¿Cómo que nos prohíben tener coches de gasolina?

 

Disfrute de su coche, porque a partir del 2035 lo más probable es que no pueda permitirse uno. En efecto, en nombre del dogma climático, la UE ha prohibido la venta de coches de gasolina o diésel en el 2035 con la salvedad de la carísima gasolina «sintética», como exigía Alemania.

Y yo me pregunto, ¿quién es la UE para decidir qué tipo de coche podemos tener? ¿Con qué autoridad decide esto y en qué legitimidad se basa? ¿Acaso hemos votado algo tan trascendental? Esta prohibición es una cruzada de límites que pone de manifiesto la deriva autoritaria de la UE (la nueva URSS), institución que apoyamos con convicción partiendo de una idea originalmente buena pero que se ha convertido en un monstruo fuera de control que nos está escamoteando la libertad.

Italia y Alemania, al menos, han presentado una tímida resistencia, pero España (segundo fabricante de coches de Europa) ha callado a pesar de que el sector de la automoción supone el 10% del PIB y el 18% de nuestras exportaciones y emplea a dos millones de trabajadores. Al fanatismo verde de nuestro inepto gobierno se le ha sumado la indolencia de la no-oposición, el medroso silencio de empresarios y sindicatos y la inanidad habitual de los medios de comunicación. La única voz que ha clamado en este desierto que es la sociedad civil española ha sido Repsol, por razones obvias.

El argumento esgrimido para prohibirnos qué tipos de coche podemos comprar ha sido, cómo no, la sempiterna reducción de esa demonizada fuente de vida llamada CO2. Omitiré por el momento los vehículos de combustión basados en la quimérica gasolina «sintética» para centrarme en el coche eléctrico, verdadero tótem de la religión climática.

El coche eléctrico no reduciría el CO2
Contrariamente al mantra, diversos estudios han concluido que una flota automovilística mundial 100% eléctrica reduciría bastante menos del 5% el nivel de CO2 atmosférico. Uno de los motivos es que el transporte por carretera de vehículos privados sólo supone el 10% del total de emisiones mundiales de dióxido de carbono, pero hay más. La fabricación de coches eléctricos produce mucho más CO2 que la de coches de combustión, hasta el extremo de que, antes de salir del concesionario, un coche eléctrico ya ha producido entre un 20 y un 50% más CO2 que un coche diésel o gasolina.

Adicionalmente, la electricidad que consume un coche eléctrico procede en gran medida de energías primarias que emiten CO2 (como las centrales térmicas de combustibles fósiles) o que han emitido CO2 en su fabricación (como las eólicas o fotovoltaicas), por lo que la reducción real de emisiones durante todo el ciclo productivo es mucho menor de lo que la propaganda hace creer. En efecto, el carácter «verde» del vehículo eléctrico depende de que la generación eléctrica provenga de fuentes no emisoras de CO2, algo imposible, pues la intermitencia de las ineficientes «renovables» exige necesariamente sobredimensionar el sistema con redundancias para contar con el respaldo de fuentes de energía tradicionales. Así, un coche eléctrico tendría que circular hoy cerca de 200.000 km para empezar a suponer una reducción de emisiones de CO2 respecto a vehículos diésel o gasolina con igual kilometraje[1].

Por tanto, el coche eléctrico, esa «idea equivocada de la era moderna energética», como lo describió Vaclav Smil[2], no reducirá el CO2 de forma apreciable, pero es que además posee un número de desventajas estructurales frente al vehículo de combustión interna que ya se pusieron de manifiesto en los albores de la era automovilística a principios del s. XX. Muchas de esas desventajas no dependen de la tecnología sino de las inexorables leyes de la Física, que no obedecen a la voluntad política y hacen de la imposición del coche eléctrico un completo engaño.

Las limitaciones técnicas del coche eléctrico
En primer lugar, necesita enormes cantidades de cobre (cuatro veces más que un coche de gasolina), lo que crearía una presión sobre la capacidad de producción mundial[3] de un mineral que cada vez cuesta más dinero, agua y energía extraer[4]. Por otro lado, resulta muy dudoso que haya en el planeta suficientes reservas de litio y cobalto como para poder equipar una flota automovilística mundial de vehículos eléctricos. El litio presenta graves problemas medioambientales en su producción y desecho, lo que es relevante en baterías cuya vida útil no supera los 6 años, y el cobalto conlleva serios interrogantes éticos, pues su extracción está ligada a la explotación infantil y al abuso de derechos humanos en el Congo[5], donde se concentra el 70% de la producción y el 50% de las reservas mundiales en minas fundamentalmente de propiedad china[6].

Al parecer, a la UE sólo le preocupa la dependencia energética si es de Rusia, pero no si se trata de GNL de EEUU o de cobalto chino. Así, mientras China compra petróleo y carbón a Rusia e Indonesia nosotros le compraremos baterías a los chinos.

Olvídense de viajar por carretera
Por tanto, no sólo no podrá haber coches para todos, sino que su precio será prohibitivo para una parte de la población, y aquellos que puedan permitírselo tendrán que olvidarse de ir de vacaciones en él. Efectivamente, su autonomía media ronda los 300 km o menos, dado que la ansiedad de autonomía causada por la imposibilidad de encontrar puntos de carga y de poder recargar en tiempos razonables obligará a ser prudentes sin esperar a estar «en reserva». Que 50 kg de gasolina permitan recorrer 700 kilómetros (gracias a su densidad energética) mientras que 300-500 kg de batería sólo permitan recorrer la mitad de esa distancia explica que, en libre competencia, los coches eléctricos nunca fueron elegidos por el público.

Por si fuera poco, la recarga de las baterías presenta problemas hoy en día irresolubles. La recarga doméstica dura muchas horas, por lo que, dado que quizá sólo haya un punto de carga por cada 10 plazas de garaje, usted podrá cargar su coche una vez cada diez noches por orden vecinal estricto, más o menos como en los sistemas de racionamiento de los regímenes comunistas. ¿Y cómo lo recargará quien no tenga plaza de garaje? No se sabe, pero millones de coches en nuestro país duermen en la calle.

Si estando de viaje encuentra usted alguna electrolinera le va a ser imposible recargar en un tiempo razonable. Frente a los 3 minutos de repostaje de un coche de gasolina, en un punto de recarga rápida tardará 40 minutos, y unos 15 minutos en los «ultras rápidos» (una hora de espera si hay cuatro coches por delante). Sin embargo, los ultras rápidos se utilizan sólo para promocionar el coche eléctrico y serán una rara excepción. ¿Por qué? Entre otros motivos, porque exigiría un redimensionamiento del sistema eléctrico: imaginen 2-4 puntos de carga en cada una de las casi 12.000 gasolineras que hay en nuestro país a un mínimo de 150 KW de potencia instalada por cada punto.

