LA OTRA GUERRA DE UCRANIA

No creemos que se pueda reprochar a Rusia que decida intervenir para atajar una masacre de compatriotas en el Dombás.

La propaganda oficial pretende que la llamada ‘guerra de Ucrania’ ha empezado con la intervención del ejército ruso. Pero lo cierto es que se trata de una guerra sistemáticamente ignorada durante ocho años por los medios de cretinización de masas. Una guerra hasta ahora localizada en la región del Dombás que hasta diciembre de 2021 —citamos datos de la ONU— había costado 14.300 muertos y 38.000 heridos, de los cuales 3.404 muertos y más de 8.000 heridos han sido víctimas civiles indefensas. Además de esta masacre silenciosa, cientos de miles de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares; y, en general, toda la población de la región (que se reconoce como rusa, aunque ni siquiera pueda expresarse públicamente en su lengua materna) ha sido sometida a bloqueo económico y bancario. Mientras la población civil del Dombás era asesinada por el Gobierno ucraniano —con el patrocinio y la provisión de armas estadounidense—, los medios occidentales guardaban silencio; y las colonias europeas: en especial Francia y Alemania, que se comprometieron a ello, no velaban por el cumplimiento de los acuerdos de Minsk. Pero ha bastado que Rusia, tras ocho años de muerte y destrucción, haya lanzado una ofensiva para que, de repente, nos enteremos de la existencia de una guerra ante la que durante ocho años hemos cerrado los ojos. Los medios se han apresurado a divulgar (amén de muchas fotos y videos trucados) imágenes de civiles durmiendo en estaciones de metro; pero antes han ocultado durante ocho años las imágenes de civiles del Dombás en sótanos en ruinas, porque sus casas habían sido bombardeadas.

Desde luego, a Rusia se le pueden lanzar muchos reproches. Se le puede reprochar, por ejemplo, haber pretendido resolver una amputación de su territorio, perpetrada al socaire del colapso de la Unión Soviética, mediante unos frágiles acuerdos de paz que mantenían a millones de rusos (toda la población del este de Ucrania) bajo la férula de unas autoridades rusófobas. También se le puede reprochar que utilice ahora una retórica antifascista (o ‘desnazificadora’) cuando antes reconoció tanto a Poroshenko como a Zelenski, quienes han sufragado y militarizado a muchos grupos de extrema derecha. Y, desde luego, se le puede reprochar también a Rusia que su respuesta militar no se haya circunscrito al Dombás y regiones limítrofes (aunque, desde luego, si hubiese dejado operativos los centros militares ucranianos, tal vez se habría desatado una guerra más cruenta). Se le puede reprochar, en fin que acabe en fracaso (o en guerra enquistada) lo que fue concebido como una ‘blitzkrieg’; pues entonces todos los países fronterizos se incorporarán a la OTAN, que así estrechará más el cerco sobre Rusia, hasta asfixiarla.

En cambio, no creemos que se pueda reprochar a Rusia que decida intervenir para atajar una masacre de compatriotas en el Dombás que dura ocho años. ¿Cuántos muertos más eran precisos para que la intervención rusa estuviese justificada?

Fuente: ABC/Juan Manuel Prada


REPÚBLICA DE DAGUESTÁN

 
Bandera de Daguestán

La República de Daguestán​ es uno de los ochenta y cinco sujetos federales que componen la Federación Rusa. Su capital es Majachkalá. Está ubicada en el distrito Cáucaso Norte, en el extremo suroeste del país limitando al norte con Stávropol y Kalmukia, al este con el mar Caspio, al sur con Azerbaiyán, al oeste con Georgia y al noroeste con Chechenia.

Con una población de 2.910.249 habitantes, Daguestán es étnicamente muy diversa (es la república más heterogénea de Rusia, donde ningún grupo étnico constituye una mayoría) con varias decenas de grupos y subgrupos étnicos que habitan la región, la mayoría de los cuales hablan lenguas caucásicas y turcas. Los más importantes entre estos grupos étnicos son los ávaros, darguines, cumucos, lezguinos, laks, azeríes, tabasaranes y chechenos.​ Los rusos étnicos representan alrededor del 3,6% de la población total de Daguestán. El ruso es la lengua oficial primaria y la lengua franca entre los grupos étnicos. Sin embargo, la palabra Daghestan o Daghstan se deriva de la palabra túrquica dağ (montaña) y el sufijo persa -stan (tierra) y significa «país de montañas».

Daguestán ha sido escenario de una insurgencia islámica de bajo nivel, brotes ocasionales de separatismo, tensiones étnicas y terrorismo desde la década de 1990. Según el International Crisis Group, la organización militante islamista Jamaat Shariat es responsable de mucha de la violencia de la república.​ Gran parte de la tensión tiene su origen en un conflicto interno entre grupos islámicos sufíes tradicionales que defienden el gobierno secular y más recientemente profesores salafistas predicando la aplicación de la Sharia en Daguestán.

