Las mentiras de Paul Johnson sobre los Mahatmas (¡YO SÍ CREO EN LOS MAESTROS!)

Contenidos:

01. Introducción

02. Realidad vs. ficción 

03. Las Cartas Mahatma


Abreviaturas

BHT: Blavatsky and Her Teachers, Jean Overton Fuller, East-West Publications, 1988.
BSPR: H.P. Blavatsky y el S.P.R..: un examen del informe Hodgson de 1885, Vernon Harrison, TUP,
1997.

BTM: H.P. Blavatsky and the Theosophical Movement, Charles J. Ryan, TUP, 2ª ed., 1975.
BTT: H.P. Blavatsky, Tibet and Tulku, Geoffrey A. Barborka, TPH, 1966.
Cards: «K. Paul Johnson's House of Cards», Daniel Caldwell,
www.blavatskyarchives.com/johnson.htm.

Caves: From the Caves and Jungles of Hindostan, H.P. Blavatsky, TPH, 1975.
CBA: Cartas de H.P. Blavatsky a A.P. Sinnett, TUP, 1975 (1925).
CW: H.P. Blavatsky Collected Writings (vols. 1-14), TPH, 1950-85.
CM: Cartas Mahatma a A.P. Sinnett, TUP, 2da ed., 1975 (1926).
CMc: Cartas Mahatma a A.P. Sinnett, TPH, ed. cron., 1993.
CMS: Cartas de los Maestros de Sabiduría, TPH, primera serie, quinta edición, 1964, segunda serie,
1977 (1925).

Damodar: Damodar and the Pioneers of the Theosophical Movement, Sven Eek (compilador), TPH, 1978 (1965).

DS: La Doctrina Secreta (2 vols.), H.P. Blavatsky, TUP, 1977 (1888).
DTM: The Dawning of the Theosophical Movement, Michael Gomes, Quest, 1987.
Ecos: Ecos de Oriente (3 vols.), W.Q. Judge, PLP, 1975-87.
Gnat: «Strain at a Gnat, Swallow a Camel: A Reply to Daniel Caldwell’s Criticisms», K. Paul Johnson,
http://members.tripod.com/~dlane5/pjimp.html.

Guide: Readers’ Guide to The Mahatma Letters to A.P. Sinnett, G.E. Linton y V. Hanson, TPH, 2ª ed.,
1988.

HMM: The Hall of Magic Mirrors, Victor A. Endersby, Hearthstone, 1969.
HPB: H.P.B.: La extraordinaria vida e influencia de Helena Blavatsky, fundadora del Movimiento
Teosófico moderno, Sylvia Cranston, Tarcher / Putnam, 1993.

ICM: Indian Chelas on the Masters, M. Gomes (compilador), Adyar Lodge, Madras, 1992.
Incidents: Incidents in the Life of Mme. Blavatsky, A.P. Sinnett, Arno Press, 1976 (1886).
ISM: In Search of the Masters, Paul Johnson, publicación privada, 1990.
ITM: Initiates of the Theosophical Masters, K. Paul Johnson, Universidad Estatal de Nueva York,
1995.

LCWL: The «K.H.» Letters to C.W. Leadbeater, TPH, 1980.
Memory: In Memory of Helena Petrovna Blavatsky, por algunos de sus alumnos, Theosophical
Publishing Society, 1891.

MO: El Mundo Oculto, A.P. Sinnett, TPH, novena edición, 1969.
MTL: The Mahatmas and Their Letters, Geoffrey A. Barborka, TPH, 1973.
ODL: Old Diary Leaves (serie 1-6), H.S. Olcott, TPH, 1900-1941.
OWMB: The Occult World of Madame Blavatsky, compilado y editado por Daniel H. Caldwell,
Impossible Dream Publications, 1991.

Reminisce: Reminiscences of H.P. Blavatsky and The Secret Doctrine, Condesa Constance Wachtmeister et al., Quest, 1976.

Report: Report of the Result of an Investigation into the Charges Against Madame Blavatsky, Consejo
General de la Sociedad Teosófica, Adyar, 1885.

ROT: Rebirth of the Occult Tradition, Boris de Zirkoff, TPH, 1977 (también incluido como Introducción histórica a la edición de Collected Writings para La Doctrina Secreta).

TMR: The Masters Revealed, K. Paul Johnson, Prensa de la Universidad Estatal de Nueva York,
1994.


INTRODUCCIÓN
Según H.P. Blavatsky, el Maestro Koot Hoomi (K.H.) era natural de Cachemira y brahmán por nacimiento; y el Mahatma Morya (M.) un rajput por igual vía; conoció a éste último físicamente en Londres durante 1850/51 y a K.H. en 1868. Generalmente ambos Maestros vivían en el Tíbet, aunque K.H. en particular viajaba mucho, y detentaban poderes ocultos altamente desarrollados pues pertenecían a una Hermandad de Adeptos que había existido durante incontables milenios. Según Paul Johnson, por otro lado, la Hermandad Transhimaláyica es un «mito» y la representación de H.P.B. sobre los Mahatmas constituye en gran parte «ficción». No niega que puedan existir seres como aquéllos en la tradición teosófica, pero descarta que Blavatsky haya estado en contacto con... o fuese la agente para una Fraternidad de individuos espiritualmente avanzados. Johnson sostiene que «Morya», «Koot Hoomi», etc. fueron nombres de personajes creados por H.P.B. y que extrajo sus atributos de figuras históricas reales que había conocido y de su imaginación.


Johnson afirma que el «prototipo principal» para K.H. fue Thakar Singh Sandhanwalia, aristócrata sij que fue uno de los fundadores de Singh Sabha, una organización reformista sij punjabi, y cree que el Mahatma M. sería modelado principalmente a partir de Ranbir Singh, el marajá de Cachemira. El autor también sugiere identificaciones históricas para Djwhal Khul (Shiv Dayal Singh), Chohan (Khem Singh Bedi), Serapis (Paulos Metamon), Tuitit Bey (Max Théon) e Hilarión (Ooton Liatto), aunque Narayan y uno o dos Maestros más se han librado hasta ahora de «identificación». Este artículo crítico analiza la teoría de Johnson, concentrándose en las figuras de M. y K.H.


REALIDAD VS. FICCIÓN
Johnson admite que los vínculos que percibe entre K.H.-Thakar Singh y M.-Ranbir Singh son en extremo tenues e inconclusos. No hay una sola certeza convincente que respalde sus «identificaciones», sino únicamente algunos fragmentos de constatación circunstancial y coincidente. En palabras de John Algeo: «La evidencia de Johnson consiste en algunas similitudes generales, ciertas concurrencias de lugar y tiempo, y un fuerte deseo de probar una tesis» (Theosophical History, julio de 1995, p. 245).

En palabras de John Algeo: «La evidencia de Johnson consiste en algunas similitudes generales, ciertas concurrencias de lugar y tiempo, y un fuerte deseo de probar una tesis»

En la literatura teosófica se informa que numerosos detalles sobre M. y K.H. y sus eventos biográficos no pudieron involucrar o basarse en Ranbir Singh o Thakar Singh, pero Johnson no considera dicha información como contra-evidencia y cree que hacerlo es «ingenuo». En cambio, dice que en tales casos pudo estar inmiscuido algún otro candidato para dichos Mahatmas, o descarta tales detalles como «desinformación irrelevante, ficticia o deliberada»; por lo tanto, su postura básica es infalsificable y debe clasificarse como dogma en lugar de una hipótesis que pueda verificarse.

Johnson considera como «cómplices de H.P.B.» —o «engañados» por ésta y sus adláteres— a todos los testigos que afirmaron tener conocimiento personal sobre la existencia de los Maestros himaláyicos. Dichos personajes incluyen al coronel Henry Steel Olcott, William Quan Judge, T. Subba Row, Damodar K Mavalankar, Mohini Mohun Chatterji, S. Ramaswamier, Babaji D. Nath, Bhavani Shankar, William T. Brown, Godolphin Mitford, Franz Hartmann, la condesa Constance Wachtmeister y muchos otros. Al final de su primer libro, Johnson escribe: 

«Si retrato como mentirosos a H.P.B., Olcott, Damodar, Mohini y Ramaswamier (principales testigos sobre la existencia de los Mahatmas), los lectores pueden preguntarse: ¿cómo selecciono la evidencia que se considera confiable? Los críticos hostiles pueden sospechar que ha sido una simple cuestión de elegir sólo aquellos fragmentos de evidencia que confirman mis hipótesis. Si bien hasta cierto punto esto puede ser un fracaso humano inevitable, parece menos característico de las exploraciones anteriores que de los enfoque pro y antiteosóficos de mis predecesores» (ISM, 260).

Escoger sólo las porciones de evidencia que confirman sus «teorías» es una descripción muy precisa del método de Johnson. Gran parte de las circunstancias declaradas por los declarantes anteriores sobre M., K.H. y otros se rechaza como «falsa» porque es inconsistente o contradice sus «identificaciones», pero Paul está muy contento de usar cualquier dato provisto por los mismos testigos si parece apoyar sus creencias.

En ocasiones la búsqueda de certezas por Johnson adquiere un aire de desesperación y se entrega a lo que John Algeo llama «lógica del país de las maravillas», por lo cual la ausencia de probanzas se convierte en «evidencia» (Theosophical History, julio de 1995, p. 244). Por ejemplo, un informe en el Theosophist para enero de 1884 afirma que cuando Olcott, Damodar y W.T. Brown llegaron a Lahore el 18 de noviembre de 1883, «Su Alteza Raja Harbans Singh y otros sirdars enviaron medios de transporte para llevar la comitiva a sus habitaciones». Johnson dice que la referencia a «otros sirdars» es «muy intrigante» y que «la no mención de Thakar Singh parece inevitable si él fuera el Maestro K.H.» (TMR, 160). ¿Significa esto que si se hubiera nombrado a Thakar Singh, Johnson lo habría considerado como contradicción de su hipótesis? El autor no tiene dificultad en creer que el Mahatma M. se basa en el maharajá de Cachemira, a pesar de que H.P.B., Olcott y Damodar lo citan en varias ocasiones.