Además, la recarga ultra rápida podría deteriorar las baterías[7], que en condiciones óptimas tienen una vida útil teórica de sólo 150.000 km dependiendo de la temperatura exterior, del uso de aire acondicionado o velocidad constante y del régimen de recarga: como ocurre con los móviles, si recarga la batería de forma subóptima, la batería durará menos, de este modo que tendrá que elegir entre maximizar la autonomía o la vida útil de su batería, una decisión endiablada.

Finalmente, una migración eléctrica del parque automovilístico aumentaría la demanda de electricidad y exigiría un aumento de la capacidad de generación del sistema que requeriría significativos volúmenes de inversión, hecho agravado por el creciente peso de energías intermitentes e ineficientes como la fotovoltaica, que no genera electricidad de noche, y la eólica, que genera poca electricidad de noche, cuando cae el viento. Recuerden que es precisamente por la noche cuando la mayoría de los coches eléctricos de uso privado estarían recargándose.

Objetivo: acabar con la libertad y la propiedad privada
En definitiva, esta dictatorial prohibición de la UE, ajena por completo a la voluntad popular, impedirá que una parte de la población pueda tener acceso a un coche y que los que puedan hacerlo queden empobrecidos y sin poder viajar. Como a principios del s.XX, el coche privado dejará de estar al alcance de la mayoría para convertirse en un bien de lujo.

Entonces, se preguntarán ustedes, si esta prohibición es un intolerable atentado contra la libertad y un ataque contra la lógica, ¿por qué se toma? Quizá sea sólo una ocurrencia de una burocracia tan arrogante como ignorante que cree que la prohibición incentivará el descubrimiento de mágicas tecnologías, aunque a lo largo de la Historia no haya un solo precedente de ello. O quizá lo hagan simplemente al albur de la ideología, de la corrección política o de la indebida influencia de esos lobbies que corretean por las esquinas más oscuras de Bruselas cuando cae el sol.

Pero existe la posibilidad de que hayan impulsado esta propuesta siendo perfectamente conscientes de sus consecuencias con el objetivo final de prohibir de facto el coche privado, símbolo por antonomasia de la libertad de movimiento y de la propiedad privada. Sería el primer ejemplo del «no tendrás nada y serás feliz» de Davos, el titiritero de la UE, y se ligará a la siniestra iniciativa de las ciudades de 15 minutos, que es lo que se tarda en recorrer un campo de concentración. Si creen que esto es exagerado, vean a qué aspiran los chamanes climáticos de nuestro gobierno:


El cambio climático no sólo es la mayor estafa de todos los tiempos, sino el pretexto del nuevo totalitarismo. La amenaza que antes se presentaba dudosa, como una lejana bruma desdibujada en el horizonte, empieza ahora a concretarse en tiranías bien reales. No es un simulacro. Despierten.

RELACIONES CON EEUU; DEBATES SOBRE EL HÜDAPAR; DEBATES SOBRE LA ALIANZA CON EL HDP.

 

La agenda electoral de Turquía siguió avanzando a toda velocidad la semana pasada.

Las reuniones de funcionarios del AKP y del CHP con sus homólogos estadounidenses y sus declaraciones sobre las relaciones entre Turquía y Estados Unidos se convirtieron en el tema principal.
Otro asunto fueron las negociaciones del AKP con el partido religioso radical HÜDAPAR sobre si este partido se uniría a la Alianza Popular.

Las conversaciones entre la Alianza Popular y el HDP, conocido por sus vínculos con la organización terrorista PKK, fueron otro tema importante.

La visita de Ibrahim Kalın a Estados Unidos, las declaraciones de Ünal Çeviköz sobre la OTAN.

Mientras Turquía se encamina hacia las elecciones, el partido gobernante y los principales partidos de la oposición hicieron declaraciones positivas sobre Estados Unidos y la OTAN en la última semana.

El portavoz presidencial İbrahim Kalın se reunió con funcionarios estadounidenses en su visita a EE.UU.

Tras sus reuniones con el Departamento de Estado de EE.UU. y la Casa Blanca, Kalın se reunió con congresistas de los partidos Demócrata y Republicano. También asistió al evento «US-Turquía Business Forum: Prioritizing Resilient Partnerships» organizado en la Cámara de Comercio de EE.UU.

En su intervención en el Foro, Kalın declaró que debería haber un diálogo estratégico entre Turquía y EE.UU., no sólo táctico:
«Necesitamos un amplio diálogo estratégico geopolítico con un sentido de urgencia, no sólo para abordar la guerra de Ucrania, la energía, la situación en Afganistán, Libia o el Mediterráneo, sino también todas las demás cosas. Deberíamos hacerlo no sólo por nuestros países, sino por el futuro del planeta».

Lamentando las relaciones Kalın dijo que «Turquía ha sido sometida a un escrutinio injusto y tendencioso sobre el significado y la fuerza de nuestras alianzas».

Kalın también hizo un llamamiento a los empresarios estadounidenses para que aumenten el volumen de intercambios comerciales entre ambos países.

En la sesión de preguntas del Foro, Kalın señaló que Europa ha decidido no comprar petróleo y gas rusos y sugirió dos posibilidades para compensarlo:

«La primera de ellas es el gas exportado desde Azerbaiyán a Turquía. Podemos aumentar la capacidad de transmisión de los gasoductos. Pero eso no basta. El segundo son los recursos energéticos del Mediterráneo oriental. Por razones políticas, se planeó evitar Turquía y transportar gas a Grecia a través de Chipre. Sin embargo, se rechazó por ser demasiado caro. Así que no hay una tercera alternativa. Turquía participa en ambas alternativas».

İbrahim Kalın también se reunió con el Consejero de Seguridad Nacional Jake Sullivan. La Casa Blanca declaró que «el Sr. Sullivan reiteró sus condolencias por la trágica pérdida de vidas debido a los terremotos en Turquía y sostuvo el apoyo de Estados Unidos para el pueblo de Turquía en su esfuerzo de recuperación en curso».

Según la Casa Blanca, en la reunión se trataron tres temas: La Iniciativa de los cereales del Mar Negro, Armenia-Azerbaiyán y Suecia-Finlandia.

Se señala que ambos funcionarios hablaron de «sus preocupaciones compartidas sobre la agresión en curso de Rusia contra Ucrania y los esfuerzos de Turquía para asegurar una renovación de la Iniciativa de Granos del Mar Negro».

«También hablaron de su respaldo a las conversaciones de paz en curso entre Armenia y Azerbaiyán, así como de la cooperación bilateral en materia de defensa».
«El Sr. Sullivan subrayó la opinión de Estados Unidos de que Suecia y Finlandia deberían convertirse en miembros de la OTAN lo antes posible». Otra funcionaria con la que se reunió Kalın fue Victoria Nuland, subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos.

En los días siguientes, el presidente Erdoğan anunció el inicio del proceso parlamentario para aprobar el ingreso de Finlandia en la OTAN. La oposición turca también envió mensajes positivos a Estados Unidos la semana pasada.

