo trabaja en, con y para la naturaleza y condena sólo la inmoralidad, el abuso y el exceso. Además, de todos los animales, el ser humano es el más animal en sus excesos; la bestia tiene sus estaciones, pero la humanidad, ninguna».


Esto parece adoptar la misma perspectiva que la cita de «LA DOCTRINA SECRETA», lo que implica que el sexo deliberadamente no procreativo es más animal que humano y va en contra de las Leyes de la Naturaleza. También fue repetido por el Maestro K.H. en una de sus cartas (década de 1880) en que se refirió a cierto libro que atrajo un grave escándalo en la Inglaterra victoriana por su apoyo y defensa de la anticoncepción o control de la natalidad:

«LOS FRUTOS DE LA FILOSOFÍA es infame y altamente pernicioso en sus efectos, sean cuales sean, y sin embargo los objetos que llevaron a la publicación de la obra son benéficos y filantrópicos. (…) No he leído el libro y nunca lo haré, pero tengo su espíritu inmundo, su aura brutal delante de mí, y repito que en mi opinión los consejos ofrecidos en el texto son abominables, los frutos de Sodoma y Gomorra más que de la filosofía, cuyo nombre mismo se degrada. Cuanto antes dejemos el tema, mejor».

El «asqueroso» tratado «LOS FRUTOS DE LA FILOSOFÍA» se convirtió en un best-seller gracias a un célebre juicio en Londres y propició el debate sobre el uso generalizado de anticonceptivos que tomaría décadas resolver.

Los teósofos del siglo XXI no pueden sorprenderse si los lectores consideran que esta es una reacción extremadamente puritana por parte del Mahatma. En su artículo «Modern Apostles and Pseudo-Messiahs», Blavatsky sentenció: «La libertad para amar de acuerdo con el impulso de los sentidos es la esclavitud más profunda».


¿Y qué se supone que debemos hacer con todo esto?

Por un lado, es importante mencionar que la Teosofía no alienta ni recomienda una vida de abstinencia total de toda relación romántica para sus seguidores. En «LA CLAVE DE LA TEOSOFÍA», Helena Blavatsky responde preguntas sobre esto.

En las secciones donde ella habla sobre el matrimonio, también podemos incluir la convivencia en las parejas no casadas, que aunque rara vez se hacía durante la época de Blavatsky, hoy se ha convertido en un fenómeno común debido a que se reconoce que un matrimonio externo y «legal» no necesariamente hace que dos personas estén verdaderamente comprometidas en el sentido interno, y que algunas parejas que eligen no casarse con formalidad están mucho más vinculadas espiritualmente que otras que sí lo hacen. Seguramente ningún teósofo está tan obsesionado con lo externo como para mirar con recelo a una pareja no casada.

Blavatsky dice que si un teósofo, «un trabajador ardiente por nuestra causa, todavía tiene lazos y deseos que lo atan al mundo [y] no siente que haya abandonado para siempre lo que los hombres llaman 'vida' y que desea sólo saber la verdad y ayudar a los demás, entonces para tal persona digo que no hay razón para que no se case, si le gusta correr el riesgo de esa lotería donde hay más espacios en blanco que premios. Seguramente usted no creerá que somos tan absurdos y fanáticos para predicar contra el matrimonio por completo. Todo lo contrario, y salvo en algunos casos excepcionales de ocultismo práctico, el matrimonio es el único remedio contra la inmoralidad». (p. 262).

Esa última frase es clave. Blavatsky señala que aparte de ocultistas prácticos y excepcionales —¿y quién de nosotros puede pretender ser uno de ellos?—, casarse (o tener un compañero) tiende a ser la única prevención para no ser presa de la inmoralidad.

Continúa diciendo que en el estudio y entrenamiento de Ocultismo práctico el celibato y la castidad son esenciales. Algunas de las razones para ello están indicadas en lo que se explica sobre la glándula pineal y el Tercer Ojo en «LA DOCTRINA SECRETA», volumen 2, páginas 295-296. Pero la Teosofía, tal como la otorgan HPB y William Q. Judge (su colega más cercano), no pretende ser esoterismo práctico, sino teórico, abordándolo en ciertos pasajes, pero sin llegar a ser pragmático en sí.

