¿Cómo que nos prohíben tener coches de gasolina?
RELACIONES CON EEUU; DEBATES SOBRE EL HÜDAPAR; DEBATES SOBRE LA ALIANZA CON EL HDP.
Otro asunto fueron las negociaciones del AKP con el partido religioso radical HÜDAPAR sobre si este partido se uniría a la Alianza Popular.
Las conversaciones entre la Alianza Popular y el HDP, conocido por sus vínculos con la organización terrorista PKK, fueron otro tema importante.
La visita de Ibrahim Kalın a Estados Unidos, las declaraciones de Ünal Çeviköz sobre la OTAN.«Necesitamos un amplio diálogo estratégico geopolítico con un sentido de urgencia, no sólo para abordar la guerra de Ucrania, la energía, la situación en Afganistán, Libia o el Mediterráneo, sino también todas las demás cosas. Deberíamos hacerlo no sólo por nuestros países, sino por el futuro del planeta».
Lamentando las relaciones Kalın dijo que «Turquía ha sido sometida a un escrutinio injusto y tendencioso sobre el significado y la fuerza de nuestras alianzas».
Kalın también hizo un llamamiento a los empresarios estadounidenses para que aumenten el volumen de intercambios comerciales entre ambos países.
En la sesión de preguntas del Foro, Kalın señaló que Europa ha decidido no comprar petróleo y gas rusos y sugirió dos posibilidades para compensarlo:
«La primera de ellas es el gas exportado desde Azerbaiyán a Turquía. Podemos aumentar la capacidad de transmisión de los gasoductos. Pero eso no basta. El segundo son los recursos energéticos del Mediterráneo oriental. Por razones políticas, se planeó evitar Turquía y transportar gas a Grecia a través de Chipre. Sin embargo, se rechazó por ser demasiado caro. Así que no hay una tercera alternativa. Turquía participa en ambas alternativas».
İbrahim Kalın también se reunió con el Consejero de Seguridad Nacional Jake Sullivan. La Casa Blanca declaró que «el Sr. Sullivan reiteró sus condolencias por la trágica pérdida de vidas debido a los terremotos en Turquía y sostuvo el apoyo de Estados Unidos para el pueblo de Turquía en su esfuerzo de recuperación en curso».
Según la Casa Blanca, en la reunión se trataron tres temas: La Iniciativa de los cereales del Mar Negro, Armenia-Azerbaiyán y Suecia-Finlandia.
Se señala que ambos funcionarios hablaron de «sus preocupaciones compartidas sobre la agresión en curso de Rusia contra Ucrania y los esfuerzos de Turquía para asegurar una renovación de la Iniciativa de Granos del Mar Negro».
«También hablaron de su respaldo a las conversaciones de paz en curso entre Armenia y Azerbaiyán, así como de la cooperación bilateral en materia de defensa».
«Actualmente, las relaciones entre Turquía y Rusia son bastante asimétricas porque Turquía depende en gran medida de las importaciones energéticas de Rusia... Simplemente haremos hincapié en el hecho de que Turquía es miembro de la OTAN, y en nuestras conversaciones con Rusia, sin duda buscaremos una relación entre iguales, pero también recordaremos a Rusia que Turquía es miembro de la OTAN».
«Si llevas tus problemas bilaterales a una organización multilateral, como la OTAN, entonces estás creando una especie de polarización con todos los demás miembros de la OTAN con tu país», señaló. «Creo que la adhesión de Suecia y Finlandia aumentará y reforzará la seguridad de una organización de defensa colectiva, como la OTAN».
Político escribió que «Çeviköz también dijo que la alianza de la oposición no bloquearía el proceso de adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN como Erdoğan ha estado haciendo».
En cuanto a la Unión Europea, Político escribe: «Cuando se le preguntó acerca de los países de la UE que tradicionalmente han sido hostiles a la adhesión de Turquía a la UE —como Francia y Austria— Çeviköz subrayó la importancia de reanudar el proceso diplomático para trazar una línea bajo el enfrentamiento de Erdoğan con Europa».
Debates sobre el HÜDAPAREl Partido de la Causa Libre (HÜDAPAR), conocido por estar vinculado a la organización terrorista Jezbolá-Turquía (una organización completamente diferente de la libanesa Jezbolá, considerada, más como una organización religiosa radical, que como una organización terrorista), declaró su apoyo a Erdoğan en las elecciones presidenciales. Las conversaciones AKP-HÜDAPAR y la posibilidad de que HÜDAPAR se uniera a la Alianza Popular suscitaron debates.