Muchos detalles sobre los viajes de K.H. por Tíbet, India, Sikkim, Japón, China y otras partes de Asia en el período 1880-1884 surgen de las cartas escritas por K.H. y H.P.B. (consultar Guide, 389-99). En lo que respecta a Johnson, la mayor parte de estos datos es pura ficción; sin embargo, dado que Thakar Singh vivía en Amritsar —norte de India—, las referencias a las visitas de K.H. a Amritsar, Lahore y Cachemira se consideran hasta cierto punto basadas en hechos y como apoyo para la identificación de K.H. con Thakar, mientras que todos los demás detalles se descartan como fraudulentos. ¡Con un enfoque tan selectivo, cualquier cosa puede ser «probada»!

Johnson no cita la mayoría de los eventos en la vida de K.H. como se informan en la literatura teosófica. Por ejemplo, en octubre de 1881 el Maestro se retiró a un lugar secreto para un samadhi de tres meses, y en una carta a la señora Hollis-Billing, fechada el 2 de octubre de 1881, H.P.B. declara que K.H. «ahora se ha dormido durante tres meses para prepararse durante este samadhi o estado de trance continuo para su penúltima iniciación, cuando se convierta en uno de los adeptos más elevados» (The Theosophical Forum, mayo de 1936, p. 344). Blavatsky agrega que su cuerpo yace al interior de una torre lítica en un hermoso lugar cerca de un monasterio, mientras el Mahatma M. atendía la correspondencia de K.H. con Sinnett y Hume durante este período. En una de sus misivas escribió: «A pocos pasos de la antigua lamasería se encuentra la vieja torre, dentro de cuyo seno se han gestado generaciones de bodhisattvas. Es allí donde ahora descansa tu amigo inerte: mi hermano, la luz de mi alma, a quien hice una promesa fiel de vigilar su trabajo durante su ausencia». En su primer mensaje a Sinnett tras el retiro, K.H. escribió: «He estado en un largo viaje buscando conocimiento supremo, y me tomó mucho tiempo descansar». Según cabe suponer, Johnson ignora este importante evento en la vida de K.H. porque no puede encontrar nada remotamente parecido en la biografía de Thakar Singh, y lo más probable es que lo considere como «pura ficción».

La Sra. Mary J. Hollis Billing fue una destacada médium estadounidense y miembro de la Sociedad Teosófica. El Maestro K.H. dijo que «entre los médiums ella es la mejor y más honesta». Tenía dos guías espirituales que hablaban libremente en voz directa: «James Nolan» y un indio llamado «Ski».

Los siguientes dos eventos no puede descartarse fácilmente:

I. El 15 de marzo de 1882, el médium espiritista inglés William Eglinton zarpó de Calcuta en el Vega luego de una estadía en India, y en ese momento estaba firmemente convencido de que los «Hermanos» del Himalaya no eran seres reales. El 22 de marzo y en su cuerpo astral (mayavi rupa), K.H. visitó a Eglinton a bordo del barco. Para el 24 el testigo escribió una carta a Alice Gordon, esposa del teniente coronel W. Gordon, diciendo que la visita del Mahatma lo había obligado a aceptar que los Hermanos eran personas vivas y bien definidas. Esta carta, y también una para H.P.B., fueron transmitidas a ésta última y a otros testigos en Bombay por medios ocultos. La correspondencia a Alice fue atada con un mensaje de Blavatsky y se la quitó nuevamente, y se dejó caer unos momentos más tarde entre los miembros de un grupo en Calcuta compuesto por el matrimonio Gordon y el coronel Olcott (este último avistó a K.H. y M. en sus mayavi-rupas fuera de la ventana).

El 10 de diciembre de 1880, Sinnett recibió una correspondencia de K.H. que contenía ciertas observaciones sobre ideas, atribuyéndolas a Platón. En 1883 el espiritista Henry Kiddle afirmó en el semanario inglés Light que los comentarios habían sido plagiados en un discurso hecho por él en agosto de 1880 y se hizo público el mismo mes por el Banner of Light. Sin embargo, cuando se lee cuidadosamente vemos que el pasaje de K.H. está dirigido contra las declaraciones de Kiddle. Además, la redacción indica que algo salió mal en la transmisión de dicho mensaje, pues en un recado recibido por Sinnett en diciembre de 1885 K.H. explicó que había compuesto la «carta Kiddle» durante un viaje a caballo y estuvo en silla de montar durante 48 horas sin dormir. La carta fue «dictada mentalmente, en dirección a y 'precipitada' por un joven chela aún inexperto en esta rama de la química psíquica, y quien tuvo que transcribirla desde la impronta apenas visible»; por ende, K.H. se hallaba muy agotado para revisarla. Dos meses antes había estudiado de modo clarividente el estado actual del espiritismo, y algunas de las ideas habían quedado impresas en su memoria. K.H. luego reprodujo para Sinnett el pasaje más largo que él había dictado originalmente, tomado del registro astral*. 
*Victor Endersby comenta: «Considérese el absurdo 'lógico' y chillón de este 'incidente Kiddle'. Aquí está H.P.B. usando toda su astucia para construir las caracterizaciones de estos Mahatmas, según Richard Hodgson; ¡y ella deliberadamente copia pasajes de una revista hecha por los espiritistas —sus peores enemigos— para ponerlos en una carta Mahatma! Si lo hiciera, no podría evitar ser atrapada: ¡he aquí la genialidad del engaño!»

Victor A. Endersby (1891-1987) fue un teósofo estadounidense. Se desempeñó como editor de Theosophical Notes y contribuyó con muchos artículos a Theosophy. Con Henry Geiger, fundó la revista Manas en 1948 en formato semanal. Él y su esposa Frances eran miembros de la Escuela Esotérica Dzyan de ULT, y también estuvo involucrado con la Escuela de Teosofía. 

Sería interesante escuchar la opinión de Johnson sobre estas circunstancias y la posible participación de Thakar Singh, su K.H. «prototípico».

Un personaje importante en el gran viaje ficticio de H.P.B. llamado POR LAS GRUTAS Y SELVAS DEL INDOSTÁN es Gulab Singh, gobernante rajput de un pequeño estado en India central que se representa como poseedor de poderes ocultos, y el principal compañero de Blavatsky y Olcott en sus aventuras. Claramente Gulab está basado hasta cierto punto en Morya, y el nombre de dicho regente también era el del padre de Ranbir Singh, marajá de Cachemira; así, Johnson cree que el uso por Helena Petrovna del nombre Gulab Lal Singh respalda su «identificación» de M. con Ranbir.(*) Señala que Gulab era «notorio por su abuso de poder y crueldad», y la peor acusación contra su hijo Ranbir es que torturó hasta la muerte a un medio hermano bajándolo lentamente en un caldero de aceite hirviendo a razón de una pulgada por día, pero Johnson agrega que las acusaciones falsas contra el marajá eran frecuentes; también se dice que Ranbir continuó con «castigos horribles» para quienes mataban vacas. Sin embargo, por lo general fue un filósofo-rey, mecenas de aprendizaje y filántropo de su pueblo, y Johnson sostiene que H.P.B. lo utilizó como modelo para las virtudes de M.
*Johnson se equivoca cuando trata de distinguir que a veces se hacía referencia a M. como «cachemir o cachemiro». En realidad, fue K.H. (del cual se dice nació en Cachemira) a quien siempre se aplicaron estos nombres, especialmente en los primeros días de la Sociedad Teosófica neoyorquina.

Gulab Singh, Marajá de Jammu y Cachemira

Ranbir tuvo cinco esposas y seis hijos, ¡una «virtud» que, por supuesto, no es compartida por el Morya de Blavatsky! Cuando Olcott conoció a Ranbir en 1883 a pedido de este último, tuvieron largas discusiones sobre filosofía y religión índicas, y Henry dice que el marajá creía plenamente en la existencia de mahatmas vivos (¡y Johnson considera esto como «evidencia» de que dicho regente era Morya!) A pedido del gobernante, Olcott realizó pases hipnóticos y logró aliviar parte del dolor causado por su enfermedad. Esto en efecto ocurrió poco después de que el Mahatma M. ordenara a Olcott que suspendiera sus curaciones, ya que estaba agotando su vitalidad luego de tratar a unos 8.000 pacientes durante los 12 meses anteriores. También se dice que M. salvó la vida de H.P.B. tres veces, pero Johnson simplemente descarta cualquier detalle sobre M. que no esté basado en el marajá como «imaginario» o un intento de ocultar el hecho de que Morya fue en verdad Ranbir Singh.

En una serie de artículos rusos titulados The Durbar in Lahore, H.P.B. describe un evento oficial al que asistió el marajá de Cachemira, quien no apareció en la procesión virreinal y finalmente llegó a la ceremonia con un aspecto muy pálido yéndose muy apresurado hacia el término. Al principio, los británicos sospecharon «intrigas rusas» y un intento deliberado de desairar al virrey, pero resultó que el marajá había tomado un laxante esa mañana. Este tono irreverente contrasta mucho con la forma en que Blavatsky normalmente hablaba de su maestro; ella dice, por ejemplo: «Yo venero a los Maestros y adoro a MI MAESTRO, el único creador de mi Ser interno que, de no haber sido por Su llamado a despertarlo de su sopor, nunca habría llegado a estar consciente, al menos no en esta vida».

Después de que a A.P. Sinnett se le notificara que renunciara como editor de The Pioneer en noviembre de 1882 —en gran parte como resultado de su interés en la teosofía—, surgió la idea de fundar un nuevo periódico llamado The Phoenix, con el respaldo de los capitalistas nativos. K.H. apoyó este plan y los Maestros instruyeron a sus chelas para ayudar a ganar respaldo. El patrocinio no fue recibido y el proyecto fracasó; entonces K.H. dijo que su propio gurú, el Chohan, le había prohibido usar cualquier poder oculto, o de lo contrario el resultado podría haber sido diferente. Le dijo a Sinnett que el marajá de Cachemira era «el primer príncipe en el programa», lo cual Johnson ve como «evidencia» de su parangón de M. con aquel regente. Sin embargo, el marajá terminó abandonando el proyecto, en parte debido a los ataques de A.O. Hume contra la Sociedad Teosófica, lo que seguramente hace mella en la «identificación» de Morya con Ranbir.