De esta forma, para un estudiante de Teosofía e incluso aquéllos que ingresaron a la sección esotérica que fue iniciada por HPB, una vida de celibato y castidad no es ni fue recomendada. Blavatsky dijo (p. 263) que «no se aplica a los miembros de nuestra sección interna. (…) La mayoría, si no todos quienes se unen a nuestra sección interna, son sólo principiantes que se preparan en esta vida para entrar en la realidad de ese camino en las vidas por venir».

Pero con ese aspecto ya explicado, la cuestión del sexo aún permanece. Las palabras de HPB parecen muy claras y si creemos que era realmente la «agente directa» de los Maestros de Sabiduría y que «LA DOCTRINA SECRETA» es, como escribieron esos Mahatmas, la «producción triple» de dos de ellos con aquélla, es difícil decir «la teosofía tiene razón en todo, excepto en cuestiones sexuales». ¿Podría ser éste el caso? Si Blavatsky hacía las cosas bien en otras áreas, ¿por qué iría a cometer errores en este tema?

Cualquiera que sea nuestra opinión, es interesante notar dos cosas:

(1) HPB escribió muchos miles de páginas, pero es sólo en esa declaración citada anteriormente de «LA DOCTRINA SECRETA» que la teosofía específica y directamente presenta la enseñanza de que el sexo es sólo para la procreación. Un teósofo que por alguna razón no haya leído esa obra en su totalidad (¡y varios están en esa situación!) nunca lo sabría. Si fuera realmente una enseñanza tan esencial y éticamente obligatoria como creen algunos teósofos, ¿no se mencionaría acaso en la mayoría de los libros de HPB, si no en todos?

¿No sería tan omnipresente que todos los teósofos no podrían estar conscientes de ello? ¿Y las publicaciones de Judge? Éste no presenta el tema en ninguno de los libros o artículos que publicó; sólo en una o dos cartas privadas que se publicaron póstumamente en «CARTAS QUE ME HAN AYUDADO». Si bien es cierto que el teósofo indio B.P. Wadia escribió en duros términos contra el sexo deliberadamente no procreativo y también contra el control de natalidad, también es cierto que la Logia Unida de Teósofos considera a HPB y WQJ como «profesores» y a otros (incluido Wadia, aunque muy respetado en la Logia) como sus estudiantes.

(2) Habiendo conocido bastante bien a numerosos compañeros de estudios teosóficos, podemos decir que al parecer sólo un porcentaje muy pequeño de teósofos —estudiantes devotos de las enseñanzas originales de HPB y WQJ— practica de forma permanente en su vida el principio de involucrarse en el sexo únicamente para procrear y abstenerse de toda actividad sexual si no desean tener hijos. Muy pocos se sienten culpables por esto y se consideran a sí mismos como una especie de «fracaso espiritual», mientras que otros adoptan la actitud de «me doy cuenta de que no estoy preparado-a para abandonar mi vida sexual, por lo que continuaré haciéndolo mientras tenga una existencia tan beneficiosa y altruista para mis semejantes como pueda». Esto ciertamente parece un enfoque más saludable que lacerarnos y terminar con complejos de culpa o problemas de represión similares a los que a veces se encuentran en seguidores de religiones restrictivas o entre sacerdotes, monjes y monjas. Uno de los objetivos de la teosofía es deshacerse del miedo religioso y la autocondena; entonces, ¡tengamos cuidado de no adoptar una actitud hacia nuestra vida sexual —o peor aún, la de otros— que compita con la de los religiosos fundamentalistas y los dogmáticos puritanos!

B.P. Wadia

Logia Unida de Teósofos: el programa de acción de esta Logia es el de devoción independiente a la causa de la Teosofía, sin profesar adherencia a organización teosófica alguna. La Logia es leal a los grandes fundadores del Movimiento Teosófico, pero no participa en desacuerdos o diferencia de opinión personal.

A veces se pregunta qué tiene que decir la teosofía sobre las relaciones entre personas del mismo sexo. La respuesta es muy simple: ¡nada! No se dice nada sobre la homosexualidad o bisexualidad en la literatura teosófica. Probablemente esto se deba en parte a que estos temas casi nunca se escribieron o discutieron a fines del siglo XIX, por lo que ha habido, hay y seguirá habiendo teósofos homosexuales.