TOPONIMIA
La palabra «Daguestán» es de origen túrquico y persa. Dağ significa «montaña» en túrquico y -stan es un sufijo persa que significa «tierra». La palabra Daguestán, por tanto, significa «tierra de las montañas». Daguestán solía llamarse Kohestán «lugar montañoso» en persa y arabizado como Ghahestán. Cuando la lengua persa se desvaneció poco a poco en esas regiones y la lengua túrquica se impuso, el koh persa (kuh en persa moderno) fue sustituido por su equivalente turco dagh.

La actual ciudad transcrita como Derbent es del persa Darband, lo que significa un punto en una montaña que no se puede subir más. En el misticismo islámico persa Darband es el lugar donde vive Simurg (Shahrokh o Fénix) y es el punto final y más lejano del mundo que el hombre puede imaginar. Algunas áreas de Daguestán eran conocidos como Albania, Avaria y Tarkov en varias ocasiones.

HISTORIA
Dominación cristiana
Los registros más antiguos sobre la región se refieren al estado de Albania caucásica en el sur, con su capital en Derbent y otros centros importantes en Chola, Toprakh Qala, y Urtseki. Las regiones del norte estaban en poder de una confederación de tribus de Daguestán. En los primeros siglos de nuestra era, Albania caucásica siguió gobernando sobre lo que es hoy Azerbaiyán y las montañas de Daguestán. El lugar fue objeto de luchas en la antigüedad por el Imperio romano y los persas sasánidas y se convirtió al cristianismo desde entonces.

Los sasánidas construyeron una fuerte ciudadela en Derbent, conocido en adelante como las «Puertas Caspias»,​ mientras que la parte norte de Daguestán fue invadida por los hunos, seguidos por los ávaros caucásicos. No está claro si estos últimos fueron fundamentales en el surgimiento del reino cristiano en las tierras altas de Daguestán Central. Conocido como Sarir, este estado dominado por los ávaros mantuvo una precaria existencia a la sombra de Jazaria y el Califato hasta el siglo IX, cuando logró afirmar su supremacía en la región.

En 664, los persas fueron sucedidos en Derbent por los árabes, que en el siglo VIII se enfrentaron en varias ocasiones con los jázaros.​ Aunque la población local se levantó contra los árabes de Derbent en 905 y 913, el islam fue finalmente adoptado en los centros urbanos, como Samandar y Kubachi (Zerechgeran), desde donde penetró de manera constante en las tierras altas. En el siglo XV, el cristianismo albanés había muerto, dejando a una iglesia del siglo X en Datuna como el único monumento a su existencia.

Llegada del islam y la Rusia zarista
Debido a la presión musulmana y la desunión interna, Sarir se desintegró a principios del siglo XII, dando paso al Kanato de Avaristán, un estado musulmán de larga vida que hizo frente a las devastadoras invasiones mongolas de 1222 y 1239, seguido de la incursión de Tamerlán en 1389.

¡¡¡Desde el siglo IX, el islam prevalece en Daguestán...!!!
En la imagen, un musulmán en Daguestán septentrional

Como la autoridad mongol se fue erosionado gradualmente, surgieron nuevos centros de poder en Kaitagi y Tarki. Los persas (bajo los safávidas) recuperaron su dominio de la región en el siglo XVI, cosa que harían, de forma intermitente, hasta principios del siglo XIX. Las tradiciones jurídicas se codificaron en los siglos XVI y XVII y comunidades montañosas (djamaatos) obtuvieron un grado considerable de autonomía, mientras que los potentados cumucos (shamkhal) pidieron protección del zar después de la guerra ruso-persa (1651-1653), pese a la derrota del Zarato ruso.

Los rusos intensificaron su dominio en la región en el siglo XVIII, cuando Pedro el Grande anexó la costa daguestaní en el curso de la guerra ruso-persa (1722-1723). Aunque los territorios fueron devueltos a Persia en 1735, las siguientes hostilidades resultaron en la conquista rusa de Derbent en 1796. Sin embargo, los rusos fueron de nuevo obligados a retirarse de todo el Cáucaso tras los problemas gubernamentales internos, haciendo que Persia recobrase el territorio de nuevo.

El siglo XVIII también resurgió el Kanato de Avaristán, que incluso logró repeler los ataques de Nadir Shah de Persia e imponer tributo a Shirván y Georgia. En 1803, el kanato se sometió voluntariamente a la autoridad rusa, pero Persia pasó una década hasta que reconoció a Daguestán como posesión rusa (Tratado de Gulistan).