Johnson utiliza el dato de que H.P.B. ocultó algunos elementos de su pasado y ocasionalmente otorgaba información contradictoria como excusa para rechazar «la mayoría, si no todo» de lo que ella señala como falso sobre los Maestros. Sus intentos de erigir montañas de la nada no alteran el hecho de que la imagen general que Blavatsky presentó de los Mahatmas y sus relaciones con ellos, tanto públicas como privadas, es bastante consistente desde su llegada a Nueva York hasta su muerte. Existen dos razones de base por las cuales a ratos son antinómicos los relatos que proporciona Helena sobre su pasado: a) su memoria en tales asuntos estaba lejos de ser perfecta, pues ella dijo a Sinnett: «Todo es confuso, está confundido y mezclado», y declaró que apenas recordaba exactamente dónde había estado en India desde 1880, y mucho menos los detalles de sus viajes varias décadas antes; y b) en ocasiones dio información fragmentaria o engañosa porque creía que el público no tenía derecho a saber sobre ciertos aspectos que consideraba sagrados.

Con respecto a su primer encuentro con M., Blavatsky escribió a Sinnett: «No puedo ni debo hablar de esto. No lo publicaría para el mundo». Aunque ella proporcionó a su destinatario cierta cantidad de datos, no se incluyó en la biografía que aquél estaba compilando (Incidents in the Life of Madame Blavatsky). Ciertamente hay inconsistencias en la información que cedió a Alfred y otros sobre su primer encuentro con M., pero esto parece tener más relación con su mala memoria que un intento por ocultar la verdad. Uno de los pocos hechos indiscutibles es que su cuaderno de bocetos contiene un dibujo a pluma de un puerto, bajo el cual hay una nota —obviamente escrita en un momento de emoción— que se refiere a una cita con M., «el Maestro de mis sueños», en la localidad inglesa y costera de Ramsgate el 12 de agosto de 1851. En Caves and Jungles (p. 272-3) Helena relata que conoció a Gulab Singh en Inglaterra, en algún momento antes de 1853, a donde arribó en compañía de un príncipe nativo y destronado. Duleep Singh, el depuesto regente de Lahore, llegó a las Islas Británicas en junio de 1854 y algunos escritores han llegado a la conclusión de que H.P.B. volvió a encontrarse con M. en este periodo, aunque no hizo ninguna referencia explícita a aquello. Los intentos de reconstruir las primeras reuniones de Blavatsky con Morya son inevitablemente especulativos y las interpretaciones varían.

Puerto deportivo de Ramsgate

El alegato de Johnson sobre la reunión de Helena con el Mahatma ciertamente es única en lo que respecta a conjeturas descabelladas. Para él, H.P.B. no se encontró con el indo-tibetano Morya (que «no existía») o Ranbir Singh (su M. «prototipo»), sino con Giuseppe Mazzini, que vivió exiliado en Londres durante gran parte de la década de 1850. Describe a Mazzini como profeta del nacionalismo italiano y afirma que fue mentor de Helena; añade que Blavatsky «estuvo tan entusiasmada» con éste que decidió inventar el carácter imaginario de Morya, cuyo nombre comenzaba con la misma letra, y luego incorporó a éste las virtudes de Ranbir Singh de quien Johnson especula que pudo haber conocido en Cachemira en 1857 y 1869. Según parece, debiéramos creer que ella sostuvo la existencia de este «M.» semificticio por el resto de su vida, afirmando falsamente que permaneció con él en Tíbet, que lo había conocido en su estado físico o cuerpo astral en muchas ocasiones, había estado en comunicación frecuente con él y que fue asistida por dicho Maestro en sus escritos. Las acusaciones no respaldadas de Johnson con respecto a la persistente creación de mitos y mendacidades sobre H.P.B. parecen mucho más ridículas que cualquier cosa que Helena relate sobre los Maestros. Las fábulas del autor pertenecen al género popular de lo que ésta última llamaba «historias engañosas» que se han difundido sobre ella. 

Algunas de las «discrepancias» con que tropieza Johnson en realidad son producto de su imaginación. Por ejemplo, afirma que según se decía el hogar de K.H. estaba en Ladakh (Pequeño Tíbet), Cachemira y Shigatsé. En una carta a la señora Hollis-Billing con fecha 2 de octubre de 1881, H.P.B. escribió: «Por lo general Morya vive con Koot-Hoomi, que tiene su casa en dirección a las montañas Karakórum, más allá de Ladakh, el cual se encuentra en el Pequeño Tíbet y ahora pertenece a Cachemira». Esto concuerda con la declaración por Damodar de haber realizado un viaje astral a la casa de K.H. en «el extremo superior de Cachemira al pie del Himalaya» (Damodar 60), y también podrían citarse varias declaraciones en el mismo sentido (véase D. Caldwell, Theosophical History, julio de 1990, p. 92-4).

     Ladakh en Cachemira

No obstante, Johnson luego afirma que Blavatsky dijo a Sinnett y Hartmann que la morada de K.H. estaba en Shigatsé, y el autor no proporciona ninguna cita para respaldar esta afirmación. En una correspondencia a Hartmann fechada el 3 de abril de 1886, Helena sostiene que el Tashi Lama, quien tiene su sede en Tashilhunpo —cerca de Shigatsé—, conoce a algunos de los Maestros y que M. y K.H. «están allí, yendo y viniendo», pero ella no dice que Shigatsé es su principal lugar de residencia (The Path, marzo de 1896, p. 370; BTM 84-5); de hecho, en otra misiva a Hartmann (5 de diciembre de 1886) ella indica claramente que el Mahatma M. no vivía en Shigatsé (The Path, enero de 1896, p. 299; HPB 95); sin embargo, M. y K.H. viajaban mucho y ciertamente parecían quedarse en o cerca de esa localidad con bastante frecuencia (ver CMc 103, 161, 435 / CM 254, 122, 367; CBA 361). Johnson también reclama que no está claro si la sede de la Hermandad Himaláyica se localiza en Shigatsé o Ladakh, donde Damodar dijo haber visto el «Lugar Central de la Jefatura» como sitio de iniciaciones, pero ni H.P.B. ni los Maestros revelaron la ubicación exacta de la sede principal. En la Doctrina Secreta (1: XXIII) Blavatsky afirma que dicho emplazamiento se encuentra más allá del Himalaya y tiene ramas en China, Japón, India, Tíbet, Siria y América del Sur.

Paul cita lo siguiente de una carta de M. a Sinnett: «A ella [H.P.B.] se le prohíbe decir lo que sabe. Podéis cortarla en pedazos y no hablará. Más bien, se le ordena engañar a la gente en caso de necesidad» (TMR v). Al finalizar aquí la cita, el propio crítico es culpable de mentir a su lectorado, ya que el párrafo en cuestión continúa: «y si fuera más una mentirosa nata ahora podría estar más feliz y salir airosa hace mucho tiempo. Pero [ella] es demasiado sincera, abierta e incapaz de disimular, y ahora está siendo crucificada diariamente por eso. (...) El martirio es agradable de mirar y criticar, pero más difícil de sufrir. Nunca hubo una mujer más injustamente maltratada que H.P.B». (CMc 134 / CM 272). Por supuesto, si uno ha decidido que las cartas de ambos Maestros probablemente fueron escritas por H.P.B., entonces ese testimonio cuenta muy poco, aunque es evidente que Johnson está muy contento de usarlo si se puede torcer para cumplir sus propósitos.

En una correspondencia a un miembro de la Sección Esotérica para noviembre de 1889, H.P.B. declaró que durante 15 años sólo había dicho la verdad, describiendo a los Mahatmas no a modo de espíritus incorpóreos, sino como humanos vivos que generalmente viven allende el Himalaya, y continúa: «Y aún la gente intentará elucubrar que soy una mentirosa, sin siquiera preguntarse por qué debería haber ideado una falsedad tan absurda e inútil» (ICM 40). Johnson afirma que Helena inventó su interpretación de los Maestros «para proteger su privacidad y el carácter neutral de la Sociedad Teosófica» (Theosophical History, octubre de 1995, p. 264), pero esto tiene poco sentido, ya que no era ningún secreto que varios gobernantes indios nativos —incluidos Ranbir Singh y Singh Sabha, la organización de Thakar— simpatizaban con dicha Sociedad; sin embargo, Johnson no puede proporcionar una sola evidencia documental concreta de que Thakar y Ranbir actuaron como patrocinadores, maestros y asesores secretos de H.P.B., o fueron los prototipos de K.H. y M. ¡Sin duda, Paul ve esta falta de pruebas como «constatación» de cuán hábilmente borraron sus huellas! Incluso suponiendo que esos regentes indios fueran deshonestos y lo suficientemente inescrupulosos para condonar o alentar el presunto fraude relacionado con los Maestros del Himalaya, ¿qué ganarían con eso?

De acuerdo con la postura de Johnson, Blavatsky y sus «confederados» se implicaron en una urdimbre de engaño a una escala sin precedentes y escribe: «Durante su período en India, se había apoderado de H.P.B. una red de fraude e intriga. El motivo era político al menos en parte, y en esto Hodgson estaba en lo cierto, pero los intereses que ella servía eran indios y no rusos» (TMR 256). En lo que respecta a los motivos «políticos» de Helena, ella ciertamente trabajó para el renacimiento cultural y espiritual de India, y estaba a favor de reformas sociales pacíficas, y tras la llegada de los fundadores teosóficos a ese país se formaron alianzas o asociaciones amistosas con varios cuerpos progresivos de indios nativos (BTM 82-4), pero no hay evidencia de que haya participado en una agitación política manifiesta (o encubierta) y, a pesar de sus fallas, Blavatsky se opuso al derrocamiento del dominio británico que se consideraba preferible al dominio por Rusia como alternativa. Ella dijo a Sinnett que según Morya los ingleses no se retirarían de India «hasta el próximo siglo y lo suficientemente tarde incluso para ver a Dennie como un hombre muy viejo, como K.H. dijo hace algún tiempo» (CBA 206). Dennie era el hijo de Sinnett, y si no hubiera muerto joven habría tenido 79 años cuando India se independizó en 1947

Si HPB hubiese sido un fraude, no se hubieran tomado tantas molestias en difamarla y tratar de boicotear su mensaje. Eso es tan evidente que no admite discusión. ¿Qué pasó con doña Elena? Pues que se ocupaba en levantar «ligeramente» una punta del velo de Isis, y eso suponía una amenaza para quienes siempre han procurado guardar ciertos conocimientos sobre la Naturaleza para ellos mismos con la intención de mantener sus privilegios, y los de sus descendientes, claro está.