Tras la reunión, Numan Kurtulmuş expresó su gratitud a HÜDAPAR por su apoyo a Erdoğan y añadió que continuarán las conversaciones entre ambas partes para ampliar la Alianza.
Zekeriya Yapıcıoğlu declaró que Erdoğan les había ofrecido unirse a la Alianza en enero y que ahora, tras la catástrofe del terremoto, se habían reanudado las conversaciones.
Al parecer, las relaciones con HÜDAPAR han provocado reacciones contrarias en el seno del AKP y del Partido del Movimiento Nacionalista (MHP). Un diputado del AKP, que habló con el diario Aydınlık pero deseaba permanecer en el anonimato, hizo las siguientes declaraciones sobre el acercamiento AKP-HÜDAPAR:
«Mientras intentamos ganar de 3 a 5 escaños parlamentarios en la región del Este y del Sureste vamos a perder muchos escaños en el conjunto de Turquía. Ahora estoy pensando cómo explicar esto a los votantes de mi circunscripción».Otra persona que ha sido diputado durante muchos años en el AKP declaró al diario Aydınlık:
«Las elecciones son de vital importancia. No se deben cometer errores. Las conversaciones y el posible acuerdo con HÜDAPAR es un error. Conozco muy bien la región del Este y del Sudeste. La gente de la región odia a HÜDAPAR. Todas las investigaciones muestran que al menos el 25 por ciento de los votantes que antes votaban al Partido Democrático de los Pueblos (HDP) votarán a Erdoğan en las elecciones presidenciales. Aunque los habitantes de la región votan al HDP por diversas razones, hay una parte considerable de ellos que se preocupan por el futuro del país. Incluir a HÜDAPAR en la Alianza Popular impediría estos votos. Esto ya es evidente en el ambiente actual en las redes sociales».
Otra valoración vino de Doğu Perinçek, líder del partido Vatan:
«La alianza electoral con HÜDAPAR es un signo de negligencia. ¡¡¡Ya hay una organización terrorista en el Parlamento: El PKK. Pero no es suficiente. Necesitamos una segunda en el parlamento»!!!
Jezbolá, llevó a cabo muchos actos terroristas en Turquía en la década de 1990, incluyendo el asesinato de Ali Gaffar Okkan, el jefe de policía de Diyarbakır en el momento.
Reunión entre el CHP y el HDPEn ella, Kemal Kılıçdaroğlu hizo declaraciones fundamentales sobre la llamada «cuestión kurda». Rechazó las causas judiciales contra alcaldes del HDP en el sureste de Turquía, donde varios están procesados debido al apoyo material a la organización terrorista PKK. El Ministerio del Interior turco ha nombrado alcaldes en esas ciudades donde los elegidos son objeto de juicios.
Kılıçdaroğlu declaró que «los que llegaron por elección al poder deben dejar el poder también por elección». También rechazó el juicio contra el HDP, actualmente en el Tribunal Constitucional, afirmando que «el cierre de partidos políticos no es una medida apropiada de nuestros tiempos».
El candidato presidencial de la oposición también afirmó «resolver la cuestión kurda en el Parlamento». Esto era una referencia a la llamada apertura kurda perseguida por el gobierno del AKP durante la década de 2010, cuando se celebraron negociaciones secretas con la organización terrorista y sus representantes políticos para una nueva Constitución y un nuevo sistema político. Estas fracasaron debido a la oposición pública, lo que se tradujo en la pérdida de votos para el AKP en las elecciones de junio de 2015, cuando el partido no fue capaz de establecer una coalición de gobierno.
Ya entonces, Kılıçdaroğlu no se oponía a las conversaciones ni a su contenido, sino al hecho de que se celebraran en secreto.
Su actual declaración de «resolver el problema en el Parlamento», realizada en una conferencia conjunta con el HDP, se interpretó como que, en caso de victoria electoral, proseguiría las conversaciones con el partido sobre la reforma política.
A cambio, la «Alianza del Trabajo y la Libertad», liderada por el HDP, declaró que no presentaría un candidato presidencial a las elecciones, apoyando así la candidatura de Kılıçdaroğlu.
La investigación contra el HDP por presuntos vínculos con la organización terrorista PKK sigue su curso.