La administración rusa, sin embargo, decepcionó y amargó a los montañeses. La imposición de altos impuestos, junto con la expropiación de latifundios y la construcción de fortalezas (entre ellas Majachkalá), encolerizó a los montañeses, que se unieron bajo la égida del Imanato musulmán de Daguestán, acaudillado por Ghazi Mohammed (1828-1832), Gamzat-bek (1832-1834) y Shamil (1834-1859). La guerra en el Cáucaso duró hasta 1864, cuando Shamil fue capturado y el Kanato de Avaristán fue abolido.

Periodo revolucionario y soviético
Daguestán y Chechenia se beneficiaron de la guerra ruso-turca (1877-1878), en la que se rebelaron juntos contra la Rusia Imperial por última vez (Chechenia resucitó varias veces a lo largo de los siglos XIX y XX). Ingusetia, Chechenia y Daguestán declararon su independencia de Rusia el 21 de diciembre de 1917 y formaron un solo Estado: Moradores Unidos de las Montañas del Cáucaso del Norte (también conocida como República de las Montañas del Cáucaso Septentrional), que fue reconocida por las principales potencias mundiales. La capital del nuevo Estado fue trasladada a Temir-Khan-Shura (Daguestán). El primer jefe de Gobierno fue Tapa Chermóyev, un destacado estadista checheno y el segundo primer ministro fue un estadista ingusetio, Vassan-Girey Dzhabagiev, quien también fue el autor de la Constitución de 1917 y que en 1920 fue reelegido.

En 1921, los rusos atacaron y ocuparon el país por la fuerza creando la República Autónoma Socialista Soviética de Daguestán, parte de la RSFS de Rusia. La guerra del Cáucaso por la independencia continuó con el Gobierno en el exilio.14​ Después de la revolución bolchevique, los ejércitos otomanos ocuparon Azerbaiyán y Daguestán y la región fue parte de la efímera República de las Montañas del Cáucaso Septentrional. Después de más de tres años de lucha contra el movimiento blanco y los nacionalistas locales, los bolcheviques lograron la victoria y la República Autónoma Socialista Soviética de Daguestán fue proclamada el 20 de enero de 1921. Sin embargo, la industrialización de Stalin pasó por alto en gran medida Daguestán y la economía se estancó, lo que hizo de ella la república más pobre de Rusia.

Etapa pos-soviética e insurgencia en el Cáucaso
Al igual que sus vecinos Georgia, Azerbaiyán y Chechenia, Daguestán desarrolló un movimiento nacionalista renovado a finales de 1980. El nacionalismo daguestaní, sin embargo, descansa sobre cimientos muy inestables, ya que la república era (y es) muy multiétnica, con muchas de sus regiones siendo adiciones recientes, e incluso la existencia de una Daguestán unificada era relativamente nueva con poco contexto histórico (Avaria había sido una entidad separada y la mayoría de las zonas eran completamente ajenos a cualquier tipo de gobierno centralizado). La nueva élite de Daguestán, compuesta mayoritariamente por ávaros, darguines y rusos, fundó y consolidó su poder. A día de hoy, Daguestán es una región con muchos problemas. Hay varios movimientos islamistas wahabíes clandestinos (algunos más moderados que otros, hay también un partido constitucional islamista que fue prohibido), originados a finales de los años 1980.

En 1999, un grupo de fundamentalistas musulmanes chechenos, dirigidos por los señores de la guerra Shamil Basáyev e Ibn al-Khattab, lanzó una invasión militar de Daguestán, con el objetivo de crear un «Estado islámico independiente de Daguestán». Aunque Basáyev y Khattab esperaban que serían recibidos como libertadores, los daguestaníes los vieron como ocupantes y fanáticos religiosos no deseados, y la resistencia contra la invasión inicial fue proporcionada por la policía de Daguestán, milicias espontáneas y aldeanos. Una vez que la ayuda militar rusa llegó, los invasores fueron enfrentados y obligados a retroceder a Chechenia. Como represalia, las fuerzas rusas posteriormente volvieron a invadir Chechenia a finales de ese año.

Desde el año 2000, Daguestán alberga una guerra de guerrillas de bajo nivel, con sus orígenes en Chechenia; la lucha se ha cobrado la vida de cientos de militares federales y funcionarios —en su mayoría miembros de las fuerzas locales de policía— así como muchos rebeldes nacionales de Daguestán y civiles.

La violencia en la República literalmente explotó desde el comienzo de 2010 hasta finales de 2012. Este aumento llevó a muchas personas a afirmar que Daguestán estaba a punto de entrar en una situación de guerra civil sectaria. Daguestán se convirtió en el epicentro de la violencia en el Cáucaso Norte con Majachkalá, Kaspiisk, Derbent, Khasavyurt, Kizlyar, Sergokala, Untsukul y Tsumada acaparando todos los focos de las actividades militantes.