Con respecto a los fenómenos ocultos de Blavatsky, Johnson dice: «Mi suposición es que eran una mezcla de fraude y psiquismo genuino, realizados sin la ayuda de los Maestros, aunque con su conocimiento previo y aprobación» (ISM 280), mientras que Helena fue muy tajante en decir que nunca se había inventado cartas alguna a los Maestros o cualquier otra falsedad. En julio de 1885 escribió a Sinnett:
«Por supuesto, todos ustedes que creen en los Maestros y les respetan no pueden creerme culpable sin perder toda creencia en Ellos. Son jesuitas 'congénitos' quienes no perciben discrepancias en la idea de mentiras inmundas y fraude incluso por el bien de la causa, y el trabajo realizado por los Maestros. Son tontos innatos —o capaces de trabajar según el principio de que 'el fin justifica los medios'— aquéllos capaces de creer que tales manos puras y santas pueden tocar y manejar sin sentimiento de aprensión un instrumento tan sucio, como ahora se me representa. Si yo hubiera sido culpable una sola vez de un fraude deliberado y con propósito, especialmente cuando los engañados eran mis mejores amigos, los verdaderos, ¡entonces no hay «amor» para alguien como yo!, sino lástima o desprecio eterno en el mejor de los casos» (CBA 102-3)
Si la teoría de Johnson es correcta, estas son las declaraciones de una persona mentirosa e hipócrita. Como alternativa, si Helena dice la verdad, Johnson es culpable de una «babosería» colosal.

En un recado compuesto hacia octubre de 1882, K.H. dijo a Sinnett que había un aspecto en el que H.P.B. era culpable de engaño o exageración falsa:
«Fue en presencia de los fenómenos suscitados que ella seguía negando constantemente —excepto en el caso de cosas insignificantes como campanas y golpes— que a modo personal tenía algo que ver con su producción. (...) Nunca se podría hacer que cayera en la cuenta de la inutilidad absoluta y el peligro de tal celo, y cuán equivocada estuvo en sus nociones de que aumentaba nuestra gloria, mientras que al atribuirnos a menudo fenómenos de la naturaleza más infantil, nos rebajó en la estimación pública y sancionó la afirmación de sus enemigos de que ella era 'sólo una médium'. (...) Ella produjo fenómenos y pudo generarlos debido a sus poderes naturales combinados con largos años de entrenamiento regular. (...) Mientras nos achaca todo tipo de fenómenos tontos, a menudo torpes y sospechosos, sin duda ella ha venido colaborando con nosotros en muchos casos, a veces ahorrándonos tanto como dos tercios de energía utilizada, y cuando protestábamos [ella contestó que] su única alegría era ser de alguna utilidad para nosotros. Y así siguió suicidándose poco a poco» (CMc 295-6 / CM 312-3)

*Charles Ryan comenta: «Pocos individuos, incluso entre los teósofos, se percataron del gran gasto de energía vital requerido para precipitar materia fuera de la atmósfera en una matriz astral, formada por la imaginación entrenada y sostenida mediante un intenso acto de voluntad, y por lo visto 'crear' objetos o hacer que apareciera escritura en papel» (BTM 113).

Si Johnson estuviese en lo correcto sobre la «ficción» por H.P.B. de dichos Maestros y los extremos a que llegó para ocultar sus identidades «verdaderas», habría tenido que ser una actriz consumada y experta en el arte de engañar, duplicar y disimular; sin embargo, G.R.S. Mead la describió como «demasiado confiada de los demás y bastante pródiga en su franqueza» (OWMB 274). Además de ser abierta, tenía un temperamento muy impulsivo y excitable que los Maestros atribuyeron en parte a su formación oculta en el Tíbet (CMc 79-80 / CM 203-4; CBA 307). Alice Gordon escribió que Blavatsky era «tan íntegra que en su caso era imposible el engaño sistemático. No tenía ni la astucia ni el autocontrol necesarios para tramar y ocultar, y vivió tan abiertamente entre sus amigos que las muchas falsedades sobre su persona son absurdas para quienes han vivido en la misma casa con ella» (Memory 68). Franz Hartmann declaró: «Como testificarán todos los que la conocieron, H.P.B. nunca fue capaz de disfrazarse, y cualquier falsía grande o pequeña que pudo haber intentado, se habría descubierto de inmediato, incluso por un niño» (Memory 65). Por su parte, Charles Ryan comenta:

«Ningún charlatán hubiera hablado ni se habría conducido de modo tan informal como ella solía hacer con personas a quienes esperaba convencer de su autenticidad. (...) Todo esto formaba parte de su complejo personaje que era curiosamente poco sofisticado e infantil en muchos sentidos, y tan alejado de lo que podría ser un impostor astuto. Se sabe que confió en las personas más decepcionantes, incluso tras haber sido advertida por su Maestro, aunque en otras ocasiones mostró una percepción increíblemente aguda del carácter» (BTM 106).

Los maestros dijeron a Sinnett que cualesquiera que fuesen los defectos personales de H.P.B. ella poseía «dotes excepcionales y maravillosas» y era completamente desinteresada, y así fue elegida por Ellos como el agente más adecuado para la tarea en vista: reactivar el interés en algunas enseñanzas de la Sabiduría Antigua para iniciar una nueva era (CMc 9, 124-5, 437 / CM 9-10, 263, 370).

Koot Hoomi Lal Singh (también llamado Kuthumi, y referido con frecuencia simplemente como K.H.; Cachemira, India), es uno de los Mahatmas que inspiraron la fundación de la Sociedad Teosófica. Participó en una correspondencia con dos teósofos ingleses que viven en la India, A. P. Sinnett y A. O. Hume, cuya correspondencia se publicó en el libro The Mahatma Letters to A. P. Sinnett.

Existe un testimonio abrumador de los incidentes ocultos que realizó H.P.B. (ver The Occult World of Madame Blavatsky [OWMB], compilado por Daniel Caldwell). Ciertamente, parece ser que sus poderes esotéricos estaban por completo sometidos a su voluntad y eran muy superiores a los del psíquico o médium común (que a veces recurren al fraude ante la poca fiabilidad de sus «dones»). Un hecho indiscutible es que Blavatsky nunca fue sorprendida simulando ningún acontecimiento de este tipo, y si los fenómenos realizados por ella y los Mahatmas son genuinos, no hay problema excepto para los materialistas dogmáticos que en su insensatez descartan la existencia de un mundo oculto fuera de su control. Sin embargo, si Johnson «adivina» que en ocasiones H.P.B. recurrió al fraude, depende de él proporcionar hipótesis plausibles para explicar cómo se lograron fenómenos particulares y con qué ayudas. Hodgson y los Coulomb fallaron miserablemente a este respecto, y queda por ver si Paul puede otorgar explicaciones que sean menos cómicas y descabelladas, pues hasta ahora no se ha aventurado más allá de las acusaciones.

En opinión de Johnson, los prodigios ocultistas representan «afirmaciones excepcionales» que necesitan «pruebas extraordinarias», y el testimonio de tales sucesos en la literatura teosófica es «dudoso y ambiguo». Afirma que su propia explicación del vínculo de Helena con los Maestros «se basa en factores ordinarios y pruebas históricas comunes» (ver Gnat). Pero al hacer tal afirmación y acusar a Blavatsky de «fraude e intriga», no descarta la posibilidad de que algunos acontecimientos esotéricos hayan sido reales; de hecho, define a los Mahatmas como «sus enseñantes espirituales y patrocinadores ocultistas, seres humanos altamente evolucionados con varias habilidades paranormales» (Theosophical History, octubre de 1995, p. 266). Por ejemplo, en cuanto a las visitas astrales del Mahatma M. dice que, de ser genuinas, tales comparecencias pudieron haber sido las de Ranbir Singh porque no sabemos si fue capaz o no de tales portentos [???] Como admite Johnson (TMR 136), no importa que no haya salido a la luz evidencia que sugiera que Ranbir poseía poderes particulares, y si su teoría necesita que el marajá esté dotado con dichas capacidades, ¡entonces eso es lo que tendrá! Para evitar comprometerse con una suposición tan infundada, Johnson siempre puede invocar la opción de que exista un candidato más «plausible» para M. y aún no identificado, aunque naturalmente podemos descartar al Morya indo-tibetano que «no existía» sólo porque Johnson lo dice. Para él, casi todo es posible excepto la existencia de los Mahatmas himaláyicos, incluso si esto significa descartar a todos quienes declaran lo contrario como «mentirosos» o «engañados».


LAS CARTAS DE LOS MAHATMAS
Johnson afirma: «aunque el juicio de los expertos en escritura a mano sobre la cuestión Mahatmas/Blavatsky está dividido en partes iguales, el análisis más reciente —realizado por el doctor Vernon Harrison— concluye que H.P.B. no escribió las cartas analizadas por Hodgson. (...) Si se demuestra que las correspondencias en el Museo Británico fueron creadas por otra mano que no sea la de Blavatsky, esto dejaría abierta la posibilidad de que ella las compusiera y fuesen copiadas mediante un confederado» (TMR 175).

Richard Hodgson, de la Society for Psychical Research (S.P.R.), estaba convencido de que Helena elaboró las Cartas Mahatma; sin embargo, F.G. Netherclift y R. Sims, los dos expertos en escritura manual contratados por Hodgson para el propósito de su investigación, concluyeron originalmente que Blavatsky no redactó las cartas de K.H. que examinaron. Hodgson luego habló sobre el asunto con ellos y les proporcionó más muestras grafológicas, y como resultado cambiaron de opinión declarando que ella las escribió todas. Vernon Harrison describe los esfuerzos descarados de Hodgson para influir en el juicio de sus expertos como «altamente impropios», y añade que ningún tribunal inglés aceptaría un informe que se sabe fue elaborado en tales circunstancias (BSPR 16).

