12 ENSEÑANZAS TEOSÓFICAS FUNDAMENTALES


1. La teosofía postula la existencia de un Principio Divino, Absoluto, Infinito y Omnipresente que es el origen y sustrato de todo, la Causa sin Causa y Raíz sin Raíz, siendo así un principio impersonal, inmutable e incondicionado. Es la Realidad «eterna e irrepetible» que se encuentra más allá de toda definición e intento descriptivo, y es AQUÉLLO a lo que se hace referencia en el hinduismo como Brahman o Parabrahman, en el budismo como Adi-Buddhi y Ein-Sof para los cabalistas. No es una «persona» ni «ser» de ninguna clase, pues sería engañoso y falso representarlo como «Dios», ya que tampoco se trata de eso. Se puede hablar mejor de ello como la ENERGÍA o CONSCIENCIA infinitas y eternas que son y están en todo.

2. Toda la Vida es única y divina. Cada ser vivo es divino y espiritual en su esencia más íntima o su verdadero Ser. En la parte más elevada de nuestra constitución (el Ser Superior), cada persona es literalmente el Brahman mencionado anteriormente.

3. Existen muchas almas y sólo un Espíritu. Todos somos almas individuales, pero en nuestra constitución más elevada todos somos literalmente uno y lo mismo, por cuanto no poseemos espíritus individuales. «Así como el mismo Sol brilla sobre cada cuerpo en esta Tierra, así el mismo Espíritu brilla e ilumina cada alma». (Krishna en el Bhagavad Gita), y nuevamente esto representa al Brahman ya descrito.

4. El universo es una manifestación cíclica y periódica que nace del Principio Divino mediante evolución (no creación), y así este Universo permanece y progresa durante un tiempo increíblemente largo para luego desintegrarse de forma gradual y desaparecer reabsorbiéndose en Brahman. Finalmente y durante un periodo análogo al de su existencia previa, renace en un nivel más elevado que el anterior.

5. El universo y todo lo que contiene está en constante proceso de evolución. El progreso de la materia y las formas objetivas es innegable, pero el aspecto más importante en esto es el desarrollo gradual de las entidades invisibles internas (o almas) a través de esas coberturas materiales. Nosotros descendimos a este plano físico como una «chispa divina» y nos abrimos paso en el ámbito humano al experimentar los reinos mineral, vegetal y animal en el pasado. Ahora nos hallamos en la fase de desarrollo con miras a la conciencia de nuestra verdadera naturaleza espiritual.

6. Las entidades humanas poseen una naturaleza séptuple, es decir, cada persona consta de siete «principios» o componentes. Tres de éstos son inmortales y perduran de vida en vida, mientras que los otros cuatro duran sólo una existencia y se renuevan con cada nacimiento sucesivo. La Tríada Superior consiste en:
  • Nuestro Ser Divino, el espíritu eterno y puro llamado Atman en teosofía; 
  • Nuestra alma espiritual —o vehículo para la radiación de la luz de dicho espíritu— llamada Buddhi
  • El alma humana individual, sinónimo con «mente»; éste es nuestro Ego (en el verdadero sentido de la palabra), el «yo» o individualidad permanente, la parte que reencarna y denominada Manas.
El Cuaternario Inferior se compone de:
  • La naturaleza pasional o elemento del deseo, descrito en sentido figurado como «alma animal» y conocida como Kama;
  • La naturaleza, fuerza o energía vital que nos mantiene vivos durante la encarnación física, llamada Prana
  • El cuerpo astral, marco y molde sutil e invisible, sobre y alrededor del cual se construye el cuerpo físico, también descrito como «cuerpo energético» —o vía por la que fluye Prana hacia nuestra cobertura material— y denominado Linga Sharira, y 
  • El cuerpo físico que en realidad no es más que nuestra capa exterior y el vehículo durante la vida para la manifestación de todos los demás principios, llamado Sthula Sharira.
7. La reencarnación es el medio evolutivo para el alma humana. El cuerpo físico y la personalidad que tenemos hoy son sólo algunos de los muchos que hemos ocupado a lo largo de nuestra larga odisea de aprendizaje. En el esquema general, esta vida presente equivale sólo a un capítulo o página en todo el «libro de vidas» de nuestra alma, y asimismo las circunstancias, situaciones y condiciones de cada existencia fueron formadas por nuestras propias acciones previas, independiente de si estábamos conscientes o no de ello. En el pasado creamos nuestro presente y en la actualidad forjamos el futuro; nadie puede escapar de la reencarnación, pues se trata de una Ley de la Naturaleza. El ciclo de nacimiento, muerte y renacimiento sólo llega a su fin cuando el individuo ha alcanzado la verdadera perfección espiritual, la libertad de todo deseo, y se reúne conscientemente con lo divino que puede ser llamado nirvana, moksha o reabsorción en Brahman.

8. Toda la vida está gobernada por la Ley del Karma, y todo en el universo se halla bajo su dominio. Esta es la regla infalible e increíblemente amplia de causa y efecto, acción y reacción, secuencia y consecuencia. Lo que sembramos se cosechará eventualmente, y lo que se recolecta fue plantado con anterioridad. Este es el camino, medio y método por el que el universo mantiene su armonía y equilibrio, lo cual sería imposible a menos que la gran Ley ajustara constantemente la acción a la reacción y viceversa. Es una norma perfecta e inalterable, impersonal y justa. En realidad no hay injusticia, pues cada uno de nosotros recibe exactamente lo que merece para bien o mal. La Ley del Karma es el destino creado por uno mismo. De igual forma, karma y reencarnación están inextricablemente unidos y se explican mutuamente.

9. Lo que llamamos «muerte» es en realidad una transición o un cambio de estado; nuestro verdadero ser nunca muere. Cuando ocurre el fallecimiento, dejamos en la tierra nuestros cuerpos físico-astral y la fuerza de Prana. Posteriormente ingresamos en lo que podría llamarse «plano astral» o atmósfera psíquica que rodea el plano tangible, y denominada Kama-Loka en teosofía. En ese lugar nos hallamos inconscientes con un estado de aturdimiento o sueño, y experimentamos el proceso de separación de nuestra naturaleza inferior-mortal de aquélla superior e inmortal, y cuando esto se completa decimos que ha ocurrido la «segunda muerte». El principio de Kama y los elementos inferiores, terrenales y sensuales de Manas permanecen en Kama-Loka como un caparazón inconsciente y sin alma que eventualmente se desvanece o desintegra. Mientras tanto, el alma entra en el «estado de gestación» o periodo de profunda inconsciencia e inacción, antes de despertar al fin en el «nivel celestial» que en teosofía se llama devachán y no es un lugar ni ubicación, sino un estado. Es el «cielo» para los sueños del individuo, creado de modo involuntario a partir de su propia conciencia y que representa perfectamente el tipo de vida futura en que creyó, pensó y esperó durante su pasar terrenal. El estado devachánico dura exactamente de acuerdo con la cantidad o fuerza de karma positivo acumulado por el individuo durante la última existencia, y tras ello inevitablemente tiene lugar la reencarnación. A menudo las almas muy materialistas y orientadas a la sensorialidad se reencarnan bastante rápido, pero para otros el período de Devachán puede durar décadas, siglos o incluso miles de años.

10. La teosofía postula que prácticas como espiritismo, mediumnidad y canalización son perjudiciales para vivos y muertos. Las almas difuntas no pueden vernos, y aparte de un número muy pequeño de excepciones, es imposible que el alma de una persona fallecida se comunique con quienes permanecen en la tierra a través de un médium, y tampoco puede ver ni saber sobre lo que está sucediendo en nuestro plano físico. Devachán no sería un estado de perfecta felicidad, paz o alegría si el individuo en esa condición todavía estuviera conectado de alguna manera con el ámbito material. La naturaleza es lo suficientemente sabia para crear un abismo infranqueable entre el estado celestial y el terrestre, de modo que los fallecidos están completamente fuera de nuestro alcance «aquí abajo». Las principales excepciones a esta regla son los muertos por suicidio, asesinato y de modo violento, quienes permanecen en Kama-Loka durante el resto de la vida que estaban destinados a experimentar en la tierra. Es posible que médiums y canalizadores se pongan en contacto con ellos, pero esto es espiritualmente ilegal y puede generar resultados muy graves; por ello, esas entidades deben dejarse en paz y permitirles avanzar sin obstáculos en su eventual camino ascendente. En este caso lo que se contacta «exitosamente» en sesiones de espiritismo son principalmente «cascarones» inconscientes y desprovistos de alma que quedan en Kama-Loka, y debido a que esos remanentes retienen un cierto grado de memoria, pueden repetir de manera automática y ciega algunos detalles e informaciones. Los canalizadores simplemente se engañan al creer que se están comunicando con la persona real, mientras que de hecho es sólo su «cadáver psíquico», los restos desechados de la vieja personalidad. El espiritismo, la mediumnidad y todas las formas de canalización psíquica fueron condenadas de forma unánime por tradiciones espirituales y filosóficas a lo largo de los siglos, especialmente en Oriente.