GEOGRAFÍA
Daguestán se encuentra en la parte noreste del Cáucaso, a lo largo de la costa del mar Caspio. En la parte norte del país se encuentran las tierras bajas, en el sur las colinas y montañas del Gran Cáucaso. Daguestán limita con Stávropol y Kalmukia, por el oeste con la República de Chechenia y Georgia, al sur con Azerbaiyán.

Su punto más alto es el monte Bazardyuzi, a 4.466 msnm. El país tiene 400 km de costas y cerca de 1800 ríos, entre los cuales los de mayor extensión son el Sulak, el Samur y el Térek. Todos los ríos pertenecen a la cuenca del mar Caspio, pero solo 20 de ellos desembocan en el mar. El norte de Daguestán es muy pobre en materia fluvial debido al clima seco, por lo que en verano se utilizan para el riego y no llegan al mar.

Mapa topográfico de Daguestán

Mapa político de Daguestán

Clima
El clima en el norte y en la parte central de Daguestán es continental moderado y árido, en el sur y la costa es de transición entre templado a subtropical. La temperatura media en enero es de 2°C, y de 30°C en julio. La precipitación media anual es de 200 mm en la llanura y de unos 800 en las montañas.

El invierno es de corta duración, sólo tres meses. Las nevadas son habituales en las zonas altas de montaña, pero no en el resto, donde es frecuente la llovizna.​ La temperatura en invierno oscila entre -30°C en las montañas, hasta los 10°C en la costa.​ La primavera es cálida y húmeda debido a las regulares lluvias, mientras que el verano es muy cálido y seco.​ El noreste de la depresión del Caspio recibe sólo 200 mm de precipitación. La temporada de baño se extiende de mayo a mediados de septiembre. El otoño suele ser moderado y suave.

ORGANIZACIÓN TERRITORIAL
Daguestán se divide administrativamente en cuarenta y un distritos (raiones) y diez ciudades/pueblos. Los distritos se subdividen en diecinueve asentamientos de tipo urbano, y 363 ókrugs rurales y ókrugs stanitsa.

GOBIERNO Y POLÍTICA
Consta de 72 diputados elegidos para un mandato de cuatro años. La Asamblea Popular es el máximo órgano ejecutivo y legislativo de la república.

La Constitución de Daguestán fue adoptada el 10 de julio de 2003. De acuerdo a ella, la máxima autoridad ejecutiva recae en el Consejo de Estado, integrado por representantes de catorce etnias. Los miembros del Consejo de Estado son nombrados por la Asamblea Constitucional de Daguestán por un período de cuatro años. El Consejo de Estado nombra a los miembros del Gobierno.

Las etnias representadas en el Consejo de Estado son ávaros, darguines, cumucos, lezguinos, laks, azeríes, tabasaranes, rusos, chechenos, nogayos, agules, rutules, tsajures y tatis.

Anteriormente, el Presidente del Consejo de Estado era el puesto ejecutivo más alto de la república, en posesión de Magomedalí Magomédov hasta el año 2006. El 20 de febrero de 2006, la Asamblea Popular aprobó una resolución que termina este cargo y la disolución del Consejo de Estado.

El presidente ruso, Vladímir Putin, ofreció la Asamblea Popular la candidatura de Mujú Alíyev para el puesto recientemente creado por el Presidente de la República de Daguestán. La nominación fue aceptada por la Asamblea Popular y Muju Alíyev se convirtió en el primer presidente de la república. El 20 de febrero de 2010 Alíyev fue reemplazado por Magomedsalam Magomédov. El actual Jefe de la república es Sergéi Melikov.

Sede del Gobierno de la República de Daguestán en Majachkalá

DEMOGRAFÍA
Debido a su terreno montañoso que dificulta los viajes y la comunicación, Daguestán es inusualmente diversa desde un punto de vista étnico, y todavía en gran parte tribal. Es la república más heterogénea de toda la Federación Rusa. A diferencia de la mayoría de otras partes del país, la población de Daguestán está creciendo rápidamente.​ En el censo de 2010 contaba con una población de 2.910.249;​ por los 2.576.531  del censo de 2002 y los 1.802.579  del censo soviético de 1989.

Grupos étnicos
La población de Daguestán está formada por una gran variedad de grupos étnicos. De acuerdo con los resultados del censo de 2010,​ el noreste de los caucásicos (incluyendo ávaros, darguines, lezguinos, laks, y tabasaranes) representan casi el 75% de la población de Daguestán. Los túrquicos, cumucos, azeríes y nogayos constituyen el 21%, y los rusos el 3,6%. Otros grupos étnicos constituyen cada uno menos del 0,4% de la población total.

Grupos como los botlig, los andis, los ajvajs, los didos y otros diez grupos fueron reclasificados como ávaros entre los censos de 1926 y 1939.