Ünal Çeviköz, consejero jefe del presidente del principal partido de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), adoptó una postura negativa contra Rusia y habló positivamente de Suecia y Finlandia como miembros de la OTAN en una entrevista con Político. Las declaraciones de Çeviköz son las siguientes:
«Actualmente, las relaciones entre Turquía y Rusia son bastante asimétricas porque Turquía depende en gran medida de las importaciones energéticas de Rusia... Simplemente haremos hincapié en el hecho de que Turquía es miembro de la OTAN, y en nuestras conversaciones con Rusia, sin duda buscaremos una relación entre iguales, pero también recordaremos a Rusia que Turquía es miembro de la OTAN».

«Si llevas tus problemas bilaterales a una organización multilateral, como la OTAN, entonces estás creando una especie de polarización con todos los demás miembros de la OTAN con tu país», señaló. «Creo que la adhesión de Suecia y Finlandia aumentará y reforzará la seguridad de una organización de defensa colectiva, como la OTAN».

Político escribió que «Çeviköz también dijo que la alianza de la oposición no bloquearía el proceso de adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN como Erdoğan ha estado haciendo».

En cuanto a la Unión Europea, Político escribe: «Cuando se le preguntó acerca de los países de la UE que tradicionalmente han sido hostiles a la adhesión de Turquía a la UE —como Francia y Austria— Çeviköz subrayó la importancia de reanudar el proceso diplomático para trazar una línea bajo el enfrentamiento de Erdoğan con Europa».

Debates sobre el HÜDAPAR
El Partido de la Causa Libre (HÜDAPAR), conocido por estar vinculado a la organización terrorista Jezbolá-Turquía (una organización completamente diferente de la libanesa Jezbolá, considerada, más como una organización religiosa radical, que como una organización terrorista), declaró su apoyo a Erdoğan en las elecciones presidenciales. Las conversaciones AKP-HÜDAPAR y la posibilidad de que HÜDAPAR se uniera a la Alianza Popular suscitaron debates.

El vicepresidente del AKP, Numan Kurtulmuş, se reunió con el presidente de HÜDAPAR, Zekeriya Yapıcıoğlu, en la sede de HÜDAPAR la semana pasada.
Tras la reunión, Numan Kurtulmuş expresó su gratitud a HÜDAPAR por su apoyo a Erdoğan y añadió que continuarán las conversaciones entre ambas partes para ampliar la Alianza.

Zekeriya Yapıcıoğlu declaró que Erdoğan les había ofrecido unirse a la Alianza en enero y que ahora, tras la catástrofe del terremoto, se habían reanudado las conversaciones.

Al parecer, las relaciones con HÜDAPAR han provocado reacciones contrarias en el seno del AKP y del Partido del Movimiento Nacionalista (MHP). Un diputado del AKP, que habló con el diario Aydınlık pero deseaba permanecer en el anonimato, hizo las siguientes declaraciones sobre el acercamiento AKP-HÜDAPAR:

«Mientras intentamos ganar de 3 a 5 escaños parlamentarios en la región del Este y del Sureste vamos a perder muchos escaños en el conjunto de Turquía. Ahora estoy pensando cómo explicar esto a los votantes de mi circunscripción».

Otra persona que ha sido diputado durante muchos años en el AKP declaró al diario Aydınlık:
«Las elecciones son de vital importancia. No se deben cometer errores. Las conversaciones y el posible acuerdo con HÜDAPAR es un error. Conozco muy bien la región del Este y del Sudeste. La gente de la región odia a HÜDAPAR. Todas las investigaciones muestran que al menos el 25 por ciento de los votantes que antes votaban al Partido Democrático de los Pueblos (HDP) votarán a Erdoğan en las elecciones presidenciales. Aunque los habitantes de la región votan al HDP por diversas razones, hay una parte considerable de ellos que se preocupan por el futuro del país. Incluir a HÜDAPAR en la Alianza Popular impediría estos votos. Esto ya es evidente en el ambiente actual en las redes sociales».

Otra valoración vino de Doğu Perinçek, líder del partido Vatan:

«La alianza electoral con HÜDAPAR es un signo de negligencia. ¡¡¡Ya hay una organización terrorista en el Parlamento: El PKK. Pero no es suficiente. Necesitamos una segunda en el parlamento»!!!

Jezbolá, llevó a cabo muchos actos terroristas en Turquía en la década de 1990, incluyendo el asesinato de Ali Gaffar Okkan, el jefe de policía de Diyarbakır en el momento.

Reunión entre el CHP y el HDP
La reunión entre el CHP y el HDP prevista para el 18 de marzo ha sido aplazada. Se informó de que el aplazamiento fue a petición del HDP. Ha tenido lugar el 20 de marzo, con la visita de Kılıçdaroğlu a la oficina del HDP en el parlamento. Tras las conversaciones bilaterales, ambas partes ofrecieron una rueda de prensa conjunta.
En ella, Kemal Kılıçdaroğlu hizo declaraciones fundamentales sobre la llamada «cuestión kurda». Rechazó las causas judiciales contra alcaldes del HDP en el sureste de Turquía, donde varios están procesados debido al apoyo material a la organización terrorista PKK. El Ministerio del Interior turco ha nombrado alcaldes en esas ciudades donde los elegidos son objeto de juicios.

Kılıçdaroğlu declaró que «los que llegaron por elección al poder deben dejar el poder también por elección». También rechazó el juicio contra el HDP, actualmente en el Tribunal Constitucional, afirmando que «el cierre de partidos políticos no es una medida apropiada de nuestros tiempos».

El candidato presidencial de la oposición también afirmó «resolver la cuestión kurda en el Parlamento». Esto era una referencia a la llamada apertura kurda perseguida por el gobierno del AKP durante la década de 2010, cuando se celebraron negociaciones secretas con la organización terrorista y sus representantes políticos para una nueva Constitución y un nuevo sistema político. Estas fracasaron debido a la oposición pública, lo que se tradujo en la pérdida de votos para el AKP en las elecciones de junio de 2015, cuando el partido no fue capaz de establecer una coalición de gobierno.

Ya entonces, Kılıçdaroğlu no se oponía a las conversaciones ni a su contenido, sino al hecho de que se celebraran en secreto.

Su actual declaración de «resolver el problema en el Parlamento», realizada en una conferencia conjunta con el HDP, se interpretó como que, en caso de victoria electoral, proseguiría las conversaciones con el partido sobre la reforma política.

A cambio, la «Alianza del Trabajo y la Libertad», liderada por el HDP, declaró que no presentaría un candidato presidencial a las elecciones, apoyando así la candidatura de Kılıçdaroğlu.

La investigación contra el HDP por presuntos vínculos con la organización terrorista PKK sigue su curso.

Traducción al español para Geopolitica.ru por Enrique Refoyo

Fuente: https://unitedworldint.com/

MANIFIESTO DE LOS FUNDADORES DEL MOVIMIENTO INTERNACIONAL DE RUSÓFILOS.