Traducción al español para Geopolitica.ru por Enrique Refoyo
MANIFIESTO DE LOS FUNDADORES DEL MOVIMIENTO INTERNACIONAL DE RUSÓFILOS.
- teniendo en cuenta el papel significativo y la influencia de Rusia en el mundo moderno;
- declarando nuestro respeto por la historia, la lengua y la cultura rusas;
- firmemente convencidos de que la cooperación mutua fortalece a nuestros pueblos;
- expresando nuestra convicción de que sin un diálogo activo y bienintencionado con Rusia, nuestro mundo está incompleto y es inestable.
- promover y difundir la cultura rusa y el conocimiento de sus logros;
- ayudaremos a los amigos de Rusia de todo el mundo, organizativa y metódicamente, en sus actividades relacionadas con Rusia;
- apoyar la difusión de información fiable sobre Rusia y su relación con las cuestiones de actualidad de nuestro tiempo;
- resistir a la rusofobia en todas sus formas y manifestaciones;
- reforzar una «diplomacia de los pueblos» en defensa de un mundo multipolar, pacífico y armonioso.
Desde Wuhan, una epidemia de mentiras
Hace pocos días el director del FBI afirmó que «muy probablemente» el origen de la plandemia había sido un escape accidental de laboratorio en Wuhan[1], sumándose así a diversos informes que han ido aflorando recientemente y al informe eminentemente científico del Senado de EE.UU., publicado en octubre de 2022, que descartaba la teoría de un origen zoonótico natural y espontáneo[2].
Aunque probablemente el momento elegido para estas tibias iniciativas esté relacionado con la situación geopolítica actual y que por ahora carezcan del énfasis que merece la responsabilidad por la muerte de millones de personas, estamos ante un cambio de relato radical, pues durante la plandemia los medios de comunicación negaron y censuraron la teoría de un escape de laboratorio, aunque prestigiosas publicaciones médicas como el BMJ lo consideraban verosímil[3]. Dado que el único objeto de la censura es ocultar la verdad, de por sí éste era ya un indicio revelador, pero hay más.
EL DISCURSO «CIVILIZATORIO» DE PUTIN ENMARCA EL CONFLICTO ENTRE ORIENTE Y OCCIDENTE.
En su discurso ante la Asamblea Federal, el Presidente Putin subrayó que Rusia no es sólo un Estado-nación independiente, sino también una civilización distinta con identidad propia, que está en conflicto y se opone activamente a los valores de la «civilización occidental».
El esperado discurso del Presidente ruso Vladimir Putin ante la Asamblea Federal rusa el martes debe interpretarse como un tour de force de la soberanía.
El discurso, significativamente, marcó el primer aniversario del reconocimiento oficial por parte de Rusia de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, sólo unas horas antes del 22 de febrero de 2022. En muchos sentidos, lo que ocurrió hace un año también marcó el nacimiento del mundo multipolar real del siglo XXI.
Dos días después, Moscú lanzó la Operación Militar Especial (OME) en Ucrania para defender dichas repúblicas.
Frío, tranquilo, sereno, sin una pizca de agresividad, el discurso de Putin pintó a Rusia como una civilización antigua, independiente y muy distinta, que a veces sigue un camino en concierto con otras civilizaciones, a veces en divergencia.
Ucrania, parte de la civilización rusa, ahora resulta estar ocupada por la civilización occidental, que según Putin «se volvió hostil hacia nosotros», como en algunos casos en el pasado. Así que la fase aguda de lo que es esencialmente una guerra por poderes de Occidente contra Rusia tiene lugar sobre el cuerpo de la civilización rusa.
Eso explica la aclaración de Putin de que «Rusia es un país abierto, pero con una civilización independiente; no nos consideramos superiores a nadie, pero heredamos nuestra civilización de nuestros antepasados y debemos conservarla y transmitirla».
Una guerra que dilapida el cuerpo de la civilización rusa es un serio asunto existencial. Putin también dejó claro que «Ucrania está siendo utilizada como herramienta y campo de pruebas por Occidente contra Rusia». De ahí la inevitable consecuencia: «Cuantas más armas de largo alcance se envíen a Ucrania, más tiempo tendremos para alejar la amenaza de nuestras fronteras».
Traducción: esta guerra será larga y dolorosa. No habrá una victoria rápida con una mínima pérdida de sangre. Los próximos movimientos en torno al Dniéper pueden tardar años en consolidarse. Dependiendo de si la política estadounidense sigue aferrándose a los objetivos neocon y/o neoliberales, la línea del frente puede desplazarse a Leópolis. Entonces, la política alemana puede cambiar. Es posible que el comercio normal con Francia y Alemania no se recupere hasta finales de la próxima década.
