LA UNIÓN EUROPEA DECLARA LA GUERRA A EUROPA

 

El entreguismo de la sedicente «élite» europea a EE.UU. causa extrañeza (y pena). En efecto, el verdadero responsable de la política exterior de la UE no parece ser el Alto Representante de turno, sino los Estados Unidos de América. Así, de forma patente, la política exterior europea no defiende los intereses de los europeos, sino los del gobierno norteamericano.

Estados Unidos afirma constantemente que los países europeos son sus «aliados», pero esta simplificación edulcora la fría realidad geopolítica. En efecto, en las relaciones internacionales no existen cursis alianzas basadas en la amistad o en «valores comunes», sino uniones temporales de mayor o menor duración basadas en una confluencia de intereses o en relaciones de subordinación, como es el caso.

Además, EE.UU. ve a Europa más como reliquia de museo que como potencia, pues su militarismo sólo respeta a quienes cuentan con ejércitos importantes y Europa no los tiene.

Pero lo más relevante es que para Estados Unidos, Europa es un competidor, y de igual modo que a lo largo de la Historia el Reino Unido siempre intrigó para que la Europa continental se mantuviera débil y dividida, el gobierno norteamericano considera que una Eurasia en paz y unida por la interdependencia de lazos comerciales supone una amenaza a su hegemonía política y económica.

Por lo tanto, la cronificación de la guerra en Ucrania no tiene nada de altruista, sino que es para EE.UU. un arma geopolítica para debilitar a Eurasia. Divide et impera.

El inicio del conflicto, de hecho, ha coincidido con la finalización del gaseoducto Nord Stream 2, que reforzaba enormemente los lazos de Rusia con Europa como proveedor de energía barata. ¿Creen que ha sido una coincidencia?

Así, el primer objetivo americano al involucrar a Europa en esta guerra era hacer descarrilar dicha infraestructura, considerada una amenaza estratégica para los intereses norteamericanos, e inicialmente lo logró gracias al entreguismo del gobierno alemán.

Y cuando ante la llegada del invierno Alemania empezaba a comprender su error, se produce el sabotaje submarino simultáneo de Nord Stream 1 y 2. ¿Qué países poseen la capacidad operativa para hacerlo? ¿Cui prodest? ¿Quién se beneficia de ello?

«Preparados, disparen, apunten»
En contraste con la calculada estrategia norteamericana, la toma de decisiones de la UE no ha sido precedida de ningún análisis coste-beneficio mínimamente serio que defendiera los intereses de los europeos. La consigna ha sido: preparados, disparen, apunten, y al disparar primero y apuntar después nos hemos pegado un tiro en el pie.

Al inmiscuirse en un pulso de poder que nos era completamente ajeno, los burócratas de la UE no han hecho más que contentar a EE.UU. y, no satisfechos con propiciar una escalada del conflicto, han ido imponiendo sanciones sin ton ni son en un descabellado in crescendo que puede suponer el tercer suicidio de Europa en un siglo.

En efecto, estas sanciones están perjudicando mucho más al ciudadano europeo que al ruso. Aunque la fluctuación de las divisas responda a factores complejos, una muestra del efecto de las sanciones es la evolución del rublo y del euro frente al dólar desde que comenzó la guerra. El rublo sube y el euro se hunde:


La caída del euro, además, contribuye al gravísimo problema de inflación preexistente (empeorado por la guerra) que en España amenaza con devolver a la pobreza, vía pérdida de poder adquisitivo, a nuestra frágil clase media, creada con enorme esfuerzo a partir de 1950.

Asimismo, al romper relaciones comerciales con el proveedor ruso, hemos creado una crisis energética sin precedentes previamente sembrada por el fanatismo «verde». Efectivamente, sólo Europa se toma tan en serio el timo del cambio climático inventado por el globalismo, cuyo resultado final serán los apagones y una factura eléctrica inasumible.

Intentar justificar el actual boicot a productos rusos criticando a posteriori la «dependencia energética» que teníamos de Rusia es una triquiñuela. Europa carece de suficientes fuentes de energía propias, luego a medio plazo simplemente sustituiremos la dependencia energética de Rusia por la dependencia energética de EE.UU., de las dictaduras árabes o del Magreb. ¿Hemos mejorado? No lo creo.

En poco tiempo Rusia podrá establecer nuevos lazos para vender sus abundantes materias primas a China e India, hogar del 36% de la población mundial, y probablemente la perdamos para siempre. ¿Comprenden ustedes el golpe de gracia a la prosperidad futura de Europa que nos ha dado EE.UU. con la complicidad de los ineptos de Bruselas y Berlín?

Aprendiendo de la historia
Decía Santayana que «aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo». El 28 de junio de 1914 el heredero de la corona del Impero Austrohúngaro fue asesinado a tiros en un atentado terrorista en Sarajevo (entonces Serbia).

Sólo cuatro semanas después y tras un ultimátum, Austria declaró la guerra a Serbia a pesar de que este país había aceptado 13 de los 14 puntos de dicho ultimátum. Los yonquis del poder tenían decidido ir a la guerra y las «causas» inmediatas del conflicto no fueron más que coartadas, como suele ocurrir.

La política de alianzas transformó entonces una contienda local en una devastadora guerra mundial. Rusia activó su alianza con Serbia y anunció la movilización de sus tropas, lo que propició que Alemania, aliada de Austria, declarara la guerra a Rusia; Francia acudió en ayuda de Rusia y Gran Bretaña en ayuda de Francia, quedando conformados dos bandos: la Triple Entente (Francia, Reino Unido y el Imperio Ruso) frente a los dos grandes imperios centroeuropeos, Alemania y Austria. Más adelante, Italia, Japón, el Imperio otomano y otros países se unirían a uno u otro bando.

Cuatro años más tarde la devastación era absoluta: en los campos de Europa yacían los cadáveres de 17 millones de personas sin que para entonces nadie recordara el motivo real por el que habían muerto.

De aquí se desprenden algunas lecciones para la Europa de hoy. Primero, el poder no sólo corrompe la moral del individuo, sino también su capacidad de juicio. Así, en 1914 las «élites» europeas arrastraron al continente hacia la hecatombe con una estupidez, frivolidad e inmoralidad aterradoras. Segundo, las «alianzas» son peligrosas armas de doble filo que pueden transformar un conflicto local en una guerra mundial.

El artículo 5 de la OTAN, por ejemplo, fue diseñado para disuadir al difunto Pacto de Varsovia de tentaciones expansionistas durante la Guerra Fría. Lo que en realidad preveía no era la ayuda mutua de sus débiles firmantes, sino la protección del fuerte (es decir, de EEUU) a cualquiera de ellos.

Sin embargo, era sólo un arma disuasoria. De no haber funcionado, ¿qué habría ocurrido? El papel lo aguanta todo, pero bajemos a lo concreto: ¿enviaría usted a su hijo a luchar y morir por Ucrania? ¿Cree usted que los alemanes o los ingleses vendrían a defendernos de un ataque de Marruecos?

LA OTAN, ¿fuente de paz o de conflicto?
El órdago del artículo 5 fue un éxito, pero quedó obsoleto cuando la amenaza del comunismo soviético desapareció en 1991. De hecho, la OTAN es hoy exclusivamente una herramienta de poder norteamericana y una organización cuya supervivencia depende de que su enemigo tradicional siga siéndolo. De ahí su interés por que la opinión pública identifique falazmente a la actual Rusia con la antigua URSS, aunque nada tengan que ver.

Al igual que la OTAN, las vastas estructuras burocráticas de las agencias de inteligencia, el Departamento de Estado y el complejo militar-industrial norteamericanos (el Deep State) dependen de la existencia de un enemigo grande que justifique su tamaño y su poder. Sólo hay que aplicar la lógica del cui prodest y comprender los mecanismos de la patología del poder para concluir que, como el Ministerio de la Paz de Orwell, están tan interesados en la guerra perpetua como la OMS lo está en la pandemia perpetua.

Pero más allá de cuestionar la OTAN, lo preocupante es que, como en la 1GM, el poder ha corrompido la moral y la capacidad de juicio de la «élite» europea y un dominó de alianzas puede transformar un conflicto local de daño contenido en una contienda mundial de consecuencias imprevisibles.

El objetivo de Estados Unidos es debilitar a Rusia…y a Europa
Mientras Occidente se obsesiona con Ucrania, en el resto del planeta no ocurre lo mismo. De hecho, los países que han sancionado a Rusia suponen sólo el 13% de la población mundial. El 87% restante mantiene sus relaciones con Rusia incólumes. ¿Es Rusia la que se está quedando sola o es Occidente?

Quizá el resto del mundo tiene claro que el origen del conflicto está en la provocación de EEUU a Rusia (sirviéndose del corrupto régimen ucraniano) esperando que el glacial autócrata ruso mordiera el anzuelo con sus mandíbulas de acero, como hizo. Por eso, el único actor mundial interesado en prolongar la guerra en Ucrania es EEUU, motivo por el cual hizo descarrilar las negociaciones entre ambos bandos llevadas a cabo antes de verano en Turquía en las que Ucrania habría accedido a no entrar en la OTAN, a aceptar el statu quo de Crimea y el autogobierno del Donbass, ya reconocido en los Acuerdos de Minsk II del 2015.

¿No creen que el mundo sería hoy más seguro y próspero si se hubiera alcanzado dicho acuerdo? ¿Estamos mejor o peor?

En el orden global de las cosas, la guerra de Ucrania se enmarca en el intento de alargar la hegemonía anglosajona puesta en riesgo por el despertar de Asia y el declive moral de Occidente, y en este contexto a EE. UU. le interesa debilitar a Rusia a costa de Europa con una guerra de desgate en la que ellos no ponen los muertos ni sufren la debacle económica.