 

Rusia tiene muchos amigos en todo el mundo. Por razones históricas, de cultura y de civilización, causa sincera simpatía, respeto e incluso amor mucho más allá de sus fronteras.

Muchas personas en el mundo, guiadas por cálidos sentimientos hacia Rusia y el pueblo ruso, se interesan por su lengua y su cultura, se esfuerzan por comunicarse y entenderse mejor con el pueblo ruso, y buscan información fiable e ideológicamente imparcial sobre la vida económica y política de Rusia.

Estos sentimientos, estos intereses y estas aspiraciones merecen respeto y un firme apoyo. Guiados por estos cálidos sentimientos hacia el pueblo ruso, y también:
  • teniendo en cuenta el papel significativo y la influencia de Rusia en el mundo moderno;
  • declarando nuestro respeto por la historia, la lengua y la cultura rusas;
  • firmemente convencidos de que la cooperación mutua fortalece a nuestros pueblos;
  • expresando nuestra convicción de que sin un diálogo activo y bienintencionado con Rusia, nuestro mundo está incompleto y es inestable.
Nosotros, rusófilos de varios países, estamos creando el Movimiento Internacional de Rusófilos, y mediante su constante fortalecimiento y expansión:
  • promover y difundir la cultura rusa y el conocimiento de sus logros;
  • ayudaremos a los amigos de Rusia de todo el mundo, organizativa y metódicamente, en sus actividades relacionadas con Rusia;
  • apoyar la difusión de información fiable sobre Rusia y su relación con las cuestiones de actualidad de nuestro tiempo;
  • resistir a la rusofobia en todas sus formas y manifestaciones;
  • reforzar una «diplomacia de los pueblos» en defensa de un mundo multipolar, pacífico y armonioso.
Nuestro camino es el camino del amor, la bondad y la fidelidad. Siguiendo este camino, nosotros, rusófilos de todo el mundo, podemos ser extremadamente útiles a las instituciones culturales, económicas y sociales de nuestros países, promoviendo el entendimiento mutuo y trabajando para superar la hostilidad, la desinformación y la desconfianza en el actual mundo de conflictos.

Nosotros, los fundadores del Movimiento Internacional de Rusófilos, convencidos de que no hay alternativa razonable al respeto mutuo y a la amistad entre los pueblos, suscribimos este Manifiesto, y hacemos un llamamiento a todos aquellos que perciban nuestra iniciativa como necesaria y útil para el mundo para que nos apoyen firmando este Manifiesto.

Desde Wuhan, una epidemia de mentiras

 

Hace pocos días el director del FBI afirmó que «muy probablemente» el origen de la plandemia había sido un escape accidental de laboratorio en Wuhan[1], sumándose así a diversos informes que han ido aflorando recientemente y al informe eminentemente científico del Senado de EE.UU., publicado en octubre de 2022, que descartaba la teoría de un origen zoonótico natural y espontáneo[2].

Aunque probablemente el momento elegido para estas tibias iniciativas esté relacionado con la situación geopolítica actual y que por ahora carezcan del énfasis que merece la responsabilidad por la muerte de millones de personas, estamos ante un cambio de relato radical, pues durante la plandemia los medios de comunicación negaron y censuraron la teoría de un escape de laboratorio, aunque prestigiosas publicaciones médicas como el BMJ lo consideraban verosímil[3]. Dado que el único objeto de la censura es ocultar la verdad, de por sí éste era ya un indicio revelador, pero hay más.

El origen extremadamente probable de la plandemia
Como es bien sabido, en Wuhan existían dos laboratorios biológicos de seguridad y se sabía que al menos uno de ellos estaba trabajando con el mismo tipo de coronavirus que el SARS-CoV-2[4]. Como es obvio, la probabilidad a priori de que, de todas las ciudades del mundo, el virus emergiera precisamente en una ciudad donde existían dichos laboratorios sin que estos tuvieran nada que ver es ridículamente baja. Si se produce un vertido tóxico al lado de una fábrica de productos químicos, ¿de quién sospechamos?

En segundo lugar, la eficiencia con la que el SARS-CoV-2 se unía a los receptores ACE2 y la elevada contagiosidad del covid entre humanos encajaba mal con un origen zoonótico espontáneo. Existen escasos precedentes históricos de grandes pandemias de origen zoonótico procedente de mamíferos en el que el vector de transmisión no haya sido un insecto y la probabilidad de que una enfermedad pase de forma natural de mamífero a humano y se convierta en altamente contagiosa entre humanos es muy baja. Asimismo, la evidencia genética del coronavirus no mostraba que hubiera circulado por otros animales que no fueran seres humanos.

Por último, tres años después no se ha encontrado el animal origen del SARS-CoV-2 ni el grupo de animales contagiados que hiciera de reservorio de la enfermedad. Si ellos fueron el origen de la epidemia, ¿dónde están esos animales enfermos? Tampoco han seguido contagiando a humanos: ¿sólo los contagiaron una vez y sólo en Wuhan? La realidad es que no hay evidencia científica alguna que apoye la a priori muy improbable teoría del origen natural de la epidemia.

Los interesados en ocultar la teoría del escape biológico
El interés de la dictadura comunista china en ocultar un potencial escape biológico es evidente, pero ¿qué interés ha tenido la burocracia de EE.UU. en contribuir a tal ocultación hasta ahora? Existen tres motivos. El primero era un motivo político: Trump había acusado a China y el establishment norteamericano estaba juramentado para desacreditarle en todo lo que dijera, aunque fuera verdad[5].

El segundo motivo es que existía la preocupación de que culpar de la plandemia a un accidente biológico en un laboratorio gubernamental pusiera en riesgo los programas biológicos que todas las potencias —incluido EE.UU.— tienen en distintas partes del globo.

Pero el motivo más relevante es que conocidas instituciones de salud norteamericanas dirigidas por conocidos científicos y burócratas habían financiado parte de los experimentos en Wuhan debido a la prohibición legal de realizarlos en territorio estadounidense.

El intento de encubrimiento involucró a la corrupta OMS, que casualmente eligió a uno de estos científicos para unirse al equipo enviado a Wuhan «para investigar» el origen de la plandemia y aseverar, naturalmente, que los chinos nada habían tenido que ver[6], al fáustico Dr. Fauci[7], y a 27 científicos que publicaron una carta en The Lancet tildando de «teoría conspiratoria» la posibilidad de un escape de laboratorio. El escándalo fue mayúsculo, pues pronto se supo que 26 de los 27 tenían vínculos directos o indirectos con el propio laboratorio de Wuhan o sus financiadores[8].

Algunos creen que el escape no fue accidental y que la epidemia fue provocada. Sin embargo, si el gobierno chino hubiera querido desatar una epidemia nunca lo habría hecho en su propio territorio y mucho menos en una ciudad con laboratorios biológicos. Es más, aquellos que defienden que la epidemia fue provocada se verían obligados en pura lógica a mirar hacia algún adversario de China, como EE.UU. Lo considero muy improbable.