También es interesante observar que con excepción del simio Bonobo —considerado pariente cercano de nuestra especie—, la mujer humana es la única criatura para la que es posible tener relaciones sexuales sin quedar embarazada cada vez como resultado. Por ello, algunos escritores sobre temas espirituales han tomado esto para sugerir que «el sexo por placer» no está en contra de las Leyes de la Naturaleza después de todo, sino que es parte del desarrollo evolutivo y la experiencia. Cualquiera que sea el caso, Blavatsky nos dice: «El ser humano ha caído a un nivel tan material que es imposible reprimir la pasión sexual, pero su exaltación es manifiestamente su ruina». («Modern Apostles and Pseudo-Messiahs», énfasis agregado).

En la sociedad de hoy, la enseñanza teosófica sobre el sexo exclusivamente para fines de procreación parece atractiva y practicable para muy pocas personas y, por lo general, para quienes por elección o fuerza de circunstancia ya llevan una vida célibe.

Para bien o para mal, los tiempos han cambiado desde fines del siglo XIX cuando se inauguró el movimiento teosófico moderno. El sexo es ahora una parte central de la vida contemporánea y mucho más discutido abiertamente que hasta hace cincuenta años. Para la mayoría de la gente los sentimientos de vergüenza, culpa y tabú ya no están asociados con ello, y éste último hecho seguramente significa algo bueno.

Por lo tanto, es lógico que si los teósofos desean abordar lo que tiene que decir la teosofía sobre el sexo, tendrán que hacerlo de una manera que no juzgue y compasivamente tenga en cuenta las formas en que la vida y la sociedad han cambiado. La forma en que se abordó el tema en la época victoriana ya no es aplicable a la vida del siglo XXI, pero esto no significa que debamos negar o intentar «maquillar» las declaraciones específicas sobre el tema por parte de HPB y sus Maestros Adeptos, ya que si deseamos que el mundo sepa lo que enseña la teosofía, entonces debe decirse, pero la forma en que se presenta y se maneja es importante.

Las vidas sexuales de otras personas no son de nuestra incumbencia y seguramente hay otras partes de la Filosofía Esotérica que tienen una importancia mucho mayor para ser promulgadas que ésta, y es probable que por mucho tiempo siga siendo un problema controvertido no sólo para los investigadores que examinan la teosofía, sino también para muchos teósofos.

«El celibato es una gran ayuda bajo condiciones determinadas y en un cierto periodo, pero si el estudiante está casado, entonces es su deber continuar en esa condición, y en lugar de constituir una barrera, será una ayuda para su progreso si comprende correctamente su significado. Todas las lecciones que se enseñan al verdadero estudiante oculto se dan en la vida diaria y a través de las leyes de la naturaleza. El célibe se pierde algunas de estas lecciones —que inevitablemente debe aprender— porque transgrede una gran ley de la naturaleza. El resultado del celibato es que el estudiante trabaja sólo con el intelecto y para el verdadero trabajo oculto es necesario que también se use el corazón. Uno de los mayores 'misterios' nunca puede ser aprendido por el celibato, porque nunca está mano a mano con Dios, un controlador de la fuerza creativa». («Answers to Questioners», William Q. Judge, Theosophical Articles, vol 2, p. 451).

COMPASIÓN V.S. CORRUPCIÓN SOCIAL

En prácticamente todos los sistemas religiosos o místicos del mundo encontramos el concepto de «compasión» que sin duda para nuestros tiempos tumultuosos y el pseudo-escepticismo materialistoide puede parecer una palabra «horrenda» e incluso «fuera de lugar». En general la sociedad no tiene un concepto básico y sólido sobre el funcionamiento de la Ley de Karma («causa-efecto», «secuencia y consecuencia», etc.) y la justicia humana en muchos casos está lejos de ser satisfactoria e imparcial en casos delictivos dolorosos y graves. Todo esto parece fomentar la desconfianza respecto de nuestros semejantes o hacia las instituciones de poder, cuya percepción por los ciudadanos es muy negativa considerando los recientes casos de corrupción (como relaté en el artículo «Mediocridad y ética») que incluso han llegado a las cúpulas de la Iglesia Católica en las últimas décadas.

La mediocridad es un arte. Al menos, eso piensan los mediocres. Un arte cuyo único objetivo es la supervivencia. Ya sea esta laboral, emocional o social.