No sería la primera vez que Estados Unidos sacrifica a Europa en pro de sus intereses. En primavera de 1917 la opinión pública europea estaba harta de tanta carnicería. Tras la revolución, Rusia prometía retirarse del conflicto y Francia y Austria entablaban discretas conversaciones de paz: algunas divisiones francesas se negaban a combatir y el emperador Carlos de Austria, angustiado por no poder frenar la escabechina (en contraste con el agresivo káiser alemán), apelaba al papa Benedicto XV. Parecía que la guerra iba a acabar sin un claro vencedor, lo que suele ser el mejor resultado posible.

Sin embargo, EE. UU. quería protagonizar la organización del «nuevo orden» posbélico. Tras forzar la guerra contra España en 1898 con el pretexto del Maine, había probado el sabor del imperialismo y no podía dejar pasar la oportunidad de acabar con dos grandes competidores centroeuropeos.

De este modo, entró en la guerra a última hora utilizando la coartada du jour, alargándola un año más y produciendo como resultado unos vencedores y unos vencidos claros, que fueron humillados hasta el extremo en el Tratado de Versalles: el imperio austríaco fue desmembrado y Alemania condenada a la pobreza, lo que provocaría a la postre la llegada al poder de Hitler, democráticamente elegido por el desesperado pueblo alemán. EE. UU. apenas perdió 116.000 hombres, mientras los europeos perdieron millones.

Al borde del precipicio
Hoy Europa vuelve a estar al borde del precipicio porque la «élite» política europea se dedica a obedecer al amo americano y renegar de su obligación de defender a sus propios ciudadanos. Así, nos han involucrado imprudentemente en un pulso de poder que nos era ajeno y puesto en marcha sanciones de carácter autodestructivo que dañan a los europeos tanto como regocijan a los americanos, centrados sólo en preservar su preeminencia.

Europa, indefensa frente al belicismo norteamericano y abandonada por la cobardía e incompetencia de sus propias autoridades, se enfrenta al colapso económico y a una peligrosa escalada de un conflicto en el que se ha querido arrinconar a una potencia nuclear. Como en 1914, no cabe mayor estupidez, frivolidad e inmoralidad. ¿Quién defiende al ciudadano europeo? Nadie, y no comprender esto es no comprender nada.

LA VERDAD SOBRE EL GOLPE DE ESTADO UCRANIANO SALIÓ A LA LUZ.


La verdad sobre el golpe de Estado perpetrado en Ucrania es del dominio de la opinión pública mundial, pese a las protestas de Kiev, dijo a RIA Novosti el presidente adjunto del comité para la defensa y seguridad del Senado ruso, Frants Klintsevich, al comentar la proyección de un documental en la televisión francesa.

La cinta «Ukraine: Les masques de la Revolution» representa en sí una investigación periodística de los acontecimientos que se desarrollaron en Ucrania en 2014, narra, en particular, la tragedia de Odesa.

La embajada de Ucrania en Francia pidió anteriormente a Canal+ revisar su decisión de proyectar este filme (señal de que no andaban muy desencaminados).

«Pese a las protestas de Kiev, Canal+ mostró la cinta-investigación sobre los sucesos de Maidán, lo que significa que la verdad sobre el golpe de Estado cometido en Ucrania se abre paso también en Occidente», dijo el senador.

También señaló que el periodista francés que rodó este documental no impone su punto de vista, sino que le da palabra a los participantes directos de aquellos acontecimientos de las dos partes, permitiendo al público sacar sus conclusiones.

«Desde ahora Kiev puede hablar cuanto le dé la gana sobre 'la mano de Moscú', ya no tiene sentido, porque el pájaro salió de la jaula», subrayó.

La plaza principal de Kiev, Maidán, fue ocupada por los partidarios de la eurointegración el 21 de noviembre de 2013, después de que el Gobierno de Mikola Azárov anunciara el aplazamiento de la firma del acuerdo sobre la asociación con la Unión Europea.

Más tarde el Maidán se convirtió en el epicentro de la confrontación entre las fuerzas radicales y los policías, que causó decenas de víctimas mortales.

El 22 de febrero de 2014, la Rada Suprema destituyó al presidente de Ucrania, Víctor Yanukóvich, enmendó la Constitución y fijó unos comicios presidenciales extraordinarios, en que fue elegido Petró Poroshenko (GOLPE DE ESTADO)...

 

«Extracto» del discurso de Vladimir Putin sobre movilización parcial en Rusia (21 de septiembre de 2022)

 

¡¡¡El tema de mi discurso es la situación en Dombás y el curso de la OME para liberarlo del régimen neonazi que tomó el poder en Ucrania en 2014 como resultado de un golpe armado...!!! Me dirijo a ustedes hoy, a todos los ciudadanos de nuestro país, a personas de diferentes generaciones, edades y nacionalidades. Al pueblo de nuestra gran Patria. A todos los que están unidos por la gran Rusia histórica. A los soldados y oficiales, voluntarios que ahora luchan en primera línea, que están en el puesto de combate. A nuestros hermanos y hermanas, residentes de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, las regiones de Jersón y Zaporiyia y otras áreas liberadas del régimen neonazi. Se tratarán de dar los pasos necesarios para proteger la soberanía, la seguridad y la integridad territorial de Rusia, de apoyar el deseo y la voluntad de nuestros compatriotas de determinar su propio futuro. Y sobre la política agresiva de parte de las élites occidentales, que se esfuerzan con todas sus fuerzas por mantener su dominio. Y para ello pretenden bloquear, suprimir cualquier centro de desarrollo soberano e independiente para seguir imponiendo crudamente su voluntad a otros países y pueblos, para sembrar sus pseudovalores. El propósito de esto es debilitar, dividir y finalmente destruir nuestro país.

Ya están diciendo abiertamente que en 1991 pudieron dividir la Unión Soviética. Y ahora ha llegado el momento de que Rusia misma se desintegre en una multitud de regiones y mortalmente hostiles entre sí. Y han estado planeando todo esto durante mucho tiempo: Alentaron a bandas de terroristas internacionales en el Cáucaso, avanzaron la infraestructura ofensiva de la OTAN cerca de nuestras fronteras, hicieron de la rusofobia total su arma, e incluso fomentaron deliberadamente el odio hacia Rusia durante décadas. En primer lugar, en Ucrania, para la que estaban preparando el destino de un punto de apoyo antirruso, y el propio pueblo ucraniano fue convertido en carne de cañón y empujado a la guerra con nuestro país, desatando esta guerra, allá por 2014, utilizando las fuerzas armadas contra la población civil, organizando genocidio, bloqueo, terror contra personas que se niegan a reconocer al gobierno, surgió en Ucrania como resultado de un golpe de estado. Y después de que el actual régimen de Kiev rechazara públicamente una solución pacífica a los problemas de Dombás y, además, anunciara sus aspiraciones de poseer armas nucleares, quedó absolutamente claro que un nuevo ataque a gran escala se iba a producir sobre Dombás.

Y luego, igual de inevitablemente, seguiría un ataque a Crimea, o sea, a Rusia. En este sentido, la decisión de una operación militar preventiva era absolutamente necesaria y la única posible. Sus principales objetivos —la liberación de todo el territorio de Dombás— han sido y siguen siendo los mismos. La República Popular de Lugansk ya ha sido limpiada casi por completo de neonazis, y los combates en la República Popular de Donetsk continúan. Aquí, durante 8 años, el régimen de ocupación de Kiev creó una línea profundamente escalonada de fortificaciones a largo plazo. Su asalto en la frente habría resultado en grandes pérdidas. Por lo tanto, nuestras unidades, así como las unidades militares de las repúblicas de Dombás, actúan sistemáticamente, utilizan los equipos de manera competente y cuidan a su personal. Y paso a paso liberan la tierra de Donetsk, limpian ciudades y pueblos de facinerosos. Ayudan a las personas a las que el régimen de Kiev ha convertido en rehenes, en escudos humanos. 

Como saben, los militares profesionales contratados participan en la OME junto a las formaciones de voluntarios luchando hombro con hombro con ellos. Gente de diferentes nacionalidades, profesiones, edades, y auténticos patriotas. A la llamada de sus corazones, acudieron en defensa de Rusia y de Dombás. En este sentido, ya he dado instrucciones al Gobierno y al Ministerio de Defensa, para que en el menor tiempo posible determinen el estatus legal de esos voluntarios, así como de los combatientes de las unidades de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk. Debe ser el mismo que el de los militares regulares del ejército ruso, incluido el material, apoyo médico y garantías sociales. Se debe prestar especial atención a la organización de suministros de formaciones y destacamentos de voluntarios de la milicia popular de Dombás. En el curso de la resolución de las principales tareas de protección de Dombás, nuestras tropas, basadas en los planes y decisiones del Ministerio de Defensa y el Estado Mayor sobre la estrategia general de acción, liberaron de neonazis también territorios importantes de Jersón y Zaporiyia, y otras áreas. Como resultado, se formó una larga línea de contacto de combate, que supera los 1000 kilómetros.