11. Se recalca la importancia vital del altruismo, la generosidad, la compasión y llevar una vida de ayuda y servicio para otros. Como teósofos sostenemos que la hermandad universal no es simplemente un ideal noble, sino un hecho sempiterno en la Naturaleza. Todo proviene de una Fuente porque el UNO es Todo, y por tanto si vivimos sólo para nosotros, incurrimos en egoísmo. Todos somos parte del conjunto y no existe separación en el universo. El deseo personal, la ambición, la codicia y la lujuria son formas de egoísmo y éste constituye la gran maldición en la Humanidad y es causa del sufrimiento para millones. De esta forma, la enseñanza teosófica tiene en muy alta estima el ideal del Bodhisattva, el sacrificio personal y la renuncia a la dicha eterna para permanecer siempre en la tierra como un servidor desinteresado y eficaz y ayudante de la raza humana, sin buscar recompensas individuales.

12. Todas las religiones son iguales en su esencia esotérica; de esta manera existe una enseñanza oculta, que subyace en cada religión y es anterior y trascendente a todas ellas, constituyendo la verdad misma. Todas las religiones contienen una parte de esa verdad, algunas en mayor grado que otras. El hinduismo y el budismo son los credos «más verdaderos», pero en su forma popular y pública a veces están distorsionados que son engañosos. En este contexto, el propósito del movimiento teosófico es enseñar la verdad tal como es y libre de todas las limitaciones y restricciones del dogma religioso, la creencia y la teología. La filosofía universal inalterada fue preservada y protegida a lo largo de los siglos por iniciados, adeptos y maestros de ciertas hermandades secretas en el Oriente. Los voluminosos escritos y enseñanzas de H.P. Blavatsky presentan y demuestran esta enseñanza en el grado permitido por aquellos maestros que fueron sus instructores. En ocasiones esa «verdad» que acabamos de mencionar se ha llamado sabiduría antigua, sabiduría eterna o conocimiento divino; de hecho, la palabra «teosofía» se deriva del griego theosophia que literalmente designa ese triple significado.

Los teósofos son perfectamente libres de pertenecer a cualquier religión, pero también saben que en realidad ello no es esencial ni que se identifiquen con ningún sistema determinado. De esta forma, el lema del Movimiento Teosófico es «no existe religión más elevada que la Verdad».

La teosofía permite y estimula activamente la libertad de pensamiento y la autonomía espiritual y mental, dentro de los límites y responsabilidades que conlleva el ejercicio saludable de dicha facultad.

MONTE CARMELO

El Monte Carmelo es una cordillera en Israel sobre el mar Mediterráneo; es reconocido por la aparición de la Virgen del Carmen. El monte Carmelo tiene forma triangular, mide unos 26 km de largo y alrededor de 7 km de ancho y su altura máxima es de unos 550 m. La ciudad de Haifa está parcialmente situada sobre el Monte Carmelo, como también otras pequeñas ciudades como Nesher, Tirat Carmel. En la antigüedad estaba cubierto por viñedos y fue siempre famoso por su fertilidad.

Un filósofo sirio de los siglos III-IV d.C. llamado Jámblico escribió que el monte Carmelo era «el más santo de todos los montes». Las cuevas ubicadas en el monte Carmelo (Cuevas de Nahal Me'arot) fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2012.

Inspirados en el profeta Elías, durante el siglo XII, un grupo de hombres (probablemente ermitaños o cruzados) fundó en el Monte Carmelo la Orden de los Carmelitas. Estos llevarían al mundo en siglos sucesivos la hoy extendida devoción por Nuestra Señora del Monte Carmelo, referida comúnmente como Virgen del Carmen.

HISTORIA
Se menciona en el Antiguo Testamento de la Biblia. De acuerdo al relato del capítulo 18 del Primer Libro de los Reyes, es aquí donde el profeta Elías demuestra que Yahveh es el verdadero Dios. El Altar había sido totalmente destruido, por lo que Elías reunió 12 piedras (una por cada Tribu de Israel) con las cuales lo reparó. Era un altar que había sido edificado desde los tiempos de los jueces y llamado «Altar de Karmel». De acuerdo a los historiadores, Vespasiano consultó en él (Notas de la Traducción: Kadosh Israelita Mesiánica de ESTUDIO, Diego de Ascunce). 

La Orden de los Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo (en latín Ordo Fratrum Beatissimæ Virginis Mariæ de Monte Carmelo) fue fundada en el Monte Carmelo en el siglo XII por un grupo, no se sabe si peregrinos, ermitaños o cruzados. La orden creció hasta convertirse en una de las mayores órdenes religiosas católicas. La tradición carmelita sugiere que una comunidad de ermitaños judíos vivieron en el Monte Carmelo en los tiempos del profeta Elías aunque no hay evidencia documental de que dicha comunidad existiera.

Durante la Gran Guerra, el Monte Carmelo tomó un importante papel estratégico. La batalla de Megido, que tuvo lugar en sus cercanías, fue el punto de inflexión que inclinó el fiel hacia el lado británico.

Cuevas del Monte Carmelo

A un paso entre la cumbre del Monte Carmelo que da entrada al Valle de Jezreel, se desarrollará la Batalla de Armagedón según algunas interpretaciones cristianas.

En la falda del Monte Carmelo en el corazón de Haifa se encuentra el Santuario del Bab, sitio donde se enterraron los restos mortales del profeta Siyyid ‘Alí-Muhammad conocido como El Báb (‘la puerta’ en árabe) el 21 de marzo de 1909 y cuya estructura externa fue completada en 1953. Este mausoleo se encuentra rodeado por dieciocho terrazas ajardinadas, junto al Centro Mundial Bahá'í, y forman el centro administrativo y espiritual de la Comunidad Internacional Bahá'í. La localización de ambos fue designada por Bahá'u'lláh, fundador de la Fe Bahá'í, en la Tabla del Carmelo. El Santuario del Báb constituye uno de los principales atractivos turísticos de Haifa. La montaña es sagrada y un lugar de peregrinación para los bahá'ís de todo el mundo. 

Los actuales grupos de esenios señalaban que el Monte Carmelo era la fortaleza espiritual del templo B'nai-Amen, de los movimientos esenios del norte —los «Nazarenos»— descritos por Epifanio de Salamis, Padre de la Iglesia, en su Panarion (1:18) y brevemente señalado por el historiador Flavio Josefo en su Guerra de los Judíos. Excavaciones en el Monte Carmelo en 1958 descubrieron lo que parece ser el altar de Elías, la cueva donde él vivió y la fuente de Elías y los restos de un antiguo monasterio.

De 1930 a 1932, en el Monte Carmelo, Dorothy Garrod descubrió restos neandertales y modernos en las cuevas del Carmelo el-Wad, el-Tabun y es-Skhul.

Fotógrafos y diarios documentaron en 1932 el descubrimiento en el Monte Carmelo, de un esqueleto femenino de Neandertal, Tabun 1, uno de los más importantes fósiles humanos descubiertos, hasta ahora. La excavación de Tabun produjo un récord estratigráfico en la región abarcando 600.000 años o más de actividad humana.

Otros usos del nombre
El Monte Carmelo es ampliamente conocido como un monte sacro, en su origen, para las religiones judía, cristiana y baha'i, los antiguos esenios y un lugar que ha influido en el nombre de otros lugares, movimientos religiosos y en la literatura en todo el mundo. Algunas otras montañas y lugares de todo el mundo han sido llamadas Carmelo, debido a esta montaña bíblica.

El Monte Carmelo en el mapa



TEOSOFÍA, LA SABIDURÍA ANTIGUA

El término «sabiduría antigua» es de uso popular en la actualidad y casi todo y nada está clasificado bajo esa denominación por personas que parecen no saber de qué están hablando. Pregúnteles lo que entienden por ese término y probablemente contestarán diciendo que era «algo sabio que se dijo en la antigüedad».

El hecho es que la Sabiduría Antigua es una noción muy definida y específica, al mismo tiempo siendo universal y no sectaria. Representa un cuerpo completo de Conocimiento, un sistema vasto, perfecto e invariable de datos, instrucción y orientación. Es la unidad natural y síntesis de religión, filosofía y ciencia, por cuanto contiene la respuesta a cada pregunta y la solución a todo problema. En una frase, es la Verdad Eterna.

«Sabiduría antigua» es sólo un nombre que se ha aplicado al Gran Conocimiento, pues también se le llama: Sabiduría Eterna/Divina, Ciencia Divina, Gnosis, Atma-Vidya, Brahmavidya, Gupta-Vidya, Sanatana Dharma, Filosofía Esotérica, Ciencia Esotérica, Filosofía Oculta, Ciencia Sagrada, Religión-Sabiduría y Doctrina Secreta.