Aparte de este problema, tenemos la nefasta influencia del movimiento Nueva Era y su «programa de manipulación conceptual» sobre aspectos ético-religiosos de relevancia, en el cual existe una tendencia abrumadora al «optimismo pasivo/descomprometido» y la búsqueda de sensaciones baratas estimuladas por quienes, al parecer, no entienden la diferencia entre «verdad» y «mentira» relativizando absolutamente todo conocimiento con objeto de no perder sus negocios lucrativos («el absolutismo de lo subjetivo»).

Si en teosofía hablamos de que «la verdad es una», nos referimos exclusivamente a la verdad que merecemos saber en ciertos aspectos para crear una base sólida de convivencia social y bastante más enaltecedora y difícil de lograr que recrearse con placeres infantiles tales como «viajes astrales», «sexo tántrico iluminado», la «apertura de chakras» o el «despertar del tercer ojo» guiados por individuos de dudosa calaña, y no la «pseudoverdad desechable» que venden los «medios» de corruptonicación para satisfacer curiosidades ociosas e improcedentes.

El primer problema que subyace en este grave contexto es cómo alentar el afianzamiento ético en una humanidad drogada por el materialismo y los antivalores que en varios casos son fomentados adrede y disfrazados con el eufemismo manoseado del «error». Al parecer el bueno de Sócrates se quedó corto cuando dijo que «el hombre hace mal por ignorancia...». Si bien podemos estar de acuerdo en que el desconocimiento y la falta de reflexión en temas espirituales genera males, también es importante no perder de vista que existen malas conductas que son perfectamente premeditadas y cuyos agentes siguen optando por concretarlas aún teniendo opciones de elegir lo contrario, aunque estadísticamente la criminalística mundial asevera que los delincuentes de este tipo y de toda clase social son la minoría (hasta ahora).

El segundo escollo con este tema es que algunos parecen dar a entender que «la compasión debiera aplicarse tanto al victimario (su trasfondo familiar violento, vicios, etc.) como a la víctima», y por tanto se fomenta indirectamente más pasividad o indiferencia ética.

En líneas generales, la compasión se define como «el sentimiento de lástima hacia el mal o desgracia que sufre alguien». Creo que muchos teósofos, ya sean principiantes o miembros de más larga data, nos hemos visto en un grave dilema cuando pensamos en cómo reaccionaríamos frente a determinadas circunstancias. 

Entonces planteo las preguntas del millón: 

1) ¿Se puede ser compasivo o abnegado con absolutamente todas y cada una de las personas que hay a nuestro alrededor y en todo contexto? Para tratar de responder a esta inquietud, veamos esta declaración citada por William Judge (el autor firma como «American Mystic»):
«"No resistáis al mal", dijo uno de los sabios. (…) Ciertamente no quiso decir que las personas se quedaran de brazos cruzados mientras la ignorancia deja sueltos los demonios del dolor, la angustia, el sufrimiento, el deseo y el asesinato. No se refería a que uno se arrodille en imitación pueril de santidad a la orilla del camino, mientras su prójimo sufre tortura o abuso. No pretendía realmente que alguien se sentara en silencio como espectador mientras el llamado mal ejerce su voluntad contra otros, cuando quizás por levantar un dedo sus intenciones serían estropeadas y anuladas. Todo esto sería abandonar una parte del deber humano íntegro. Aquél que enseñó que los individuos 'no resistieran el mal' sólo deseaba que se olvidaran de sí mismos [no centrarse demasiado en los sucesos desagradables de la vida como consecuencia del karma individual] (…) y no quiso decir que uno vaya por la vida con disfraz de mártir, abrazando estas mismas penurias mientras proclama ser el poseedor de la contraseña mágica "he sufrido", la cual nunca poseerá y que jamás se pronuncia de esa manera». (William Judge, «Am I My Brother's Keeper?»)
Génesis 4:9. ¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?

Otra idea importante es señalada por HPB en «LA CLAVE DE LA TEOSOFÍA», p. 237-238:
«Dar a los otros más que a uno mismo: el autosacrificio. Tal era el ideal y parámetro tan evidentes que caracterizaban a los grandes Instructores y Maestros de la Humanidad: Gautama Buda en la Historia y Jesús de Nazaret en los Evangelios. Este aspecto era suficiente para asegurarles la reverencia y la gratitud perpetuas de la posteridad. Sin embargo, decimos que el autosacrificio debe efectuarse con discernimiento, ya que, si esta autoabnegación se hace sin justicia y ciegamente, pese a los resultados subsiguientes, a menudo puede mostrarse no sólo vana, sino perjudicial. Una de las reglas fundamentales en teosofía es justicia hacia uno mismo, considerándose como un componente de la humanidad colectiva y, por lo tanto, no me refiero a una justicia personal. Tampoco hay que considerarse más ni menos que los demás, a menos que, sacrificándonos a nosotros mismos, beneficiemos a los muchos». 