Harrison sostiene que es extremadamente difícil redactar página tras página de composición original en un estilo literario y de escritura asumido, sin reversiones a la práctica normal (BSPR 40). Tras estudiar diapositivas de todas las Cartas Mahatma en la Biblioteca Británica línea por línea, dice que no encuentra «evidencia de autoría común para los estilos caligráficos de K.H., M. y H.P.B». (BSPR 56) y comenta: «Los guiones de los Maestros están muy lejos de los asertos explosivos de H.P.B. que sugieran una advertencia por la Oficina Meteorológica de que se acerca el huracán Helena (BSPR 54). Añade que la escritura de A.P. Sinnett está mucho más cerca de la de K.H. que aquélla de Blavatsky, pero es lo suficientemente distinta para evitar la posibilidad de que éste falsificara los recados de K.H. (BSPR 57-8). También agrega que las Cartas Mahatma no fueron dictadas a los chelas que las elaboraron con su propia letra, y dice que le queda «la fuerte impresión de que los escritores K.H. y M. fueron humanos reales y diferentes» (BSPR 67)


Las conclusiones de Harrison están en conformidad con los hallazgos anteriores de dos expertos en grafología. En 1886 se envió una carta de H.P.B. y otra de K.H. al doctor Ernst Schütze, calígrafo de la Corte Imperial alemana, quien concluyó que había «diferencias evidentes» entre ellos y sería un «tremendo error» suponer su procedencia de la misma mano (CBA 348-50; Incidents 323-4). En 1963 fueron remitidas tres muestras de escritura a mano por Blavatsky, K.H. y Damodar a Paul L. Kirk, uno de los expertos estadounidenses más conocidos, y determinó que estaban compuestas por tres personas diferentes (HMM, 89, 132 160; ver también HPB 273-4). Esto es demasiado para la afirmación de Johnson que el juicio de los expertos en escritura está «dividido equitativamente».

Se realizó un análisis informático en muestras de escritos por Blavatsky, los Mahatmas K.H. y M., y un grupo de control de otras notas, centrándose en parámetros tales como el número de sílabas en palabras y vocablos en frases gramaticales, y la frecuencia de aparición de grupos preposiciones y conjunciones. En enero de 1980 Charles Marshall presentó los resultados de esta investigación en un artículo leído durante la Conferencia Internacional del Instituto de Profesores de Idiomas Modernos en Leningrado, y respalda firmemente la opinión de que H.P.B. no fue autora de las Cartas Mahatma (HPB 274).

Johnson parece pensar que Blavatsky escribió al menos algunas misivas de Morya (ITM 60) y no sugiere de modo explícito que Ranbir Singh desempeña alguna función en su génesis (de hecho, ¡con cinco esposas y seis hijos que atender, Ranbir probablemente tuvo poco tiempo o energía para la correspondencia!) Johnson es ambiguo sobre el supuesto papel de Thakar Singh en la producción del correo por K.H., pues implica que este rajá sí escribió ciertas cartas cuando asevera que la salida anticipada del regente hacia Inglaterra en el otoño de 1883 le llevó a renunciar temporalmente a su rol como corresponsal de Sinnett y que pudo haber reanudado la mensajería tras llegar a Londres (TMR 174), pero Johnson también dice que H.P.B. fue la autora y Thakar principalmente su asesor y un personaje dispuesto (ISM 236-7), y que su insinuación de que hubo un acuerdo entre Helena y el rajá sobre las cartas de K.H. «no significa que Thakar necesariamente las haya escrito, sino que él aprobó y alentó la correspondencia» (Theosophical History, octubre de 1995, p. 267).

Johnson sostiene que Thakar y H.P.B. produjeron los recados de K.H. con el objetivo de convertir a Sinnett y Hume a la causa del renacimiento cultural indio y su reforma social (ISM 244), aunque no está claro por qué esto no podría hacerse sin inventar historias elaboradas sobre maestros del Himalaya supuestamente «ficticios». Además, el argumento no tiene en cuenta la amplia gama de cuestiones científicas y metafísicas abordadas en las Cartas de los Mahatmas. Muchas de ellas se relacionan con el espiritismo y revelan un profundo conocimiento de los espiritistas conocidos por Sinnett en Gran Bretaña, mientras que varias otras refieren a la organización de la Sociedad Teosófica inglesa. El proyecto Phoenix, en el que Johnson pone tanto énfasis, se menciona en una décima parte de las Cartas, y sólo cinco misivas están completamente dedicadas a este tema.

Paul cree que la «fantasía de las Cartas de los Mahatmas» fue producida por mentirosos congénitos, y aún señala que son «documentos eternos y tesoros de enseñanza espiritual» (ISM 236). Presumiblemente se está refiriendo sobre todo a los contenidos sobre hermandad y el camino místico. Este autor considera como falsa la mayor parte de lo que dicen dichas Cartas sobre los propios Maestros, la Hermandad del Himalaya, el entrenamiento de H.P.B. en el Tíbet* y su papel como agente de Aquéllos, pero no manifiesta lo que piensa sobre las críticas de los Mahatmas a la ciencia materialista, o las enseñanzas sobre cosmología y evolución, rondas y razas, planos y globos, estados posteriores a la muerte, etc., o de dónde piensa que Blavatsky obtuvo sus ideas en todos estos temas.
*Johnson alega que son «dudosas» las afirmaciones de H.P.B. con respecto a sus viajes y estudios en el Tíbet. (ITM 177). Para evidencia que respalde a la agente de los Maestros, ver HPB 80-104 y BTT 108-44.

Morya es uno de los «Maestros de la Sabiduría Antigua» dentro de las creencias teosóficas modernas. Es uno de los Mahatmas que inspiró la fundación de la Sociedad Teosófica y mantuvo correspondencia con dos teósofos ingleses que viven en la India, AP Sinnett y AO Hume. La correspondencia fue publicada en 1923 por A. Trevor Barker, en el libro The Mahatma Letters to AP Sinnett.

Muchas de esas «epístolas de los Mahatmas» contienen críticas a los actos de Blavatsky, instrucciones a varias personas sobre asuntos de los cuales deseaban que ella no supiera, o directrices que se oponían bastante a los deseos de ésta. Por ejemplo, en un momento K.H. aconsejó a Sinnett que no se opusiera a la reelección de Anna Kingsford como Presidenta de la Logia en Londres, contradiciendo las perspectivas de Sinnett y H.P.B. que consideraban a Kingsford como un «petulante insufrible» por todos sus dones intelectuales. La diferencia de estilo entre las cartas de Helena y los Maestros es muy marcada, aunque su mente pudo haber coloreado la fraseología en los casos que actuó como instrumento directo de transmisión. A menudo sus propios correos la muestran malhumorada, mientras que los escritos de los Mahatmas generalmente están impregnados de una calma inquebrantable. En vista del frecuente estado mental y emocionalmente perturbado de Blavatsky, sus continuas enfermedades graves y el hecho de que estuvo involucrada en una ronda constante de actividades agotadoras, es ridícula la idea de que pudo elaborar las voluminosas cartas a Sinnett y Hume, y manejando una red de confederados que se dedicó a producir mensajes y fenómenos falsos sin jamás ser descubiertos, incluso suponiendo que ella tuviese la mentalidad retorcida de intentar semejante engaño.

Dado que algunas epístolas de los Maestros se recibieron cuando HPB estaba a miles de kilómetros de distancia, obviamente ella no pudo haber sido responsable de crearlas en su totalidad. Si realmente los mensajes fueran una farsa, entonces Blavatsky necesitaba una gran red de cómplices y conspiradores, donde algunos de ellos habrían requerido escribir con fluidez en las diversas caligrafías de los Maestros y manteniendo sus diferentes estilos literarios. Como ya se mencionó, Vernon Harrison rechaza esta hipótesis, pero si Johnson cree seriamente que Ranbir, Thakar, Olcott o determinados chelas escribieron alguna carta de los Mahatmas por medios ordinarios, debería hacer que otros expertos estudiaran sus grafías para descartar el fraude. Si piensa que no se emplearon métodos ocultos, necesita presentar hipótesis plausibles para explicar cómo se lograron «fraudes» de mensajes específicos.

Ni M. ni K.H. afirmaron que sus recados fuesen compuestos con su propia letra. Las cartas de Morya recibidas en el período neoyorquino de la S.T. y hasta finales de 1881 tienen una forma de escritura pequeña y ordenada. La última de este tipo fue recibida por Ramaswamier en la sede teosófica de Bombay el 28 d diciembre de 1881, y en la misma oportunidad Olcott recibió una breve nota de una frase en un tercer manuscrito, pero con la firma habitual. Todas las epístolas posteriores de M., y todas las acogidas por Sinnett desde octubre de 1881 en adelante, muestran un estilo diferente que es difícil de descifrar (CMS 2:66, 75; ODL 1: 256-7). Aunque Vernon Harrison cree que todas las misivas de K.H. se originaron en la misma persona, señala que en algunas de las primeras ciertos caracteres muestran variaciones; sin embargo, éstas «no muestran el sello distintivo del falsificador aprendiz y parecen haberse introducido por el método (ignoto) de transmisión de las Cartas» (BSPR, Declaración Jurada, 2). Si Johnson rechaza la explicación oculta de los diferentes estilos y sus variaciones, debiera identificar qué «cómplice» fue el responsable de cada uno.

También necesita explicarse el aspecto físico de estas cartas. En muchos de los documentos aparentemente escritos con lápiz azul, la caligrafía no se compone de trazos normales sino de líneas diagonales finas y espaciadas con extrema precisión. Harrison trató de imitar el efecto escribiendo con papel apoyado en una tela acanalada, pero no logró obtener el mismo efecto limpio y nítido. En cuanto a los mensajes aparentemente elaborados con tinta negra, la escritura parece estar dentro del papel y no en la superficie; la tinta no se ha desvanecido y hay poca penetración de ésta incluso cuando se usa papel de arroz fino. Esto contrasta con las tintas ordinarias de la época, que generalmente se desvanecen en el transcurso de un siglo a invisibilidad marrón o amarilla o incluso de forma total, así como su infiltración a través de papel fino. En algunas cartas se hicieron correcciones y al parecer también borraduras con un erradicador de tinta química; pese a ello, no hay manchas ni rugosidades en la hoja (BSPR 31-2, 45-6; ver también MTL 109-22; BTT 222-99).

Existen cinco ejemplos de acontecimientos ocultos que involucran la producción de las Cartas de los Mahatmas. Johnson no hace referencia a ninguno de ellos, sin duda porque son «completamente inútiles para identificar prototipos para M. y K.H.», es decir, no respaldan sus teorías consentidas.

01. En junio de 1882 varias personas se reunieron en Bhavnagar, incluidos un ateo y dos teósofos. Ni Olcott ni H.P.B. estuvieron presentes. El grupo debatía las probabilidades de la existencia de los Mahatmas, cuando bajó revoloteando un trozo de papel triangular doblado y dirigido al «honorable grupo que duda», y comenzaba: «¡Tontos son los corazones que dudan de nuestra existencia, o de los poderes que nuestra comunidad posee por eras y eras!» (CMS 2: 147; MTL 266-7; BTT 404-5).