Se trata de la enseñanza esotérica que subyace en todas las religiones del mundo, y además es la fuente arcaica y primitiva de toda la verdad que puede encontrarse en los diversos credos, filosofías y ciencias en el globo.

Este Conocimiento nunca se ha entregado en su plenitud al público. Por un lado, la presente humanidad no está lo suficientemente evolucionada para ser capaz de comprender semejante información, y por el otro el abismal egoísmo y enfoque personal que caracteriza a gran parte de la especie humana conduciría rápidamente a la profanación y al uso indebido y peligroso de tal información poderosa.

Independiente de lo mucho que podamos aprender o asimilar de nuestro estudio personal y práctica de la Sabiduría Antigua, nuestro conocimiento de ella todavía es muy limitado en comparación con aquéllos que han sido iniciados en sus grandes verdades y secretos. ¿Cómo se han iniciado tales individuos? Se han hecho dignos de ello a lo largo de numerosas vidas, practicando una implacable autodisciplina, abnegación y autodominio, a la vez que se han purificado de todo deseo personal, lujuria, egoísmo y ambición. Como un acto definido y real, han renunciado a su vida y toda existencia personal separatista, con el único propósito y aspiración de ser un verdadero y eficaz ayudante de la humanidad, un servidor desinteresado de sus semejantes.

Asimismo se les ha sometido a innumerables y continuas pruebas, dentro de cuyas fallas algunas podían resultar en la pérdida del alma. Luego, encontrándose por fin en contacto real y comunicación con algunos de los Maestros de Sabiduría, algunos Adeptos de esa Hermandad oculta —pero real— que guía y vigila la evolución espiritual humana han hecho juramentos solemnes y promesas sagradas al ser admitidos en la Gran Fraternidad para convertirse un día en Maestro o Adepto por derecho propio.

De vez en cuando y siempre de acuerdo con la ley cíclica, se envía al mundo a uno de tales Iniciados con una misión particular. A veces el deber se limita a un pueblo o nación específicos, y antes de la aparición de la imprenta y los cómodos viajes internacionales esto era casi inevitable.

En ocasiones estos personajes dan una enseñanza exotérica a las masas (que consideran será de mayor beneficio para esa gente en particular y en ese momento especial) y reservan una instrucción esotérica más profunda y poderosa —o legado real de la Verdad Atemporal— para un grupo relativamente pequeño de discípulos y estudiantes, elegidos o autorizados para recibir dicha enseñanza luego de demostrar diligentemente su valía y comprometerse a guardar el secreto a cualquier costo.

Tales Maestros-Iniciados nunca intentan llamar la atención sobre sí mismos como individuos. Jamás reclaman ninguna grandeza personal ni pretenden mantener una «alta posición espiritual» o ser «iniciados en cierto nivel». Tenderán a hablar de sí mismos con humildad y autodesprecio, y a menudo prefieren no decir nada sobre ellos mismos ocultando deliberadamente su verdadera naturaleza y conocimiento —ya sea por su propia seguridad o evitar ser adorados ciegamente por seguidores y estudiantes— al realizar ciertos actos y cometer «errores» intencionados que a la vista de los espiritualmente ciegos harán que parezcan menos o de otra manera respecto a lo que realmente son. Sin embargo, todo el tiempo saben quiénes representan realmente, conocen lo que deben realizar y cómo hacerlo.

El último trimestre del siglo XIX fue un período de enorme importancia en la historia y evolución de la humanidad, ya que grandes ciclos convergieron al mismo tiempo, lo que representa un suceso muy raro e infrecuente. La primera fase de 5.000 años del Kali Yuga debía cerrarse entre fines de 1897 y principios de 1898, al tiempo que la Era de Piscis se desvanecía rápidamente y la Nueva Era de Acuario comenzaba de forma gradual su curso de 2.155 años desde los albores del nuevo siglo en 1900.

En el Tíbet del siglo XIV, Tsong Kha-pa —reencarnación de Gautama Buda— habían ordenado que la Hermandad Esotérica en adelante enviaría a uno de sus miembros al mundo occidental en el último cuarto de cada siglo, con el objetivo de provocar un mayor despertar e iluminación espirituales. Se sabía y entendía que sólo 25 años particulares en cada centuria podían usarse activamente para este propósito, pues tales eran y son las restricciones reales del Karma.

Tíbet, gran viaje al Himalaya

Ahora el «ciclo del centenario» como lo llamaron los Maestros coincidió con el cierre de los otras dos etapas. Por tanto, alguien tenía que aparecer y ser presentado al mundo; una persona con suficiente poder, conocimiento y capacidad para marcar una diferencia real y duradera no sólo para Occidente u Oriente, sino respecto de toda la Humanidad.

La «basura de las edades» tuvo que ser removida drásticamente de la mente humana para que las semillas de la Verdad pudieran sembrarse y llegar a su plena fructificación, aunque ni los Maestros ni su Mensajero se hicieron ilusiones sobre las enormes dificultades, los obstáculos y la oposición tanto visibles como invisibles que estarían en camino hacia el cumplimiento de dicha misión.

Ese gran «alguien» apareció en, a través de y como una mujer rusa llamada Helena Petrovna Blavatsky. Un puñado de quienes estuvieron más cerca de H.P.B. (como ella prefería autodenominarse) llegaron a reconocer y percatarse de que en realidad era un Iniciado masculino-oriental que había asumido esa personalidad femenina-europea con tal de cumplir la misión de los Maestros al máximo nivel y en la medida de lo posible. Los Maestros declararon que, aunque era conocida en el mundo como «H.P.B.», Ellos la llamaban por otro nombre y afirmaron que era su «Hermano» y «Agente Directo».

En 1875 Blavatsky y otras personas fundaron la Sociedad Teosófica en Nueva York, EE.UU., para mudarse más tarde a India y finalmente a Londres, Había llegado el momento de una nueva presentación de la Tradición Antigua y bajo el nombre de «Teosofía», palabra derivada del griego que significa «sabiduría divina».

El Movimiento fue fundado con tres objetivos principales. El primero y más importante fue contribuir a lograr la Hermandad Universal, la que H.P.B. sostenía que no era simplemente un ideal noble y elevado, sino un eterno hecho en la Naturaleza, debido a la Unidad y Divinidad de toda la Vida. Blavatsky declaró audazmente que era un pecado contra natura y la humanidad, discriminar por razones de raza, credo, sexo, casta o color de piel. Aunque la verdad de esto es asimilada generalmente en todo el mundo contemporáneo, fue considerada radical, extraña, extrema e incluso inaceptable a fines del siglo XIX. Parte de la misión de H.P.B. era derribar las barreras ilusorias y autoerigidas que separaban a personas, etnias, clases sociales, naciones y creencias religiosas.

En segundo lugar, el «Movimiento» debía atraer la atención general hacia Oriente con tal de promover el estudio e investigación de las religiones, filosofías y ciencias de dicha parte del mundo, en particular las relacionadas con el hinduismo y budismo, y demostrar su grandeza e importancia vital para la humanidad. De esta manera, la primera introducción de espiritualidad oriental en Occidente se produjo mediante H.P. Blavatsky y la Sociedad Teosófica que ella fundó.

El tercer objetivo principal, que se consideró de menor importancia que los otros, fue estudiar e investigar algunas de las misteriosas e inexplicables Leyes de la Naturaleza y las facultades psíquicas y espirituales latentes en cada ser humano.

En 1877 Blavatsky publicó su primer libro, una vasta obra en dos volúmenes que se tituló «Isis sin Velo» y descrita como «clave maestra sobre los misterios de la ciencia y teología antiguas y modernas», cuyo primer tomo se llamaba «Ciencia» y la segunda parte «Teología». A la vez desafiante, poderosa, perspicaz y reveladora, esta obra inmediatamente apareció en los titulares y comenzó a atraer gradualmente el pensamiento y la atención del público en general hacia la Sociedad Teosófica y las enseñanzas que presentaba en el mundo.

Aunque escribió cientos de artículos sobre diferentes temas y aspectos de la teosofía entre 1877 y 1888, no fue hasta esta última fecha cuando se publicó su segundo libro. Aún más extenso que «Isis sin Velo», este posterior texto fue el más grande e importante de todos los escritos por H.P.B. y se denominó «LA DOCTRINA SECRETA», también publicado como dos grandes volúmenes, «Cosmogénesis» y «Antropogénesis». El primero aborda los orígenes, el nacimiento y la evolución del Universo, el Cosmos, el Sistema Solar y nuestro planeta, mientras que la segunda parte se ocupa de la génesis y evolución de la humanidad.