Pareja daguestaní fotografiada por Serguéi Prokudin-Gorski en 1904

Lenguas
En Daguestán se hablan habitualmente más de treinta idiomas locales, la mayoría pertenecientes a la familia lingüística caucásica noreste. El ruso se convirtió en lengua franca en Daguestán durante el siglo XX;​ antes de ellos, a partir del siglo XVIII, había predominado el árabe clásico. El dialecto septentrional ávaro de Junzaj también ha servido como lengua franca en el centro de Daguestán.

Religión
Según una encuesta oficial de 2012,​ el 83% de la población de Daguestán se adhiere al islam, el 2,4% a la Iglesia Ortodoxa Rusa, el 2% de raza neopaganismo caucásico, el 1% son cristianos no confesionales. Además, el 9% de la población declara ser «espiritual pero no religiosa», el 2% es ateo y el 0,6% sigue otras religiones o no respondió a la pregunta.

Los daguestaníes son en gran parte musulmanes sunitas, del rito Shafi'i, que ha estado en vigor durante siglos. En la costa del mar Caspio, sobre todo en y alrededor de la ciudad portuaria de Derbent, la población (compuesta principalmente por azeríes) es chiita.

Un número relativamente grande de judíos nativos de habla tati, designado por los censos estatales soviéticos como «judíos de las montañas», estuvieron presentes en esta mismas áreas costeras, pero desde el año 1991 y tras el colapso de la Unión Soviética, han emigrado a Israel y Estados Unidos. Estos eran una extensión mucho mayor de la comunidad judía en la frontera con Azerbaiyán (distritos de Quba y Şamaxı).

La aparición de la mística sufí en Daguestán se remonta al siglo XIV. Las dos tariqas sufíes que se propagan en el Cáucaso Norte fueron las naqshbandiya y la qadiriya. Las tariqas místicas predicaron la tolerancia y la convivencia entre los diversos pueblos de la región. La total intolerancia comunista hacia cualquier religión después de la Revolución comunista de 1917 también suprimió los movimientos sufíes. Said Afandi al-Chirkawi es erudito prominente, líder espiritual y murshid de las tariqas naqshbandi y shadhili en Daguestán.

El número de cristianos en la población indígena no eslava es muy bajo, con estimaciones de entre dos mil a dos mil quinientos fieles. La mayoría de ellos son cristianos pentecostales de la etnia lak.​ La mayor congregación es la Iglesia Cristiana Evangélica Osanna (pentecostal) en Majachkalá, con más de mil miembros.

Gran Mezquita de Majachkalá

Catedral de Znamensky en Jasavyurt

ECONOMÍA
Las principales industrias en Daguestán son la producción de petróleo, la ingeniería, los productos químicos, la construcción de maquinaria, la textil, alimentación y la madera. La economía daguestaní se situó como la 35.ª economía de los sujetos de la Federación Rusa por volumen del producto regional bruto (GRP) en 2010.​ El producto regional bruto en 2009 ascendió a 265,1 mil millones de rublos. De acuerdo con el Desarrollo Económico de Rusia, la tasa de crecimiento anual del GRP en 2007 fue de 115,1% (0,6% del volumen total del GRP de la Federación de Rusia).​ En 2011, la inflación en Daguestán fue del 13,9%.

Los yacimientos de petróleo se encuentran en la angosta región costera. El petróleo de Daguestán es de alta calidad, y se entrega a otras regiones. La producción de gas natural de Daguestán funciona, sobre todo, para satisfacer las necesidades locales. La agricultura es variada e incluye la agricultura de grano, la viticultura y la vinificación, la cría de ovejas y la producción lechera. Las industrias de ingeniería y trabajo de los metales son dueños del 20% de los activos de producción industrial de la república y emplean a 25% de todos los trabajadores de la industria. La industria de la energía hidroeléctrica de Daguestán se está desarrollando rápidamente. Hay cinco plantas de energía en el río Sulak que suministran energía hidroeléctrica. Se ha estimado que los recursos potenciales de energía hidroeléctrica totales de Daguestán son de 4,4 mil millones de kW.

Las condiciones para el desarrollo económico son favorables en Daguestán, pero (desde 2006) el bajo nivel de partida de la república para una transición exitosa a relaciones de mercado, además de una gravísima y extendida corrupción, ha convertido a la región en altamente dependiente de su economía sumergida y las subvenciones procedentes del gobierno de Rusia.​ La corrupción en Daguestán es un problema más grave que en otras regiones de la antigua Unión Soviética, y va acompañado de un mercado negro boyante y un sistema económico basado en clanes.

En 2011 Rostelecom comenzó la implementación de equipos basados en DWDM —técnica de transmisión de señales a través de fibra óptica— en la red troncal de transmisión de datos en la República de Daguestán. Debido a la introducción de las líneas de comunicación de fibra óptica de DWDM el ancho de banda aumentó a 2,5 Gbit/s. Rostelecom invirtió cerca de 48 millones de rublos en el proyecto. En 2013 fue completada toda la operación y en la capital el ancho de banda se aumentó a 20 Gbit/s.