02. En agosto de 1883 el mayor general H.R. Morgan visitó la sede de la S.T. Cuando Emma Coulomb abrió la puerta del «santuario» (un gabinete en que a veces se transmitían y recibían cartas) para examinar el retrato de K.H., se cayó e hizo añicos una bandeja de porcelana china, y luego las piezas fueron atadas en una tela y colocadas en el santuario. Cinco minutos más tarde, Damodar, que estaba sentado frente a ese sector y parecía envuelto en ensueño, exclamó «creo que hay una respuesta». Se abrieron las puertas y se encontró una pequeña nota con la letra de K.H. que decía: «A la pequeña audiencia presente. Madame C. tiene la oportunidad para asegurarse de que el demonio no es ni tan negro ni tan malvado como generalmente se lo representa; la travesura se repara fácilmente» (esta era una referencia lúdica a Emma, quien creía que muchos de los acontecimientos maravillosos en la sede eran «obra del diablo»). Cuando la tela fue abierta, se descubrió que la bandeja estaba perfectamente restaurada (Damodar 341-4; MTL 285-8; HMM 281-7; CW 6: 418-9)

03. En febrero de 1884 y mientras discutía asuntos de la S.T. con Blavatsky, el doctor Franz Hartmann pidió su opinión sobre un determinado tema en que había estado pensando, y entonces Helena le aconsejó que formulara su pregunta mentalmente al Maestro de aquélla. Emma Coulomb entró en la habitación solicitando un par de pinzas, y recordando que tenía uno en el cajón de su escritorio, Hartmann bajó las escaleras, sacó el instrumento y estaba a punto de cerrar el contenedor cuando vio un sobre grande dirigido a él, con la letra de M. y el sello mostraba sus iniciales en caracteres tibetanos. La larga carta incluía una respuesta detallada a su duda y la explicación de ciertos asuntos que le rondaban en la mente durante algún tiempo, pero que no había mencionado a H.P.B. Hartmann señala que la misiva debe haber sido escrita, sellada y puesta en el cajón en menos de cuatro minutos, mientras que le tomó exactamente cuarenta copiarla al día siguiente, y esto le convenció de la autenticidad de los Mahatmas (OWMB 166-70; MTL 293-5).

04. El 1 de agosto de 1884 Henry Olcott salió de Elberfeld con el doctor Hübbe Schleiden en tren hacia Dresde. Estaban sentados en un vagón con otros pasajeros cuando Schleiden recibió un mensaje de K.H. que respondía una pregunta que acababa de hacer a Olcott (CMS 2: 124-5; HMM 257-8). Vio la carta entre él mismo y el siguiente viajero cuando retomó su asiento luego de entregar sus boletos al guardia. Henry comenta: «El caso parece estar libre de fraude, pero el amable y generoso crítico del S.P.R. que lo revisa insinúa la posibilidad de que un agente de H.P.B. (sin dinero) haya estado en el tren con nosotros. Realmente, ¿vale la pena perder el tiempo con esas personas tomándolas en serio?» (ODL 3: 175)

Henry Olcott (1832-1907) fue un coronel estadounidense cofundador de la Sociedad Teosófica. También fue miembro de la masonería y fundador de la Comunidad Mundial de Budistas.

05. El 25 de agosto de 1884 un grupo de personas, en su mayoría teósofos, estaban sentados en el salón de los Gebhard en Elberfeld. Blavatsky dijo sentir la presencia de los Maestros y preguntó a los allí reunidos qué les gustaría que hicieran por éstos. Solicitaron una carta dirigida a Gustav Gebhard sobre un tema que él mismo decidiría mentalmente, y Helena declaró ver un rayo de luz en dirección a una gran pintura al óleo que colgaba sobre el piano; asimismo, Laura Holloway y la señora Gebhard dijeron avistar algo. Rudolf, el hijo de Gustav, se subió al instrumento para levantar la imagen del muro sin descolgarla y miró hacia atrás, sin encontrar nada. Blavatsky dijo que revisara por segunda vez, pero nuevamente no halló objeto alguno. Cuando se volvió hacia H.P.B. ella exclamó «veo la carta; ¡ahí está!»; entonces Rudolf volteó rápidamente a la imagen y vislumbró un papel que caía desde atrás sobre el piano. Estaba dirigido al «señor cónsul G. Gebhard» y contenía la información que acababa de pedir sobre uno de sus hijos que permanecía en EE.UU. Rudolf siempre había tenido gran interés en conjurar trucos, pero estaba seguro de que no hubo prestidigitación (OWMB 188-91).

Si Johnson tiene exégesis «ordinarias» y materialistas para estos eventos, sería interesante escucharlas y ver si no son más «extraordinarias» que las demostraciones ocultas. Por ejemplo, la señora Sidgwick del S.P.R. sugirió que en el anterior episodio de Gebhard había estado presente un cómplice, sobre lo cual Víctor Endersby comenta: «Con esa excusa ella desecha esta incomodidad por completo, quizá al darse cuenta demasiado tarde de que la noción de un 'cómplice' involucra a alguien que puede leer la mente de Gebhard, escribir una carta durante unos segundos con el estilo correcto del Mahatma en medio de la multitud, luego agitarla en el cuadro presumiblemente a través del torso de Rudolf y sin ser observado, con las miradas expectantes de todos en él, la imagen y el espacio entre ellos» (HMM 259)

Alfred Sinnett estaba convencido de que los mensajes recibidos de K.H. no fueron compuestos por H.P.B., en parte porque el estilo literario de Aquél era muy diferente al de ella, y consideraba el «incidente del telegrama» como una prueba positiva para la existencia independiente de dicho Mahatma. El 24 de octubre de 1880 Sinnett estaba en Simla y escribió una misiva que envió por correo certificado a Blavatsky en Amritsar para su transmisión a K.H. La destinataria acogió el envío a las 14 horas del día 27, como muestra el matasellos de entrega en el sobre, e inmediatamente la comunicó por medios ocultos a K.H. quien señaló recibirla cinco minutos después en un tren a 48 kms. más allá de Rawalpindi, y éste envió un telegrama a Sinnett en Allahabad desde la siguiente estación de Jhelum a las 16.25 de la misma tarde (CMc 15-16 / CM 12-13; MTL 387-8). Kuthumi comentó: «A menos que H.P.B. tuviera el don de volar en dos minutos de Amritsar a Jhelum, a una distancia de más de 320 kilómetros, ¿cómo escribió para mí el despacho en mi propia caligrafía en Jhelum apenas dos horas después que ella recibiera vuestra carta en Amritsar?» (CMc 26 / CM 19). Por consejo del Maestro, Sinnett luego obtuvo la copia manuscrita del telegrama; estaba redactado por Él con su propia mano y la caligrafía no es igual a la adoptada en el correo con Sinnett y Hume, que generalmente se transmitió a través de chelas (MTL 387-8). Johnson se refiere a esta «supuesta comunicación paranormal» (TMR 155-6), pero no ofrece un fundamento alternativo ni discute el posible papel de Thakar Singh, su K.H. «prototípico».

Otro evento que convenció a Sinnett sobre la existencia de Kuthumi ocurrió poco antes del evento recién descrito. En la noche del 19 de octubre de 1880 Alfred se despertó por un momento y luego perdió el conocimiento para volver a despabilarse consciente en una habitación contigua, pero no en su cuerpo. Allí vislumbró a K.H. y otro adepto (a quien Olcott más tarde identificó como Serapis). A la mañana siguiente Sinnett encontró una carta de dicho Maestro que decía: «Al menos en sueños y visiones, cuando se interpretan correctamente es difícil que pueda haber un 'elemento de duda' (...) espero demostraros mi presencia cerca de vos anoche con algo que me llevé. Vuestra esposa lo recibirá de vuelta en la colina» (CMc 10 / CM 10). Más tarde ese día, un broche perteneciente a Patience Sinnett se materializó dentro de su cojín, en presencia de muchos testigos (OWMB 134-8; MO 95-100). Si Johnson sospecha que la visita astral y posterior materialización del prendedor involucraron trucos, tal vez le gustaría sugerir cómo H.P.B., Thakar o los «cómplices» sin identificar lograron esas notables hazañas.

Sinnett menciona más evidencia de que hubo poderes ocultos involucrados en la producción de las Cartas de los Mahatmas: «En uno o dos casos recibí contestaciones de Koot Hoomi a mis cartas en mis propios sobres, que permanecieron intactos tal como se los enviaron, pero con la dirección cambiada; mi mensaje desapareció por dentro y Su respuesta había reemplazado a aquél. En un par de ocasiones encontré recados cortos de Koot Hoomi escritos sobre partes en blanco de cartas de otras personas, que me llegaron por correo» (MO 125).

Blavatsky escribió a Sinnett sobre el incidente Kiddle el 17 de noviembre de 1883, y cuando aquél recibió el correo observó que varias líneas fueron borradas y en su lugar se precipitó la siguiente nota con escritura de K.H.: «¡Verdadera prueba de su discreción! Os contaré todo tan pronto como tenga una hora libre» (CBA 67). En otra carta para Alfred a fines del mismo mes, y quejándose sobre la insistencia por los Maestros de que Anna Kingsford siguiera siendo Presidenta de la Logia londinense, ella apuntó: «Supongo que el Mahatma K.H. tocó el primer violín y mi Jefe [M.] el segundo como de costumbre. Tengo que obedecer, como habéis dicho». Cuando Sinnett receptó esta misiva había un breve comentario de Morya que se precipitó junto a la última oración: «En efecto, este es el mejor modo de obrar» (CBA 72).