Nunca se afirmó ni dio a entender que la totalidad de la Doctrina Secreta misma estaba contenida en el libro homónimo, pero en esta obra sí se afirma que:
  • «En la era actual sólo se puede entregar una cierta porción de las enseñanzas secretas».
  • «Tomará siglos antes de que se otorgue mucho más».
  • «La DOCTRINA SECRETA no es un tratado ni una serie de teorías vagas, sino que contiene todo lo que se puede dar al mundo».
  • «Los volúmenes actuales (...) aunque dan muchos principios fundamentales de la DOCTRINA SECRETA oriental, levantan sólo una pequeña punta del oscuro velo porque a nadie, ni siquiera al mejor adepto viviente, se le permitiría ni podría —incluso si lo hiciera— repartir promiscuamente a un mundo burlón e incrédulo lo que se ha ocultado tan eficazmente durante largos eones».
  • «Ahora se permite que vea la luz un esbozo de algunas verdades fundamentales sobre la Doctrina Secreta de las Edades Arcaicas, luego de largos milenios del más profundo silencio y secreto. (...) Pero incluso lo poco que se da ahora es mejor que el silencio completo sobre esas verdades vitales».
  • «La Doctrina Secreta se escribió deliberadamente y de tal manera que resultara difícil y poco atractiva para el lector promedio y simplemente curioso. H.P.B. señaló que aunque estaba disponible para cualquiera y para todos, había sido compuesta principalmente para estudiantes de esoterismo y quienes ya habían comenzado a familiarizarse con las enseñanzas de teosofía. Al presentar la síntesis y unidad perfecta y natural de religión, filosofía y ciencia, los Maestros confirmaron que fue "una triple producción" o el resultado de dos de ellos —conocidos como Koot-Hoomi (K.H.) y Morya (M.)— que trabajaron junto a la que llamaron a su agente directo».
Según una vieja tradición mediterránea, recogida por Proclo y Plutarco, en el Adytum de un templo de Sais (Egipto) existía una enorme estatua de la diosa Isis con un tupido velo negro cubriendo su rostro, acompañada de la enigmática frase: «Yo soy todo lo que ha sido, es y será, y ningún mortal ha levantado mi velo».

Por su parte, el Maestro K.H. describió «La Doctrina Secreta» como el «epítome de las verdades ocultas que lo convertirá en una fuente de información e instrucción para el estudiante serio durante los próximos años».

«La Doctrina Secreta» era y es tan vasta, profunda, estupenda, perfectamente lógica y filosóficamente autoconsistente que incluso algunos que previamente se habían mostrado escépticos comenzaban a reconocer que estas enseñanzas no podrían ser meras especulaciones e ideas salidas de la propia mente de Blavatsky.

Como ella explicó: «La única ventaja que tiene la escritora sobre sus predecesores es que no necesita recurrir a especulaciones y teorías personales, porque este trabajo es una declaración parcial de lo que ella misma ha recibido de estudiantes más avanzados y complementada sólo con algunos detalles por los resultados de su propio análisis y observación. (...) Ahora transmite lo que aprendió a todos los que lo acepten».

Lo que estaba ocurriendo era de una importancia y significación única y monumental para el mundo, aunque no fue ampliamente reconocido y apreciado como tal ni entonces ni después.

Junto con enseñanzas fundamentales como el karma, la reencarnación y la unidad de toda la vida, se hicieron disponibles ciertos contenidos espirituales y esotéricos que nunca antes fueron dados al público como los que se refieren al origen, la naturaleza y el futuro de la Tierra y la humanidad (incluyendo cadenas planetarias, globos, rondas, razas-raíz, etc.), la existencia de la Atlántida y de Lemuria, los verdaderos detalles sobre el estado de la vida futura y lo que ocurre entre la muerte y el renacimiento, la composición séptuple humana, las verdaderas características del sistema evolutivo y los orígenes y estructura del Universo. Gran parte de esta información se había mantenido en secreto y cuidadosamente oculta por sus sabios custodios, y así fue que uno de los Maestros declaró: «Hemos roto el silencio de siglos».

Los símbolos del karma ―como el nudo sinfín (arriba)― son motivos culturales comunes en Asia. El nudo infinito simboliza la interconexión entre las causas y los efectos, un ciclo kármico que continúa eternamente. El nudo infinito es visible en el centro de la rueda budista de oración.

Aunque los teósofos no se refieren a «LA DOCTRINA SECRETA» como su «biblia particular», es sin embargo el libro más importante y avanzado sobre teosofía. y razonablemente considerado por los verdaderos estudiantes como un regalo precioso y de valor incalculable. Es el estándar o medida por el cual deben probarse todas las demás enseñanzas (espirituales, religiosas, filosóficas y científicas), constituyendo así una obra para el estudio incesante de por vida.

El año 1889 atestiguó la publicación de los libros tercero y cuarto por H.P.B. llamados «LA CLAVE DE LA TEOSOFÍA» y «LA VOZ DEL SILENCIO». Mientras los dos anteriores trataban casi exclusivamente sobre filosofía y metafísica esotéricas, ahora la enseñanza tomó una forma más práctica y desafiaba las concepciones personales expresando un llamado a la pureza personal, la autonegación, la autodisciplina, el dominio de sí, el sacrificio personal y la ética altruista para todos quienes serían «verdaderos teósofos», estudiantes y practicantes de la sabiduría universal y atemporal.

«LA VOZ DEL SILENCIO» constituye la traducción de tres fragmentos de una escritura budista y esotérica conocida como «El Libro de los Preceptos de Oro» y fue la primera introducción en Occidente sobre el «Camino del Bodhisattva» o la «Doctrina del Corazón» caracterizada por el budismo Mahayana. Declaraba sin miedo que todas las aspiraciones espirituales y motivos diferentes al ideal del Bodhisattva son poco más que egoísmo, y así este breve pero potente trabajo presenta en un bello e inspirador lenguaje poético el Camino probado y comprobado que deben seguir todos quienes buscan unirse a las filas de los Iniciados, servidores y benefactores de los individuos sufrientes: «Vivir para beneficiar a la humanidad es el primer paso; practicar las seis virtudes gloriosas es el segundo».

Una tríada del budismo Mahayana temprano. De izquierda a derecha, un devoto Kushan, el Bodhisattva Maitreya, el Buda, el Bodhisattva Avalokitesvara, y un monje budista. Siglo II a siglo III, Gandhara.

Totalmente consciente del egoísmo y egocentrismo abrumadores que prevalecen entre muchas personas e incluso entre varios teósofos, la autora dedicó este libro «a los pocos».

Ninguna de estas obras fue compuesta para fines comerciales o ganancias financieras, y así Blavatsky declaró que preferiría «morir de hambre en la calle» que recibir un sólo centavo por enseñar verdades sagradas. Ella había distribuido la enseñanza para la época moderna a lo largo de estos cuatro libros y junto con varios cientos de artículos escritos para revistas teosóficas y una serie de publicaciones y compilados póstumos como el «GLOSARIO TEOSÓFICO», «Transactions of the Blavatsky Lodge: Secret Doctrine Commentary», «Five Messages from H. P. Blavatsky to the American Theosophists», «Raja Yoga or Occultism» y «The Secret Doctrine Dialogues». Nuevamente y cuando se acercaba al final de su vida, recordó a sus alumnos y compañeros de trabajo que el período para una mayor divulgación de las enseñanzas estaba seriamente limitado y se aproximaba a su término.

Los estudiantes y asociados de la Logia Unida de Teósofos estudian y aplican los libros y composiciones que acabamos de mencionar, junto con los de William Quan Judge.

Éste último ―o W.Q.J. como Blavatsky lo llamaba a menudo― fue cofundador de la Sociedad Teosófica, y al igual que Helena fue reconocido por «unos pocos» como un Iniciado de India, a la vez que tenía la apariencia externa de un estadounidense-irlandés. Además de escribir cientos de artículos sobre todos los aspectos teosóficos, Judge también fue autor del texto «EL OCÉANO DE LA TEOSOFÍA», produjo traducciones brillantemente claras del «BHAGAVAD GITA: THE BOOK OF DEVOTION» y «LOS AFORISMOS YOGA DE PATANJALI» y compuso muchas cartas edificantes y reveladoras a compañeros teósofos, algunas de las cuales se publicaron más tarde como el libro «LETTERS THAT HAVE HELPED ME». Helena Blavatsky falleció en Londres en mayo de 1891 y sólo unos meses antes de cumplir 60 años. Se informó que cuando comenzó a separarse del cuerpo físico sus últimas palabras fueron: «Mantengan el enlace ininterrumpido. No permitan que mi última encarnación sea un fracaso».