Ya después del inicio de la OME, incluso en las conversaciones de Estambul, los representantes de Kiev reaccionaron muy positivamente a nuestras propuestas, y estas propuestas, en primer lugar, se referían a la seguridad de Rusia. Pero es obvio que la solución pacífica no le convenía a Occidente (Estado Profundo). Por lo tanto, después de llegar a ciertos compromisos, Kiev recibió una orden directa de interrumpir todos los acuerdos. Ucrania comenzó a inflarse aún más con armas. El régimen de Kiev lanzó nuevas bandas de mercenarios y nacionalistas extranjeros. Las unidades militares están entrenadas según los estándares de la OTAN y bajo el mando real de asesores occidentales. Al mismo tiempo, el régimen de represión en toda Ucrania contra sus propios ciudadanos se fortaleció de la manera más severa, establecido inmediatamente después del golpe armado de 2014. La política de intimidación, terror y violencia asume formas cada vez más masivas, terribles, bárbaras. Quiero enfatizar que sabemos que la mayoría de las personas que viven en los territorios liberados de los neonazis, —y estas son, en primer lugar, las tierras históricas de Novorrusia— no quieren estar bajo el yugo del régimen neonazi

En Zaporiyia, en la región de Jersón, en Lugansk y Donetsk, se han visto las atrocidades que los neonazis están cometiendo. Los «herederos» de Bandera matan, torturan, encarcelan, ajustan cuentas, reprimen y atormentan a los civiles. Vivían más de 7,5 millones de personas entre las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, y las regiones de Zaporiyia y Jersón antes del estallido de las hostilidades. Muchos de ellos se vieron obligados a convertirse en refugiados. Y los que se quedaron —alrededor de 5 millones de personas— hoy están sujetos al constante fuego de artillería de los militantes neonazis. Golpean hospitales y escuelas, organizan ataques terroristas contra civiles. Y no podemos entregar a personas cercanas a nosotros por razones obvias para que los verdugos las hagan pedazos. No podemos dejar de responder a su sincero deseo de determinar su propio destino. Los parlamentos de las repúblicas populares de Dombás, así como las administraciones militares y civiles de las regiones de Jersón y Zaporiyia, decidieron celebrar referéndums sobre el futuro de estos territorios y se dirigieron a nosotros, a Rusia, con una solicitud de apoyo a tal paso. Permítanme enfatizar que haremos todo lo posible para brindar condiciones seguras para dichos referéndums.

Mapa de Nueva Rusia en tiempos del Imperio ruso (1897) (en inglés)

Queridos amigos, hoy nuestras fuerzas armadas, como ya he dicho, están operando en la línea de contacto, que supera los mil kilómetros, están enfrentando no solo a formaciones neonazis, sino a toda la maquinaria militar del occidente colectivo. Ante esta situación, considero necesario tomar la siguiente decisión totalmente adecuada a las amenazas a las que nos enfrentamos. A saber: para proteger nuestra Patria, su soberanía e integridad territorial, para garantizar la seguridad de nuestro pueblo y de los pueblos en los territorios liberados, considero necesario apoyar la propuesta del Ministerio de Defensa y del Estado Mayor General de realizar movilizaciones parciales en la Federación Rusa.

Repito, estamos hablando de una movilización parcial. Es decir, sólo estarán sujetos a servicio militar obligatorio los ciudadanos que se encuentren actualmente en la reserva. Y, sobre todo, quienes sirvieron en las filas de las fuerzas armadas y cuentan con ciertas especialidades militares y experiencia relevante. Los llamados al servicio militar recibirán indefectiblemente un entrenamiento militar adicional, teniendo en cuenta la experiencia de una operación militar especial. Se firmó el decreto de movilización parcial.

De acuerdo con la ley, las cámaras de la Asamblea Federal, el Consejo de la Federación y la Duma Estatal, serán informadas oficialmente sobre esto hoy por cartas. Las actividades de movilización comenzarán hoy, 21 de septiembre. Instruyo a los jefes de las regiones para que brinden toda la asistencia necesaria al trabajo de los comisariados militares. Me gustaría enfatizar que los ciudadanos rusos llamados al servicio militar por movilización recibirán el estatus, los pagos y todas las garantías sociales del personal militar que presta servicio bajo contrato.

Agregaré que el decreto sobre movilización parcial también prevé medidas adicionales para cumplir con la orden de defensa estatal. Los jefes de empresas de la industria de defensa son directamente responsables de resolver las tareas de aumentar la producción de armas y equipos militares y desplegar capacidades de producción adicionales. A su vez, todos los problemas de material, recursos y apoyo financiero para las empresas de defensa deben ser resueltos por el gobierno de inmediato.

Queridos amigos, en su agresiva política antirrusa, Occidente ha cruzado todos los límites. Constantemente escuchamos amenazas contra nuestro país. Algunos políticos irresponsables en Occidente no solo hablan de planes para organizar el suministro de armas ofensivas de largo alcance a Ucrania, —sistemas que permitirían ataques contra Crimea y otras regiones de Rusia. Tales ataques terroristas, incluso con el uso de armas occidentales, ya se están llevando a cabo en los asentamientos fronterizos de las regiones de Bélgorod y Kursk. En tiempo real, utilizando sistemas modernos, aviones, barcos, satélites, drones estratégicos, la OTAN realiza reconocimientos en todo el sur de Rusia.

En Washington, Londres, Bruselas, están presionando directamente a Kiev para que transfiera las operaciones militares a nuestro territorio. Ya no ocultan que Rusia debe ser derrotada por todos los medios en el campo de batalla, con la consiguiente privación de soberanía política, económica, cultural, y con el saqueo completo de nuestro país. El chantaje nuclear también entró en juego. Estamos hablando no solo del bombardeo de la central nuclear de Zaporiyia, alentado por Occidente, que amenaza con una catástrofe nuclear, sino también de las declaraciones de algunos representantes de alto rango de los principales estados de la OTAN sobre la posibilidad y admisibilidad de usar armas de destrucción masiva contra Rusia.

A los que se permiten hacer tales declaraciones sobre Rusia, me gustaría recordarles que nuestro país también tiene medios de destrucción, e incluso más modernos que los de los países de la OTAN. Y si la integridad territorial de nuestro país se ve amenazada, sin duda utilizaremos todos los medios a nuestro alcance para proteger a Rusia. ¡No es un farol!

Los ciudadanos de Rusia pueden estar seguros de que la integridad territorial de nuestra Patria, nuestra independencia y libertad serán aseguradas, lo recalco nuevamente, con todos los medios a nuestro alcance. Y aquellos que intentan chantajearnos con armas nucleares deben saber que la rosa de los vientos también puede girar en su dirección.

Está en nuestra tradición histórica, en el destino de nuestro pueblo, detener a quienes luchan por la dominación mundial, que amenazan con el desmembramiento y la esclavización de nuestra Patria, nuestra Patria. Lo hicimos en el pasado, y lo haremos ahora.

Copia de la rosa de los vientos de la carta náutica de 1504 del navegante portugués Pedro Reinel. Es la primera rosa de los vientos conocida que representa claramente la flor de lis como símbolo del norte. Esta práctica fue adoptada en otras cartas náuticas y ha sobrevivido hasta la actualidad.

LA SITUACIÓN POLÍTICA EN ESPAÑA ES DESASTROSA

 
Es ya una institución para el historicismo en España y una referencia para todos los interesados en el convulso y complejo pasado de nuestro país. A Stanley Payne (Texas, EE UU, 1934), miembro de la Real Academia de la Historia y autor de más de 25 libros sobre nuestro siglo XX, puede definírsele como el gran hispanista.

Mañana se le rinde un homenaje por sus más de 60 años dedicados a la investigación de la Historia de España. ¿Qué balance hace de todo ese tiempo?
El de ser un testigo privilegiado del «medio siglo de oro» de España. He tenido la oportunidad de haber vivido la segunda época más extraordinaria (tras la etapa 1480-1590) de toda la larga y excepcional historia de España; el auge del franquismo, la cultura tradicional, el desarrollo de la sociedad y su última etapa, la transformación y modernización del país, que resolvió desafíos seculares, y después, la reconciliación y democratización política, y un cuarto de siglo de estabilidad y prosperidad, truncado por la vuelta de la radicalización política.

¿De qué asuntos o investigaciones está más satisfecho?
Del estudio «LA REVOLUCIÓN ESPAÑOLA» (1970); «UNIÓN SOVIÉTICA, COMUNISMO Y REVOLUCIÓN EN ESPAÑA» (1931-1939) (2003), y «LA EUROPA REVOLUCIONARIA: LAS GUERRAS QUE MARCARON EL SIGLO XX» (2011). Y también los dos libros sobre el fascismo (1980 y 1995), fundamentales en mi otro campo de investigación, el de la fascistología comparada.

¿Qué le hubiera gustado investigar y ha quedado pendiente?
La historia que más falta hace es la investigación objetiva, pormenorizada y completa de las dos represiones en la Guerra Civil, pero esto excede de la capacidad de un solo historiador.

¿Se siente orgulloso de ser el primer y único de los hispanistas que públicamente se ha declarado defensor de España, y de que su historia es única en el mundo?
Sí, por supuesto. Ser defensor es ser defensor de la verdad, no patrocinar exageraciones o excusas falsas sobre errores o atrocidades.

Inicialmente recibió la Transición con emoción y esperanza, pero con el tiempo le ha decepcionado. ¿Está España ante un nuevo fracaso histórico?
España está viviendo otra época de crisis, pero no es una experiencia propia a contracorriente, como ha ocurrido en el pasado. Es la crisis común de Occidente, pero en su versión española. El fracaso es haber perdido el espíritu de la reconciliación, que ya se dio entre los españoles en los años sesenta, y la aceptación de la historia que caracterizó a la Transición.

¿Cree que el régimen del 78 ha fracasado, colapsado?
No hay colapso, porque funciona todavía. No es imposible resolver la crisis y salir del bache, pero será difícil.

Y la sociedad, ¿hasta qué grado es culpable de la situación?
Los dos grandes problemas son la fragmentación política y la mala gestión del Estado en varios sectores clave. Hay algo de verdad en eso de que todos los pueblos tienen la clase de gobierno que se merecen. España tiene políticos destructivos e irresponsables, y eso es porque muchos ciudadanos ordinarios los han votado. Estos últimos son igualmente responsables.