Una planta hidroeléctrica en Untsukulsky, Daguestán

TRANSPORTE
La República de Daguestán tiene una posición geopolítica favorable, con acceso directo a las rutas de transporte marítimo internacional, dispone de un punto de tránsito importante para las relaciones económicas de Rusia con Transcaucasia, Asia Central, Kazajistán, Turquía e Irán.

A través del territorio de la República de Daguestán discurren vías ferroviarias, por carretera, aire, mar y rutas de oleoductos de importancia federal e internacional. En este sentido, una parte importante de la infraestructura industrial es el complejo de transporte. Las vías públicas territoriales de la República de Daguestán son una parte crucial de la infraestructura, propicia para el crecimiento económico, la solución de los problemas sociales y la seguridad nacional de las fronteras del sur de Rusia. Actualmente en Daguestán hay 8159 kilómetros de carreteras, incluyendo 643 kilómetros de autopistas federales.

La complicada geografía de Daguestán ha dificultado durante años la implantación de un buen sistema de carreteras y autopistas en la región. En este sentido, uno de los proyectos más ambiciosos fue la construcción de varios bypass y túneles en las montañas del Cáucaso Norte. El 2 de octubre de 2012 se celebró la reconstrucción del túnel Gimrinsky, el túnel de carretera más largo de Rusia.​ Conecta la ciudad de Buynaksk con el pueblo Gimry y el distrito Untsukulsky. La longitud del túnel es de 4303 metros.

Daguestán tiene un sistema de transporte bien desarrollado. Los ferrocarriles conectan la capital Majachkalá a Moscú, Astracán, y la capital de Azerbaiyán, Bakú. La autopista Moscú-Bakú también pasa a través de Daguestán, y mediante el Aeropuerto de Majachkalá-Uytash se establecen conexiones aéreas con las principales ciudades.

La autopista Gimry-Chirkata discurre sobre un escarpado relieve, 
típicamente daguestaní

El túnel Gimrinsky

Autopista Kaspiysk-Majachkalá

Un Tupolev Tu-154M de Daguestan Airlines

Línea ferroviaria Majachkalá-Rostov del Don


REPÚBLICA DE ALTÁI

Bandera de Altái

La República de Altái es una de las veintidós repúblicas que, junto con los cuarenta y siete óblast, nueve krais, cuatro distritos autónomos y tres ciudades federales, conforman los ochenta y cinco sujetos federales de Rusia. Su capital es Gorno-Altaisk. Está ubicada en el distrito de Siberia, limitando al norte con Kemerovo y Jakasia, al este con Tuvá, al sureste con Mongolia, al sur con China, al suroeste con Kazajistán y al noroeste con el Krai de Altái.

Se encuentra en la zona sur del país, y tiene fronteras internacionales con Mongolia, China y Kazajistán. Tiene una extensión de 92.600 km². Más del 87% de su población es de etnia altái o rusa. Alberga los ríos Katún y Biya, así como el lago Telétskoye. Su economía es mayoritariamente agrícola, con un significativo sector turístico en desarrollo.

Historia
La República de Altái se creó el 1 de junio de 1922 como el Oblast Autónomo, que conformaba el krai de Altái. El nombre original de esta región fue Bazla. El 7 de enero de 1948 pasó a llamarse de óblast Autónomo de Gorno-Altái. En 1991 se reorganizó como la de República Socialista Soviética Autónoma de Gorno-Altái. y finalmente en 1992 se le nombró República de Altái.
 
Geografía
Su territorio ocupa una superficie de 92.600 km² (como Andalucía). Limita al norte con el óblast de Kémerovo, al noreste con la república de Jakasia, al este con la república de Tuvá, al sureste con Mongolia (provincia de Bayan-Ölgiy), al sur con China (región autónoma de Sinkiang), al suroeste con Kazajistán (provincia de Kazajistán Oriental), y al noroeste con el krai de Altái.

República de Altái

Hidrografía
Sus mayores ríos son el Katún y el Biya, que se originan ambos en las montañas y fluyen hacia el norte. Su conjunción crea el río Obi, el mayor de Siberia, que desemboca en el mar de Kara, que forma parte del océano Ártico. En la región se encuentra asimismo el lago Telétskoye. El lago tiene una profundidad máxima de 325 m y es uno de los veinticinco lagos más profundos del mundo.

Demografía
La República de Altái está compuesta por las siguientes etnias: rusos 57% (116.510), altáis 30,6% (62.192), kazajos 5,97% (12.108), telengits 1,18% (2.386), tubalares 0,76% (1.533), ucranianos  0,71% (1.437).