Varios meses después una influyente teósofa inglesa llamada Annie Besant escribió lo siguiente en un artículo:

«Por teosofía me refiero a la 'Religión-Sabiduría' o 'La Doctrina Secreta', y nuestro único conocimiento de ello en este momento nos llega de la Mensajera de sus Custodios, H.P.B. Sabiendo lo que ella enseñó, podemos reconocer fragmentos de la misma doctrina en otros escritos, pero su mensaje sigue siendo para nosotros la prueba de la teosofía en todas partes. (…) Sencillamente, ninguno de nosotros tiene derecho alguno a presentar sus propios puntos de vista cuando hablamos de teosofía, si están en conflicto con los de Blavatsky, ya que todo lo que sabemos proviene de su persona. (…) Los teósofos se encargan de no cercenar la Doctrina Secreta. (…) De manera constante, tranquila y sin aspavientos, pero también sin miedo, deben permanecer fieles a la Doctrina Secreta como ella la dio, quien llevó sin temor y por casi diecisiete años la antorcha de la sabiduría oriental a través de las tormentas. La condición del éxito es la lealtad perfecta».

Desde 1889 colaboró como asistente de Helena Blavatsky siendo también correctora de estilo durante la escritura de LA DOCTRINA SECRETA. 

Si se hubiera mantenido esa «perfecta lealtad», el éxito de la S.T. habría asegurado el progreso de este mundo. El objetivo de la S.T. nunca fue el proselitismo; la meta siempre ha sido difundir el conocimiento en todo el mundo con tal de lograr una transformación beneficiosa en la conciencia humana. ¿Y a qué o a quién se debe dar esta perfecta lealtad? Nada menos que a H.P.B. y aquellos grandes Maestros para quienes fue un instrumento.

No obstante, se necesita cierta humildad para que alguien se sienta satisfecho con permanecer como mero transmisor de una enseñanza que ya ha asimilado, y que podría considerar como propia. En los corazones de muchos se escondería el deseo de brillar, y ser considerado como «un gran líder», o de ser visto como un verdadero Maestro, a ojos de los demás. Y no quedar simplemente como portavoz de determinadas potencias que preferían quedar fuera del alcance del gran público.

La falta de lealtad al mensaje original y a HPB de algunos, combinado con el constante anhelo infantil de la gente por «nuevas revelaciones» y «mensajes más recientes» ―en especial cuando ni siquiera se ha molestado en hacer uso adecuado de la enorme cantidad de enseñanza e información ya disponibles― han provocado daños considerables tanto para el movimiento teosófico como para el mundo de la espiritualidad general, y sobre todo para ellos mismos que habrán de pagar su karma.

Apenas dos años después que Blavatsky desencarnara, Annie Besant cayó bajo lo que más tarde el Maestro K.H. describió como «influencias disparatadas», y se volvió contra H.P.B. y la ortodoxia de la verdadera teosofía. Esto también dio como resultado que Besant se opusiera a William Judge y en 1895 provocara la primera división en el Movimiento. Judge falleció al año siguiente con sólo 44 años de edad, pues su salud y vitalidad se arruinaron por la negatividad de los ataques y conspiraciones en su contra. Un hombre al que, ―hacia el final de su vida― Blavatsky llamara «mi único amigo».

De esta forma apareció una nueva forma de «teosofía» derivada casi exclusivamente de las autoproclamadas «revelaciones» y «descubrimientos clarividentes» de un inglés llamado C.W. Leadbeater, a quien Besant eligió como su colega más cercano y guía espiritual. Juntos procedieron a reescribir completamente las enseñanzas originales y presentaron en su lugar un sistema completamente divergente e incompatible, mientras relegaban deliberadamente a H.P.B. y su legado a un último plano. Y precisamente ésta última había advertido contra lo que describió como «pseudoteosofía», es decir, ¡la versión promulgada por Besant, Leadbeater y sus adherentes!


Los problemas surgen inevitablemente cuando se olvida u oculta la naturaleza verdadera y única de la teosofía pues ésta no se presta a ser reescrita por nadie ni tampoco «alterarse», «corregirse» o «mejorarse». No puede ser reemplazada por «descubrimientos» o «lecturas» de «registros akásicos de supuestos clarividentes» y que todavía se denominan como «teosofía», y menos aún sustituirse por «canalizaciones» o «mensajes mediúmnicos», pues tales prácticas han sido severamente señaladas y condenadas por sabias tradiciones de todos los tiempos y naciones.

En tres de sus cuatro libros principales, Blavatsky explicó específicamente qué es la teosofía.

«Lo que deseamos probar es que, subyacente a todas las religiones populares antiguas, existía la misma doctrina de sabiduría antigua, una e idéntica, profesada y practicada por los iniciados de cada país y sólo ellos eran conscientes de su existencia e importancia. Actualmente determinar su origen y la edad precisa en que maduró está más allá de la posibilidad humana. Sin embargo, una sola mirada es suficiente para asegurar que no podría haber alcanzado la maravillosa perfección con que se muestra para nosotros en las reliquias de los diversos sistemas esotéricos, excepto luego de una sucesión de eras. Una filosofía tan profunda, un código moral tan ennoblecedor y resultados prácticos tan concluyentes y uniformemente demostrables no es el desarrollo de una generación y ni siquiera de una sola época. Debieron reunirse hecho tras hecho y deducción tras deducción; la ciencia engendró a la ciencia y las miríadas de intelectos humanos más brillantes han reflexionado sobre las Leyes de la Naturaleza antes de que esta antigua doctrina haya tomado forma concreta. Las pruebas sobre esta identidad de doctrina fundamental en las antiguas religiones se encuentran en la prevalencia de un sistema de iniciación, en las castas sacerdotales secretas que tenían la tutela de místicas palabras de poder y la demostración pública de un control fenomenal sobre las fuerzas naturales, lo que indica una asociación con seres prehumanos».
H.P. Blavatsky, «Isis sin Velo», vol. 2, p. 99.

«La Doctrina Secreta es la sabiduría acumulada de las eras y sólo su cosmogonía es el sistema más estupendo y elaborado, como por ejemplo se da incluso en el exoterismo de los Puranas. Pero tal es el misterioso poder del simbolismo oculto que los hechos que realmente han ocupado incontables generaciones de videntes y profetas iniciados están todos registrados en unas pocas páginas de signos y glifos geométricos en la desconcertante serie del progreso evolutivo para organizarlos, establecerlos y explicarlos. La mirada deslumbrante de aquellos videntes ha penetrado en el núcleo mismo de la materia y ha registrado el alma de las cosas allí donde un profano común ―aunque culto― hubiera percibido el trabajo externo de la forma; pero la ciencia moderna no cree en el 'alma de las cosas' y por lo tanto rechazará todo el sistema de la antigua cosmogonía. Es inútil decir que el sistema en cuestión no es una fantasía de uno o varios individuos aislados; que es el registro ininterrumpido que abarca miles de generaciones de videntes cuyas experiencias respectivas se hicieron para probar y verificar las tradiciones pasadas oralmente por una raza temprana a otra y de las enseñanzas de seres superiores y exaltados que cuidaron la infancia de la Humanidad; que durante largas eras los 'Hombres Sabios' de la Quinta Raza ―la población rescatada del último cataclismo y desplazamiento de continentes― habían pasado sus vidas en el aprendizaje y no en la enseñanza. ¿Cómo lo hicieron? Revisando, probando y verificando en cada ámbito de la naturaleza las tradiciones de antaño por las visiones independientes de los grandes adeptos, es decir, los individuos que han desarrollado y perfeccionado sus aspectos físicos, mentales, psíquicos y espirituales en la mayor medida posible. No se aceptó la visión de un adepto hasta que fue verificado por las constataciones ―que se obtuvieron como evidencia independiente― de otros adeptos y por siglos de experiencia».
H.P. Blavatsky, «La Doctrina Secreta», vol. 1, p. 272-273.

«Lo que la ciencia en general nunca aceptará como prueba es el testimonio acumulativo de una serie interminable de videntes que han atestiguado este hecho. Sus visiones espirituales, exploraciones reales a través de sentidos físicos y espirituales no tocados por la carne ciega se verificaron sistemáticamente y se compararon uno con otro, y su naturaleza se tamizó. Se rechazó todo lo que no fue corroborado por experiencia unánime y colectiva, mientras que sólo se registró como una verdad establecida de la cual se descubrió que estaba en consonancia y recibía constantemente más comprobaciones en varias épocas, diferentes climas y a lo largo de una serie de incesantes observaciones. Como puede ver, los métodos utilizados por nuestros eruditos y estudiantes de ciencias psicoespirituales no difieren de los utilizados por quienes estudian las ciencias naturales y físicas; sólo que nuestros campos de investigación están en dos planos diferentes y nuestros instrumentos no están hechos por manos humanas, por lo que quizás sean los más confiables. Las réplicas, los acumuladores y microscopios del químico y el naturalista pueden arruinarse; el telescopio y los instrumentos de relojería del astrónomo pueden echarse a perder, pero nuestras herramientas de registro están más allá de la influencia del clima o los elementos. (...) 'Fe' es una palabra que no se encuentra en los diccionarios teosóficos: decimos 'conocimiento basado en observación y experiencia'. Sin embargo, existe la diferencia de que si bien la observación y empirismo de la ciencia física llevan a los especialistas a realizar tantas hipótesis de 'trabajo' como mentes hay para desarrollarlas, nuestro conocimiento consiente en agregar a su saber sólo aquellos hechos que se han vuelto innegables y que están total y absolutamente demostrados. No tenemos dos creencias o hipótesis sobre el mismo tema».
H.P. Blavatsky, «La Clave de la Teosofía», p. 86-87.