La decadencia de España se aceleró con los Borbones, especialmente durante el siglo XIX. De ese periodo es una famosa frase de Federico El Grande, que equivocadamente se atribuye a Bismarck. El rey afirmó que España era la nación de Europa más difícil de arruinar, porque sus gobiernos lo han intentado durante años sin conseguirlo. ¿Pone un foco de esperanza en algún tipo de partido o movimiento social capaz de frenar la deconstrucción de España?
Tener líderes adecuados y elites gobernantes con talento son siempre cosas muy importantes. Pero en una verdadera democracia hay que superar las divisiones políticas, que es algo difícil actualmente en muchos países occidentales, como en Estados Unidos. Una resolución de los problemas básicos puede venir solamente del centro-derecha (PP) y la derecha (VOX), pero esta tiene difícil conseguir una gran expansión nacional por el persistente bloqueo del PP. En la izquierda, es muy difícil que el PSOE vuelva a ser un partido serio.

España no es ninguna isla y la quiebra de su sistema es similar a lo que está pasando en el mundo que llamamos Occidente. ¿A qué atribuye está decadencia generalizada?
Esa pregunta merece todo un largo ensayo. En síntesis; problemas del racionalismo/materialismo/mecanicismo modernos, la evolución de la «revolución cultural», que empezó durante la década de 1960 y que está llegando a su auge; la profunda división social, que es el resultado de la pérdida de una orientación espiritual y religiosa firme; esto es, de la cristiandad; las consecuencias de una prosperidad prolongada, que tiene el efecto de socavar y corromper a las naciones por sus élites políticas; el estilo de vida atomizado y narcisista, que impide contribuir al bien común, entre otras.

¿Es hoy válido en el mundo el debate izquierda-derecha?
Ciertamente, pero el contenido y las posiciones de ambos ha cambiado. Ahora la derecha sigue siendo el partido de una parte de los cristianos, pero solo una parte. Y en algunos países los grandes capitalistas son de izquierdas dedicados a la globalización, con la convicción de que la revolución cultural puede beneficiar a sus negocios.

Los Estados Unidos están bajo una profunda crisis de sistema acentuada tras las últimas elecciones que entregaron la presidencia a Biden y a los demócratas ¿Corren el riesgo de una confrontación civil?
EEUU se enfrenta a su peor crisis desde la Guerra de Secesión de 1861. Desde la época de Obama, los demócratas han trabajado activamente en fomentar un nuevo tipo de elecciones que ignora la urna clásica y el día de votar, por el «ballot harvesting» («cosechar votos»; esto es, recogerlos en las casas o en mítines a través de agentes pagados, enviándolos por correo), y utilizando «drop boxes» (cajas en varios sitios apartados de las urnas). No es completamente ilegal, porque han conseguido cambiar muchas leyes. Con ello se busca un sistema de partido único y una forma semitotalitaria, llamada «la democracia salvada». El sistema americano ha llegado a ser tan manipulado y falsificado que funciona muy mal, y con un porvenir incierto.

¿Quién le parece peor, Biden o Pedro Sánchez?
Con mucho, Biden. Sánchez hace sufrir a los españoles, pero a nadie más. Los desastres continuados del Biden senil afectan a muchos más.

¿El mundo occidental es o será unipolar o multipolar?
EEUU ya no es tan dominante como antes, pero todavía es «el elefante en la habitación». No hay verdadera multipolaridad, sino varios intentos y mucha confusión. Si los demócratas consiguen imponer su sistema de partido único, el declive de EEUU se acelerará.

Hablemos del Globalismo y la amenaza que supone para las sociedades occidentales.
Esta tendencia ha crecido desde 1980. Representa la creación de una interdependencia de las élites en los países más desarrollados, que parcialmente engloba a los pobres también. Hasta cierto punto, puede beneficiar a los pobres, mientras desequilibra a los países desarrollados. Es un cálculo a corto plazo.

¿Hay un plan siniestro, una conspiración, en las intrigas que está llevando a cabo el Globalismo y su Agenda 2030?
No hay ninguna «conspiración», porque el gobierno chino es totalmente egocéntrico y nunca coopera de verdad, sino que existe una hegemonía generalizada de globalistas en los países desarrollados, que se compagina con la revolución cultural y el wokismo, aunque confusamente. Lo notable es haber conseguido el dominio de una pseudotecnocracia centralizada, con capacidad para un totalitarismo, y una censura a través de la alta tecnología. Así que no es una cuestión meramente de partidos políticos, sino de estructuras impersonales. Un excelente estudio sobre esto es The Psychology of Totalitarianism (2022), del psicólogo flamenco Mattias Desmet. Un aspecto del deterioro de la sociedad americana que están favoreciendo los demócratas es la enorme expansión del sector que no trabaja y que vive a merced del gobierno al precio de sus votos. Si alcanzan su meta, el efecto será desastroso y habrá llegado el totalitarismo.

En España tenemos las mal llamadas leyes de Memoria Histórica Democrática sobre el eje de la culpa única de los vencedores y diversos objetivos.
La tendencia de convertir la historia en arma de lucha ha llegado a ser universal. Antes las izquierdas españolas eran a veces los primeros en la radicalización, pero ya no. Es sencillamente la versión española coetánea de un proceso casi universal. Si esto se convierte en ley, las izquierdas españolas pueden volver a ser las más extremistas de Occidente.

Usted ha criticado abiertamente la Ley de Memoria Histórica, ha inspirado el Manifiesto por la Historia y la Libertad y ha presentado en el parlamento cántabro un memorable discurso contra la misma. ¿En su objetivo final puede llevar a la polarización social, a la confrontación?
Representa una táctica fundamental; controlar el discurso del pasado para dominar el momento actual. El objetivo no tiene nada que ver con el pasado, sino con el presente y el futuro. Pero como nos muestra la historia, las izquierdas en España están muy divididas. No se puede hablar de proyecto único, y de ahí que la situación de España, aun siendo desastrosa, puede ser menos critica que la de EEUU.

¿Qué está sucediendo en Ucrania, donde los USA-OTAN-UE se están enfrentado a la Rusia de Putin?
Putin y la dictadura rusa constituyen el malo de la película, y eso no es ningún artilugio o manipulación, sino que se trata de un Estado mafioso capaz de las mayores maldades. Entendido eso, los ucranianos y el gobierno americano no se han portado de un modo muy inteligente. Si hubiera habido un verdadero deseo de negociar es muy probable que la invasión se hubiera evitado. Hay cierta confusión en la política ucraniana, pero el gobierno de Biden se ha portado con su típica estupidez y consecuencias destructivas.

En Francia hay un gran debate a raíz de una entrevista que la editora de Le Fígaro le hizo al historiador Pío Moa sobre la edición en francés de su libro «Los mitos de la Guerra Civil», en el que responsabiliza al PSOE liderado por Largo Caballero e Indalecio Prieto como causantes de la Guerra Civil.
Sí, se ha conseguido el comienzo de un debate, algo que no existe en el mundo pre-totalitario español. Isabelle Schmitz, la editora de «Le Fígaro», es inteligente y valiente. Pero en el mundo historiográfico francés no hay ningún nuevo François Furet.

Además de sus obras y trabajos, ha entregado su biblioteca personal al gran fondo de la biblioteca Cortada, hoy Cortada-Payne. ¿Qué son esos fondos?
La Colección Cortada es un fondo historiográfico creado a lo largo de medio siglo por el distinguido historiador James Cortada, un ingeniero informático y antiguo ejecutivo de IBM. Hoy es, probablemente, la mayor biblioteca privada de historia española en el mundo fuera de España. En los últimos años hemos intentado encontrar una institución adecuada para entregar los fondos, pero han surgido serios obstáculos; no hay interés en la historia de España en EEUU, y las bibliotecas y la dedicación a leer libros están en declive como consecuencia de internet. En España estuvo a punto de cuajar una solución gracias al impulso de Rafael Gil Casares, siendo embajador en Washington, y de Gonzalo Quintero, diplomático y autor del mejor estudio sobre Bernardo Gálvez. Pero en el último momento todo se vino abajo.

EL DECLIVE DE LA RAZÓN EN OCCIDENTE

 

Hace muchos años preguntaron al Premio Nobel Albert Schweitzer en una entrevista: «Doctor, ¿qué le ocurre al hombre de hoy?» Tras meditar unos segundos, Schweitzer respondió: «El hombre de hoy simplemente no piensa». Si ésta era la respuesta hace décadas, me pregunto cómo sería hoy cuando el móvil ha reducido nuestra capacidad de atención al nivel de un simio.

¿Qué es pensar? Pensar es formar y combinar ideas en la mente tras atenta reflexión. ¿Pensamos antes de actuar o de emitir un juicio o nos limitamos a imitar a otros? Porque saber en tiempo real todo lo que acontece o repetir como un papagayo lo que oímos de otros no es pensar. Como escribe el gran pensador colombiano Nicolás Gómez Dávila, «en un siglo donde los medios de publicidad divulgan infinitas tonterías, el hombre culto no se define por lo que sabe sino por lo que ignora».

Pensar exige detenimiento, atención, tiempo y esfuerzo. Cotorrear, sin embargo, no exige nada de eso, motivo por el que es una actividad más popular. Pero pensar tiene otro atributo adicional: es el escudo que protege nuestra libertad.

Por este motivo, los yonquis del poder intentan disuadir al hombre para que no piense por sí mismo, pues no quieren individuos pensantes sino clones obedientes, al igual que no desean hombres libres e independientes sino hombres-masa, dependientes y controlables.