Economía
La República de Altái es una región altamente agrícola. También alberga una industria de productos alimenticios, metalurgia no ferrosos, productos químicos, extracción aurífera, calzado, producción lechera y madera. El turismo es un sector económico de creciente importancia, y han aparecido varios nuevos hoteles y resorts destinados a los «nuevos rusos».

REPÚBLICA DE BURIATIA

 

La República de Buriatia es una de las veintidós repúblicas que, junto con los cuarenta y siete óblast, nueve krais, cuatro distritos autónomos y tres ciudades federales, conforman los ochenta y cinco sujetos federales de Rusia. Su capital es Ulán-Udé. Está ubicado en el distrito Siberia, limitando al norte con Irkutsk —parte de esta frontera la forma el lago Baikal—, al este y sureste con Zabaikalie, al sur con Mongolia y al oeste con Tuvá.

Geografía
Buriatia está localizada en la parte sur-central de Siberia a lo largo de la costa del lago Baikal. Su territorio ocupa una superficie de 351.300 km². Limita con Irkutsk al norte y al oeste, con Zabaikalie al noroeste el este y el sur, y con Tiva al este. Al sur y al sureste tiene una frontera internacional con Mongolia. Su principal accidente hídrico es el lago Baikal, al norte, comprendiendo el 60% de su litoral. Su punto más alto es el Monte Munku-Sardyk con 3.491 msnm.

Huso horario
Buriatia se localiza en el huso horario de Irkutsk (IRKT/IRKST). Desvío del UTC es +08:00 (IRKT)/+09:00 (IRKST).

Ríos
Los principales ríos son los siguientes:
  • río Barguzín, un afluente del lago Baikal de 480 km de longitud;
  • río Iná, afluente del río Barguzín;
  • río Irkut, un afluente del río Angará de 488 km de longitud;
  • río Udá, un afluente del río Selengá de 467 km de longitud;
  • río Angará, un afluente del lago Baikal, el curso superior del Angará, de 320 km de longitud;
  • río Kitói, un afluente del río Angará de 316 km de longitud;
  • río Oká, un afluente del río Angará de 630 km de longitud;
  • río Selengá, un afluente del lago Baikal de 1020 km de longitud que discurre por Buriatia en su curso inferior;
  • río Vitim, el curso alto del largo afluente del río Lena (1927 km de longitud);
Montañas
Casi el 80% del territorio de la república es montañoso, siendo en su mayoría parte de las montañas Yablonoi.

Recursos naturales
Los recursos naturales de Buriatia incluyen oro, tungsteno, zinc, y uranio entre otros.

Clima
  • Temperatura promedio anual: -1.6 °C
  • Temperatura promedio en enero: -22 °C
  • Temperatura promedio en julio: +18 °C
  • Precipitación promedio anual: 244 mm

Situación de Buriatia en el mapa de Rusia

Demografía
En Buriatia cohabitan casi 100 nacionalidades o grupos étnicos, incluyendo buriatos (64%), rusos (20%), soyots (4%), evenki (3%), ucranianos (2%), tártaros del Volga (1%), y minorías étnicas como los mongoles jalja, los chuvasios, los kazajos, y otros pueblos manchu-tungúsicos. Entre ellos, los buriatos y los mongoles jalja son pueblos mongólicos (66%); los soyots, kazajos, tártaros del Volga y chuvasios son etnias túrquicas (7%); los rusos y ucranianos pertenecen a la rama de los eslavos orientales (22%); y los evenki y demás grupos étnicos se adscriben a los pueblos tungúsicos o manchu-tungúsicos (5%).
Población: 981.238 (2002).

Historia
El área que hoy comprende Buriatia fue originalmente colonizada en el siglo XVI por los rusos en busca de riquezas, pieles y oro. En 1923, se creó la república mediante la unión de las provincias de Buryat-Mongol y Mongol-Buryat.

Política
El gobierno está dirigido por un presidente electo por un término de cuatro años. Hasta el 2005, Leonid Vasilyevich Potapov es presidente, electo desde el 1 de julio de 1994, reelegido en 1998 (con un 63.25% de los votos), y reelegido nuevamente el 23 de junio de 2002 (con más del 67% de los votos). Antes de ser electo presidente, Potapov dirigió el Soviet Supremo de la república —máximo puesto para ese entonces. El parlamento de la república es electo cada cuatro años. Cuenta con 65 diputados. La Constitución de la nueva república fue aprobada el 22 de febrero de 1994.

Economía
La economía de la república se basa en productos agrícolas y comerciales, tales como el trigo, vegetales, patatas, madera, cuero, grafito y textiles. La pesca, la caza, el cultivo de pieles, la ganadería de ovejas y vacas, minería y el procesamiento de alimentos son también importantes generadores económicos.