Por otra parte, el mismo Jesús declaró «ama a tu prójimo como a ti mismo», lo cual implica al menos tres aspectos relevantes: a) si una persona se ama/cuida en forma sensata, por influencia magnética y el principio «semejante atrae semejante» respetará de forma natural y será considerada positivamente por la mayoría de sus pares; b) si alguien ama a otro individuo es porque desea su bienestar y equilibrio en todo aspecto, y c) si realmente amamos a otros también los defenderemos de peligros externos.  

En consecuencia, la actitud infantil de pasividad ante el mal promovida por muchos seguidores de la charlatanería de la Nueva Era y sus tentáculos más bien tiende a la supresión del sentido crítico (siendo el mantra de «no juzgar» uno de sus favoritos) y la dignidad personal frente a los vicios del día, por lo que en teosofía dicha postura es totalmente antagónica con las enseñanzas de la línea original presentada por Blavatsky, Judge y los Mahatmas. 

2) ¿Podemos pensar con seguridad que seremos compasivos con aquéllos que tienen un corazón tan duro que simplemente no tienen interés en temas ético-religiosos ni en desarrollar bondad? Esta interrogante es quizá la más incómoda, pues un teósofo devoto recordará inmediatamente las recomendaciones en «La Voz del Silencio» acerca de la compasión («la compasión no es atributo... es la LEY de las Leyes», etc.). No obstante, debemos recordar que «no se nos obliga a correr antes de aprender a caminar», ni que nos convirtamos en Adeptos de un momento a otro, pues ese libro claramente está dirigido a lanús (discípulos de los Mahatmas) y por tanto «a los pocos» que pueden horadar con seguridad el Sendero del Bodhisattva luego de una ardua preparación. 

En la revista «The Theosophical Movement» (septiembre 2013) de la L.U.T. de India encontramos este diálogo en la sección «Preguntas y Respuestas»:

Pregunta: ¿Cómo permanecer fieles a los principios morales más elevados sin antagonizar ni crear animosidad con otros? ¿Es inevitable?

Respuesta: Cuando las virtudes se practican por sí mismas y si nos adherimos a ellas por su propio valor, sin ostentación pomposa de espiritualidad*, entonces en cierto sentido no llamamos la atención ni la envidia o animosidad de otros. A menudo, una persona que practica cierta virtud (por ejemplo, honradez o la no-codicia) tiende a enfatizarla tanto que otros a su alrededor son concientizados en una forma sutil de que carecen de esas virtudes, por lo cual existe una actitud de 'yo soy más santo que tú' o el sentimiento de arrogancia moral donde aquéllos que son amantes del dinero, la fama o el poder son criticados o mal vistos por esa persona que es honesta y decente. Pero alguien con arrogancia moral se construye una cama de fango. 
*[Nota: por lo que entiendo, la petulancia moral no debiera validar la idea de «no juzgar», pues sí es posible tener cierta «asepsia ética» para criticar males que nos afectan directa o indirectamente y no con la intención de hacerse «importante», reconocido o atraer seguidores para la mercancía espiritual u otros fines, sino con miras al BIEN COMÚN].
Por otra parte, el individuo que sigue los principios espirituales infaliblemente, pero sin aire de superioridad ni intentar inculcarlos en otros, incluso puede tener más éxito en dar ejemplo. Sin embargo, todos somos Arjunas [el personaje del Bhagavad-Gita] ya que cuando intentamos seguir un principio espiritual (por ejemplo, decir siempre la verdad) estamos emprendiendo una guerra contra nuestra tendencia para decir mentiras o medias verdades a la que nos entregamos por varios años o incluso muchas encarnaciones, y así experimentamos un conflicto interior. En una persona ordinaria, las tendencias buenas y malas existen como fuerza colectiva compleja, pero cuando uno decide alcanzar una meta espiritual, esos patrones se separan en buenos y malos, los ejércitos Kaurava y Pándava. Cada vez que uno aspira hacia una vida más elevada las buenas tendencias florecen, pero esto es como una sentencia de muerte para los condicionamientos malos.