Para lograrlo, lo primero que hacen es enardecer sus pasiones, puesto que éstas dificultan pensar, y les inclinan hacia el vicio, que siempre esclaviza (del mismo modo que la virtud libera). En efecto, raro es que un político proponga a los votantes sacrificio, generosidad, esfuerzo, responsabilidad, cumplir con la palabra dada, veracidad o respeto a quien opina diferente.

Más bien les enseñará a temer (y, por tanto, a detestar) al adversario político, fomentará la envidia y la codicia de los bienes ajenos (bajo la coartada de la «solidaridad») y prometerá fantasías como vivir sin trabajar (o sea, del trabajo de otros) evitando asumir ninguna responsabilidad, que asumirá el Estado Leviatán, carcelero benevolente. Por ello, en palabras de Gómez Dávila, «aun sin querer la tiranía, el pueblo quiere fines que la implican».

Por lo tanto, el sistema de incentivos perverso de las elecciones en las democracias «del Bienestar» conlleva el paulatino debilitamiento moral del individuo y, como moral y libertad son conceptos indisolublemente ligados, la pérdida de moral conduce a la servidumbre.

El poder del miedo
Los yonquis del poder conocen un atajo para lograr que el hombre deje de pensar, se deje dominar por las pasiones y acepte la servidumbre. Se trata del miedo.

El miedo puede ser una táctica de control para dirigir nuestras pasiones (generalmente la ira) hacia terceros: se crea un miedo, real o ficticio; se señala un culpable, real o inventado; y «los salvadores» se postulan para protegernos y devolvernos nuestra seguridad a cambio de entregarles nuestra libertad. Miedo y libertad, por tanto, acaban siendo incompatibles.

Pero el miedo también puede ser utilizado para doblegar voluntades de forma más directa. No olviden que el poder se define como la capacidad de modificar la situación de otra persona mediante la administración de premios y castigos, esto es, de someter la voluntad de los demás.

Un modo de lograrlo es intimidar mediante la presión de grupo. ¿Cómo funciona? Por un lado, confunde adrede la verdad con la opinión de la mayoría, confusión facilitada por la ficción democrática. Como animal gregario y social que es, el hombre cree que si toda la manada se dirige hacia un lugar allí debe haber comida y agua (aunque sea un despeñadero). No es estrictamente necesario que la mayoría real piense de un modo; basta con que el individuo así lo crea, y esto lo logran los yonquis del poder a través del martilleo mediático.

Asimismo, esa misma naturaleza social mueve al ser humano a temer ir contracorriente y arriesgarse a ser estigmatizado y condenado al ostracismo, pues la soledad le asusta y frecuentemente construye su opinión sobre sí mismo en función del aplauso ajeno.

No olviden que enfrentarse a la masa requiere mucho valor. Como nos recuerda Hannah Arendt en Los orígenes del totalitarismo, «han existido hombres capaces de resistir a los más poderosos monarcas y de negarse a someterse ante ellos, pero ha habido pocos que resistieran a la multitud, que permanecieran solos ante las masas manipuladas atreviéndose a decir no cuando se le exigía un sí».

El último instrumento de manipulación que quiero comentar es el abuso del principio de autoridad. Antaño la autoridad podía ser política, militar o religiosa, pero dado el descrédito de la política, la preterición de lo militar y el declive en las creencias religiosas, los yonquis del poder han decidido convertir a la Ciencia (con mayúscula) en el nuevo dios y a los científicos en los nuevos sumos sacerdotes, siervos útiles del poder. Lo dice «la Ciencia», así que no discutan: obedezcan.

Naturalmente, todo esto está inventado desde hace milenios y los estudiantes de siglos anteriores, más inteligentes que los de hoy (pues carecían de móviles), lo estudiaban en cualquier curso de lógica antes de cumplir los 16: es la falacia ad verecundiam, que defiende algo únicamente porque alguien considerado una autoridad lo ha afirmado, la falacia ad hominem, que en lugar de argumentar desacredita a la persona que defiende la postura contraria, y la falacia ad populum, que defiende que algo es verdad sólo porque así lo opina una mayoría o la «opinión pública».

Finalmente, cuando la intimidación blanda falla, el poder aumentará la presión a través del silenciamiento del disidente mediante la censura o la persecución judicial, y llegados al extremo, utilizará su privilegio de la violencia física, por ejemplo, arrestando al individuo en cuestión, legal o ilegalmente.

Hemos recorrido así el camino por el que los yonquis del poder manipulan, engañan e intimidan al hombre para que no piense y le controlan a través del miedo.

Resulta irónico que esta destrucción de la razón se haya dado precisamente en nombre de la diosa Razón en sociedades que, habiendo abandonado la idea de Dios y el sentido de la trascendencia, se sentían por fin liberadas para alcanzar la iluminación a través de un cientificismo que prometía ser la cúspide de la civilización: el hombre, por fin, se había declarado dios, definidor del bien y del mal y dueño de la vida y la muerte.

«Os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra; elegisteis el deshonor, y tendréis la guerra», espetó un premonitorio Churchill tras el infame acuerdo de Chamberlain con Hitler. Utilizando una paráfrasis, podría decirse de las sociedades occidentales: «Os dieron a elegir falazmente entre fe y razón. Elegisteis perder la fe, y acabareis perdiendo la razón». Como católico no puedo dejar de admirar la clarividencia de Juan Pablo II cuando defendía en Fides et Ratio que «fe y razón son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad».

El declive de la razón se ha acelerado en la última década. Ejemplo de ello serían la ideología de género o el ecologismo radical que, como en épocas primitivas, adora a la Madre Tierra, pero voy a centrarme en dos cuestiones: el relato oficial sobre el COVID-19 y su paralelismo con la religión climática, cuyo principal punto en común es el control a través del miedo. En ambos casos se nos ordena que no utilicemos la razón y confiemos ciegamente en la autoridad («científica», naturalmente). Desobedezcamos.

Terror y mentiras COVID-19
El SAR-CoV-2 apareció a finales del 2019 en una ciudad china en la que existe un laboratorio parcialmente financiado por instituciones norteamericanas que estaba investigando o más bien modificando genéticamente ese patógeno en concreto.

Imaginen que se produce un vertido de cacao en un pueblo donde hay una fábrica de chocolate. Como comprenderán ustedes, la probabilidad de que, de todos los lugares de la Tierra, de decenas de miles de ciudades de 195 países de cinco continentes, la epidemia del coronavirus surgiera precisamente en una ciudad donde existía un laboratorio que trabajaba con ese coronavirus sin que el origen sea ese laboratorio es ínfima. Podía haber surgido en cualquier lugar, pero lo hizo precisamente en Wuhan. Fíjense qué puntería.

Luego la razón sugiere claramente que el origen del coronavirus fue una filtración accidental de dicho laboratorio. Digo accidental porque obviamente si el gobierno chino hubiera querido desatar una epidemia no lo habrían hecho en China sino en EEUU.

A pesar de ello, los medios enseguida se hicieron eco de la versión oficial chino-norteamericana respecto al origen supuestamente zoonótico de un pangolín que aún sigue en busca y captura. La irracional e improbable explicación de un salto accidental de animal a humano prevaleció sobre la racional y probable explicación de una negligencia en un laboratorio utilizando la falacia ad verecundiam (algo es verdad porque una autoridad lo dice), y a los que osaban discutir la versión oficial se les tildó de paranoicos de teorías de la conspiración (falacia ad hominem, criticando a la persona y no el argumento).

Tras esta cortina de humo, vino el control a través del miedo: el contubernio político-mediático-farmacéutico puso en marcha una campaña de terror sin precedentes para que la población aceptara alucinantes restricciones a su libertad y se inyectara unas «vacunas» y terapias genéticas en gran medida experimentales.

Este pánico artificialmente creado permitió escenarios propios de dictaduras, como abusos policiales, toques de queda y confinamientos, mientras aparecía la figura del colaboracionista, típica de regímenes totalitarios, que denunciaba patéticamente a sus vecinos.

La clave de la campaña de terror fue la ocultación de un dato esencial: desde mediados del 2020 se sabía que el COVID-19 sólo era una enfermedad peligrosa para una minoría de la población de riesgo, definida por edad y cuatro patologías concomitantes: obesidad, diabetes, hipertensión y cardiopatías. Para el resto el COVID-19 era una enfermedad estadísticamente leve, como pusieron de manifiesto numerosos estudios epidemiológicos realizados en muchos países, España incluida.

Medidas absurdas, despóticas y arbitrarias
Las medidas liberticidas e irracionales se sucedieron una tras otra. Los ilegales confinamientos fueron un completo desastre que arruinaron mental y económicamente a decenas de miles de personas sin beneficio epidemiológico alguno, llegando a la barbarie de condenar a nuestros mayores a morir solos.

Tras negar la utilidad de las mascarillas nos las impusieron caprichosamente hasta en el campo y en la playa, algo tan ridículo que da vergüenza recordarlo. En interiores la obligatoriedad de las mascarillas también constituyó un rotundo fracaso (salvo para los comisionistas), pues no impidió que se sucedieran ola tras ola de contagios. Lo que sí logró la maldita mascarilla fue crear una permanente sensación de peligro que convertía al otro en una potencial amenaza para la salud, contribuyendo a la hipocondría, a la discordia y al aislamiento.

El disparate llegó a obligar a familias que vivían juntas y viajaban en un mismo coche a sentarse separadas en un restaurante, ¿lo recuerdan?

Otro ejemplo de irracionalidad fue la negación de la inmunización natural de mano de quienes sin embargo glorificaban unas terapias genéticas experimentales incluso antes de ser desarrolladas, un acto de fe muy poco científico y una contradicción flagrante, pues casi siempre pasar una enfermedad infecciosa genera una respuesta inmunológica natural más potente y duradera que vacunarse contra ella.