Que el escape fuera accidental no exime al gobierno chino de responsabilidad ante la negligencia y ante algo mucho peor: su opacidad inicial, plagada de ocultaciones (consustanciales a un régimen comunista) y la exportación del virus al resto del mundo, de la que existen indicios de dolo al no prohibir presuntamente los vuelos internacionales una vez había prohibido los nacionales[9].

Si no hemos vivido una pandemia natural sino un accidente de laboratorio a lo Chernóbil con uno o varios escapes a lo largo del otoño del 2019, el relato sobre el covid cambia. Entre otras cosas, la psicosis sobre una futura epidemia se reduce considerablemente y Bill Gates queda en entredicho como sedicente profeta de pandemias y consejero sobre cómo prevenirlas. ¿Por qué no propone impedir que los yonquis del poder, sus científicos arrogantes y las vampíricas empresas farmacéuticas sigan jugando al peligroso juego de la manipulación genética de patógenos con fines bélicos o lucrativos?

Confinamientos, mascarillas e inmunidad natural: una epidemia de mentiras
«Pues no hay nada oculto que no haya de ser manifiesto, ni secreto que no haya de ser conocido y salga a la luz.» (Lc 8,16-18). Con el paso del tiempo el Himalaya de falsedades que ha rodeado la epidemia del covid está saliendo a la luz. Este aluvión de mentiras cimentó un programa de manipulación de masas sin precedentes para crear la histeria colectiva necesaria para lograr que la población aceptara mansamente una claustrofóbica dictadura sanitaria.

La implantación de los ilegales confinamientos («dos semanas para aplanar la curva», ¿recuerdan?) no sirvió para nada salvo para arruinar mental y económicamente a millones de personas.

Las mascarillas, primero denostadas y luego histéricamente impuestas, nunca dejaron de ser una completa farsa, una superstición, un símbolo de sumisión y un negocio para los comisionistas de turno. Ningún plan de epidemias previo contemplaba su uso y no existía evidencia sobre su utilidad para el público en general, pero ha sido un reciente estudio Cochrane (máxima fiabilidad estadística) el que ha dado la puntilla a la creencia de que las mascarillas valgan para prevenir la transmisión de virus como la gripe o el SARS-CoV-2. En efecto, su conclusión es que el uso comunitario de mascarillas quirúrgicas supone «poca o ninguna diferencia en el desenlace de gripe/SARS‐CoV‐2 confirmada en laboratorio en comparación con no utilizarla», y que «las mascarillas N95 (FFP2) no implican diferencias claras en comparación con el uso de mascarillas medico/quirúrgicas (…)[10]».

Si las mascarillas quirúrgicas y FFP2 no servían para impedir el contagio y la transmisión del virus (como evidencia que dos años de obligatoriedad no impidieran que éste circulara a voluntad), imaginen cómo nos tomaron el pelo con las mascarillas de tela. En España, tras torturar a los niños en colegios transformados en campos de concentración, la tomadura de pelo continuó en el transporte público y continúa aún en hospitales y farmacias.

La campaña de terror mediática también hizo creer que toda la población estaba expuesta a idéntico riesgo cuando se sabía que estadísticamente la enfermedad sólo revestía peligro para personas mayores y para quienes sufrían comorbilidades muy específicas. A pesar de que esta evidencia era conocida desde principios de 2020, Gates tuvo la desfachatez de afirmar en 2022 que «[al principio] no entendíamos que el covid tenía una letalidad bastante baja y que sobre todo afectaba a los ancianos, de modo similar a la gripe, aunque algo diferente[11]». Los adultos sanos y, sobre todo, los jóvenes, adolescentes y niños, nunca corrieron un grave riesgo, pero este dato se ocultó para mantener a la población aterrorizada y maximizar el lucro del escandaloso programa de vacunación universal.

Asimismo, el contubernio político-mediático-farmacéutico negó el poder de la inmunización natural y exigió a quienes habían pasado la enfermedad que se vacunaran igualmente. La literatura médica y una robusta evidencia científica decían que esto era un disparate, y así lo denuncié desde el principio. Tres años después, un macro estudio financiado por la Fundación Gates concluye que la inmunización natural otorgaba una protección «igual o superior» a la de las vacunas, «muy elevada y duradera» contra la reinfección y gravedad para las variantes anteriores a ómicron y algo menor contra la reinfección, pero igualmente potente contra la gravedad, con ómicron[12]. La realidad es que la inmunización natural de virus respiratorios, que excita la producción de anticuerpos IgA en las mucosas y la inmunidad celular (células T), es siempre superior a la provista por vacunas sistémicas como las del covid.

Terapias genéticas y «vacunas» ineficaces e inseguras
Finalmente topamos con las terapias genéticas o «vacunas» covid imprudentemente aprobadas e impuestas a toda la población sin que cumplieran con los requisitos exigidos a toda vacuna: necesidad (criterio incumplido salvo para la población de riesgo), eficacia y seguridad. Incluso crearon un pasaporte sanitario para forzar la vacunación de los renuentes a pesar de que las «vacunas» nunca fueron concebidas para impedir la transmisión (como reconoció la propia Pfizer), de modo que la meta del 70% de inmunidad de rebaño no dejó de ser otra quimera para vender más vacunas. El fracaso de las vacunas antigripales, que «60 años después de su introducción no han logrado nada para prevenir la infección», es un ejemplo de que «ninguno de los virus respiratorios en mucosas ha sido efectivamente controlado por ninguna vacuna[13]». Esto se sabía desde un principio, pero se ocultó.

En la edición de Davos de 2022 el propio Gates reconoció que las vacunas covid «no tienen un efecto demasiado duradero y no son buenas bloqueando la transmisión», con lo que se preguntaba «qué sentido tenía» comprobar si las personas estaban vacunadas[14]. Irónicamente, en Davos la organización exigía prueba de triple vacunación[15].

Las «vacunas» no sólo han resultado ineficaces e innecesarias para la inmensa mayoría de la población para la que el covid era estadísticamente leve (como se sabía, repito, desde 2020), sino que han provocado unos efectos adversos sin precedentes que explicaría el actual exceso de mortalidad cardiovascular y una multitud de bien documentados efectos isquémicos, inmunitarios, oculares, neuropáticos, herpes, menstruales, de fertilidad masculina e incluso cancerígenos[16].

¿Quién asumirá la responsabilidad?
Ante tanta acumulación de evidencias, ¿qué responsabilidad asumirán los políticos y las autoridades «sanitarias» que nos encerraron ilegalmente impidiéndonos circular con libertad, que abandonaron a nuestros mayores y los condenaron a morir solos, que nos obligaron a pasear como presos dos horas al día, a llevar mascarilla en el campo y a sentar familias separadas en restaurantes, que incitaron al odio hacia los no vacunados y nos empujaron mediante el pasaporte sanitario a inyectarnos unas terapias genéticas experimentales, ineficaces y poco seguras?