Joy Mills con las Cartas de los Mahatmas

El 2 de noviembre de 1880 y mientras se recuperaba de la fiebre que contrajo en Punjab, H.P.B. escribió a Sinnett desde Lahore (CBA 6-7) en un estado de angustia emocional, causada por mensajes insultantes de Hume y el artículo del Bombay Gazette que contenía varias insinuaciones de que ella era espía rusa. Helena contó a Sinnett que redactó una declaración repudiando la «insinuación estúpida y vil» en el semanario y se la había enviado con la solicitud de que fuese publicada en The Pioneer. La Agente de los Mahatmas lo hizo pese a que K.H. trató de persuadirla de que sería mucho mejor que Alfred escribiera comentarios editoriales sobre el asunto, pero para molestia de Blavatsky esta carta se perdió y acusó al Maestro de jugarle un truco y deshacerse de su primer mensaje, diciendo que no «lo consideraba muy amigable por su parte». «Si soy tan inútil y tonta, ¿por qué no me aniquilan?», preguntó, y terminaba protestando: «¡Ya tengo suficiente de este viejo cadáver!» Cuando Sinnett tuvo esa carta, advirtió que Kuthumi agregó algunas observaciones tranquilas y dignas en explicación de su arrebato, usándolo para darle una lección sobre la dualidad de la naturaleza humana.

El 21 de octubre de 1880 H.P.B. y Olcott abandonaron la residencia montaraz de Sinnett en Simla para ir a Amritsar, y Johnson especula que Blavatsky se encontró con Thakar Singh en ese viaje para finalizar un acuerdo mutuo sobre el engaño de Sinnett con cartas «K.H.» falsas (TMR 154). Sin embargo, Alfred recibió su primer correo de Aquél en Simla el 17 de octubre de 1880, y también otro más largo y tres notas cortas antes que H.P.B. se trasladara a Amritsar. Recuérdese que la primera epístola Mahatma, escrita en francés con caligrafía de K.H., fue receptada en Odessa (Rusia) el 7 de noviembre de 1870 por Nadyezhda Fadeyev, tía de H.P.B.; el Maestro le aseguró que su sobrina, para entonces de viaje probablemente en Tíbet, se encontraba en buenas manos y regresaría antes de 18 lunas nuevas (CMS 1:84, 132-4, 2: 3-5; CW 6: 274-7; HPB 102-3; MTL 17-20). Fadeyev señala además que el envío fue entregado «por un mensajero de aspecto asiático, que luego desapareció ante mis propios ojos», y luego Morya indicó que fue él quien lo dispensó (CMc 102 / CM 254). Johnson sostiene que ese testimonio se contradice mediante la declaración en 1892 por Vera Zhelihovsky —hermana de Blavatsky— de que los familiares de Helena nunca oyeron hablar sobre sus Maestros indios hasta que comenzó a referirse a ellos en cartas desde Nueva York (TMR 41), por lo cual aparentemente Paul insinúa que Vera fue otro cómplice de H.P.B. Sin embargo, esto es bastante improbable porque Blavatsky afirmó que no gustaba hablar con su tía acerca de los Mahatmas debido a su feroz ortodoxia religiosa (CBA 154).

Thakar Singh planeaba ir a Inglaterra en el otoño de 1883 para visitar a su primo Dalip, pero las autoridades le negaron el permiso. Sin embargo, estuvo en ese país a fines de 1884 y permaneció allí hasta terminar el verano de 1885. Johnson especula que «sus planes y preparativos para el viaje lo llevaron a renunciar temporalmente a su función como corresponsal de Sinnett», y sostiene que Olcott «fue seleccionado para llenar el vacío» (ITM 34). Como «evidencia», cita dos Cartas de los Mahatmas a Henry. El 13 de junio de 1883 éste acogió una misiva de Hilarión que comenzaba: «Maha Sahib os pide que pongáis toda vuestra alma en respuesta para A.P.S. [Sinnett] de K.H. Sobre esta carta se articulan los frutos del porvenir. Que sea una que se pueda mostrar con honor a todos, incluyendo Crookes» (CMS 2:85; el científico Sir William Crookes había comenzado a mostrar interés en la Teosofía y se unió a la S.T. el 20 de noviembre de 1883). Dos días después Olcott recibió una epístola de M. advirtiéndole: «Tenga cuidado con la carta a Sinnett. Debe ser una realmente aséptica» (CMS 2:86).

Johnson no dice quién escribió estos mensajes en su opinión, pero aduce que instan a Olcott para crear un mensaje de K.H. para Sinnett. Esto es absurdo, porque si Henry creía en los Maestros —es decir, si según Paul era un crédulo en lugar de cómplice de H.P.B.—, es poco probable que se le ordenara urdir una epístola de los Mahatmas. Y si Olcott ya era parte del supuesto «fraude» por Blavatsky, ¿por qué habría recibido directrices en la caligrafía asociada con dos Maestros supuestamente «míticos»? Si nuestro «escéptico» cree que Olcott compuso algunas epístolas de K.H. recibidas por Sinnett en los meses previos a la llegada de Thakar a Londres, debiera hacer que la letra de Henry sea comparada con la del Mahatma; en cualquier caso, Vernon Harrison no ve ningún parecido entre ellas. Además, tampoco era necesario un «reemplazo» si Thakar no pudo redactar ninguno de los mensajes por K.H., como sugiere Johnson en otra parte. 

Una interpretación más razonable de los dos correos a Olcott es que se le pidió componer una misiva cuidadosa a Sinnett, con su propia letra y firma, para transmitir cierta información de K.H. No se sabe si fue redactado dicho mensaje; sin embargo, Kuthumi consignó a Olcott escribir a Alfred en varias ocasiones. En una de ellas ordenó «decir a Sinnett toda la verdad sobre el recado que os di en Londres [enero de 1879] sobre las 100 libras en presencia de la señora Billing y Upasika [H.P.B.]» (CMc 351 / CM 415-6 ). En su propia correspondencia a Sinnett, K.H. menciona que pidió a Olcott que le escribiera, y éste último adjuntó la nota del Mahatma con su propia respuesta a Sinnett (recibida en enero de 1883). En una carta del mes siguiente, K.H. afirma que solicitó a Olcott enviar a Sinnett la autoridad oficial necesaria para reformar los cambios relacionados con las cuotas de membresía (CMc 364 / CM 202)

El 26 de mayo de 1883, Olcott recibió una epístola de K.H. que contenía información para Sinnett sobre el proyecto Phoenix, y terminaba: «Esta es 'una carta K.H.' y podéis decirle al Sr. S.» (CMc 370-2 / CM 371-2). Henry la remitió a Alfred, tal vez en lugar de escribirse a sí mismo, y éste último la tuvo a mediados de junio. El hecho de que el primero no siempre comunicara con precisión al segundo la información que los Maestros le pidieron transmitir surge de una misiva que Sinnett receptó a fines de febrero de 1883, donde K.H. dice que Olcott presentó las opiniones de Morya «en una forma un tanto torcida» (CMc 365 / CM 383). Esta puede ser una de las razones, en las dos notas citadas por Johnson, por las cuales los Mahatmas aconsejan a Henry que escriba un mensaje cuidadoso y «aséptico». El que estas dos citas se utilicen como «prueba» de que Olcott estuvo involucrado en «crear cartas K.H. falsas» indica que Paul simplemente raspa el fondo del barril para rastrear «evidencia».

Según Johnson, «Thakar Singh pudo haber reanudado la correspondencia tras llegar a Londres. Para esa fecha, Sinnett se había mudado allí y recibió mensajes de K.H. enviados por correo a dicha ciudad durante la estadía de Thakar» (TMR 174). La última parte de esta declaración es inexacta (no se repite en ITM, p. 34) y se desconoce que Sinnett acogiera cartas despachadas a Londres durante el período en cuestión, pero sí tuvo una de K.H. por correo en Bromley (Kent, Inglaterra) el 9 de octubre de 1884. Alfred regresó a la capital británica desde Elberfeld el mismo día y receptó la correspondencia el día 10 (H.P.B. llegó a Londres desde Elberfeld el 6 de octubre y se fue a Liverpool el 1 de noviembre). La carta muestra la caligrafía de Kuthumi, pero no así el manuscrito en el sobre, y comienza:
«Por razones perfectamente válidas, aunque no necesarias para entrar en detalles, no pude responder vuestra carta en Elberfeld ni transmitirla a través de L.C.H. [Laura C. Holloway]. Dado que se ha vuelto imposible utilizar la vía principal —H.P.B.—, a través de la cual os he contactado hasta ahora, eché mano del correo común debido a vuestras relaciones personales y mutuas con ella. Incluso esto requirió más gasto energético de un amigo de lo que podéis imaginar» (CMc 434 / CM 366-7). Hoy por hoy, la identidad del mencionado «amigo» es desconocida.
No se sabe si fue puesta en Inglaterra alguna de las otras misivas que Sinnett recibió de K.H. durante la estancia de Thakar en ese país, ya que Alfred raramente conservaba los sobres (tal vez sólo lo hacía si indicaban que los envíos siguieron rutas inusuales). Sin embargo, Charles Webster Leadbeater recibió su primera carta K.H. al mediodía del 31 de octubre de 1884 al regresar a su casa en Bramshott (Hampshire) desde Londres, donde había ido a despedirse de Blavatsky; el recado se acogió por correo y el matasellos muestra que fue posteado la jornada anterior en Kensington, un distrito al oeste de Londres; en este caso, la letra y escritura en el sobre exhiben la quirografía de K.H. (LCWL 6-14, 97). Leadbeater regresó a la capital esa misma tarde, y una segunda misiva que le remitió K.H. fue precipitada sobre la palma de H.P.B. en presencia de Charles y otros hacia la medianoche (CMS 1: 113-5; LCWL 47-52). Si Johnson desea buscar una posible conexión de Thakar Singh, podría conseguir muestras de la escritura de éste último para contrastarla con aquélla en el sobre de la primera carta, la caligrafía del Maestro en sí y también averiguar el paradero del regente indio los días 9 y 30 de octubre de 1884, lo cual al menos produciría algo más concreto que sus especulaciones habituales. 

En octubre de 1880, Blavatsky pone al señor Sinnett en contacto con los Mahatmas y comienzan las cartas 

Nuestro «crítico» proporciona otra pieza relevante de evidencia circunstancial. El 1 de abril de 1884 Blavatsky remitió un mensaje a Alexis Coulomb, luego de ser advertida sobre las amenazas de aquél y su esposa en Adyar. Helena escribió: «Bien, si me comprometéis antes que Lane-Fox, Hartmann y los demás, nunca volveré a Adyar, pero permaneceré aquí o en Londres donde probaré fenómenos aún más maravillosos que son ciertos y que existen nuestros Mahatmas, porque hay uno aquí en París y también habrá en Londres». Johnson señala que se compuso esta misiva en medio de la estadía de Jamal ad-Din en París (de quien dice es un «maestro teosófico»*) y cinco meses previos al arribo de Thakar Singh a Londres (ISM 263-4), pero Paul no dice si investigó en qué fecha el rajá finalmente recibió permiso para visitar Inglaterra y si H.P.B. pudo saberlo en abril de 1884.
*El autor describe a Jamal ad-Din como un organizador político persa, reformador religioso y líder de movimientos subversivos en todo el mundo musulmán (TMR XI).