Quizá la mayor irracionalidad fue la imposición del pasaporte COVID-19. Las vacunas y terapias genéticas COVID-19 nunca previnieron el contagio ni la transmisión de la enfermedad, pero el contubernio político-mediático-farmacéutico, con el único fin de promover torticeramente la vacunación y a sabiendas de la falsedad del argumento, hizo creer que los vacunados estaban protegidos y desató una caza de brujas contra los no vacunados, acusándoles falsamente de propiciar la continuación de la epidemia. Así se completaba la tríada necesaria: un miedo, un culpable, un salvador.

Aunque los vacunados continuaron contagiándose a mansalva y muriendo por COVID-19, se siguió proponiendo nuevas dosis de unas inyecciones que no sólo no funcionaban, sino que causaban un nivel de efectos adversos sin precedentes.

Por último, a quienes denunciaban estas contradicciones basándose en datos se les tildaba de «negacionistas» (crítica ad hominem) y se censuraban sus escritos. Mientras, los colegios médicos amenazaban a los pocos facultativos valientes que osaban alzar su voz en defensa de la evidencia científica. «Limítense a obedecer», era la consigna. Todo muy científico.

Terror y mentiras climáticas
El experimento totalitario del COVID-19 tiene muchos paralelismos con la manipulación climática. Es incluso probable que sus autores intelectuales sean los mismos (malos, pero poco creativos), pues no por casualidad el término denigratorio «negacionista», elegido para etiquetar a quien no aceptaba comulgar con las ruedas de molino del COVID--19, es el mismo término que se utiliza para criticar a quienes ponen en duda la teoría del calentamiento global antrópico.

¿Qué similitudes encontramos en ambas histerias colectivas? Al igual que con el COVID-19, el fanatismo climático ha construido un Himalaya de falsedades con fines propagandísticos partiendo de algunas premisas reales, como el aumento de CO2 en la atmósfera y el ligero calentamiento global de 0,14°C por década desde 1979. Los datos, sin embargo, desmontan sus eslóganes preferidos, de modo que la letanía catastrofista se ha convertido en una cansina reiteración de necedades: la población de osos polares está aumentando, el coral en la Gran Barrera australiana está en máximos de los últimos 35 años y la superficie de bosques del planeta crece.

El hielo del Ártico, sujeto a enormes variaciones estacionales e influido por fenómenos poco comprendidos como las corrientes oceánicas, está revirtiendo su anterior tendencia y lleva varios años creciendo: 2021 marcó el segundo año con más hielo desde 2003. Además, como flota y ocupa ya un volumen, su derretimiento no supondría un aumento del nivel del mar. Echen hielo a un vaso de agua, esperen a que se derrita y compruébenlo.

Dado que la Antártida contiene 1.250 veces más hielo que el Ártico, el hielo que debería preocuparnos es el antártico, pero la Antártida se ha enfriado ligeramente desde 1979, lo que quizá explique que esté estable o ganando hielo. De hecho, en 2021 vivió los seis meses más fríos jamás registrados.

La tranquilizadora realidad es que el nivel de los océanos ha aumentado unos 120 metros desde la última glaciación y en el último siglo ha aumentado entre 1 y 3mm anuales, un ritmo despreciable y normal en una época interglaciar.

Asimismo, los huracanes están disminuyendo en número e intensidad al menos desde 1990, la superficie total quemada por incendios forestales a nivel global ha descendido un 25% en las últimas dos décadas y «sigue sin haber evidencia a nivel global respecto al signo de la tendencia, magnitud y frecuencia de las inundaciones y de las sequías desde mediados del s. XX» (IPCC, AR5, WG I, capítulo 2.6, p. 214-217).

Cuando las generaciones venideras estudien las histerias colectivas del s. XXI se preguntarán cómo las sedicentes «élites» occidentales decidieron empobrecer a su población en nombre de una excéntrica teoría sustituyendo fuentes de energía baratas, eficientes y fiables por otras que son caras, ineficientes e intermitentes (alias «renovables»), que sólo funcionan en determinadas latitudes, cuando luce el sol o cuando sopla el viento. Alucinante.

El control a través del miedo
El contubernio político-mediático primero nos dice de qué debemos asustarnos. Luego busca un culpable: los no vacunados, los «irresponsables» jóvenes o los combustibles fósiles. Seguidamente, nos intimida mediante la presión de grupo y figuras de autoridad (los famosos «expertos»).

Se niega el debate, se censura cualquier información que no coincida con la mentira oficial y quienes osan mostrarse escépticos son tachados de «negacionistas». Evidentemente, esto no es ciencia sino la antítesis de la ciencia, un dogma de obligada creencia que no está permitido discutir ni puede ser sometido al escrutinio de los datos.

Como es bien sabido, el método científico (o la inferencia de teorías a partir de hechos observados) tiene una parte inductiva, en la que de un número limitado de observaciones se intentan extraer leyes, reglas o principios generales que permiten hacer predicciones, y una parte deductiva en la que se aplica la teoría general y se observa si los datos reales validan la hipótesis.

Tanto con el COVID-19 como con el cambio climático el proceso de deducción ha fallado, por lo que si el proceso fuera científico dichas hipótesis habrían sido desechadas.

En el caso del COVID-19, las intervenciones no farmacéuticas (confinamientos, mascarillas, etc.) no han funcionado: Suecia, que no hizo nada, ha tenido un exceso de mortalidad muy inferior a la mayoría de países que sí tomaron dichas medidas, España incluida, y en EEUU, estados que no tomaron medida coercitiva alguna (como Dakota del Sur) han tenido similar o menor mortalidad que otros estados que sí las adoptaron. Por otro lado, las «vacunas» y terapias genéticas no sólo han resultado ineficaces para acabar con la epidemia, sino que han causado efectos secundarios adversos sin precedentes (no hay más que ver el «inexplicado» exceso de mortalidad).

En el caso del cambio climático, los modelos de circulación general en cuyas proyecciones se basan las predicciones catastrofistas llevan 30 años fracasando en sus previsiones de un apocalipsis que nunca llega. Si se tratara de ciencia, un historial predictivo tan lamentable hace tiempo habría desautorizado la hipótesis de origen. En realidad, el hombre aún ignora en gran medida el porqué de las variaciones climáticas, de modo que «los modelos matemáticos simplifican una realidad tremendamente compleja, caótica, en aras a realizar proyecciones –a treinta, cincuenta, setenta años– que carecen de robustez».

Una realidad orwelliana
En su novela 1984, George Orwell describe una distopía totalitaria en la que un Estado todopoderoso y opresivo tiraniza a la población mediante una vigilancia masiva y una represión implacable.

Parte importante del sistema es el control del pensamiento mediante la perversión del lenguaje, de modo que el significado real de las palabras sea el opuesto al que le corresponde. Así, el Ministerio del Amor se ocupa de administrar los castigos y la tortura, el Ministerio de la Paz se encarga de lograr un estado de guerra perpetua (¿epidemia perpetua?), el Ministerio de la Abundancia está encargado de conseguir que la gente viva siempre al borde de la subsistencia mediante un duro racionamiento (¿de la electricidad?) y el Ministerio de la Verdad se dedica a engañar constantemente (¿a través de los medios?)

¿Estamos viviendo el comienzo de esta pesadilla distópica? A la superstición la llaman ciencia; a la censura, libertad; a la envidia y la codicia de los bienes ajenos, solidaridad; a la histeria, sensatez; a un totalitarismo creciente, democracia; a los que ofrecen datos, «negacionistas», y a los que los niegan, «científicos»; a los que aplican razonamientos lógicos, «paranoicos de la conspiración», pero los que repiten la consigna como papagayos, ciudadanos ejemplares.

Tanto la Cultura del Miedo como el declive de la razón, que difumina los contornos que separan la verdad de la mentira, son incompatibles con la libertad. Como nos advierte Hannah Arendt, filósofa judía alemana superviviente del nazismo, «el objeto ideal de la dominación totalitaria no eran el nazi o el comunista convencidos, sino las personas para quienes ya no existía la distinción entre el hecho y la ficción, entre lo verdadero y lo falso».

Querido lector: yo quiero interpelarle directamente. Cuando llegue el nuevo totalitarismo encontrará dos grupos de personas. El primero, mayoritario, estará compuesto por personas aborregadas, supersticiosas, esclavizadas por el miedo y las adicciones y corrompidas por las promesas de los demagogos. Éstas recibirán a los nuevos tiranos entre vítores, pues los considerarán sus salvadores. El segundo grupo, minoritario, estará formado por los centinelas de la verdad y de la libertad, personas sobrias, libres, valientes y pensantes que le plantarán cara. Constituirán la última línea de defensa, y yo le pregunto: ¿a qué grupo se unirá usted?

Fuente: Fernando del Pino Calvo-Sotelo

EL ORO DE MOSCÚ, EL MAYOR ATRACO DE LA HISTORIA


Alexander Orlov, general de la NKVD, enviado de Stalin, dirigió la operación

Fue un siniestro personaje soviético que fue responsable de la detención ilegal, la tortura y el posterior asesinato del líder poumista Andreu Nin. Ese verdugo al servicio del estalinismo también tuvo una actuación destacadísima en otro episodio de nuestra guerra civil: el robo de las reservas de oro del Banco de España. La historia del llamado «oro de Moscú» ha llegado hasta nosotros envuelta en un halo mítico, desdibujada por casi siete décadas de la tergiversaciones partidistas. Pero una cosa es cierta: nuestro oro fue entregado a una potencia extranjera y nunca más volvió.