¿Qué responsabilidad asumirán los periodistas ignorantes y sin escrúpulos que aterrorizaron a la población durante dos años mintiendo constantemente, ocultando la realidad de las mal llamadas «vacunas» como si fueran agentes de ventas de la industria farmacéutica, animando escandalosamente a inyectarse a jóvenes, embarazadas y niños y censurando a quienes aportaban datos científicos mientras los estigmatizaban calumniándolos hipócritamente como «negacionistas»?

¿Qué responsabilidad asumirán las turbias agencias del medicamento que parecen controladas por las grandes empresas farmacéuticas y aprobaron con enorme negligencia[17] unos productos ineficaces e inseguros mientras boicoteaban todo tratamiento terapéutico? ¿Y los colegios de médicos que amenazaron y persiguieron a los pocos facultativos que osaban levantar su voz para protestar ante tanto atropello acientífico?

¿Qué responsabilidad asumirán tantos médicos de especialidades de todo tipo que incitaron a sus pacientes a vacunarse indiscriminadamente sin distinción de edad o circunstancias y ahora callan los efectos secundarios que ven de primera mano, que aceptaron como obedientes funcionarios las consignas de las «autoridades» sin pensar por sí mismos y sin leer un solo estudio científico sobre el covid mientras pontificaban desde su ignorancia abusando de la autoridad de la bata blanca?

¿Y qué decir de aquellos «expertos» entrevistados en los medios que no paraban de repetir necedades políticamente correctas atraídos por el brillo de un protagonismo efímero y que ahora han vuelto a la sombra de la que nunca debieron salir?

Contrasten estas actuaciones con la de los pocos médicos que tuvieron el enorme coraje de poner en peligro su carrera para defender la verdad científica o la de aquellos que no tenían tiempo de dar su opinión porque estaban ocupados tratando desesperadamente de salvar vidas en aquella traumática primavera de 2020. O la de aquellos ciudadanos, por cierto, que resistieron heroicamente la presión e histeria de las masas y decidieron no vacunarse en ejercicio de su libertad.

¿Qué lecciones debemos sacar de este enorme fraude?
La experiencia del Himalaya de falsedades que hemos vivido debería enseñarnos a desconfiar axiomáticamente del contubernio político-mediático-farmacéutico, de las «autoridades» políticas o sanitarias, pues son la misma cosa, y de la enorme corrupción que engloba a la industria farmacéutica y el amplio campo de voluntades que puede comprar.

De modo más profundo, lo que hemos vivido es un colosal fracaso del cientificismo que propugna la omnipotencia del hombre y «La Ciencia», el mismo que despreciaba nuestro maravilloso sistema inmunológico natural mientras ponía su fe en una chapuza de «vacunas», y cuyas ínfulas no son más que un despliegue de soberbia.

Pero lo más importante que debemos aprender es que quienes han aprovechado un accidente de laboratorio para poner en marcha un experimento totalitario creen haber creado un precedente y aspiran a lograr el atajo hacia un gobierno global mediante una dictadura sanitaria global. Ésta es la función del Tratado de Pandemias que la OMS (cofinanciada por la Fundación Gates) quiere aprobar antes de que el senil Darth Biden abandone el poder.

Este tratado otorgaría potestad absoluta a la OMS en caso de emergencia sanitaria e incentivaría estados de pandemia permanente. No olviden que la OMS[18] modificó la definición de pandemia para que incluyera cualquier enfermedad contagiosa, aunque fuera un virus conocido y estadísticamente leve[19], que aprovechó la insignificante viruela «del mono», que ya nadie recuerda, para declarar una «emergencia sanitaria internacional[20]» y que tres años después aún mantiene vigente la declaración de pandemia con el covid. Ésta es una amenaza real para nuestra salud y libertad. Tómenla en serio.

EL DISCURSO «CIVILIZATORIO» DE PUTIN ENMARCA EL CONFLICTO ENTRE ORIENTE Y OCCIDENTE.

 

En su discurso ante la Asamblea Federal, el Presidente Putin subrayó que Rusia no es sólo un Estado-nación independiente, sino también una civilización distinta con identidad propia, que está en conflicto y se opone activamente a los valores de la «civilización occidental».

El esperado discurso del Presidente ruso Vladimir Putin ante la Asamblea Federal rusa el martes debe interpretarse como un tour de force de la soberanía.

El discurso, significativamente, marcó el primer aniversario del reconocimiento oficial por parte de Rusia de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, sólo unas horas antes del 22 de febrero de 2022. En muchos sentidos, lo que ocurrió hace un año también marcó el nacimiento del mundo multipolar real del siglo XXI.

Dos días después, Moscú lanzó la Operación Militar Especial (OME) en Ucrania para defender dichas repúblicas.

Frío, tranquilo, sereno, sin una pizca de agresividad, el discurso de Putin pintó a Rusia como una civilización antigua, independiente y muy distinta, que a veces sigue un camino en concierto con otras civilizaciones, a veces en divergencia.

Ucrania, parte de la civilización rusa, ahora resulta estar ocupada por la civilización occidental, que según Putin «se volvió hostil hacia nosotros», como en algunos casos en el pasado. Así que la fase aguda de lo que es esencialmente una guerra por poderes de Occidente contra Rusia tiene lugar sobre el cuerpo de la civilización rusa.

Eso explica la aclaración de Putin de que «Rusia es un país abierto, pero con una civilización independiente; no nos consideramos superiores a nadie, pero heredamos nuestra civilización de nuestros antepasados y debemos conservarla y transmitirla».

Una guerra que dilapida el cuerpo de la civilización rusa es un serio asunto existencial. Putin también dejó claro que «Ucrania está siendo utilizada como herramienta y campo de pruebas por Occidente contra Rusia». De ahí la inevitable consecuencia: «Cuantas más armas de largo alcance se envíen a Ucrania, más tiempo tendremos para alejar la amenaza de nuestras fronteras».

Traducción: esta guerra será larga y dolorosa. No habrá una victoria rápida con una mínima pérdida de sangre. Los próximos movimientos en torno al Dniéper pueden tardar años en consolidarse. Dependiendo de si la política estadounidense sigue aferrándose a los objetivos neocon y/o neoliberales, la línea del frente puede desplazarse a Leópolis. Entonces, la política alemana puede cambiar. Es posible que el comercio normal con Francia y Alemania no se recupere hasta finales de la próxima década.

Exasperación en el Kremlin: START está acabado
Todo esto nos lleva a los juegos del Imperio de la Mentira. Dice Putin: «Las promesas... de los gobernantes occidentales se convirtieron en falsificaciones y crueles mentiras. Occidente suministró armas, entrenó batallones nacionalistas. Incluso antes del comienzo de la OME, hubo negociaciones... sobre el suministro de sistemas de defensa aérea... Recordamos los intentos de Kiev de obtener armas nucleares».
Putin dejó claro, una vez más, que el elemento de confianza entre Rusia y Occidente, especialmente Estados Unidos, ha desaparecido. Así que es una decisión natural que Rusia se retire del tratado sobre armas estratégicas ofensivas, pero no lo hacemos oficialmente. Por ahora sólo interrumpimos nuestra participación en el tratado START. No se pueden permitir inspecciones estadounidenses en nuestros emplazamientos nucleares.