El término cosmogonía viene del griego cosmos, que significa universo, y de gignomai, que quiere decir nacimiento o génesis. Así, una cosmogonía es un relato, que explica la creación y el orden del universo y, al mismo tiempo, la aparición del ser humano.

Con todo esto, vemos que «la Doctrina Secreta es la sabiduría acumulada de las edades», lo cual se refiere a la Doctrina Secreta en sí misma y de la que el libro del mismo nombre es el principal y más alto representante en nuestros días. La teosofía es sabiduría antigua. No fue inventada por Blavatsky; simplemente ella cumplió su deber de transmitirla, y al utilizar miles de referencias de respaldo desde un gran conjunto de fuentes diversas y lejanas, demostró el carácter intemporal, confiable y universal de sus doctrinas, incluso aquéllas que a primera vista parecían ser las más peculiares.

En nuestros días muchos sistemas de enseñanza afirman ser «Sabiduría Antigua», desde el ismo del «Nuevo Pensamiento» a «Un Curso de Milagros» hasta el libro «El Secreto» y pasando por los contenidos de «maestros ascendidos» y más; pero una simple comparación con las instrucciones teosóficas genuinas mostrará rápidamente el trasfondo insostenible y la falsedad frecuentes en esas afirmaciones «de moda».

Como señala el famoso Rig Veda, «la verdad es una, aunque los sabios la llaman por muchos nombres» y también el Maestro K.H. escribió: «La verdad es una y no puede admitir puntos de vista diametralmente opuestos»; por tanto, decir que «la verdad es una» no equivale a afirmar que «todo sea cierto». La teosofía en cuanto sabiduría antigua no sólo conduce hacia la Verdad, sino que representa la Verdad Eterna en sí misma.

Como dice el refrán, la prueba está en la masa. Prueba el fruto del Árbol del Conocimiento y tú también serás como un dios.


ORGULLOSAMENTE FRANQUISTA

A la vista de que los medios de comunicación, junto a todos los partidos políticos sin excepción, evitan hacer una mención real de quien en casi en cuarenta años sacó a España de la barbarie y de la pobreza que padecía, ignoran que venció al socialismo que se había adueñado de nuestra Patria y, sin apenas cobrar impuestos a los españoles, nos colocó en el octavo lugar mundial como potencia industrial. Ni que decir tengo que, al tiempo que consiguió ser esa octava potencia industrial, se crearon más de cuatro millones de viviendas sociales y una seguridad social envidiada por todos los países. Una infraestructura hidráulica compuesta por 615 pantanos, que han conseguido que tanto la España rural como la urbana no estemos hoy pasando sed. Organizaciones como la ONCE, para dotar a los discapacitados de un trabajo en el que su discapacidad no fuese un impedimento para ganar un sueldo, que les permitiera vivir con dignidad. Se creó el Instituto Nacional de Colonización, que construyó más de 300 pueblos que albergaron a 55.000 familias, pasando de vivir en el campo, con las carencias que les había dejado la Republica, a vivir en viviendas decentes, con todas las necesidades dignas de las personas cubiertas y en el mismo medio en que se habían criado y conocían. Centrales hidroeléctricas, donde el costo de fabricar electricidad era mínimo. Universidades laborales, que aparte de fomentar  el empleo dotaban a la sociedad de  una mano de obra altamente cualificada. Al mismo tiempo se creó también una red de Paradores de Turismo en una infraestructura turística que jamás habíamos pensado los españoles podríamos llegar a tener. Y todo esto sin contar con reserva alguna de oro en las arcas del Banco de España, porque ya los socialistas se habían encargado de limpiarlas.

Otro hito de Franco no repetido por la «democracia»: creó más de cuatro millones de viviendas sociales baratas y exentas de hipotecas usurarias.

Durante esos casi cuarenta años, como digo antes, en España había paz, trabajo y justicia, precisamente lo que ahora no tenemos y lo que no han conocido, los españoles  nacidos  después de 1975.  

Está claro que me estoy refiriendo al Generalísimo Francisco Franco, a quien tuve el honor de servir durante mi servicio militar, jurando la Bandera de España con el escudo del Águila de San Juan que, por lo visto, hay quien piensa que ese escudo fue un diseño de Franco y no de los Reyes Católicos. Esto es fruto de la incultura que están imponiendo los gobiernos que padecemos desde que llegó esta falsa democracia, ayudada, como no sería de otra forma, por los medios de comunicación que tergiversan nuestra historia a cambio de subvenciones. Gran parte de nuestra juventud está falta de valores y de cultura general. La inmensa mayoría de ellos no sabe nada ni de historia ni de geografía de España, se han inventado la ortografía de WhatsApp, acostumbrándose a simplificar palabras con lo que están menospreciando y desfigurando nuestro idioma, que hablan 600 millones de personas en todo el mundo. Pero, eso sí, se están fomentando las lenguas regionales, utilizándolas como herramienta política.  

La educación y el respeto, brillan por su ausencia. En mi época de estudiante, existía una asignatura que se llamaba urbanidad y enseñaba como debía ser el comportamiento adecuado en la sociedad. Si hoy algún gobierno quisiera imponerla, por desgracia, causaría risa.  

El desempleo, que aumenta por día, lleva en muchos casos a las personas a delinquir para subsistir,  cogiéndose de la mano de la droga y acompañado por la inmigración ilegal, creando y fomentando todo este conjunto una delincuencia incontrolable en la calle y el maltrato en el entorno familiar, que llega al asesinato en muchas ocasiones.  


Todo esto era impensable en aquellos casi cuarenta años. Yo pregunto. ¿Por qué hay que ocultar la realidad de aquella época tan fructífera y meritoria en todos los aspectos de la vida española? ¿Porqué no se puede hablar de todos los logros que se consiguieron en España sin contar con tantos medios y ayudas como cuentan los gobiernos de hoy?, ¿Qué no hubiese conseguido Franco si hubiera contado solo con la mitad de esos medios? Franco sufrió hasta un bloqueo internacional. ¿Qué hubieran hecho estos gobernantes si se  hubieran visto en una España bloqueada, cobrando unos impuestos mínimos? 

Hace falta que los españoles, que saben la verdad de lo que fue el franquismo y los que lo hemos vivido, perdamos el miedo, contemos la realidad y divulguemos la verdadera memoria histórica, empezando por aquellos partidos políticos que se benefician de los votos franquistas.

Algún partido próximo a nuestra ideología, presumiendo de valor, enarbola la frase; «sin miedo a nada ni a nadie», pero algún miedo tendrán cuando no les interesa hablar la verdad de los logros del franquismo. Cuando uno se alista al Ejército, el valor es una virtud que se supone en un principio, pero cuando llega la hora y se demuestra pasa a ser un valor reconocido. La frase «sin miedo a nada ni a nadie» es de Blas Piñar, se la escuché infinidad de veces en sus mítines, pero Blas Piñar tenía el valor reconocido, porque defendía abiertamente, sin miedo alguno, a España, a José Antonio y a Francisco Franco. Ahora mismo en España solo la Fundación Nacional Francisco Franco es la que puede decir que no tiene miedo a nada ni a nadie, porque igual que Blas Piñar tiene el valor reconocido.    

Confiemos que algún día, no muy lejano, los que copian la frase de Blas Piñar también puedan presumir de ese valor reconocido. (Por lo menos este afiliado a VOX está dispuesto...)

Entre tanto, yo admiro y admiraré, hasta que Dios me de vida, la figura y la obra de quien fué un personaje irrepetible en la historia de España, la que tuve la inmensa suerte de vivir, por eso me siento orgullosamente franquista.   

Juan G. Solano Heredia | FNFF

LOS MAESTROS TEOSÓFICOS: MITO O REALIDAD

Desde los días de Helena Blavatsky hasta hoy muchas personas han tratado de entender a los Mahatmas teosóficos, pero la mayoría ha fracasado en esa tentativa. Debemos tratar de captarles a Ellos y Su trabajo, y eso es más una cuestión de sentimiento superior que de pensamiento filosófico. ¿Quiénes son los «Mahatmas»? ¿Son «Espíritus de Luz» o «duendes malditos»? ¿Son seres o mitos sobrenaturales, o invenciones fantasiosas? ¿Es cierto que algunos de ellos tienen miles de años?