Alexander Orlov, general de la NKVD, siglas en ruso de «comisariado del pueblo para asuntos internos», llegó a Madrid el 16 de septiembre de 1936, apenas dos meses después del alzamiento militar, para asesorar al gobierno republicano en materia de espionaje, contraespionaje y guerra de guerrillas. Y también para «ocuparse debidamente» de los traidores trotskistas. Al poco de su llegada recibió un mensaje en clave desde Moscú, con una nota introductoria de un superior de la NKVD, Nikolái Yezhov. Se le ordenaba preparar, en colaboración con el gobierno español, el traslado del tesoro del Banco de España a la URSS. Deberían utilizarse barcos rusos y mantener el más absoluto secreto sobre el asunto. Asimismo, se le indicaba que debía negarse a entregar a los españoles cualquier tipo de recibo, asegurándoles que tal documento se extendería cuando el oro estuviera «a salvo» en Rusia. Firmaba Iván Vasilyevich, seudónimo empleado por el mismísimo Stalin, y se le advertía que él «sería personalmente responsable del éxito de la misión».

EL GOBIERNO ACTUÓ DE MANERA ILEGAL
Por aquel entonces, las tropas franquistas apretaban el cerco en torno a Madrid.

Muchos temían una pronta caída de la capital. Los mismos que gritaban «¡No pasarán!» estaban convencidos de que la ciudad no resistiría. El 13 de septiembre, Manuel Azaña, presidente de la República, firmó una disposición secreta, inducido por Largo Caballero, facultando al ministro de Hacienda, doctor Juan Negrín, para trasladar los metales preciosos al lugar que, a su juicio, fuera más seguro. Se hacía constar que, a su debido tiempo, se normalizaría la «transferencia» con su discusión y aprobación por las Cortes. Puede decirse que el Gobierno frentepopulista actuó de forma claramente ilegal, pues conforme al artículo octavo de la Constitución republicana, era imprescindible el voto de las cortes para exportar oro destinado a compras, o empréstitos en el extranjero, y el voto debería establecer, al mismo tiempo, los procedimiento y modalidades de dicha «operación». Tal decreto era, por tanto, ilegal, algo que no podían ignorar los firmantes del mismo, Azaña y Negrín.

EL MÁXIMO SIGILO PARA EL TRASLADO A CARTAGENA
A pesar de ello se siguió adelante con el plan. Se trasladó el oro hasta Cartagena con el mayor sigilo, y fue depositado en unas cuevas situadas al norte de la ciudad portuaria..., grutas éstas que eran empleadas como polvorines por la Armada. Había unas 10.000 cajas de madera de 30,5 x 48,2 x 17,7 centímetros, conteniendo cada una de ellas 65 kilogramos de oro en lingotes, aunque había también alguna partida de monedas de oro y plata, reliquias de nuestro glorioso pasado imperial. En total, 650 toneladas del preciado metal. Un alto funcionario del Tesoro, siguiendo órdenes de Negrín, informó de esto a Orlov, poniéndose a su entera disposición. En Cartagena estaba el agregado naval ruso, y viejo amigo de Orlov. Nikolái Kuznetsov, que sería ministro de Marina de la URSS durante la 2GM. Este puso a disposición de Orlov dos buques rusos que estaban en el puerto, y el comandante español de la base le cedió sesenta marineros. No confiando en ellos, el soviético los usó como mozos de cuerda. Poco antes había desembarcado una brigada de tanques rusos, cuyo jefe le suministró veinte camiones con sus respectivos chóferes, a los que Orlov ordenó vestirse con uniformes españoles. El jueves, 22 de octubre del 36, el hombre de Stalin inició su misión. Para facilitar el recuento de la «mercancía» limitó la carga a 50 cajas por camión. Envió los vehículos hacia el puerto en grupos de diez, precedidos por un coche en el que iban el propio Orlov y el alto funcionario de la Hacienda española. Tres noches trabajando desde las siete de la tarde hasta las diez de la mañana, se tardó en transportar el oro hasta los buques que esperaban en los muelles. A las cuatro de la madrugada de la última noche, la aviación nacional bombardeó la ciudad, dañando algunos barcos. Orlov aceleró la operación. El funcionario republicano certificó que un total de 7.800 cajas estaban ya en las bodegas de los navíos, es decir, 507 toneladas de oro, las tres cuartas partes de la reserva del Banco de España, cuyo valor aproximado era de unos 600 millones de dólares USA de la época: el mayor latrocinio de nuestra historia estaba a punto de consumarse.

EL ORO LLEGA A MOSCU EN TREN ESPECIAL
Al funcionario del Tesoro se le negó el recibo, y ante su insistencia, se le permitió que enviara en cada buque a uno o dos representantes de la Hacienda republicana, en calidad de vigilantes oficiales del oro. Los barcos zarparon de inmediato rumbo a Odesa, en el mar Negro, escoltados por los buques de guerra de la Armada gubernamental, que proporcionó el ministro de Marina y Aire, Indalecio Prieto. A llegar a Rusia, el oro fue trasladado a un tren especial, erizado de armas y custodiado por tropas de élite, emprendiendo viaje inmediatamente hacia Moscú. Se extendió un recibo a las autoridades de la República, certificando la llegada a Moscú del cargamento, con fecha de 5 de febrero de 1937. Los firmantes del documento, redactado en francés, era G. F. Grinko, comisario del pueblo para las finanzas de la URSS, Nikolái Krestinski, comisario del pueblo para asuntos extranjeros, y Marcelino Pascua, embajador en la República española en la URSS.

EL ORO, DICE «PRAVDA», PERTENECIA YA A RUSIA COMO PAGO DE LA AYUDA PRESTADA
El gobierno franquista evito hablar del asunto durante dieciocho años, pues la peseta, tremendamente debilitada, podría haberse hundido del todo si se sabía que las arcas públicas estaban vacías. Al morir Negrín, en 1956, dispuso que los documentos relativos al oro se entregaran a Franco. al conocerse el asunto, el diario ruso «Pravda» publicó un editorial afirmando que el oro pertenecía a Rusia como pago de la ayuda prestada a la República, añadiendo, además, que el Gobierno rojo debía aún al pueblo ruso 50 millones de dólares.

Los responsables políticos fueron Azaña, presidente de la República; Francisco Largo Caballero, jefe del Gobierno; Juan Negrín, ministro de Hacienda, e Indalecio Prieto, ministro de Marina y Aire.

¿Actuaron de buena fe? ¿Creían realmente que si ganaban la guerra, Stalin devolvería el oro a España? Desde luego, eso de que se gastó todo en pagar la ayuda soviética no se lo cree nadie, como nadie con un mínimo sentido común puede creerse que estos cuatro prestigiosos políticos republicanos, tres de ellos miembros del PSOE, fueran tontos. como dato curioso, hay que señalar que a los funcionarios españoles que acompañaban al oro no se les dejó salir de Rusia hasta el final de nuestra guerra civil. Estos son los hechos. Que cada lector saque sus propia conclusiones.

LA POSTPOLÍTICA CONTRA LA POLÍTICA EXISTENCIAL

 

El siglo XX fue un siglo donde tres ideologías políticas compitieron entre sí por dominar el mundo, algunas consiguieron imponerse durante siglos (liberalismo), mientras que otras solo duraron décadas (comunismo) o años (nacionalsocialismo). Sin embargo, es obvio que todas ellas han muerto, pues estas tres ideologías fueron producto de filosofías nacidas de la Modernidad y esta última ha llegado a su fin. Esto último significa que las ideologías modernas han abandonado el espacio político.

El fin de la Modernidad
El hecho de que el liberalismo haya muerto no parece tan evidente como lo que ha sucedido con el comunismo y el nacionalsocialismo, pero como proclama Francis Fukuyama ha llegado «el fin de la historia». y, por tanto, el fin de la lucha del liberalismo con sus rivales. No obstante, esto no significa que el liberalismo haya ganado… Algo que podemos comprobar observando la situación política actual. El sujeto político del liberalismo clásico, el individuo, cuya principal virtud es la libertad negativa descrita sintéticamente por Helvétius («un hombre libre es aquel que no está encadenado, encarcelado e intimidado como los esclavos por miedo a ser castigados…»), ya no existe. El sujeto político del liberalismo clásico ha sido eliminado de toda la esfera de lo político y se desconfía de su realidad, identidad y, aunque se lo asuma de forma negativa, es considerado como el resultado del fracaso del sistema político virtual y global de la Modernidad. Es por eso que consideramos que el mundo ha entrado en una fase postpolítica y postliberal.