Anteriormente, el 26 de marzo de 1881 y en Londres, Sinnett receptó por correo una misiva de Kuthumi en papel de arroz, escrita «desde las profundidades de un valle desconocido, en mitad de los escarpados riscos y glaciares de Tirich-Mir [montañas Hindu Kush]» (CMc 54-6 / CM 240-2). El mensaje había sido posteado en Francia y la dirección de Alfred en el sobre no evidenciaba la quirografía del Mahatma. Presumiblemente éste lo comunicó a través de un miembro de la Hermandad en esa nación (MTL 83-5), aunque Paul no establece si uno de sus «adeptos históricos» estaba allí para entonces, y si es efectivo debiera cotejar la letra de esta persona con el sobre y la escritura de K.H. Es interesante notar que en enero de 1879 y durante la breve estadía de H.P.B. y Olcott en Inglaterra camino a India, un hermano «escocés» estuvo involucrado en la transmisión oculta de un recado a C.C. Massey, y luego Kuthumi explicó a Sinnett que esto era referencia al hermano H. (¿Hilarión?) que en ese momento permanecía en Escocia (CMc 352, 382 / CM 417, 385).

El Tirich Mir es una montaña con 7690 m de altitud, siendo la más alta de la cordillera del Hindu Kush en Pakistán y la más alta del mundo fuera de la cordillera del Himalaya-Karakórum. En 1950, la expedición noruega compuesta por Arne Næss, P. Kvernberg, H. Berg, y Tony Streather ascendió a la cumbre por primera vez.​ 

Johnson menciona que según el Combined Chronology de Margaret Conger, el número de cartas por K.H. y M. destinadas a Sinnett y Hume entre 1880 y 1885 fueron: 1880-K.H. 15, M. ninguna; 1881-K.H. 12, M. 14; 1882-K.H. 56, M.12; 1883-K.H. 15, M. ninguna; 1884-K.H. 12, M. 2; 1885-K.H. 1, M. 1. Paul comenta: «Sinnett abandonó India en 1883 y eso explica en gran medida este patrón», diciendo que la muerte de Ranbir Singh el 12 de septiembre de 1885 «puede dar cuenta sobre el término de la correspondencia de Morya en ese año», pese a que este «crítico» ni siquiera afirma que Ranbir realmente creara alguna de las epístolas Morya. El caso es que Hübbe Schleiden receptó al menos una nota de M. en 1886 tras el deceso de Ranbir (CMS 2: 127; Ecos 1: 321-9). Johnson continúa: «El aparente desinterés de K.H. [equiparado con Thakar Singh] en la S.T. se entiende mejor a la luz de la breve conspiración global de la que fue instigador en sus últimos años» (TMR 160), explicando que Thakar Singh dedicó sus años finales a una connivencia internacional y antibritánica que implicaba a Mikhail Katkov (ex editor ruso de H.P.B.*) y Jamal ad-Din con el objetivo de restaurar en el trono a su primo, el depuesto marajá sikh Dalip Singh. Thakar murió el 15 de agosto de 1887, posiblemente por envenenamiento.
*En su primer libro, Johnson «identificó» al Chohan con Katkov (ISM 133), mientras que en su segunda obra correspondía a Khem Singh, un aristócrata sikh reaccionario a quien Blavatsky describió como «parásito repugnante» que se entregaba a orgías alcohólicas (TMR 181). ¡Invéntate otra suposición, Pablito!

Wilhelm Hübbe-Schleiden

Johnson olvida mencionar que en agosto de 1888, un año siguiente a la muerte de Thakar, fue precipitada una carta de K.H. en la cabina de Olcott a bordo del Shannon mientras se dirigía a Inglaterra para discutir con Blavatsky asuntos importantes relacionados con la Sección Esotérica. La misiva decía en parte:
«Justo ahora, en cubierta, vuestros pensamientos sobre ella [H.P.B.] eran oscuros y pecaminosos, y por eso encuentro el momento adecuado para poneros en guardia. (...) H.P.B. casi no tiene ninguna preocupación con detalles administrativos. (...) Pero debéis decir esto a todos: Ella está estrechamente relacionada con asuntos ocultos. No la hemos abandonado y tampoco está 'entregada a chelas', porque ella es nuestro agente directo. Os advierto que no permitáis que vuestras sospechas y resentimientos contra 'sus muchas locuras' sesguen vuestra lealtad intuitiva hacia su persona» (CMS 1: 45-6). 

 ¿Acaso esto suena como el tipo de mensaje que habría recibido un «cómplice»? Paul se refiere a esta carta en ITM (p. 198), pero simplemente dice que fue recibida «misteriosamente» y tampoco explica por qué Olcott habría dado permiso a Helena para publicar una nota tan crítica en un panfleto si no la considerara una carta Kuthumi genuina (véase CW 10: 134-42).

Este Mahatma agregó la siguiente posdata al recado anterior: «Sin embargo, preparaos para que se niegue la autenticidad de la presente en ciertos sectores», como referencia a Sinnett, quien escribió a Leadbeater que la epístola era «sólo una glorificación de Mme. B», y que en su parecer fue elaborada por chelas sin la aprobación de los Maestros (LCWL 75). Esto indica uno de los principales motivos por los que terminó la correspondencia de Sinnett con Aquéllos.

La última carta fue escrita por el Maestro K.H., 
en el año 1900 y estaba dirigida a Annie Besant

El último mensaje conocido con la escritura de K.H. fue receptado por Annie Besant en Londres durante 1900, y lo encontró en el reverso de una carta que acogió de B.W. Mantri, residente de Bombay. Entre otros aspectos, declaraba: «Durante algún tiempo habéis estado bajo influencias engañosas. Evitad el orgullo, la vanidad y el amor al poder. (...) El canturreo hipócrita sobre los 'Maestros' debe ser sofocado de modo silencioso pero firme. Que la devoción y el servicio sean sólo para ese Espíritu Supremo del cual uno es parte. Trabajamos bajo anonimato y en silencio, y las continuas referencias a nosotros y la repetición de nuestros nombres levantan un aura confusa que dificulta nuestro trabajo. (...) La mayor de vuestras pruebas está por venir» (The Eclectic Theosophist, septiembre/octubre de 1987; CMS 1: 99-100, 138-9).

La explicación más simple es que el mensaje fue agregado por el K.H. indotibetano por medios ocultos mientras el correo estaba en tránsito. Vernon Harrison, sin embargo, lo considera una falsificación (BSPR 46) pues dice que simula bien la mano del Mahatma, pero la caligrafía muestra imperfecciones, aunque admite que se debería a que fue elaborada o transmitida en diferentes condiciones (cartas del 3.6.1897 y 23.8.1897). Johnson no puede atribuir el mensaje a su K.H. «prototípico» (Thakar Singh) que murió 13 años antes, ni a Blavatsky que llevaba 9 años fallecida, pero afirma que el autor era «definitivamente un aliado ideológico de Olcott en la lucha arruinada contra la adoración de los Maestros» (ITM 201). No discute quién pudo tener el motivo, el potencial y la oportunidad de interceptar la carta a Besant y falsificar el recado.

Ocasionalmente la propia Blavatsky recibía notas de los Mahatmas. Por ejemplo, el 8 de septiembre de 1882 Francesca Arundale compuso una carta a Helena, y cuando fue recibida se encontró que iban añadidas estas palabras con la quirografía de K.H.: «Una teósofa buena y entusiasta, una mística cuya cooperación debería asegurarse a través de ti» (CMS 1: 80-1). Otro acápite escrito por dicho Maestro a H.P.B. sobre Laura Holloway señalaba: «No os contaré sobre su futuro, ni deberíais intentar verlo. Sabéis que va contra las reglas» (CMS 1: 156). Entonces, ¿Johnson quiere hacernos creer que Helena apuntó estos comentarios ella misma para engañar a teósofos e investigadores históricos posteriores?

Aunque Johnson intenta fijar el óbito de Morya en 1885 (cuando falleció Ranbir Singh) y afirma que «K.H.» (Thakar Singh), muerto en 1887, perdió interés en la S.T. dos años antes al estar muy ocupado organizando «conspiraciones revolucionarias», por otra parte Blavatsky no pareció haberse percatado de su partida* porque sus cartas a Sinnett y otros continúan refiriéndose a los Maestros de la misma manera que antes. En particular, Helena habla de ser ayudada con la escritura de su obra maestra, La Doctrina Secreta, y dos «certificados» por M. y K.H. (recibidos originalmente por Hübbe Schleiden) confirman su participación (ver Ecos 1: 321-9; BTT 246-51; ROT 12-21), al igual que el testimonio de la condesa Constance Wachtmeister y otras personas (ver Reminiscences). Con certeza, sería absurdo suponer que Blavatsky haya producido La Doctrina Secreta (o Isis sin Velo) sin un respaldo considerable. También hizo muchas referencias a los Mahatmas, incluidos sus consejos y críticas vinculados con la Sección Esotérica, formada en 1888. De este modo, es totalmente falsa la afirmación por Johnson de que posterior a 1885 H.P.B. «rara vez se refería a los Maestros» (TMR 10). ¿Acaso Ranbir y Thakar continuaron guiándola desde el más allá, o Paul tiene en mente candidatos históricos «más plausibles»?
*Blavatsky escribió: «Los Maestros genuinos —cuyos nombres reales afortunadamente nunca han sido públicos— no se pueden crear ni eliminar a total disposición de la dulce voluntad de cualquier 'oportunista', ya sea dentro o fuera de la S.T.» (CW 11: 294).
Constance Wachtmeister

Las Cartas de los Mahatmas otorgan evidencia convincente de que es insostenible la versión según Paul sobre la historia teosófica, si no completamente absurda. Los autores de las mismas se presentan como humanos reales y con personalidades distintas que describen eventos concretos de manera sincera y veraz. Johnson ni siquiera ha comenzado a proporcionar una explicación alternativa y plausible para la producción y el contenido de estas misivas.