Tales fueron las preguntas con las cuales se abrumaba a los expositores de la Teosofía en los primeros días del Movimiento, y la respuesta definitiva de H.P.B. fue: Son hombres vivos, nacidos igual que nosotros y condenados a morir como cualquier otro individuo. Algunos de ellos superan la edad normal humana, pero muy pocos se preocupan por vivir mucho tiempo. Por el conocimiento de las leyes ocultas en la naturaleza es posible que tales seres avanzados vivan durante casi cuatrocientos años. El término «Mahatma» está compuesto de «maha» («grande») y «atma» («alma»), es decir, «gran alma»; y dado que todos los seres humanos son almas, el Mahatma se diferencia de otras personas en que él es un alma elevada. Son personas de gran instrucción que se han perfeccionado en períodos evolutivos anteriores y están dotados de poderes sobre el espacio, el tiempo, la mente y la materia. Pero sólo por el hecho de poseer facultades supranormales no pueden ser clasificados como entes «sobrenaturales». Cada ser humano tiene el germen de todas las capacidades que manifiestan dichos Maestros y no hemos desarrollado esa semilla que Ellos han hecho crecer a través de entrenamiento y experiencia; por lo tanto, están en posesión de aptitudes divinas y milagrosas. Así como una gran habilidad musical no es usual ni común, también estos talentos son naturales, aunque infrecuentes. A estos personajes también se les llama Maestros, Hermanos Mayores e Iniciados.

Koot Hoomi Lal Singh (también llamado Kuthumi, y referido con frecuencia simplemente como K. H.) es uno de los Mahatmas que inspiraron la fundación de la Sociedad Teosófica. Sostuvo correspondencia con dos teósofos ingleses que vivían en la India, A. P. Sinnett y A. O. Hume, publicada en el libro CARTAS DE LOS MAHATMAS.

La gente argumenta que si los Maestros existen y son todopoderosos, entonces todo debe ser posible para ellos y pueden ayudar a sus discípulos (chelas) y a la Sociedad a superar sus sufrimientos y dificultades para evitar que cometan errores. «¿Por qué no usan Sus poderes ni intervienen para salvar el negocio o la vida del hermano moribundo de un discípulo?» En primer lugar, Ellos personifican la Ley del Karma, y por tanto no infringirían esa normativa, pues si el Maestro usa fuerzas ocultas entonces produce un efecto de gran alcance. Así como haríamos estallar pólvora para partir una roca, también corremos el riesgo de derribar una casa en los alrededores. En los primeros días de la Sociedad Teosófica muchos miembros solicitaban a H.P.B. que llevara a los Maestros preguntas totalmente mundanas, relacionadas con asuntos familiares o financieros, respecto a lo cual Blavatsky escribió que sus interpeladores no entendían la existencia de una ley oculta que consiste en que cada vez que un deseo intenso se concentra en Sus personalidades —es decir, cuando una apelación proviene de alguien incluso con una buena moral promedio y que «necesita» Su atención en algún asunto mundano/insignificante—. Ellos se ven perturbados por eso, y el deseo toma una forma material que los persigue. Luego se ven obligados a crear una barrera infranqueable o muro akásico entre ese deseo, pensamiento u oración para aislarse, y al hacerlo se separan de todos aquéllos que consciente o inconscientemente se encuentran dentro del círculo de ese pensamiento o anhelo («H.P.B. Series», n° 20). A pesar de que sí ayudan a individuos merecedores en sus esfuerzos espirituales e influyen benéficamente en el destino de las naciones, es sólo en la medida que lo permite el Karma del país o la persona y así escribieron: «Los ciclos deben operar en sus procesos (…) y nosotros, en la extensión de la marea poderosa, sólo podemos modificar y dirigir algunas de sus corrientes menores».

¿Cómo asisten a las personas? ¿Son ayudadas a esquivar las consecuencias kármicas? ¿Cómo es que a muchos chelas e incluso a los fundadores se les permitió sufrir sin interferencia de los Maestros? Cuando el mundo llamó a H.P.B. como la mayor impostora y una «médium», ¿por qué los Maestros no intervinieron para defenderla y salvar su reputación? La respuesta en palabras de uno de los Maestros fue:

«Es cierto y al pie de la letra que 'el chela llega a ser como tal, no se hace'. Dado que cada uno de nosotros es creador y productor de causas que nos llevan a tal o cual resultado, tenemos que cosechar lo que hemos sembrado. Nuestros chelas son ayudados sólo cuando son inocentes de las causas que los llevan a problemas, y cuando tales orígenes son producidos por influencias externas o ajenas. La vida y la lucha por el adeptado serían demasiado fáciles si todos tuviéramos rebuscadores detrás nuestro para eliminar los efectos que hemos generado a través de nuestra propia imprudencia y presunción. (…) Paso a paso y tras una serie de castigos, se enseña al chela por amarga experiencia a reprimir y guiar sus impulsos; pierde su imprudencia y autosuficiencia y nunca cae en los mismos errores».

Entonces el Maestro continúa explicando que se debió a un celo sublime, abnegado, noble y meritorio por parte de H.P.B. lo que le hizo decir que los fenómenos que realizó no fueron hechos por ella personalmente, sino por sus Maestros. Noble como era su humildad, esto fue confundido por el mundo exterior y la llamaron «mentirosa», «impostora» y «médium». Los Maestros sólo podían advertirle, pero siempre permitían a Sus chelas «plena y completa libertad de acción, la voluntad de crear causas».

Algunos dicen que Madame Blavatsky, fundadora de la Sociedad Teosófica, recibió telepáticamente de un maestro tibetano la doctrina contenida en Isis sin velo, que contiene cuatro volúmenes.

Se llaman «Hermanos del Himalaya» y muchos creen que si viajaran al Tíbet o esas montañas podrían encontrarse con uno de ellos. Pero ¿es tan fácil toparse con un Mahatma de carne y hueso? Es el caso de S. Ramaswamier, miembro de la Sociedad Teosófica que fue a dicha cordillera asiática en busca de los Maestros, y realmente se encontró con uno en persona, pero se le pidió que regresara y esperase pacientemente si deseaba convertirse en un chela aceptado. Sin embargo, para aquéllos de nosotros que no estamos preparados, no sería propicio encontrarnos con un Maestro en la vida real ya que a su alrededor se despliegan grandes y poderosas fuerzas. Se nos dice que debemos merecer antes de desear intimidad con los Maestros. ¿De qué servirían un Clerk Maxwell o Einstein al enseñarles su tabla de multiplicar a niños de corta edad? Además, si una persona concurriera a presencia de dichos instructores y sin estar preparada, estaría expuesta a un poderoso magnetismo o corrientes pertenecientes al Mahatma y podría desmayarse, quedarse dormida o caer en coma. Toda su naturaleza se vería agitada; podría descubrir que su Karma ha comenzado a precipitar más rápido, que las tendencias malignas han salido a la superficie y tampoco tiene el poder suficiente para lidiar con ellas, pudiendo volverse dubitativa y supersticiosa. No hay nada sorprendente en las consecuencias ya descritas, pues en la vida cotidiana observamos que si un barco pequeño se acerca demasiado a uno grande sin hacer ciertos ajustes, es probable que se vuelque debido a las grandes corrientes creadas en el agua alrededor de la embarcación mayor mientras se está moviendo. Entonces, cuando un Maestro visita a cualquier persona, deliberadamente vela su magnetismo o protege a aquélla de las consecuencias que se derivan de dicha reunión.

La única forma en que podemos atraer Su ayuda y atención es tratando de constituirnos en servidores de la humanidad. [William Judge dice en «Letters That Have Helped Me»]: «Como Ellos son Atman y por tanto la misma ley del Karma, están en todo en la vida y en cada fase de nuestros días y años cambiantes. Si estimuláis vuestra fe en esta línea, os acercaréis más a la ayuda de Ellos de lo que reconoceréis». Si están en todo proceso vital, depende de nosotros sentir Su presencia mientras realizamos tareas mundanas, ya sea escribir cartas, cocinar o elaborar pruebas de lectura. Ellos ajustan la mente de un discípulo y, sin interferir con su Karma, intentan ayudarlo a cumplir con su deber, enfrentar su deuda kármica y aprender de ella. Si el discípulo se equivoca en sus conclusiones, entonces el Maestro puede arrojar una pista para ajustar su mente. Un verdadero Mahatma nunca vierte grandes masas de conocimiento en la mente de un alumno, porque entonces dejaría de ser mejor que un libro bien escrito.