Kaurava Pándava Yuddh

Asimismo, cuando intentamos vivir con los principios morales más altos también entramos en conflicto con otros en el mundo cuyos valores en la vida son muy diferentes a los nuestros. Cuando todos en una organización practican soborno, el precio que pagamos por permanecer 'limpios' es experimentar el trauma de ser aislados y convertirnos en objeto de burla y acoso. Y aún han habido unos cuantos que se enfrentaron a todo ello, siendo fieles a sus principios. Una persona que gana poco dinero y tiene una numerosa familia que mantener podría ser persuadida a sobornar por los integrantes familiares. Cada vez que está involucrado el interés de otros somos propensos a ser criticados o incluso perseguidos por practicar esa moralidad. Nuestros amigos y parientes que ven la vida de otra forma instintivamente se hallarán en contra nuestra, pues desde que estamos interconectados en los planos físico, mental y moral afectamos a otros y nosotros somos influenciados por ellos. Así:
Su lucha para la bondad hace sobresaltar a todo el cuerpo de maldad en su medio ambiente, y éste dirige su furia contra él. Si éste se contenta con quedar bien respecto de sus semejantes y ser casi como ellos —quizá un poco mejor o algo peor que el promedio—, a nadie terminará interesándole. Pero cuando se sabe que ha podido detectar la mofa hueca en la vida social, su hipocresía, egoísmo, sensualidad, avaricia y otras características malas, y ha determinado erguirse en un nivel más elevado, inmediatamente es odiado y cada naturaleza mala o llena de prejuicios envía hacia él una corriente de voluntad opuesta. (Raja-Yoga or Occultism, p. 6)

Como vemos existen puntos importantes y comunes que podemos extraer:

*Uno de los deberes de toda persona espiritualmente íntegra —o de quien aspira a serlo— es anular o corregir malos comportamientos que eventualmente afecten a otros, especialmente los más débiles.

*La abnegación/compasión debe efectuarse con discernimiento y jamás tomarla de forma dogmática o «incuestionable», o de lo contrario puede provocar más daños que beneficios.

*La «justicia con uno mismo» evita que adoptemos el papel de mártir, y esto parece corroborar que el sentimentalismo no es compasión en absoluto. Incluso en su obra «Grundlegung zur Metaphysik der Sitten», Immanuel Kant señalaba que uno de los deberes con nosotros mismos es procurarnos el propio bienestar, pues padecer contagiosamente el dolor de otro equivale a asegurarnos una forma de malestar y su aumento en el mundo no puede constituirse en un deber (en otras palabras, evitar el masoquismo espiritual)

*La petulancia moral, más cercana a la amargura, la envidia o simplemente el deseo de llamar la atención (en aras del «rating» como se hace en el entorno farandulesco televisivo) que una verdadera intención de reforma genera antipatía y por ende no estimula el progreso espiritual.

*El conflicto con otros que no tienen educación/interés moral es inevitable, pues hay quienes que por voluntad o mala naturaleza (no necesariamente «ignorancia») hacen mal a otros


Ahora bien, uno podrá preguntarse: ¿y qué hay de los crímenes más graves? ¿Podríamos sentir compasión incluso con esas categorías de maldad?

La doctrina de karma y reencarnación puede darnos una aproximación acerca de ciertos fenómenos imperceptibles a nuestros sentidos físicos y que es contraria a la reacción o pensamiento comunes de «ojo por ojo y diente por diente». En el artículo «Los elementales y la Luz Astral» especificamos que el karma (positivo/negativo) se crea no sólo mediante acciones, sino además con pensamientos y palabras, pues éstos también tienen poder energético acumulativo de acuerdo con la intención moral/inmoral del agente que los produce. Esas energías terminan almacenándose en lo que llamamos la Luz Astral, la atmósfera psíquica de la Tierra, y tarde o temprano esas fuerzas potenciales terminarán por manifestarse/precipitar en actos concretos sobre nosotros, en esta vida presente o en otras. Por tanto, todas las influencias sutiles que ejercemos en otros (sensualistas o espirituales, de unión o división, egoísmo o altruismo, etc.) tienen su efecto acumulativo correspondiente, y es por eso que postulamos el principio de «semejante atrae semejante» y las consecuencias que eso conlleva. Por tanto, ni siquiera sería estrictamente necesario haber concretado un acto de violencia en una vida anterior para merecer daños de otros en la existencia presente, sino que incluso ya el reservorio de pensamientos/energías «guardados» en la Luz Astral durante encarnaciones previas afectará a otros (para bien o mal) y provocando una reacción en cadena.