Exasperación en el Kremlin: START está acabadoPutin dejó claro, una vez más, que el elemento de confianza entre Rusia y Occidente, especialmente Estados Unidos, ha desaparecido. Así que es una decisión natural que Rusia se retire del tratado sobre armas estratégicas ofensivas, pero no lo hacemos oficialmente. Por ahora sólo interrumpimos nuestra participación en el tratado START. No se pueden permitir inspecciones estadounidenses en nuestros emplazamientos nucleares.
Como apunte, de los tres principales tratados sobre armamento entre Estados Unidos y Rusia, Washington abandonó dos de ellos: El Tratado sobre Misiles Antibalísticos (ABM, por sus siglas en inglés) fue desechado por la administración del expresidente George W. Bush en 2002, y el Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en inglés) fue vetado por el expresidente Donald Trump en 2019.
Esto demuestra el grado de exasperación del Kremlin. Putin está incluso dispuesto a ordenar al Ministerio de Defensa y a Rosatom que se preparen para probar las armas nucleares rusas si Estados Unidos sigue primero el mismo camino.
Si ese es el caso, Rusia se verá obligada a romper completamente la paridad en la esfera nuclear, y a abandonar la moratoria sobre las pruebas nucleares y la cooperación con otras naciones en lo que se refiere a la producción de armas nucleares. Hasta ahora, el juego de Estados Unidos y la OTAN consistía en abrir una ventanita que les permitiera inspeccionar los emplazamientos nucleares rusos.
Con su jugada de judo, Putin devuelve la presión a la Casa Blanca.
Estados Unidos y la OTAN no estarán precisamente entusiasmados cuando Rusia empiece a probar sus nuevas armas estratégicas, especialmente el Poseidón post-apocalipsis, el mayor torpedo de propulsión nuclear jamás desplegado, capaz de desencadenar aterradoras marejadas oceánicas radiactivas.
En el plano económico: Eludir el dólar estadounidense es la jugada esencial hacia la multipolaridad. Durante su discurso, Putin hizo hincapié en ensalzar la resistencia de la economía rusa: «El PIB ruso en 2022 sólo disminuyó un 2,1 por ciento, las estimaciones de la parte contraria no se hicieron realidad, decían que un 15-20 por ciento». Esa resistencia da a Rusia margen suficiente para «trabajar con sus socios para independizar el sistema de pagos internacionales del dólar estadounidense y otras monedas occidentales. El dólar perderá su papel universal».
Sobre geoeconomía: Putin no escatimó elogios a los corredores económicos, desde Asia Occidental a Asia Meridional: «Se construirán nuevos corredores, rutas de transporte hacia el Este, esta es la región donde centraremos nuestro desarrollo, nuevas autopistas hacia Kazajstán y China, nuevo corredor Norte-Sur hacia Pakistán, Irán».
Y estos conectarán con Rusia desarrollando «los puertos de los mares Negro y de Azov, es necesario construir corredores logísticos dentro del país». El resultado será una interconexión progresiva con el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC, por sus siglas en inglés), entre cuyos principales socios figuran Irán e India, y, en última instancia, con la Nueva Ruta de la Seda.El plan de China para la seguridad mundial
Putin comentó cómo «nuestras relaciones con Occidente se han degradado, y esto es enteramente culpa de Estados Unidos»; cómo el objetivo de la OTAN es infligir una «derrota estratégica» a Rusia; y cómo el frenesí belicista le había obligado, hace una semana, a firmar un decreto «poniendo nuevos complejos estratégicos terrestres en servicio de combate».
Así que no es casualidad que el embajador estadounidense fuera convocado inmediatamente al Ministerio de Asuntos Exteriores justo después del discurso de Putin.
El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, dijo a la embajadora Lynne Tracey en términos inequívocos que Washington debe tomar medidas concretas: entre ellas, retirar de Ucrania todas las fuerzas y equipos militares estadounidenses y de la OTAN. En un gesto sorprendente, exigió una explicación detallada de la destrucción de los gasoductos Nord Stream 1 y 2, así como el cese de la injerencia estadounidense en una investigación independiente para identificar a los responsables.