Educación
Las instituciones de educación de la república incluyen la Universidad Estatal de Buriatia, la Academia Estatal de Agricultura de Buriatia, la Academia de Arte y Cultura del Estado de Siberia Oriental y el Instituto Tecnológico del Estado de Siberia Oriental.

Religión
El budismo tibetano, el chamanismo y el cristianismo ortodoxo son las religiones de mayor distribución en Buriatia.

LA SANTA RUSIA

 
Vladimir Putin asiste a un servicio de la navidad ortodoxa en San Petersburgo (Reuters/Sputnik)

Santiago Abascal y los suyos han ganado muchos enteros con la reciente convocatoria en Madrid de una cumbre de los partidos conservadores de la derecha europea. La iniciativa no podía ser más oportuna en un momento como éste, con el Gobierno español quedando una vez más en ridículo por el ninguneo de Biden a los patéticos esfuerzos de Sánchez para ir de costalero en la crisis de Ucrania. Ni como recogepelotas lo quieren ya más allá de nuestras fronteras. Vaya, pues, por delante, mi felicitación a VOX y al hombre que lo encabeza, que ya no es sólo un líder en el ámbito nacional, sino también en el internacional.

Dicho esto, que es de justicia, me gustaría añadir una nota de prudente perplejidad a pie de página. Nunca he entendido las reticencias de Abascal, de VOX y de otros partidos conservadores europeos en lo que atañe a Putin. O mejor dicho: comprendo que las tengan el jefe de Gobierno de Polonia, país constantemente agraviado, a menudo amenazado y a veces invadido por Rusia a lo largo de la historia, y también Marine Le Pen, debido a la entente cordiale establecida hace unos días entre Macron, su principal adversario en las ya cercanas elecciones presidenciales francesas, y el líder ruso, pero me sorprende que no se le reconozca a éste, por encima y más allá de determinadas sombras que se esgriman contra él, la evidencia de que es el deus ex machina y la cabeza indiscutible de la única revolución conservadora de grueso tonelaje y proyección ecuménica que hoy por hoy existe en el mundo. ¿No es eso motivo más que suficiente para apoyarlo o, por lo menos, brindarle un amplio margen de confianza que daría alas a dicha revolución dentro y fuera de su país, incluyendo el nuestro? De grueso tonelaje son también las ventajas económicas, estratégicas y diplomáticas que esa decisión generaría en el desarrollo de la batalla de las ideas que VOX y los demás partidos presentes en la Cumbre de Madrid están librando.

Contra Rusia están coaligados todos los personajes que detestamos, desde Soros a Biden pasando por un tal Sánchez...

Todos y cada uno de los frentes abiertos en ese combate cultural, político y económico figuran en la agenda de Putin y en la escena pública de cuanto acontece en su país. El ideario progre y el imaginario woke, a diferencia de lo que sucede en la Unión Europea, en Estados Unidos y en Iberoamérica, no tienen presencia ni cabida en Rusia.

A imitación de los períodos de renacer religioso que se han dado en Estados Unidos desde los tiempos de las Trece Colonias, hoy se habla de un Gran Despertar de la América progresista blanca ante el problema del racismo. El objetivo es liberar al país de sus pecados fundacionales y, de paso, del sexo biológico, de la familia tradicional y del libre mercado. La nueva cruzada cultural se extiende ya por otros países. Y es de carácter sobre todo totalitario e inquietante.

Permítanme que haga mío y transcriba aquí, a modo de resumen, lo que Sertorio, excelente periodista y ensayista, publica hoy en la revista El Manifiesto: «Rusia es la única potencia mundial que defiende los valores tradicionales, que se niega a aceptar la ideología de género, que se opone frontalmente a toda cesión de su soberanía a los poderes globales, que defiende su identidad cristiana y que se resiste a ser asimilada en el maloliente melting pot del Nuevo Orden Mundial. Contra Rusia están coaligados todos los personajes que detestamos, desde Soros a Biden pasando por un tal Sánchez. Contra Rusia van dirigidos todos los embustes de la prensa, todos los bulos de las televisiones, todas las simplezas de los políticos».

¿Algo que objetar? ¿No es escrupulosamente cierto, punto por punto, cuanto en este párrafo se dice?

Y una apostilla. Ya sé, amigo Abascal, porque alguna vez lo hemos discutido, que gravita sobre Putin, a tu entender, la sospecha de que en algún momento apoyó o estuvo a punto de apoyar, desde los bastidores de los crípticos cálculos de la geopolítica, siempre, de por sí, tan oscura, la infamia del golpe de estado en Cataluña… Puede ser. Yo lo ignoro. Son acertijos que no está a mi alcance descifrar. Pero errare humanum est, ¿no? Eso ya pasó, si es que pasó, y otros, y muy altos, son los intereses que están en juego.