De esta forma y complementando lo anterior, y como al menos en nuestro estado actual evolutivo el concepto de «compasión» no está del todo comprendido en la mayoría, debiéramos apelar más bien a la «comprensión» de los eventos que suceden y los motivos que los generan. Como subrayó William Judge en «Aforismos sobre Karma», nadie tiene derecho de juzgar el karma de otro, salvo un vidente espiritual genuino o un Adepto, pues en el presente nivel de materialismo y superficialidad que nos rodea es muy difícil rastrear los orígenes de la «cuenta kármica» de un individuo o un grupo de personas. 

Es muy importante recordar que, si hablamos de «comprender» los motivos que llevan a alguien a reaccionar mal o cometer un delito en alguna circunstancia, y en vista que el 99% de nosotros no somos adivinos ni clarividentes genuinos para «leer» la mente o el corazón de otro, reconocer los propios errores y esforzarse por rectificarlos es el 50% del proceso necesario para recibir perdón y ser objeto de compasión genuina. Ningún fenómeno en la vida se da por causa de un sólo factor, y si deseas compasión y perdón, MERÉCELOS. 

De acuerdo con esto, podemos sugerir que todos, de alguna forma u otra, somos instrumentos de Karma según el contexto, nuestras habilidades, función y grado de desarrollo ético o de consciencia:
«Helena Blavatsky opinó que hay muchas personas en el mundo, comprometidas con sus asuntos, quienes sin saberlo son agentes kármicos en este sentido especial y continuamente llevan a otros efectos repentinos buenos y malos que de otra manera habrían sucedido más lentamente, extendiéndose durante más días o años o manifestándose en pequeños eventos en lugar de uno sólo. 

Si esta teoría es cierta, aquí tenemos también el fundamento para la superstición del mal de ojo, que es sólo una forma corrupta del conocimiento de que hay tales agentes kármicos entre nosotros que al mirar a otros producen efectos muy rápidamente que sin la presencia de ese individuo nunca serían advertidos por haber tomado más tiempo en acontecer. 

Pero si entendemos demasiado estrictamente la teoría que los hombres son agentes kármicos para el castigo o reforma de otros, se cometerán muchos errores y se generarán muchos malos sentimientos en otros, haciendo inevitable que al causar estas disposiciones negativas debemos recibir la reacción exacta algún día, en esta vida u otra. Y por otra parte, no deberíamos restarnos del deber para aliviar el dolor y pesar si podemos, pues es cobardía y engreimiento decir que no ayudaremos a esta o aquella persona porque su karma es sufrir. Enfrentar el sufrimiento y aliviarlo es nuestro buen karma si está en nuestro poder hacerlo. En el mejor de los casos somos ignorantes y no podemos decir cuál será el siguiente resultado de lo que hagamos o planteemos; por tanto es más sensato no asumir muy seguido y en ocasiones demasiado insignificantes el papel de ser 'reformadores' o 'castigadores' como agentes de Karma de aquéllos que parecen causar daño». (William Q. Judge, «Theosophical Articles», «Men Karmic Agents»)

Artículos teosóficos recopilados de William Q. Judge

El mismo Buda señaló que el dolor (o diríamos «incomodidad» en cualquier aspecto) es la vía suprema de aprendizaje, y así quienes no deseen ser ayudados por no escuchar ni pensar adecuadamente tendrán que asumir las consecuencias y por los medios que correspondan

Una advertencia para terminar: en términos kármicos no es lo mismo defender la dignidad, lo noble, lo ético y lo espiritual que proteger intereses creados, pertenencias materiales o estatus mundanos por ostentaciones de mal gusto, obtenidos muchas veces con inmoralidad (explotación, manipulaciones, arribismo, etc.) y provocando daños colaterales de cualquier tipo. Uno en la vida no tiene lo que desea, sino lo que MERECE, y en este aspecto todos y cada uno de nosotros tenemos mucho trabajo interior y renunciaciones que hacer, si queremos realmente hacer la diferencia. 

Aquila in Terris