Manteniendo el impulso en Moscú, el alto diplomático chino Wang Yi se reunió con el secretario del Consejo de Seguridad ruso, Nikolai Patrushev, antes de hablar con Lavrov y Putin. Patrushev señaló que «el rumbo hacia el desarrollo de una asociación estratégica con China es una prioridad absoluta de la política exterior rusa». Wang Yi, no tan crípticamente, añadió: «Moscú y Pekín deben sincronizar sus relojes».
Los estadounidenses están haciendo todo lo posible para intentar adelantarse a la propuesta china de desescalada en Ucrania. El plan chino debe presentarse este viernes, y existe un grave riesgo de que Pekín caiga en una trampa tendida por la plutocracia occidental.
Demasiadas «concesiones» chinas a Rusia, y no tantas a Ucrania, pueden servir para abrir una brecha entre Moscú y Pekín (Divide y vencerás, que es siempre el plan A de EE.UU. No hay plan B).
Palpando las aguas, los propios chinos decidieron tomar la ofensiva, presentando un Documento Conceptual de la Iniciativa de Seguridad Global.
El problema es que Pekín sigue atribuyendo demasiada influencia a una ONU desdentada, cuando se refiere a «formular un Nuevo Programa de Paz y otras propuestas presentadas en Nuestro Programa Común por el Secretario General de la ONU».
Lo mismo cuando Pekín sostiene el consenso de que «una guerra nuclear no puede ganarse y nunca debe librarse». Intenta explicárselo a los psicópatas neocon straussianos del Beltway, que no saben nada de guerras, y mucho menos de guerras nucleares.
Los chinos afirman la necesidad de «cumplir la declaración conjunta sobre prevención de la guerra nuclear y evitación de la carrera armamentística emitida por los líderes de los cinco estados poseedores de armas nucleares en enero de 2022». Y de «reforzar el diálogo y la cooperación entre los estados poseedores de armas nucleares para reducir el riesgo de guerra nuclear».
Se puede apostar a que Patrushev explicó detalladamente a Wang Yi cómo eso no es más que una ilusión. La «lógica» del actual «liderazgo» colectivo occidental ha sido expresada, entre otros, por el mediocre irredento Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN: incluso la guerra nuclear es preferible a una victoria rusa en Ucrania.
El comedido pero firme discurso de Putin ha dejado claro que lo que está en juego es cada vez más importante. Y todo gira en torno a hasta qué punto la «ambigüedad estratégica» de Rusia —y China— son capaces de petrificar a un Occidente paranoico que coquetea con las nubes en forma de hongo.
¿QUIÉN VA GANANDO EN EL PEOR CONFLICTO DE EUROPA DESDE LA 2GM?
«La opinión pública mundial sigue dividida sobre quién es el culpable de todo lo ocurrido el año pasado, pero todos coinciden en que representa el peor conflicto de Europa desde la 2GM. La última fase del conflicto ucraniano también se considera cada vez menos como un conflicto puramente ruso-ucraniano y más como una guerra de poder entre Rusia y la OTAN que se está librando en Ucrania. Esto se debe a que ese bloque ha apoyado a Kiev con más de 120.000 millones de dólares en armas y otras ayudas».
La óptica de la OTAN luchando indirectamente contra Rusia en Ucrania mediante su apoyo de espectro completo sin precedentes a esta última, ha llevado a muchos a declarar que existe una nueva Guerra Fría. Las autoridades rusas, incluido el presidente Vladimir Putin, han presentado la campaña de su país como parte de una lucha global más amplia contra la hegemonía unipolar de Estados Unidos en las relaciones internacionales, mientras que sus homólogos occidentales han afirmado que apoyan a Kiev como parte de su obligación de defender la «democracia» en todo el mundo.
Ninguno de los dos bandos, ya sea Rusia-Ucrania o Rusia-OTAN, parece haber esperado que el conflicto se prolongara tanto. Los funcionarios estadounidenses advirtieron antes de que se desencadenasen los acontecimientos del 24 de febrero de 2022 que Kiev corría el riesgo de ser invadida por Rusia en tres días, pero también creían que las sanciones máximas impuestas a Rusia como respuesta provocarían una rápida retirada. Sin embargo, ninguno de los dos resultados se materializó, e incluso The New York Times reconoció recientemente que las sanciones han fracasado.