En las etapas tempranas del esfuerzo espiritual del individuo hay una expectativa e incluso la falsa creencia de que los Maestros deben guiarlo respecto a qué hacer y qué evitar. De acuerdo con «Book of Confidences», en el diálogo entre Maestro y discípulo, éste dice a su tutor que si sólo le diera instrucciones de «ir allá», «quedarse allí», etc., entonces estaría feliz de seguir su consejo y tal vez podría avanzar sin cometer errores. Muchos de nosotros deseamos una guía así de infalible, pero vale la pena prestar atención a la respuesta del instructor. Señala que si pidiera al alumno que «haga esto» o lo otro, entonces su protegido nunca podrá fortalecer los músculos de su «voluntad». Quizás bajo la orientación del gurú nunca incurrirá en errores, pero jamás aprenderá cómo no cometerlos, y al hacerlo así —dice el Maestro— robaría al estudiante el poder soberano de elección que puede hacer de él un dios. Hasta que se logre un dominio completo sobre las emociones humanas simples, ningún Mahatma puede aceptar al aspirante como chela, y de esta forma tiene que lograrse mucho por los esfuerzos no asistidos del discípulo.

Estos Grandes Seres irradian continuamente pensamientos nobles, pero sólo los individuos de naturaleza consustancial pueden recoger estas ideas y beneficiarse de ellas. Se sabe que hacen esfuerzos especiales para incidir en ciertas personas prominentes y, a través de tales sujetos, influyen y dan forma al destino de las naciones. Algunos de esos personajes son salvadores de países como Washington, Lincoln y Grant, como también grandes escritores y poetas de la talla de Shakespeare y Esquilo. Hay momentos en que dictan pasajes textuales, pero la mayoría de las veces sólo inspiran ideas y dejan la forma literaria a los autores.

Es natural que deseemos contacto con Ellos en el plano físico, pero es mucho más importante sentirlos internamente. Uno no debe buscar al Maestro porque éste aparece cuando el discípulo está listo. ¿Y cómo puede uno prepararse? Debemos contactar al Maestro en el plano espiritual elevándonos a Su nivel y no arrastrándolo al nuestro. El Mahatma puede ser encontrado en el «Salón de la Sabiduría» o el estado de sueño sin sueños (Sushupti) cuando nuestra conciencia está libre del cuerpo y los sentidos como también de la naturaleza kámica (pasiones y deseos). De aquí la importancia de prepararse para dormir y llevar una vida moralmente pura y realizar cada tarea con total concentración durante el estado de vigilia. El estudio de la naturaleza y los poderes de los Maestros nos ayuda a crear un canal apropiado que a su vez nos permite recuperar el recuerdo sobre las actividades de nuestra naturaleza superior en el grado de Sushupti.
Cuando el alumno está preparado, aparece el maestro

Uno de los Mahatmas dijo «si quieres conocernos, entonces conoce nuestra filosofía; si quieres servirnos, entonces sirve a nuestra humanidad». No debemos tratar de llegar a Ellos con nuestras mentes, sino que a través del servicio amable, la búsqueda indoblegable y la humildad en el estudio y el trabajo finalmente obtendremos esa sabiduría que nos permitirá conocerlos.

(De la revista «The Theosophical Movement», septiembre de 2008).


DIFERENCIAS ENTRE ORTODOXIA Y CATOLICISMO


En síntesis, entre las dos confesiones pueden observarse tanto diferencias de organización, como diferencias doctrinales y teológicas. A pesar de que son numerosas, entre ellas se destacan las siguientes:

Diferencias doctrinales
  • La Iglesia ortodoxa rechaza la adición del Filioque a la versión latina del Símbolo Niceno-Constantinopolitano, adición aprobada por la Iglesia católica, y considerada por algunos teólogos ortodoxos como herejía, por otros no.​
  • La Iglesia ortodoxa no comparte plenamente el enfoque presentado por la Iglesia católica al proclamar el dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María en la bula Ineffabilis Deus del papa Pío IX de 1854. Lo considera redundante, más que erróneo. De hecho, la liturgia ortodoxa llama a María, madre de Jesús, «la sin mancha» (akrantos), «toda santa» (panagia) y «sin tacha» (panamomos).
  • La Iglesia ortodoxa niega la existencia del purgatorio por considerar insuficientes​ para aprobarlo las indicaciones bíblicas puestas como una base de la aseveración por los católicos. Sin embargo, se reza por las almas de los difuntos al igual que en la Iglesia católica.
Diferencias de la organización
  • La Iglesia ortodoxa no admite la supremacía universal de derecho del Patriarca de Roma sobre toda la iglesia cristiana. Todos los obispos son iguales. Solo reconoce una «primacía de honor» (primus inter pares).
  • La Iglesia ortodoxa enseña que las decisiones de un concilio ecuménico son superiores a las decisiones de cualquier jerarca eclesiástico.​ La Iglesia católica también enseña que en los concilios ecuménicos, para cuya existencia es precisa la aceptación del papa, reside la infalibilidad prometida a la Iglesia.​ Asimismo, la Iglesia ortodoxa no admite la infalibilidad del Obispo de Roma en ningún caso, mientras que la Iglesia católica la mantiene en casos de proclamar por un acto definitivo la doctrina en cuestiones de fe y moral.
  • La Iglesia ortodoxa solo admite 7 concilios ecuménicos; la Iglesia católica reconoce 21.
  • En la Iglesia ortodoxa el ministro ordinario del Santo Crisma es el sacerdote; en la Iglesia católica lo es el obispo, y el sacerdote solamente como algo extraordinario.
Crisma es uno de los aceites santos usados en la Iglesia católica tanto romana, como ortodoxa, y en las Iglesias orientales en determinadas ceremonias. El término procede del latín chrisma, y este del griego myron (χρῖσμα). En el catolicismo representa directamente la transmisión del Espíritu Santo: Esta unción ilustra el nombre de «cristiano» que significa «ungido» y que tiene su origen en el nombre de Cristo, al que «Dios ungió con el Espíritu Santo» (Hch 10,38).
  • En la Iglesia ortodoxa se pueden ordenar hombres casados con una mujer de buena reputación, de tal forma que hay diáconos y presbíteros casados, mientras que otros clérigos, tradicionalmente aquellos con votos monacales, deben ser hombres célibes. Una vez ordenados no se pueden casar, o volver a casar, si es el caso. Los obispos, a partir de la Edad Media, son elegidos de entre los monjes. En la Iglesia católica funciona de la misma manera para los ritos orientales en cuanto al celibato, pero no en el rito latino, donde todos los clérigos, a excepción de los diáconos casados antes de su ordenación,​ deben ser célibes.
  • La Iglesia ortodoxa no tiene (y no admite) órdenes, ni congregaciones. La forma de que un feligrés desee hacer votos de vida consagrada es por medio de los monasterios o los sketes.
Otras diferencias
  • La Pascua cristiana se celebra en el domingo siguiente al primer plenilunio de primavera del Hemisferio Norte, es decir el que o coincide con el día 21 de marzo o es inmediatamente posterior.​ Los cálculos de la Iglesia ortodoxa se basan en el calendario juliano,​ cuyo 21 de marzo corresponde actualmente al 3 de abril del calendario gregoriano, una diferencia de 13 días. Por eso la Pascua ortodoxa muy a menudo se verifica hasta cinco semanas más tarde que la de la Iglesia católica, y nunca coincide con la Pascua judía ni se celebra antes de ella, lo que sucede de vez en cuando en la Iglesia católica.
  • Algunas Iglesias ortodoxas aceptan el equivalente del calendario gregoriano para las fiestas cuya fecha no depende de la de la Pascua. Otras quedan con el calendario juliano y así, por ejemplo, celebran la Natividad del Señor en el día que para ellas es el 25 de diciembre pero que para las otras y generalmente en el mundo es actualmente el 7 de enero.
  • La Iglesia ortodoxa considera que la consagración del pan y del vino en el Cuerpo y la Sangre de Jesús en la misa se efectúa por el Prefacio, las Palabras del Señor (las pronunciadas por Cristo en la Última Cena) y la epíclesis conjuntamente. La Iglesia católica, por su parte, enfatiza en las palabras pronunciadas por el sacerdote en persona de Cristo Cabeza, confesando que la transubstanciación ocurre por la virtud de las palabras de Jesús y la acción del Espíritu en la epíclesis.
  • En la Iglesia ortodoxa no se admiten las imágenes tridimensionales para veneración, como las estatuas de santos, sino únicamente imágenes planas, o bidimensionales, tales como pinturas o mosaicos, tradicionalmente llamados iconos. Las esculturas o bajorrelieves que se encuentran en el interior de los templos ortodoxos son de carácter solo ornamental.
  • La liturgia ortodoxa no utiliza instrumentos musicales, solo la voz humana. En la antigua tradición practicada por la ortodoxia de oriente no es practicado el canto gregoriano, como se da en el catolicismo o ritos de la ortodoxia occidental.
  • Aunque en las liturgias ortodoxas se suele rezar por el ejército militar de su propio país, la Iglesia ortodoxa nunca organizó cruzadas. La Iglesia católica apoyó en ocasiones la conquista de tierras cristianas por los cruzados a los cuales Bizancio llamó en auxilio debido a la amenaza musulmana.
  • Los jerarcas de la Iglesia ortodoxa reprobaban la práctica de venta de indulgencias en la antigüedad.