La política rizomática posmoderna
El individuo ha sido reemplazado por el rizoma y sus contornos se han desdibujado debido al fracaso de la Modernidad (Bruno Latour proclama a los cuatro vientos que «la Modernidad no existe» porque es una época de muchas contradicciones e incluso incumple las leyes de su propio funcionamiento constitucional). La sociedad liquida posmoderna se burla de la Modernidad al decir: «Nos hemos cansado de todo lo sólido». Es por esa razón que ha surgido un nuevo actor político: el post-sujeto, el cual piensa de forma caótica por medio de dispositivos que hacen cambiar sus ideas constantemente, interfiriendo de ese modo con cualquier estrategia basada en el pensamiento lógico moderno. La nueva forma de pensar posmoderna es una especie de caosmos donde el pensamiento es interrumpido constantemente. La política se convierte en una especie de País de las Maravilla donde en un momento Alicia es gigantesca y al siguiente es un átomo minúsculo. La nueva post-racionalidad del mundo postmoderno es psicodélica.
Tanto la izquierda como la derecha contemporánea son un ejemplo de esta forma de pensamiento. La alianza entre ambas para frenar al Frente Nacional en la primera vuelta de las elecciones regionales de Francia nos rebela como el modelo político de la Modernidad ha llegado a su fin. Los valores de la izquierda y la derecha se han combinado de forma transversal por medio de un nuevo virus posliberal: la izquierda ha comenzado a coquetear con el Gran Capital mientras que la derecha comienza a adoptar las ideas ecológicas y a retomar los postulados nacionalistas de una forma cómica.
Otra de las características de la postpolítica es la escala de difusión de los «acontecimientos», la cual cambió drásticamente («Alicia crece o se encoge»). Baudrillard llamó a esta confrontación actual entre el sistema y el terrorismo la Cuarta Guerra Mundial. Según él, esta nueva guerra es muy diferente a las anteriores: la Primera y la Segunda Guerra Mundial fueron muy localizadas; la Tercera Guerra Mundial fue el enfrentamiento entre dos polos geopolíticos, Estados Unidos y la URSS, una guerra entre un poder blando y semi-duro que pudo haber involucrado armas de destrucción masiva en cualquier momento; la Cuarta Guerra Mundial, por el contrario, es una guerra postmoderna donde el enemigo es al mismo tiempo un amigo y la inteligencia es el principal elemento de confrontación (el terrorismo pasa a volverse parte importante del sistema político). Además, la Cuarta Guerra Mundial es una amenaza a gran escala donde el desorden, el caos y la arbitrariedad que oculta el verdadero sentido de los acontecimientos: los microrrelatos se hacen más y más frecuentes, mientras que los macrorrelatos desaparecen. Los actos terroristas acontecen en lugares muy pequeños como edificios, salas, habitaciones o tejados (microrrelatos), en cambio los medios de comunicación ignoran por completo la importancia de batallas como Stalingrado (macrorrelatos).
Las guerras clásicas poseían ciertos referentes donde podíamos relacionar los acontecimientos con sus respectivos significados, pero en la posmodernidad estos referentes desaparecen de una forma muy parecida a lo que le sucede a Alicia en el País de las Maravillas, donde todo se encoge o crece, pero no de una forma «normal o ideal» (es el caos que Deleuze describe en La LÓGICA DEL SENTIDO). La lógica abandona la política.

Los atentados terroristas de París un viernes trece (130 muertos) sacuden el mundo «político» aunque no sean más grandes que las de una verdadera guerra (Siria). Todo esto demuestra que la política ha cambiado y se ha convertido en una realidad rizomática. Por lo tanto, si queremos descifrarla debemos aprender a pensar en términos rizomáticos y absorber el caos actual.

La postpolítica es un mundo dominado por la tecnología: en un momento la gente se identifica como socialistas de izquierda y al siguiente se convierten en derechistas republicanos. La identidad de las personas cambia cuando pasan de canal, la tecnología domina el espectro político (la única pregunta que vale la pena responder es la siguiente: ¿quién es el que controla a distancia estos dispositivos y los domina?) Martin Heidegger decía que la Machenschaft (manipulación) y la Techné (técnica) eran las principales características de la postpolítica.

Una alternativa a la política rizomática y la muerte de las ideologías
Los escritos de Martin Heidegger nos ofrecen una perspectiva muy interesante sobre la organización política. La sociedad liberal occidental ha investigado muy superficialmente la obra de Heidegger, especialmente su filosofía política (no habiendo sido realmente explicitada). Normalmente los investigadores occidentales se limiten a considerar que la filosofía política de Heidegger es simplemente una apología del fascismo y el antisemitismo (solo hay que ver como reaccionó la comunidad filosófica occidental hace poco a la publicación de los Cuadernos negros, las palabras del historiador de la filosofía Emmanuel Faye son particularmente reveladoras). No obstante, tales afirmaciones ignoran la dimensión metafísica de la filosofía de Heidegger, distorsionando y descartando sus enseñanzas.

Ahora bien, la filosofía política de Martin Heidegger no puede ser reducida a ninguna de las ideologías políticas del siglo XX. La crítica que Heidegger hace al concepto de «Machenschaft» se aplica no sólo a los judíos (desde una perspectiva metafísica y no biológica), sino, especialmente, al nacionalsocialismo. La crítica que hace Martin Heidegger al nacionalsocialismo es muy importante, ya que considera a esta ideología una manifestación de la Machenschaft (el nacionalsocialismo «espiritual» y auténtico nunca se realizó plenamente durante el gobierno de Hitler según Heidegger).
Martin Heidegger habla de que existe una profunda crisis dentro de todos los sistemas políticos gracias a su aplicación de la historia del ser a la historia de lo político: la política se manifiesta como un olvido gradual del ser y un alejamiento del mismo, ya no poseyendo una dimensión existencial, sino inauténtica. La política y la ontología son dos términos inseparables, esto ya lo había señalado Platón en sus discursos sobre el Estado cuando hacía una analogía entre lo político y lo ontológico («la justicia que existe en nuestro espíritu es la misma justicia que existe en el Estado»).

Si aplicamos esta ontología fundamental al ámbito político podemos establecer que lo político existe de forma auténtica e inauténtica. La existencia auténtica de lo político se manifiesta en el compromiso con el ser, la inauténtica en el olvido del ser. La política existencial autentica es de carácter jerárquico, siendo lo ontológico una dimensión que se encuentra por encima de lo óntico. Lo auténtico se encuentra por encima de lo inauténtico. Las formas de dominación son verticales: de la Machenschaft a la Herschaft (autoridad).

La crisis de lo «político» es una realidad. La creación de una política existencial es una alternativa frente a la política rizomática actual. Es necesario estudiar y desarrollar estos puntos.

SI YO FUERA FERRÁN TORRES...

Si yo fuera Ferrán Torres empezaría a buscarme equipo porque es evidente que si sigue en el Barcelona se va a hacer daño. Xavi Hernández no ha respetado ni un sólo día (casi) su condición de extremo derecho que siempre juega por su banda. Raras veces, ha actuado por la que sería su posición ideal. Y esto claro, perjudica a su rendimiento, y a la imagen que está dando el el Barça. Y no tiene visos de mejorar. Ni siquiera ayer que era recomendable un cambio de bandas durante el partido fue capaz de hacerlo Xavi.

¡¡¡Yo me buscaría un buen equipo donde tuviera la garantía de jugar en mi sitio!!!

Si nadie puede garantizarte la titularidad, al menos que sea un entrenador que tenga claro donde está más a gusto el futbolista y por lo tanto donde rinde más. Así que, si hasta ahora he guardado silencio frente a las críticas unánimes del «hincha» con poca capacidad de reflexión, ahora veo claro cuál es el camino. No es que el Barça tenga que traspasar a Ferrán Torres, sino que el futbolista por la cuenta que le trae debe buscar una salida, porque entre otras cosas, aún está a tiempo, es muy joven...

CÁDIZ 0 BARCELONA 4

 

Antes de empezar el partido muchos criticaban la cantidad de cambios que hizo Xavi Hernández, y debo decir que a mí tampoco me gusta hacer tantos cambios. Pero, ahora ya nadie habla de eso porque el Barça ganó claramente al Cádiz. Si hubiéramos perdido la cosa sería diametralmente opuesta. Y las críticas serían feroces. Es evidente que aquí nos regimos por los resultados. Yo, a veces pienso que algunos periodistas ni siquiera ven el partido, leyendo sus artículos sobre el mismo.

En realidad, lo único que pensaba yo que era indispensable, era dejar a Robert Lewandowski en el banquillo, no porque no tenga la suficiente preparación como para disputar dos partidos en apenas cuatro días, sino por el riesgo de lesión que temía yo, a pocos días de enfrentarse al Bayern. Yo pensaba que el Cádiz dada su precaria situación saldría al límite, y convenía reservar a los que físicamente no están al cien por cien, y los futbolistas imprescindibles como Robert Lewandowski. Luego vimos que el Cádiz sorprendentemente no se empleó con la intensidad que esperaba.

Me decepcionó Xavi Hernández porque el equipo sobre el césped estaba teniendo ciertos problemas, y no hizo nada hasta que vinieron los cambios, empezada ya la segunda parte. Yo pedía que cambiase a los extremos de banda, porque todo el mundo critica a Ferrán Torres, pero nadie dice que es extremo derecho, y nunca juega en su sitio. Yo entiendo que, a pesar de ello, si el técnico piensa que hay otro mejor en su puesto lo desplace. Pero, estábamos viendo que Raphinha tampoco se estaba significando por su banda. Era mejor pues, probar un cambio de banda para los extremos y además estos jugarían a pie natural, abriendo más el campo. Y ordenar a los laterales se proyectaran hacia dentro...

Otro posible cambio, hubiera sido meter a Memphis en banda izquierda, y poner a Ferrán Torres como nueve, o falso nueve, llámenlo ustedes como quieran. El caso era hacer algún cambio.

Después me volvió a decepcionar Xavi, porque no hizo cambios en el descanso. No entiendo porque los entrenadores con cinco cambios por delante, no hacen uno o dos cambios en el descanso, casi como rutina. Teníamos a Raphinha que no estaba imponiéndose en la banda, y además tenía una tarjeta. Tal como estaba el árbitro era un riesgo, tener a un futbolista con tarjeta sobre el césped. Y más a un delantero que también defiende. Y normalmente, al ser delanteros no defienden bien, y provocan muchas tarjetas. Una más, y nos quedábamos con diez futbolistas.

Después, salieron: Robert, Dembelé y Pedri, y se acabó el partido.

A mí me preocupa que si bien Xavi, es capaz de gestionar la plantilla como es de recibo, —aunque de una forma algo radical— no es capaz de gestionar de igual forma los partidos. Con lo sencillo que era cambiar a los extremos de banda, que se puede corregir enseguida sino funciona. Y en cambio, puede cambiar la dinámica de un partido.