Como apunte, de los tres principales tratados sobre armamento entre Estados Unidos y Rusia, Washington abandonó dos de ellos: El Tratado sobre Misiles Antibalísticos (ABM, por sus siglas en inglés) fue desechado por la administración del expresidente George W. Bush en 2002, y el Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en inglés) fue vetado por el expresidente Donald Trump en 2019.

Esto demuestra el grado de exasperación del Kremlin. Putin está incluso dispuesto a ordenar al Ministerio de Defensa y a Rosatom que se preparen para probar las armas nucleares rusas si Estados Unidos sigue primero el mismo camino.

Si ese es el caso, Rusia se verá obligada a romper completamente la paridad en la esfera nuclear, y a abandonar la moratoria sobre las pruebas nucleares y la cooperación con otras naciones en lo que se refiere a la producción de armas nucleares. Hasta ahora, el juego de Estados Unidos y la OTAN consistía en abrir una ventanita que les permitiera inspeccionar los emplazamientos nucleares rusos.

Con su jugada de judo, Putin devuelve la presión a la Casa Blanca.

Estados Unidos y la OTAN no estarán precisamente entusiasmados cuando Rusia empiece a probar sus nuevas armas estratégicas, especialmente el Poseidón post-apocalipsis, el mayor torpedo de propulsión nuclear jamás desplegado, capaz de desencadenar aterradoras marejadas oceánicas radiactivas.

En el plano económico: Eludir el dólar estadounidense es la jugada esencial hacia la multipolaridad. Durante su discurso, Putin hizo hincapié en ensalzar la resistencia de la economía rusa: «El PIB ruso en 2022 sólo disminuyó un 2,1 por ciento, las estimaciones de la parte contraria no se hicieron realidad, decían que un 15-20 por ciento». Esa resistencia da a Rusia margen suficiente para «trabajar con sus socios para independizar el sistema de pagos internacionales del dólar estadounidense y otras monedas occidentales. El dólar perderá su papel universal».

Sobre geoeconomía: Putin no escatimó elogios a los corredores económicos, desde Asia Occidental a Asia Meridional: «Se construirán nuevos corredores, rutas de transporte hacia el Este, esta es la región donde centraremos nuestro desarrollo, nuevas autopistas hacia Kazajstán y China, nuevo corredor Norte-Sur hacia Pakistán, Irán».

Y estos conectarán con Rusia desarrollando «los puertos de los mares Negro y de Azov, es necesario construir corredores logísticos dentro del país». El resultado será una interconexión progresiva con el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC, por sus siglas en inglés), entre cuyos principales socios figuran Irán e India, y, en última instancia, con la Nueva Ruta de la Seda.
El plan de China para la seguridad mundial
Es inevitable que, aparte de esbozar varias políticas estatales orientadas al desarrollo interno de Rusia —incluso se podrían comparar con las políticas socialistas—, gran parte del discurso de Putin tuviera que centrarse en la guerra OTAN vs. Rusia hasta el último momento ucraniana.
Putin comentó cómo «nuestras relaciones con Occidente se han degradado, y esto es enteramente culpa de Estados Unidos»; cómo el objetivo de la OTAN es infligir una «derrota estratégica» a Rusia; y cómo el frenesí belicista le había obligado, hace una semana, a firmar un decreto «poniendo nuevos complejos estratégicos terrestres en servicio de combate».

Así que no es casualidad que el embajador estadounidense fuera convocado inmediatamente al Ministerio de Asuntos Exteriores justo después del discurso de Putin.

El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, dijo a la embajadora Lynne Tracey en términos inequívocos que Washington debe tomar medidas concretas: entre ellas, retirar de Ucrania todas las fuerzas y equipos militares estadounidenses y de la OTAN. En un gesto sorprendente, exigió una explicación detallada de la destrucción de los gasoductos Nord Stream 1 y 2, así como el cese de la injerencia estadounidense en una investigación independiente para identificar a los responsables.

Manteniendo el impulso en Moscú, el alto diplomático chino Wang Yi se reunió con el secretario del Consejo de Seguridad ruso, Nikolai Patrushev, antes de hablar con Lavrov y Putin. Patrushev señaló que «el rumbo hacia el desarrollo de una asociación estratégica con China es una prioridad absoluta de la política exterior rusa». Wang Yi, no tan crípticamente, añadió: «Moscú y Pekín deben sincronizar sus relojes».

Los estadounidenses están haciendo todo lo posible para intentar adelantarse a la propuesta china de desescalada en Ucrania. El plan chino debe presentarse este viernes, y existe un grave riesgo de que Pekín caiga en una trampa tendida por la plutocracia occidental.

Demasiadas «concesiones» chinas a Rusia, y no tantas a Ucrania, pueden servir para abrir una brecha entre Moscú y Pekín (Divide y vencerás, que es siempre el plan A de EE.UU. No hay plan B).

Palpando las aguas, los propios chinos decidieron tomar la ofensiva, presentando un Documento Conceptual de la Iniciativa de Seguridad Global.

El problema es que Pekín sigue atribuyendo demasiada influencia a una ONU desdentada, cuando se refiere a «formular un Nuevo Programa de Paz y otras propuestas presentadas en Nuestro Programa Común por el Secretario General de la ONU».

Lo mismo cuando Pekín sostiene el consenso de que «una guerra nuclear no puede ganarse y nunca debe librarse». Intenta explicárselo a los psicópatas neocon straussianos del Beltway, que no saben nada de guerras, y mucho menos de guerras nucleares.

Los chinos afirman la necesidad de «cumplir la declaración conjunta sobre prevención de la guerra nuclear y evitación de la carrera armamentística emitida por los líderes de los cinco estados poseedores de armas nucleares en enero de 2022». Y de «reforzar el diálogo y la cooperación entre los estados poseedores de armas nucleares para reducir el riesgo de guerra nuclear».

Se puede apostar a que Patrushev explicó detalladamente a Wang Yi cómo eso no es más que una ilusión. La «lógica» del actual «liderazgo» colectivo occidental ha sido expresada, entre otros, por el mediocre irredento Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN: incluso la guerra nuclear es preferible a una victoria rusa en Ucrania.

El comedido pero firme discurso de Putin ha dejado claro que lo que está en juego es cada vez más importante. Y todo gira en torno a hasta qué punto la «ambigüedad estratégica» de Rusia —y China— son capaces de petrificar a un Occidente paranoico que coquetea con las nubes en forma de hongo.

Pepe Escobar

Publicado en Geopolítika.ru de:

¿QUIÉN VA GANANDO EN EL PEOR CONFLICTO DE EUROPA DESDE LA 2GM?