Por parte de Rusia, su autodenominada moderación en cuanto a la forma en que sigue describiendo el desarrollo de la campaña en curso sugiere que estaba dando prioridad a los cálculos políticos posteriores al conflicto, encaminados a reconciliar a su población, frente a la mera persecución de objetivos militares, lo que implica que también ella esperaba una victoria rápida. Además, sus reveses en las regiones de Járkov y Jersón fueron desventajosos para sus objetivos, y su movilización parcial el pasado septiembre comenzó posiblemente debido a la creciente presión militar sobre ella.
En la situación actual, la última fase del conflicto se encuentra en punto muerto desde mediados de noviembre, y desde entonces Rusia sólo ha logrado avances mínimos sobre el terreno. El referéndum celebrado por Moscú en las regiones de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia el pasado mes de septiembre dio lugar a su adhesión a Rusia, aunque Kiev y sus socios consideran que se trata de una anexión ilegal. El Kremlin, sin embargo, afirma que esta realidad debe constituir el punto de partida para reactivar el proceso de paz.
Por el contrario, sus oponentes exigen que Rusia se retire de todo el territorio que Ucrania reclama como propio para reanudar las conversaciones que pongan fin al conflicto. En medio de este dilema, cada una de las partes se está preparando para otra ofensiva a gran escala contra la otra, reduciendo así las posibilidades de una resolución política hasta algún tiempo después de que terminen las próximas batallas. A este respecto, sigue sin estar claro qué bando tendrá éxito en la próxima ofensiva, si es que lo tiene.
El Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, declaró la semana pasada que su bloque se encuentra en una supuesta carrera logística y guerra de desgaste con Rusia, advirtiendo de que el fracaso en mantener el ritmo, la escala y el alcance del apoyo armado a Kiev podría llevarle a perder. Este comentario añadió credibilidad a las preocupaciones previas compartidas por The New York Times el pasado mes de noviembre y por el Secretario Naval de Estados Unidos en enero de que Occidente está experimentando una crisis militar-industrial causada por su falta de preparación para un conflicto prolongado.
También debe mencionarse, en relación con la observación anterior, que el apoyo de la OTAN a Ucrania, por valor de 120.000 millones de dólares, ha sido insuficiente para derrotar a Rusia hasta ahora, lo que plantea interrogantes sobre la cantidad exacta que se necesitará en última instancia para seguir avanzando en ese objetivo, por no hablar de alcanzarlo plenamente. Sin embargo, a pesar de la impresionante resistencia militar de Rusia ante una oposición sin precedentes a su campaña en curso, sus fuerzas no han recuperado el impulso que perdieron en abril.
La dinámica estratégico-militar al cabo de un año de la última fase del conflicto ucraniano sugiere, por tanto, que no hay un claro vencedor en este momento en el peor conflicto de Europa desde la 2GM. Si bien este hecho, de por sí, haría albergar esperanzas de que negociaran un alto el fuego para evitar un mayor agotamiento de sus fuerzas (y, en el caso de Kiev, también de las de sus socios), esto aún no ha sucedido debido a las condiciones que cada parte ha puesto para reanudar dichas conversaciones, que la otra considera inaceptables.
Así las cosas, se puede predecir que las próximas ofensivas planeadas por cada bando podrían ser decisivas para obligar al otro a aceptar las condiciones mencionadas, en caso de que consigan algunos éxitos importantes sobre el terreno. Si el estancamiento se mantiene en gran medida después de que se disipe el humo, y la próxima ronda de combates podría tardar en terminar hasta el próximo invierno, entonces ambas partes podrían moderar sus posturas respecto a las conversaciones de paz.
Teniendo esto en cuenta, el papel de los Estados verdaderamente neutrales podría llegar a ser mucho más importante en ese escenario, ya que funcionarían como los mediadores más creíbles para facilitar la reactivación de ese proceso. Publicado el 24 de febrero, la Posición de China sobre la solución política de la crisis ucraniana, que es un documento de posición de 12 puntos sobre una solución política de la crisis ucraniana, podría impulsar las respectivas credenciales de China y posicionarla así para desempeñar un papel pacífico si todas las partes están de acuerdo.
Es prematuro pronosticar cómo se desarrollará todo, ya que hay demasiadas variables que influyen en la situación, incluidas las que el público no conoce. Dicho esto, pocos dudan de que ambas partes están preparando ofensivas y que su resultado será decisivo para determinar lo que viene después. Tanto si una de las partes coacciona a la otra para que acepte sus condiciones para las conversaciones de paz como si una tercera parte realmente neutral convence a ambas para que lo hagan sin condiciones previas, el conflicto terminará inevitablemente por la vía diplomática.