 

Rusia lanzó lo que describió como una operación militar especial en Ucrania el 24 de febrero de 2022, que según afirmó era para defender allí sus líneas rojas de seguridad nacional después de que la OTAN las cruzara clandestinamente. Esto incluía la alegación de Moscú de que tenía el deber de detener lo que decía que era un genocidio en Dombás. Sin embargo, Kiev, la OTAN y algunos de sus socios no occidentales afirmaron que esta medida violaba el derecho internacional. Posteriormente, impusieron las máximas sanciones contra Rusia.
«La opinión pública mundial sigue dividida sobre quién es el culpable de todo lo ocurrido el año pasado, pero todos coinciden en que representa el peor conflicto de Europa desde la 2GM. La última fase del conflicto ucraniano también se considera cada vez menos como un conflicto puramente ruso-ucraniano y más como una guerra de poder entre Rusia y la OTAN que se está librando en Ucrania. Esto se debe a que ese bloque ha apoyado a Kiev con más de 120.000 millones de dólares en armas y otras ayudas».

La óptica de la OTAN luchando indirectamente contra Rusia en Ucrania mediante su apoyo de espectro completo sin precedentes a esta última, ha llevado a muchos a declarar que existe una nueva Guerra Fría. Las autoridades rusas, incluido el presidente Vladimir Putin, han presentado la campaña de su país como parte de una lucha global más amplia contra la hegemonía unipolar de Estados Unidos en las relaciones internacionales, mientras que sus homólogos occidentales han afirmado que apoyan a Kiev como parte de su obligación de defender la «democracia» en todo el mundo.

Ninguno de los dos bandos, ya sea Rusia-Ucrania o Rusia-OTAN, parece haber esperado que el conflicto se prolongara tanto. Los funcionarios estadounidenses advirtieron antes de que se desencadenasen los acontecimientos del 24 de febrero de 2022 que Kiev corría el riesgo de ser invadida por Rusia en tres días, pero también creían que las sanciones máximas impuestas a Rusia como respuesta provocarían una rápida retirada. Sin embargo, ninguno de los dos resultados se materializó, e incluso The New York Times reconoció recientemente que las sanciones han fracasado.

Por parte de Rusia, su autodenominada moderación en cuanto a la forma en que sigue describiendo el desarrollo de la campaña en curso sugiere que estaba dando prioridad a los cálculos políticos posteriores al conflicto, encaminados a reconciliar a su población, frente a la mera persecución de objetivos militares, lo que implica que también ella esperaba una victoria rápida. Además, sus reveses en las regiones de Járkov y Jersón fueron desventajosos para sus objetivos, y su movilización parcial el pasado septiembre comenzó posiblemente debido a la creciente presión militar sobre ella.

En la situación actual, la última fase del conflicto se encuentra en punto muerto desde mediados de noviembre, y desde entonces Rusia sólo ha logrado avances mínimos sobre el terreno. El referéndum celebrado por Moscú en las regiones de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia el pasado mes de septiembre dio lugar a su adhesión a Rusia, aunque Kiev y sus socios consideran que se trata de una anexión ilegal. El Kremlin, sin embargo, afirma que esta realidad debe constituir el punto de partida para reactivar el proceso de paz.

Por el contrario, sus oponentes exigen que Rusia se retire de todo el territorio que Ucrania reclama como propio para reanudar las conversaciones que pongan fin al conflicto. En medio de este dilema, cada una de las partes se está preparando para otra ofensiva a gran escala contra la otra, reduciendo así las posibilidades de una resolución política hasta algún tiempo después de que terminen las próximas batallas. A este respecto, sigue sin estar claro qué bando tendrá éxito en la próxima ofensiva, si es que lo tiene.

El Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, declaró la semana pasada que su bloque se encuentra en una supuesta carrera logística y guerra de desgaste con Rusia, advirtiendo de que el fracaso en mantener el ritmo, la escala y el alcance del apoyo armado a Kiev podría llevarle a perder. Este comentario añadió credibilidad a las preocupaciones previas compartidas por The New York Times el pasado mes de noviembre y por el Secretario Naval de Estados Unidos en enero de que Occidente está experimentando una crisis militar-industrial causada por su falta de preparación para un conflicto prolongado.

También debe mencionarse, en relación con la observación anterior, que el apoyo de la OTAN a Ucrania, por valor de 120.000 millones de dólares, ha sido insuficiente para derrotar a Rusia hasta ahora, lo que plantea interrogantes sobre la cantidad exacta que se necesitará en última instancia para seguir avanzando en ese objetivo, por no hablar de alcanzarlo plenamente. Sin embargo, a pesar de la impresionante resistencia militar de Rusia ante una oposición sin precedentes a su campaña en curso, sus fuerzas no han recuperado el impulso que perdieron en abril.

La dinámica estratégico-militar al cabo de un año de la última fase del conflicto ucraniano sugiere, por tanto, que no hay un claro vencedor en este momento en el peor conflicto de Europa desde la 2GM. Si bien este hecho, de por sí, haría albergar esperanzas de que negociaran un alto el fuego para evitar un mayor agotamiento de sus fuerzas (y, en el caso de Kiev, también de las de sus socios), esto aún no ha sucedido debido a las condiciones que cada parte ha puesto para reanudar dichas conversaciones, que la otra considera inaceptables.

Así las cosas, se puede predecir que las próximas ofensivas planeadas por cada bando podrían ser decisivas para obligar al otro a aceptar las condiciones mencionadas, en caso de que consigan algunos éxitos importantes sobre el terreno. Si el estancamiento se mantiene en gran medida después de que se disipe el humo, y la próxima ronda de combates podría tardar en terminar hasta el próximo invierno, entonces ambas partes podrían moderar sus posturas respecto a las conversaciones de paz.

Teniendo esto en cuenta, el papel de los Estados verdaderamente neutrales podría llegar a ser mucho más importante en ese escenario, ya que funcionarían como los mediadores más creíbles para facilitar la reactivación de ese proceso. Publicado el 24 de febrero, la Posición de China sobre la solución política de la crisis ucraniana, que es un documento de posición de 12 puntos sobre una solución política de la crisis ucraniana, podría impulsar las respectivas credenciales de China y posicionarla así para desempeñar un papel pacífico si todas las partes están de acuerdo.

Es prematuro pronosticar cómo se desarrollará todo, ya que hay demasiadas variables que influyen en la situación, incluidas las que el público no conoce. Dicho esto, pocos dudan de que ambas partes están preparando ofensivas y que su resultado será decisivo para determinar lo que viene después. Tanto si una de las partes coacciona a la otra para que acepte sus condiciones para las conversaciones de paz como si una tercera parte realmente neutral convence a ambas para que lo hagan sin condiciones previas, el conflicto terminará inevitablemente por la vía diplomática.

Traducción al español para Geopolítica.ru desde: