LAS EXIGENCIAS OCCIDENTALES SOBRE SIRIA

En el terreno, la guerra está llegando a su fin y sólo queda la región de Idlib por liberar del control de los terroristas. Sin embargo, los occidentales vuelven a la carga. Ahora acaban de presentar sus exigencias al enviado especial de la ONU, Staffan de Mistura. Por supuesto, Estados Unidos rechaza el proceso de paz encabezado por Rusia, sólo porque los estadounidenses no han sido partícipes. Mientras tanto, el Reino Unido y Francia pretenden imponer en Siria instituciones que les permitirían controlar el país por debajo de la mesa.

Nombrado en 2014, antes de la intervención militar de Rusia contra los terroristas, Staffan de Mistura es un diplomático proestadounidense que supuestamente tendría que favorecer la paz en Siria en nombre de la ONU. Cuatro años después de su nominación, de Mistura sigue tratando de buscar subterfugios por cuenta de las potencias occidentales.

El enviado especial del secretario general de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, recibió en Ginebra una delegación del Grupo de Astaná (Irán, Rusia y Turquía). Después, el 14 de septiembre, de Mistura se reunió con una representación del Small Group (el «Pequeño Grupo», o sea Arabia Saudita, Egipto, Estados Unidos, Francia, Jordania y Reino Unido).

Del lado de los occidentales, el embajador James Jeffrey y el coronel Joel Rayburn encabezaban la delegación estadounidense mientras que el embajador y exdirector de la DGSE (la Dirección General de la Seguridad Exterior, o sea el servicio francés de inteligencia para el exterior) François Senemaud presidía la delegación de Francia.

Cada delegación del Pequeño Grupo entregó a la ONU un documento secreto con sus exigencias, con vistas a influir en las negociaciones entre los sirios. La televisión Russia Today reveló el contenido del documento occidental. Anteriormente, hace dos semanas, el diario ruso Kommersant había revelado las directivas internas de la ONU.

—Primera observación, el punto 3 del documento del Pequeño Grupo retoma la directiva interna de la ONU:
«No habrá asistencia internacional para la reconstrucción en las zonas controladas por el gobierno sirio sin un proceso político creíble que conduzca inevitablemente a la reforma constitucional y a elecciones bajo la supervisión de la ONU, de manera satisfactoria para los potenciales donantes».
Aunque ha participado en algunas reuniones del Pequeño Grupo, Alemania no parece haber estado representada en la reunión con de Mistura. El día anterior, el ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas, había emitido una declaración contraria al punto mencionado. Justo antes de reunirse con su homólogo ruso, Serguei Lavrov, el jefe de la diplomacia alemana había anunciado en Twitter que Alemania está dispuesta a participar en la reconstrucción de Siria «si existe una solución política que lleve a elecciones libres». O sea, para el Pequeño Grupo, y para la ONU, la reconstrucción no puede comenzar mientras los potenciales países donantes no hayan alcanzado sus objetivos de guerra, pero Alemania estima que la reconstrucción puede realizarse al mismo tiempo que el proceso de reconciliación política.

—Segunda observación: los diferentes interlocutores internacionales mencionan la resolución 2254 del 18 de diciembre de 2015. Pero el Pequeño Grupo extrapola el sentido de ese texto. La resolución del Consejo de Seguridad estipula que la redacción de una nueva Constitución siria es únicamente una cuestión de los sirios que debe discutirse entre los sirios mientras que el Pequeño Grupo afirma que la Constitución debe ser redactada única y exclusivamente por un comité controlado y supervisado por la ONU.

El objetivo es, evidentemente, echar abajo las decisiones adoptadas en Sochi, o sea destruir lo que se hizo durante los últimos meses y oponerse así al papel de Rusia en la solución de la crisis. Estados Unidos quiere conservar su rango de potencia indispensable mientras que Reino Unido y Francia pretenden continuar su proyecto colonial.

—Tercera observación: el Pequeño Grupo no sólo pretende transferir a Ginebra la responsabilidad de redactar la Constitución, hasta ahora en manos de Sochi, sino que ya anuncia su propia visión de cómo tendrá que ser la nueva Constitución: una copia de la Constitución que Washington impuso a Iraq y que actualmente mantiene ese país inmerso en una crisis permanente, lo cual beneficia enormemente a las potencias occidentales. Según la Constitución que pretenden imponer a Siria, los poderes del presidente serían exclusivamente protocolares, los del primer ministro serían simplemente inexistentes a nivel regional y los del ejército serían limitados.

Las potencias coloniales mantienen su poder en el Medio Oriente gracias a democracias de fachada. Siempre logran conformar gobiernos que no representan a los pueblos. Desde 1926 en el Líbano y desde 2005 en Iraq, las instituciones han sido concebidas sobre todo para impedir que esos países vuelvan a convertirse en Estados-naciones. El Líbano fue dividido en comunidades religiosas. Iraq fue dividido en regiones separadas donde predomina una comunidad religiosa. Israel, mientras tanto, tampoco tiene un gobierno representativo, pero no por causa de su Constitución —que no la tiene— sino debido a su sistema electoral.

—Cuarta observación: la resolución 2254 del Consejo de Seguridad estipula que las elecciones deben desarrollarse bajo la supervisión de la ONU. Pero el Pequeño Grupo considera que el órgano encargado de organizar elecciones tendrá que trabajar diariamente bajo las órdenes de la ONU, principalmente en lo tocante a eventuales denuncias de fraude.

Las potencias occidentales se reservarían así la posibilidad de anular los resultados de las elecciones si esos resultados no corresponden a lo que ellos quieren: bastaría con la presentación de una denuncia de fraude y con declararla válida. El Pueblo sirio tendría derecho a votar… si acepta caer en la trampa que le tienden y, además, a condición de que luego vote por los individuos ya designados para gobernarlo.

En Europa, los europeos están en busca de su soberanía. En Siria, el Pueblo está luchando por su independencia.

Fuente: http://www.voltairenet.org/article202987.html

SALIR DE LA GUERRA CONTRA SIRIA

La Casa Blanca no logra salir de la guerra contra Siria. El presidente Trump enfrenta simultáneamente la oposición del autoproclamado «Estado estable» (según el editorial anónimo del New York Times), que sigue adelante con la estrategia Rumsfeld-Cebrowski, y las reactivadas ambiciones de sus aliados israelíes, franceses, británicos y turcos. La lógica de esos intereses podría acabar desplazando la guerra, en vez de ponerle fin.

Powerpoint presentado en una conferencia que el almirante Cebrowski impartió en el Pentágono, el 23 de julio de 2003. A la izquierda puede verse, en color malva, la zona designada como «Mostly Non-Integrating Gap». La estrategia del almirante Cebrowski estipula la destrucción de los Estados y sociedades en los países de esa zona.

La Casa Blanca y Rusia llegaron a un acuerdo para poner fin a la guerra impuesta a Siria, guerra desatada mediante el uso de yijadistas. A pesar de ese acuerdo, la paz se hace esperar. ¿Por qué?

El por qué de la guerra contra Siria
Contrariamente a la idea inculcada a la opinión pública occidental en 7 años de propaganda, la guerra contra Siria no es una «revolución que perdió su rumbo». La guerra contra Siria es fruto de una decisión tomada en el Pentágono, en septiembre de 2001, y de una larga preparación ulterior que encontró varias dificultades.

Una guerra preparada durante toda una década

Es necesario recordar rápidamente las principales etapas de esa planificación:
—En septiembre de 2001, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld, adopta la estrategia del almirante Arthur Cebrowski. Habrá que destruir los Estados en los países de la mitad del mundo. Estados Unidos controlará el acceso de los demás Estados, —los Estados de los países con economías globalizadas— a los recursos naturales de las regiones no conectadas a la economía globalizada. El Pentágono comenzará «remodelando» el «Medio Oriente ampliado» o «Gran Medio Oriente».
—El 12 de diciembre de 2003, George Bush hijo firma la Syria Accountability and Lebanese Sovereignty Restoration Act (Ley sobre la Restauración de la Soberanía Libanesa y para Exigir Cuentas a Siria). Esa ley abre al presidente de Estados Unidos la posibilidad de entrar en guerra contra Siria sin consultar su decisión con el Congreso.
—En 2004, durante la Cumbre de la Liga Árabe en Túnez, el presidente tunecino Ben Alí trata de obtener la adopción de una moción que autorizaría a la Liga Árabe, a legitimar el uso de la fuerza contra los países miembros que no respeten la Carta de Derechos Humanos de la propia Liga, de reciente adopción.
—En 2005, la CIA organiza en Líbano una revolución de color: la «revolución del Cedro». La operación comienza con el asesinato del líder sunita y exprimer ministro libanés Rafiq Hariri, para provocar una revuelta sunita contra la Fuerza Siria de Mantenimiento de la Paz. Estados Unidos está listo para intervenir militarmente con un desembarco de marines en Beirut. Pero Siria retira su fuerza de paz. La retirada siria elimina el pretexto que Estados Unidos necesitaba para justificar su intervención militar.
—En 2006, Dick Cheney pone en manos de su hija Liz la tarea de crear el Irán Syria Policy and Operations Group (Grupo para la Política y las Operaciones en Irán y en Siria). Liz Cheney organiza el ataque israelí contra el Jezbolá libanés. Creyendo que Jezbolá no podrá resistir por mucho tiempo ante la invasión israelí, Liz Cheney prepara un desembarco estadounidense en Beirut. O sea, Israel se encargará de invadir el Líbano y aplastar a Jezbolá, los marines estadounidenses desembarcarán en Beirut y, desde allí, continuarán su avance «liberador» hacia Damasco, la capital siria. Toda la operación fracasa porque Jezbolá resiste la invasión israelí. Al cabo de 33 días de combates en suelo libanés, las tropas israelíes se ven obligadas a batirse en retirada.
—En 2008, Washington trata nuevamente de provocar un conflicto desde Líbano. El primer ministro libanés Fuad Siniora intenta cortar las comunicaciones internas de la Resistencia libanesa e interrumpir los vuelos hacia Teherán. Jezbolá desbarata en pocas horas el dispositivo militar occidental y toda la maniobra y recupera su infraestructura.
—En 2010, Washington adopta el llamado «liderazgo desde atrás» (leading from behind). La administración Obama confía el ataque contra Libia y Siria al Reino Unido y a Francia, lo cual conduce a la firma de los acuerdos de Lancaster House entre Londres y París.
—En 2011, comienzan las operaciones militares en Siria.

Todo lo anterior demuestra que es absurdo ver la guerra contra Siria como un hecho espontáneo y sui generis.

Una guerra indirecta

La originalidad de la guerra contra Siria está en que fue declarada por países que se hacen llamar «Amigos de Siria» pero sobre todo en que se ha desarrollado casi exclusivamente a través de ejércitos no estatales, o sea de los yijadistas.

Durante los 7 últimos años de esta guerra más de 250.000 individuos llegaron a Siria desde el extranjero para luchar contra la República Árabe Siria. Eran carne de cañón con poco entrenamiento, pero en los cuatro últimos años ya tenían mejor armamento que las tropas regulares sirias. De hecho, el tráfico de armas más importante de toda la historia se organizó para garantizar el equipamiento militar de los yijadistas que debían destruir el Estado sirio.

Desde el Renacimiento europeo, los occidentales nunca habían utilizado tantos mercenarios a la vez.

Es por lo tanto absurdo hablar en Siria de «revolución que perdió su rumbo».

Ilustración del desmantelamiento del Medio Oriente, planificado por el Pentágono como parte de la estrategia del almirante Cebrowski. Este mapa fue publicado en 2006 por el coronel estadounidense Peters, pero este mismo militar ya lo había comentado anteriormente, justo antes de los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Una guerra supervisada por aliados que tienen cada uno sus objetivos propios...
Al recurrir a Israel para atacar el Líbano y al poner después las guerras contra Libia y Siria en manos del Reino Unido y de Francia, y finalmente, al utilizar en esas guerras las instalaciones de la OTAN en Turquía, el Pentágono dio pie a que esos aliados desordenaran sus planes.

Como en todas las guerras, el país líder se ve obligado a prometer a sus aliados que van a obtener algún tipo de beneficio. Pero la entrada de Rusia en la guerra hizo imposible la victoria que esperaba Occidente. Cada uno de los aliados de Estados Unidos volvió entonces paulatinamente a su propia estrategia en esta región. Con el paso del tiempo, los objetivos particulares de cada uno de esos aliados acabaron haciéndose más importantes que el de Estados Unidos, que a su vez se negaba a implicarse militarmente tanto como querían sus aliados.

Israel

Siguiendo la ideología colonialista de varios de sus fundadores, Israel aplica una política tendiente a dividir los países vecinos —de grandes dimensiones territoriales— en pequeños países mucho menos extensos, explotando para ello las diferencias étnicas o confesionales de las poblaciones de los países actuales. Israel apoyó infructuosamente la división del Líbano en un Estado musulmán y otro Estado cristiano. Más recientemente, Israel apoyó la independencia del Kurdistán iraquí y la creación de un Kurdistán en Siria. No disponemos de documentos estratégicos israelíes pero el análisis retrospectivo permite ver que la línea política que Israel ha seguido corresponde a lo planteado en el «Plan Yinon» de 1982 o a la estrategia del Institute for Advanced Strategic and Political Studies, de 1996.

La estrategia israelí corresponde, en sus aspectos esenciales, al «rediseño del Medio Oriente ampliado» de Rumsfeld y Cebrowski. Pero su objetivo es totalmente distinto: el Pentágono quiere controlar el acceso de los países desarrollados a las riquezas de la región mientras que Israel pretende garantizar que ninguno de sus vecinos sea lo bastante fuerte como para levantarse contra el Estado hebreo.

El Reino Unido y Francia

El Reino Unido y Francia vuelven a sus políticas coloniales, como la que caracterizó el momento de la caída del imperio otomano y la división del Medio Oriente: los acuerdos Sykes-Picot.

Los británicos reeditan la «Gran Revuelta Árabe de 1915», orquestada por Lawrence de Arabia en contra de los otomanos. En aquella época los británicos prometieron a todos los árabes que serían libres si acababan con el yugo otomano y ponían a los wahabitas en el poder. Ahora les prometen la libertad si derrocan todos los gobiernos nacionales y los sustituyen por la Hermandad Musulmana. Lo cierto es que en 1915 el imperio británico tomó el lugar del imperio otomano y los árabes siguieron sin ser libres. En 2011 tampoco fueron libres. Ese es el plan de la «primavera árabe de 2011».

Mientras tanto, los franceses tratan de restablecer el mandato que la Sociedad de las Naciones había otorgado a Francia en Siria. Así lo explica el expresidente francés Giscard d’Estaing, descendiente de Picot (el de los acuerdos Sykes-Picot). Y eso es lo que reclama, en septiembre de 2015, el presidente francés Hollande cuando viaja a la sede de la ONU (O sea la masonería francesa). Como en 1921, Francia defiende la separación étnica entre kurdos y árabes. Defiende así la creación de un Kurdistán, pero no en el territorio histórico de los kurdos —que es Turquía— sino en cualquier lugar, en tierras árabes de Siria.

Turquía

Turquía, por su parte, sueña con concretar la promesa de su fundador, Mustafá Kemal Atatürk, el «Juramento Nacional» (Misak-ı Millî), adoptado por el Parlamento otomano el 12 de febrero de 1920. O sea, Turquía pretende anexar el norte de Siria, incluyendo Alepo, y eliminar a los cristianos, incluyendo a los católicos de Malula y los armenios de Kessab.

Turquía entra así en conflicto con los demás países coaligados contra Siria:
—con Israel porque Ankara pretende anexar el norte de Siria en vez de convertirlo en un territorio autónomo;
—con el Reino Unido porque Ankara pretende restablecer el Califato otomano;
—y con Francia porque Ankara rechaza la creación de un Kurdistán independiente en suelo sirio.

Lo más importante es que Turquía entra en conflicto incluso con Estados Unidos, que no oculta su intención de destruirla cuando haya desmantelado Siria.

¿Cómo salir de esta guerra?
Al cabo de 7 años de combate, el Estado sirio sigue en pie. La República Árabe Siria y sus aliados (Rusia, Irán y Jezbolá) han resultado victoriosos. Las fuerzas extranjeras (los yijadistas) han sufrido una durísima derrota… pero no han sido derrotados quienes dan las órdenes (Estados Unidos, Israel, el dúo Reino Unido-Francia, y Turquía).

La guerra no sólo ha despertado ambiciones que datan del inicio del siglo XX sino que los protagonistas que no han sufrido la derrota en carne propia no están dispuestos a abandonar la lucha.

Parece estúpido reiniciar a partir de cero una guerra ya perdida por los yijadistas. La presencia rusa en el terreno hace ahora imposible la confrontación directa. Siria no ha podido ser barrida, su población es ahora más aguerrida y está más dispuesta a continuar la resistencia frente a la agresión exterior, además los sirios están ahora mucho mejor armados que antes. Pero lo fundamental es que la población siria ha reflexionado mucho y es ahora mucho menos manipulable que en 2011. Sin embargo, la retórica política occidental ha vuelto nuevamente a su antiguo mantra de «Bashar tiene que irse».

Lo lógico sería que el conflicto pase ahora a otro terreno. El almirante Cebrowski planeaba llevar la guerra, en una segunda fase, al Asia Central y el sudeste asiático. Pero sus sucesores tienen que acabar antes con el Medio Oriente ampliado. En este momento están tratando de reavivar el incendio iraquí, como puede verse con el espectacular cambio de posición del gobierno del presidente iraní Jasán Rojaní y los motines registrados en Basora.

Fuente: http://www.voltairenet.org/article202847.html#nh14

FRANCO EN HECHOS Y CIFRAS

Ante el «Himalaya» de canalladas y mentiras de los socialistas y comunistas más cutres y radicales de Europa, y los separatistas enemigos de España, sin que los cobardes del PP y Ciudadanos que van a perder mas de 500.000 votos (o más) a manos de VOX, sean capaces de proclamar la verdad, ante quienes fueron los verdaderos culpables de la Guerra Civil, que la buscaron ardientemente porque pensaban ganarla con facilidad y así aplastar definitivamente a la media España que no pensaba como ellos, imponiendo a los españoles una férrea dictadura estalinista, es imprescindible explicar con hechos y cifras indiscutibles, quien fue en realidad el General Franco, el mejor Jefe de Gobierno que ha tenido esta nación en 400 años, porque fue quien más la modernizó y la enriqueció de todos los Reyes y Jefes de Gobierno anteriores y con una diferencia abismal. Al final de su vida había convertido un país tercermundista en la octava potencia económica del mundo y creado una poderosa y dinámica clase media.

Francisco Franco, invicto

Los tribunales franceses acaban de definirle como «militar heroico», en respuesta a un grupo de izquierdistas radicales, unos miserables a quienes solo importan sus muertos y no la decenas de miles de asesinatos que ellos cometieron, que habían pedido retirar a Franco la Gran Cruz de la Legión de Honor la mas alta distinción de este país, explicando que «Franco ha sido un militar heroico», algo históricamente indiscutible. Después del fracasado golpe de Estado de socialistas y separatistas en octubre de 1.934 contra el legítimo Gobierno de la República para imponer una dictadura «popular», en febrero de 1.936 después de un clamoroso fraude electoral, el Frente Popular (socialistas, comunistas y separatistas, los mismos que gobiernan hoy) se hizo con el poder. Masas izquierdistas produjeron graves alteraciones del orden público en toda España, el nuevo Gobierno renunció a cumplir la legalidad y la Constitución desde el momento cero, buscando la revolución y el aplastamiento de sus oponentes sin contemplaciones.

Ante esta ruptura de la legalidad por parte del Gobierno del Frente Popular y el caos y la violencia subsiguientes: quema de iglesias, ocupaciones de tierras, asesinatos... Un grupo de militares encabezados por Sanjurjo y por Mola, empezaron a preparar un golpe de Estado. Como explica Anthony Beevor en su libro GUERRA CIVIL ESPAÑOLA, el mejor de un extranjero a día de hoy, «los generales no se sublevaban contra el gobierno sino contra la total ausencia de gobierno». A pesar de todo, Franco no se había comprometido con el golpe. El 23 de Junio de 1936 Franco envió una carta al ministro de la Guerra Casares Quiroga, advirtiéndole del grave malestar del Ejército y pidiéndole respetuosamente que pusiera fin a ese estado de cosas. Casares, que como el resto del gobierno estaba deseando ardientemente el ir a una Guerra Civil que pensaban ganar fácilmente, implantando un régimen revolucionario similar al de la URSS, ni siquiera le contestó.

Mola estaba tan exasperado con la actitud de Franco, que decidió prescindir de él: «con Franquito o sin Franquito seguiremos adelante con el Alzamiento». Pero el 13 de Julio un grupo de la guardia personal de Indalecio Prieto, «la motorizada»,  asesinan al líder de la oposición Calvo Sotelo, «fueron a su casa, le sacaron de la cama, se lo llevaron en un coche y lo mataron a tiros».  Al día siguiente, el Gobierno, en lugar de detener a los asesinos manda detener a gentes de derechas, Franco pierde entonces toda esperanza y se une al Alzamiento. «Franco fue la figura pública mas sensata en una situación claramente pre-revolucionaria». Llamar «gobierno democrático» a un conjunto de socialistas golpistas, comunistas a las órdenes de Stalin, anarquistas y separatistas es una burda manipulación de la realidad.

Una semana después del Alzamiento, el balance resultaba tan extraordinariamente favorable para el Frente Popular, que las posibilidades de los sublevados parecían tan nulas, que un Prieto eufórico afirmaría: «Podría ascender hasta la esfera de lo legendario el valor de quienes se han alzado en armas contra la República, y aún así serían inevitablemente, inexorablemente, fatalmente vencidos». Dos meses y medio después con una columna de solo 5.000 hombres Franco estaba a las puertas de Madrid, y los ministros y altos responsables del Frente Popular huirían como ratas y no volverían jamás dejando Madrid abandonado a su suerte, que tan solo 150 tanques rusos T-24, los mejores del mundo en ese momento, 200 aviones soviéticos todos con tripulaciones rusas, pagadas con el saqueo del oro del Banco de España, y las brigadas internacionales lograron salvar in extremis.


Durante la guerra, Franco (solo un buen jefe de batallón, según el falsario de Preston, que se ha hecho rico escribiendo la versión frentepopulista de la guerra, y dando conferencias a precio de oro en los lugares gobernados por los socialistas, y que ahora  trabaja para los separatistas catalanes), jamás perdió una batalla, y las ofensivas de los comandantes comunistas del Frente Popular («unos perfectos incompetentes»), primero las frenó y luego las convirtió en victorias rotundas (Jarama, Brunete, Teruel y finalmente el Ebro, donde logró encajonar y aniquilar a lo mejor que quedaba del ejército rojo, en plenas sierras y campo abierto. Franco jamás quiso plantear batallas en ciudades para evitar su destrucción y la muerte de civiles, las únicas capitales fuertemente dañadas durante la guerra fueron Oviedo y Teruel, ambas por el Frente Popular. Después del Ebro, todas las grandes ciudades, Barcelona, Madrid y Valencia se rindieron sin pegar un tiro.

Franco y el general Fidel Dávila, en el Coll del Moro (Gandesa) durante la batalla del Ebro, en el otoño de 1938

Por cierto para conocimiento de la verdad, manipulada por la izquierda y por los medios vendidos, la guerra civil no produjo «un millón de muertos», una cifra novelesca inventada por Gironella. Las cifras reales ya tan contrastadas que ningún historiador digno de ese nombre discute, son las del exhaustivo estudio de Salas Larrazabal, «La pérdidas de la Guerra Civil». «Operaciones durante la guerra, 145000; civiles víctimas de la guerra, 15000; ejecuciones y homicidios 131000 (de ellos 58000 en zona nacional y 73000 en zona controlada por la República), en el maquis después de la guerra, 10000. Total 301000». Además, de los 58000 fusilados en zona nacional, 22000 los fueron después de la guerra, en su mayoría, chequistas, asesinos convictos, o genocidas como Companys, que se jactaba de haber exterminado a «todos los curas, frailes y monjas de Cataluña», ¡y hoy a favor de sus asesinos!

En Madrid 16449 personas fueron asesinadas por las milicias, frente a 2448 por los vencedores. Los muertos civiles en bombardeos de aviación o de artillería, fueron 126 en el «terrible» bombardeo de Guernica, inmortalizado por el comunista Picasso, y donde el ametrallamiento de civiles fue una burda patraña, 1387 en Madrid y 2304 en Barcelona. Comparados con los de Varsovia, 25800 muertos; Rotterdam, 30000; Londres, 43000 o Hamburgo 45000, demuestran mas allá de toda duda razonable lo que afirmaría en sus memorias, «EMBAJADA EN ESPAÑA», Roberto Cantalupo el embajador italiano en la España nacional, «Franco siempre evitó en lo posible los ataques a ciudades y a civiles, aunque ello condujera a una alargamiento de la guerra».

Con su victoria, Franco salvó a España de una dictadura comunista que hubiera condenado a la miseria y el hambre a los españoles 50 años. Beever lo resume así. ¿qué habría salido de una victoria republicana? Cualquiera que hubiera sido el gobierno en el poder los años de posguerra harían sido tiempos de penalidades. Pero con un gobierno de izquierdas abiertamente comunista, España hubiera quedado reducida a un estado similar al de las repúblicas populares centroeuropeas o balcánicas hasta después de 1989.

Frente a ello, lo conseguido por Franco fue sencillamente un milagro. De un país tercermundista y devastado por la guerra y el criminal aislamiento después de 1.945, se convertiría en 1.975 en la octava potencia económica del mundo (hoy la decimosexta, consecuencia del desastre de la Transición); de una renta per cápita del 40% de la de los seis países fundadores de la CEE en los cincuenta, al 83% en 1975 (hoy hundida al 71 %), de un país donde en 1975 la industria representaba el 36% del PIB, frente al 10% en los cincuenta y al 15% hoy. De una de las mejores enseñanzas públicas de Europa en 1975 a una de las peores hoy, etc, etc. Una realidad indiscutible que los frente populistas llenos de odio y los cobardes de la derecha, ocultan sistemáticamente.

24 de septiembre de 1956: Franco inaugura una central eléctrica en San Esteban del Sil (Orense)

Y esto no fue todo. En octubre de 1940, un Hitler victorioso, exige a Franco en Hendaya la inmediata incorporación de España a la guerra. Con 200 divisiones de élite al otro lado de los Pirineos, 5.500 tanques y 3.400 aviones, Franco no se deja intimidar, y con una habilidad y una sangre fría fuera de lo común (¿se imaginan a la chusma política actual negando a Hitler la entrada en la guerra?), gana tiempo aduciendo que España no esta en condiciones de entrar en la guerra, que el quiere entrar pero no puede, y exige a Hitler unas compensaciones económicas y territoriales a expensas de Francia absolutamente disparatadas, y que sabía que Hitler no podría dárselas. Recordando a la vez que si España era atacada jamás se rendiría y ello como con Napoleón exigiría mas de 60 divisiones como fuerza de ocupación, que Hitler necesitaba para invadir Rusia.

Franco con Hitler en Hendaya

Como explica Beever, «en diciembre, Hitler envió a Canaris a explicar a Franco que tenía preparadas 15 divisiones de infantería y blindados para llevar a cabo la operación Félix ( la toma de Gibraltar), y para fijar la fecha del ataque». Franco se negó y esta vez en redondo. «Cuando Hitler fue informado se enfureció con la “traición” de Franco y escribió a Mussolini pidiendo que le convenciera». «Mussolini aún a sabiendas de que no haría cambiar de opinión a Franco le cito en Bordhiguera», Franco en lugar de contestar el requerimiento de Mussolini le preguntó, «¿si pudiera dar marcha atrás se saldría de la guerra?», y el Duce le contestó afirmativamente. El tema quedó zanjado. «El 6 de febrero de 1.941, Hitler envió un ultimátum a Franco para entrar en la guerra, y este respondió exigiendo tal cantidad de artillería, camiones, tractores, locomotoras, combustible y alimentos que aún para una potencia como el III Reich era inviable». Con los desastres en Grecia y la inminencia de la invasión de Rusia, Hitler no pudo hacer nada.

Encuentro de Franco, con Benito Mussolini en la localidad italiana

¿Cuántos millones de españoles, no los cientos de miles de la guerra civil, si no millones, deben su vida a la habilidad, valentía y firmeza de Franco ante Hitler? Por segunda vez Franco, salvaría a España. Y hoy un pueblo manipulado, engañado y cobarde, piensa que Franco fue un dictador. Y es que como decía mi amigo Camilo José Cela, «si los miserables políticos de la Transición tuvieran vergüenza y honor, se habrían pegado un tiro».

Discurso completo de Orban ante la UE defendiendo la identidad cristiana de Europa y la soberanía de las patrias.


Sé que ustedes ya han formado sus opiniones. Se que la mayoría de ustedes votará en favor del informe. También se que mi contribución no modificará sus opiniones. Con todo, he venido aquí porque no van a denunciar un gobierno, sino un país y un pueblo. Van a denunciar a Hungría, que ha sido un miembro de la familia de la Europa Cristiana durante más de mil años. Una Hungría que ha contribuido a la historia de nuestro gran continente europeo con su trabajo y cuando ha hecho falta, con su sangre. Denunciarán a la Hungría que se alzó y tomó las armas contra el ejército más grande del mundo, el soviético, que hizo el más grande sacrificio por la libertad y la democracia y cuando hizo falta, abrió sus fronteras a los hermanos y hermanas en peligro de Alemania Oriental. Hungría ha peleado por su libertad y su democracia. Comparezco aquí y ahora y veo que Hungría está siendo vilipendiada por gente que ha heredado una democracia sin necesitar arriesgarse por nada para conseguir esa libertad. Y ahora esa gente quiere denunciar a los luchadores por la libertad húngaros de la resistencia democrática contra el comunismo.

Honorables miembros
Estoy aquí para defender a mi patria, porque la libertad, la democracia y la independencia de los húngaros son cuestiones de honor. Por eso digo que ese informe que tienen delante de sus ojos es una afrenta al honor de Hungría y al pueblo húngaro. Las decisiones de Hungría se toman por los votantes en las elecciones parlamentarias. Lo que ustedes afirman es poco menos que decir que el pueblo húngaro no es gente de la que poder fiarse para juzgar cuales son sus propios intereses. Ustedes piensan que conocen las necesidades del pueblo húngaro mejor que él mismo pueblo húngaro. Por tanto digo que este informe no muestra respeto por el pueblo húngaro. Este informe aplica dobles raseros, es un abuso de poder, sobrepasa los límites en cuanto a lo que les compete y el método de su adopción es una violación de un tratado.

Honorables miembros
Para nosotros en Hungría, la democracia y la libertad no son cuestiones políticas sino morales. Están buscando ustedes hacer un juicio moral y estigmatizar a un país y un pueblo en base a ser mayoría numérica aquí. Están asumiendo una grave responsabilidad cuando por vez primera en la historia de la Unión Europea se está buscando excluir a un pueblo de las decisiones que afectan a Europa. Le quitarían a los húngaros sus derechos para representarse a sí mismos, a sus intereses dentro de la familia que es Europa y a la que Hungría pertenece. Tenemos, y seguiremos teniendo, disputas. Pensamos de forma distinta sobre el carácter cristiano de Europa y del papel de las naciones y las culturas nacionales. Interpretamos que la esencia y la misión de la familia de otra manera. Tenemos visiones diametralmente opuestas en temas de inmigración. Si queremos de verdad unidad en la diversidad, entonces nuestras diferencias no pueden ser utilizadas para estigmatizar a ningún país, o excluirlo de la toma de decisiones. Jamás nos rebajaríamos hasta un nivel en el que silenciáramos a aquellos con los que discutimos.

Honorables miembros, honorable presidente
Además quieren ustedes excluir a un país que ha tomado decisiones claras en sus elecciones al Parlamento Europeo; en 2009 el 56% nos votó y en 2014 lo hizo el 52%.

Honorables miembros, damas y caballeros
Somos el partido más exitoso del Parlamento Europeo. Nuestros oponentes, liberales y socialistas, están lógicamente, incómodos con nuestro éxito, pero vengarse de los húngaros porque no les hayan votado es injusto y no es europeo. Más aún, este informe ha sido escrito por gente que no es consciente ni de los hechos más básicos. El informa admite que no ha mandado una delegación a Hungría, lo que significa que ustedes votan sin que haya habido un adecuado examen de los hechos. El informe incluye 37 errores gravísimos. En relación a esto, ayer todos los miembros del parlamento han recibido un documento de 108 páginas al respecto.

Honorables miembros
Nuestra unión se sostiene por el hecho de que nuestras disputas se resuelven en un marco de trabajo con unas normas. En representación de Hungría yo también he llegado a compromisos y acuerdos, sobre el sistema judicial e incluso sobre fragmentos de la Constitución. Este informe desprecia todos esos acuerdos que hemos cerrado desde hace años. Si ustedes son libres para hacer esto, y pueden despreciar los acuerdos a voluntad, entonces ¿cuál es el sentido de establecer acuerdos con alguna institución europea? Lo que están ustedes haciendo es un duro golpe contra la Unión Europea y contra el principio del diálogo constructivo.

Honorables miembros
Toda nación y estado miembro tiene el derecho a decidir como organiza su vida en su propio territorio. Tenemos que defender nuestras fronteras y sólo nosotros hemos de decidir con quién queremos vivir. Hemos construido una valla que ha detenido la entrada de miles de inmigrantes ilegales. Hemos defendido Hungría y hemos defendido Europa. Hoy, por vez primera en la historia de la Unión Europea, vemos a una comunidad, ustedes, que denuncia a los que protegen sus propias fronteras.

Honorable presidente
Permítanme ser claro, ustedes quieren denunciar a Hungría porque el pueblo húngaro ha decidido que su tierra no será un país de inmigrantes. Con el debido respeto pero en los términos más duros posibles, rechazo las amenazas, el chantaje, las calumnias y las acusaciones fraudulentas sostenidas contra Hungría y el pueblo húngaro por el Parlamento Europeo y las fuerzas pro inmigración. Les informo respetuosamente de que, sea la decisión que sea a la que lleguen ustedes, Hungría no se arrodillará ante el chantaje. Hungría continuará defendiendo sus fronteras, deteniendo a los inmigrantes ilegales y defendiendo sus derechos. Contra ustedes incluso si es necesario. Nosotros los húngaros estamos listos para las próximas elecciones europeas de mayo de 2019, cuando la gente tendrá la oportunidad definitiva de decidir el futuro de Europa y tendrán la ocasión de devolver la democracia a la política europea.

Gracias por su atención.

Fuente:
https://www.elcorreodemadrid.com/nacional/972418599/Discurso-completo-de-Orban-ante-la-UE-defendiendo-la-identidad-cristiana-de-Europa-y-la-soberania-de-las-patrias.html

LA BARCELONA FRANQUISTA ERA UNA FIESTA


La posguerra, represión, cárcel, exilios, fosas, pelotones de fusilamiento, racionamiento, correajes, yugos y flechas, gasógeno, picadura, sabañones… Sí, hubo todo eso, como también lo había habido antes. Pero junto a todo lo anterior: alegría, esperanza, perdón, generosidad, alivio, caridad. Y fiestas, muchas fiestas.

En Barcelona las parrandas alcanzaron tal nivel en la primavera y el verano de 1939, el momento de la más dura venganza de los vencedores, según el relato de los académicos progresistas, que Madrid tuvo que intervenir para poner a los catalanes a trabajar.

Madrid termina con las farras
El 26 de julio, La Vanguardia Española, «diario al servicio del Generalísimo Franco», como se apellidó al día siguiente de la liberación de Barcelona, publicó un pequeño suelto en su página 3, dentro de la sección Vida de Barcelona.

El titular del suelto era el siguiente: «Se prohíben los banquetes, homenajes y fiestas». A continuación, el texto, impagable:

El gobernador civil de la provincia hace pública la siguiente nota. «El Excm. Sr. Ministro de Gobernación, don Ramón Serrano Súñer, considerando que es hora de trabajar y de consagrar todas las energías a la satisfacción de las necesidades del pueblo, ha ordenado a este Gobierno Civil la prohibición absoluta de homenajes, banquetes y fiestas, cualquiera que sea quien las proponga. Cuando por razones de política nacional sea precisa la realización de algunos de los actos indicados, el propio ministro de la Gobernación, sin necesidad de petición o requerimiento, concederá la autorización precisa. El gobernador civil se complace en hacer pública tan oportuna, razonable y justificada disposición, que viene a satisfacer deseos de austeridad y trabajo por todos sentidos».

Como justificación de la decisión del ministro de Gobernación, en la columna de la derecha se publica otra subsección llamada «Vida Sociable», en la que se contaba a los lectores que «después de las verbenas de San Juan y San Pedro, en junio, y la del Carmen, en julio, la de anteanoche, o sea la de Santiago, cierra el ciclo verbenero» y también que el Real Tenis Club del Turó, «atendiendo al deseo de los numerosos socios que se reúnen actualmente todas las tardes en el Club», había organizado dos bailes de tarde para los domingos días 30 de julio y 6 de agosto.

Al día siguiente, La Vanguardia, españolísima y franquistísima, publicó una nota aclaratoria del gobernador civil. La prohibición de «fiestas, homenajes y banquetes» no afectaba a las procesiones religiosas ni fiestas populares de carácter regional, las deportivas ni las reuniones familiares.
La prohibición versa concretamente sobre fiestas de carácter político, como «aplecs», mítines, desfiles, concentraciones, etc, etc, cuya organización no proceda directamente del Ministerio de la Gobernación. Del mismo modo, queda prohibido absolutamente toda moción u organización de homenajes, banquetes o fiestas en honor de cualquier persona o Entidad determinada.
En resumen, menos banquetes (¡en un país con racionamiento!) y más tajos.

Así que en 1939 tuvimos una versión anticipada del célebre «Menos samba y mais traballar».

Un «té de primavera» y muchos bailes
La lectura de la hemeroteca de La Vanguardia (que conviene hacer para ver los bandazos que han dado el periódico de la familia Godó y la alta sociedad catalana) después del final de la guerra y de la entrada de las tropas de Franco en Madrid, muestra una Cataluña en la que la paz se celebró con fiestas interminables. La gente quería olvidarse del miedo y del terror pasados en los dos años y medio de la guerra. Unas 8.500 personas, la mayoría de ellas catalanes, fueron asesinados bajo el gobierno de Lluís Companys, más del doble de los muertos que causaría la represión en los diez años siguientes.

El 3 de mayo, La Vanguardia anunció «la primera manifestación de la vida de sociedad de Barcelona, después de su liberación»: un «té de primavera» a beneficio del Hospital del Generalísimo Franco.

La apoteosis se alcanzó al mes siguiente, con la celebración el 25 de junio en el estadio de Montjuic de la primera final de la Copa del Generalísimo, entre el Sevilla FC y el Racing de Ferrol. Como escribió el periódico de los Godó: «Con la victoria y la paz de las armas de Franco ha llegado el momento de que revivan las tardes triunfales del deporte barcelonés». La estrella del partido fue el general José Moscardó, el héroe del Alcázar de Toledo, al que se dedicó en Cataluña una serie de homenajes. La misma edición del diario dedicó dos columnas a la boda de la señorita África Álvarez-Arenas Pacheco con don José M. Ventura Hita.

A finales de mes, atracó en el puerto de Barcelona una escuadra de la Real Armada italiana. La Vanguardia del día 29 dio cuenta a sus lectores del programa de actos. El sábado 1 de julio, después de visitar las chekas «creadas por el Gobierno rojo», banquete en Miramar, ofrecido por el alcalde de la ciudad y a las cinco, té danzante, a bordo. El domingo 2, corrida de toros, con presencia de las tripulaciones y a las diez de la noche, verbena en los jardines del Polo. El lunes 3, excursión a Tarragona, organizada por las autoridades de aquella población.

En la misma edición, aparecía una crónica sobre la visita del general italiano Sandro Piazzoni, que, en compañía del general Francisco García-Escámez y del séquito «marcharon en auto a Sitges, que visitaron, almorzando más tarde en el restaurante de la Piscina, que se encontraba muy animado».

La Vanguardia del 15 de julio daba cuenta de los preparativos para la Fiesta del Carmen en Gerona y la Fiesta de la Marinería en Tarragona. En las cercanías de esta última ciudad, además se encontraron los cadáveres de tres hombres identificados, "vilmente asesinados en agosto de 1936".

El 18 de julio, el diario publicó crónicas sobre la celebración de la Fiesta de Exaltación del Trabajo, que transcurrió en el domingo 16. Los empleados de La Canadiense la habían celebrado el lunes, por lo que la empresa eléctrica cerró todas sus dependencias.

Además, alcalde de Barcelona, Miguel Mateu y Pla, envió «un expresivo telegrama de felicitación en nombre de la ciudad y de la Corporación municipal, a la Excma. señora doña Carmen Polo de Franco, con motivo de la celebración de su fiesta patronímica».

Sí, la Barcelona franquista era una fiesta. ¡Y luego algunos catalanes dicen de los sevillanos, que enlazan la Semana Santa, la Feria de Abril, el Corpus, las vacaciones de verano, y ya no dan golpe hasta septiembre!

Pedro Fernández Barbadillo

¿QUIÉN QUIERE REACTIVAR LA GUERRA EN SIRIA?

Siete años después del inicio de la guerra contra Siria, a través de grupos yijadistas, los partidarios de la destrucción de este país árabe pretenden reactivar el conflicto a pesar de la indiscutible derrota que ya han sufrido en el terreno, donde la población —después de un momento de vacilación— optó masivamente por respaldar la República Árabe Siria. Este intento de reanudar la guerra, como partiendo de cero, sólo tendría sentido si el objetivo ya no fuese el mismo.

Hala, una niña de 6 años, es la portavoz que el MI6 británico ha escogido para «denunciar» un futuro ataque químico contra la población de Idlib, atribuyéndolo al «régimen sirio». Como en los casos anteriores, se trata de justificar una intervención militar extranjera contra Siria.

Creado en enero de 2018 en Washington, bajo la presidencia del estadounidense David Satterfield, el «Pequeño Grupo» (Small Group) buscaba reactivar el proyecto Rumsfeld-Cebrowski de destrucción de los Estados y sociedades en los países del Medio Oriente en general y, en particular, en Siria. El Pequeño Grupo se componía inicialmente de Arabia Saudita, Estados Unidos, Francia, Jordania y Reino Unido, dándose por sentado que los países árabes miembros no serían destruidos a corto plazo.

Secreto en el momento de su creación, el Pequeño Grupo se ha convertido poco a poco en una entidad pública a la que se integraron Alemania y Egipto. Al parecer se hizo también más razonable y ahora da la impresión de estar buscando una salida honorable a la crisis. Incluso ha entrado en contacto con el Grupo de Astaná (Irán, Rusia y Turquía).

Pero el Reino Unido ha reactivado el proyecto contra Siria con la preparación de una operación bajo bandera falsa en la zona de Kfar Zita. Para realizar esa nueva provocación, varios especialistas de la firma Olive han sido enviados al terreno y cierta cantidad de armas químicas han llegado a la provincia siria de Idlib mientras que los White Helmets (Cascos Blancos) secuestraban 44 niños, que el MI6 británico piensa sacrificar para atribuir sus muertes a un «ataque químico» del Ejército Árabe Sirio contra los «rebeldes».

El MI6 ya tenía organizada la divulgación de esta nueva intoxicación mediante el «testimonio» que ofrecería Hala [la niña de 6 años cuya foto acompaña este trabajo]. Para eso creó, el 29 de julio, una cuenta en Twitter a nombre de Hala, cuenta a la que se suscribieron de inmediato unos 30 medios de prensa, en espera de la señal de inicio de la Operación «Eyes on Idlib». Entre esos medios de propaganda aparecen la BBC, Radio Free Europe/Radio Liberty, BuzzFeed y The Huffington Post, que participan todos, de manera activa y consciente, en la propaganda de guerra británica.

Simultáneamente, el Pentágono ha desplegado en el Golfo Pérsico el destructor USS The Sullivans (DDG-68), con 56 misiles crucero a bordo, y ha enviado a la base aérea de Al-Udeid, en Qatar, un Rockwell B-1 Lancer, armado con 24 misiles crucero aire-tierra AGM-158 JASSM.

Un B-1B Lancer volando sobre el Océano Pacífico

Está demostrada la responsabilidad de la primer ministro británica Theresa May en las acciones del MI6. Pero no se sabe quién ordenó el despliegue militar estadounidense.

Marchando —como siempre— tras los pasos de Londres, el presidente francés Emmanuel Macron teorizó la semana pasada sobre la reanudación de la guerra contra Siria ante los embajadores franceses reunidos en su encuentro anual en París. Ignorando la decisión del pueblo sirio, que eligió a su actual presidente acudiendo masivamente a las urnas en 2014, el presidente francés Macron hizo una declaración especialmente hipócrita en la que en realidad propone decidir en lugar de los sirios: «Respetemos la soberanía de Siria. Pero respetémosla verdaderamente, permitiendo al pueblo expresarse y encarnarla».

Los autores del plan destinado a justificar una nueva agresión occidental contra Siria saben perfectamente que, ante el pueblo sirio, ya perdieron la guerra. Lo que quieren ahora es provocar un enfrentamiento con Rusia, que se convertiría rápidamente en una guerra mundial.

Siria y Rusia reaccionaron sin demora, denunciando los hechos, o sea todos los preparativos de la provocación. Rusia ha enviado además importantes cantidades de material militar al puerto sirio de Tartús, en el portacontenedores Sparta-3. Moscú ha reforzado también su presencia naval frente a la costa de Siria —10 navíos de guerra y 2 submarinos rusos— y ha iniciado en la zona una gran maniobra aeronaval en la que participan 25 barcos de guerra y unos 30 aviones.

Extremadamente inquieto, el Departamento de Estado estadounidense acaba de enviar el embajador James Jeffrey a calmar los ánimos en los países de la región. Jeffrey visitará Israel, Jordania y Turquía en compañía del coronel de la inteligencia militar Joel Rayburn, adjunto del asistente del secretario de Estado a cargo del Medio Oriente, David Satterfield. Los dos enviados estadounidenses deben asegurar a sus interlocutores que Washington no se prepara para bombardear Siria bajo un nuevo pretexto fabricado.

Pero si los interlocutores regionales de la delegación estadounidense reúnen el coraje necesario, tendrán que solicitar algunas precisiones. Por ejemplo, ¿el asistente del secretario de Estado a cargo del Medio Oriente —David Satterfield— está aplicando la nueva política del presidente Donald Trump o en realidad prosigue la política de George Bush hijo y de Barack Obama?

Y tendrían que hacer también una pregunta que puede parecer todavía más extraña. La posición de Londres es claramente anti-rusa y la de la Casa Blanca evidentemente proestadounidense. Pero, ¿cuál es exactamente la línea del Pentágono?

Fuente: http://www.voltairenet.org/article202704.html

DE QUÉ MANERA LA ADMINISTRACIÓN DE LA ONU ORGANIZA LA GUERRA.

El documento interno de la ONU que acabamos de publicar demuestra que la administración de las Naciones Unidas actúa en contra de los objetivos de la organización internacional. La situación es tan grave que se impone una explicación del secretario general, Antonio Guterres, explicación ya exigida en estos días por el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov. A falta de esa explicación, los Estados miembros podrían poner en tela de juicio la viabilidad de la ONU.

El ex-asistente de la secretaria de Estado Hillary Clinton, Jeffrey Feltman, presta juramento, el 2 de julio de 2012, sobre la Carta de las Naciones Unidas y ante el corrupto Ban Ki-moon, secretario general de la ONU.

En octubre de 2017, el subsecretario general de la ONU a cargo de los Asuntos Políticos, el estadounidense Jeffrey Feltman, redactaba en secreto una serie de instrucciones dirigidas a todos los órganos de la ONU sobre la actitud que debían adoptar en relación con el conflicto en Siria.

Los Estados miembros de la ONU, ni siquiera los miembros del Consejo de Seguridad, nunca fueron informados de la existencia de esas instrucciones, hasta que el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, las reveló, el pasado 20 de agosto.

La Red Voltaire acaba de obtener una copia de esas instrucciones.

El contenido de ese documento está en contradicción flagrante con los principios recogidos en la Carta de las Naciones Unidas, cuyas prioridades invierte. Mientras que la Carta de las Naciones Unidas estipula que el principal objetivo de la ONU es «mantener la paz y la seguridad internacionales», las instrucciones de Feltman anteponen a ese objetivo el «respeto de los derechos humanos». En resumen, esos derechos se utilizan como instrumento contra la paz.

La expresión «derechos humanos» ya existía antes de que se le hallara un sentido jurídico, o sea antes de que se pudiera utilizar en un tribunal. El ministerio británico de Exteriores la utilizó frecuentemente, en el siglo XIX, para justificar algunas de sus guerras. Por ejemplo, asegurando que era por los derechos humanos que el Reino Unido estaba dispuesto a luchar contra el imperio otomano. En realidad, se trataba de un enfrentamiento entre dos imperios con intereses opuestos. Los pueblos supuestamente «liberados» por Londres no fueron nunca más felices bajo el imperio británico que bajo el otro imperio. En el siglo XX, los «derechos humanos» fueron inicialmente la marca de fábrica de las ONGs «sin fronteras», antes de convertirse en el eslogan de los trotskistas que habían acabado poniéndose del lado de la CIA: los neoconservadores.

La Carta de las Naciones Unidas menciona 6 veces la expresión «derechos humanos», pero no la convierte en un ideal en sí. Sólo la paz puede garantizar el respeto de los derechos humanos. La guerra —¿acaso hace falta recordarlo?— es un periodo caótico que anula los derechos individuales. Es una situación terrible en la que hay que aceptar el sacrificio de muchos para salvar todo un pueblo.

Es precisamente por eso que existe una diferencia entre la policía y el ejército. La policía protege los derechos individuales mientras que el ejército protege los derechos colectivos. La policía tiene que respetar los «derechos humanos» mientras que el ejército puede verse obligado a ignorarlos. Parece que nuestros contemporáneos, postrados en su propio confort, han olvidado el sentido de esas diferencias elementales.

La evocación abusiva de los «derechos humanos» sirvió inicialmente de disfraz a las conquistas territoriales. Pero, hoy en día, su interpretación extremista se ha convertido en la ideología que justifica la destrucción de las estructuras mismas del Estado-nación. Tratan de convencernos de que, para que nuestros derechos sean respetados, tenemos que ser «ciudadanos del mundo» y aceptar una «sociedad abierta», «sin fronteras», bajo la administración de un «gobierno mundial».

Eso es ignorar la historia y la cultura de cada uno de esos «ciudadanos del mundo», imponerles lo que a nosotros nos parece mejor… para ellos.

En este nuevo documento de Jeffrey Feltman, los «derechos humanos» aparecen otra vez como pretexto. Este personaje fue miembro de la «Autoridad Provisional de la Coalición» —la denominación abusiva de una entidad que gobernó Iraq siendo en realidad una empresa privada concebida según el modelo de la Compañía de Indias—, mostrando así el poco respeto que sentía por los derechos de los iraquíes.

En el caso de Siria, Feltman expresó su verdadero objetivo en una serie de documentos conocidos como el «Plan Feltman». En ese «Plan», Feltman se plantea abrogar la soberanía del pueblo sirio e instaurar en Siria, como se hizo en Iraq, una administración extranjera.

Ahora, Feltman escribe con la mayor tranquilidad:
«El Plan de Acción Humanitaria debe seguir teniendo el mismo carácter para garantizar que la ONU pueda llevar a cabo las actividades esenciales para salvar vidas y garantizar las necesidades esenciales de los pobladores. Las actividades de desarrollo o de reconstrucción fuera de ellas deberán ser reflejadas en otros marcos que, por naturaleza, serán negociaciones más largas con los gobiernos. Eso es esencial habida cuenta de las cuestiones jurídicas y políticas complejas en juego».
En otras palabras, «denle de comer a los refugiados pero no luchen contra el hambre que los atenaza, para que el hambre siga siendo para nosotros un argumento en las negociaciones con el Estado sirio».

Jordanos, libaneses, turcos y europeos se sorprendarán al leer:
«La ONU no favorecerá el regreso de los refugiados y personas desplazadas pero apoyará a los repatriados para garantizar el carácter seguro, digno, informado, voluntario y duradero del regreso y de la reintegración, así como el derecho de los sirios a buscar asilo».
O sea, retomando la teoría de la profesora Kelly Greenhill, Feltman no desea ayudar a los exiliados a regresar a su Patria sino que pretende utilizar el éxodo para debilitarla.

«La asistencia de las Naciones Unidas no debe beneficiar a las partes acusadas de haber cometido crímenes de guerra o crímenes contra la humanidad», agrega Feltman, con lo cual prohíbe y condiciona toda ayuda a cualquier poder.

Y también plantea que «sólo cuando una transición política verdadera e inclusiva haya sido negociada por las partes estará la ONU dispuesta a facilitar la reconstrucción». Eso está muy lejos del ideal expresado en la Carta de las Naciones Unidas.

Documentos adjuntos 

Fuente: http://www.voltairenet.org/article202711.html

Carta abierta al presidente Trump sobre las consecuencias del 11 de Septiembre.


Señor Presidente,

En su país nunca hubo juicios por los crímenes del 11 de Septiembre de 2001. Dirijo a usted esta carta como el ciudadano francés que primero denunció las incoherencias de la versión oficial y que abrió mundialmente el debate sobre la búsqueda de los culpables.

Cuando somos llamados a hacer el papel de jurado en un tribunal penal, estamos llamados a determinar si el sospechoso que nos presentan es culpable o no y, posiblemente, a decidir la pena que debe aplicársele. Ante los acontecimientos del 11 de Septiembre, la administración de George Bush hijo nos dijo que el culpable era al-Qaeda y que el castigo sería el derrocamiento de todos los que habían ayudado a al-Qaeda, o sea los talibanes afganos y, después, el régimen iraquí de Sadam Husein.

Pero existen numerosos indicios que desmienten esa tesis de manera irrefutable. Si fuésemos jurados, tendríamos que declarar objetivamente a los talibanes y al régimen de Sadam Husein inocentes, al menos de ese crimen. Por supuesto, no por ello sabríamos quién es el verdadero culpable y eso nos sumiría en un sentimiento de frustración. Pero no podemos aceptar que se condene a quienes no cometieron ese crimen, sólo porque nosotros no hemos sabido, o podido, encontrar a los verdaderos culpables.

Todos hemos entendido ya que altas personalidades estaban mintiendo cuando el secretario de Justicia y el director del FBI, Robert Mueller, publicaron los nombres de los 19 supuestos participantes en los secuestros de los aviones implicados en los hechos del 11 de Septiembre. Y lo supimos porque ya teníamos las listas de todos los pasajeros de los aviones, divulgadas por las compañías aéreas, y ninguno de aquellos sospechosos aparecía en dichas listas.

Basándonos en esos elementos sospechamos del «Gobierno de Continuidad», instancia encargada de tomar el lugar de los responsables electos si estos muriesen en una confrontación nuclear. Emitimos entonces la hipótesis de que tras aquellos atentados se escondía un golpe de Estado, planificado según el método concebido por Edward Luttwak, consistente en mantener, en apariencia, el ejecutivo que ya estaba en el poder, pero obligándolo a aplicar una política diferente.

Inmediatamente después de los acontecimientos del 11 de Septiembre, la administración de Bush hijo adoptó, en cuestión de días, varias decisiones: 
—Creó el Departamento de Seguridad de la Patria (Homeland Security) e hizo votar en el Congreso un voluminoso código antiterrorista —redactado mucho antes de los atentados—, la llamada Ley o Acta Patriótica (USA Patriot Act). Redactado para los casos que la administración pueda decidir calificar como «terrorismo», ese texto suspende la Carta de Derechos (Bill of Rights) en la que se sustentó la gloria de su país. La «Ley Patriótica» desequilibra las instituciones estadounidenses y garantiza, dos siglos más tarde, el triunfo de los grandes propietarios que redactaron la Constitución y la derrota de los héroes de la Guerra de Independencia que exigieron que se agregara a aquella Constitución la Carta de Derechos. 
—El secretario de Defensa Donald Rumsfeld creó la «Oficina de Transformación de la Fuerza» (Office of Force Transformation), bajo la dirección del almirante Arthur Cebrowski, quien de inmediato presentó un plan —concebido desde mucho antes— para controlar el acceso a los recursos naturales de los países del sur. Ese plan exigía la destrucción de las estructuras mismas de los Estados y sociedades en los países de la mitad del mundo aún no globalizada. Simultáneamente, el director de la CIA inició la «Matriz del Ataque Mundial», un conjunto de operaciones secretas en 85 países cuyos Estados y sociedades Rumsfeld y Cebrowski querían destruir. Estimando que sólo se mantendrían estables los países cuyas economías estaban globalizadas, y que los otros serían destruidos, los verdaderos organizadores del 11 de Septiembre pusieron las fuerzas armadas de Estados Unidos al servicio de intereses financieros transnacionales. Traicionaron así a Estados Unidos y lo convirtieron en el brazo armado de los depredadores.

Hace 17 años que estamos viendo las consecuencias que ha tenido para los conciudadanos de usted, Presidente, el gobierno de los sucesores de aquellos que redactaron la Constitución y se opusieron en su época —sin éxito— a la «Carta de Derechos». Esas consecuencias son que los ricos se han convertido en súper ricos mientras que la clase media se ha reducido a la quinta parte de lo que fue y la pobreza se ha extendido.

Vemos también la aplicación de la estrategia Rumsfeld-Cebrowski: supuestas «guerras civiles» han destruido casi todo el Medio Oriente ampliado. Desde Afganistán hasta Libia, pasando por Arabia Saudita y Turquía —dos países que ni siquiera han estado en guerra—, ciudades enteras han sido borradas del mapa.

En 2001, sólo dos ciudadanos estadounidenses, dos promotores inmobiliarios, denunciaron las incoherencias de la versión de la administración Bush Jr. Fueron el demócrata Jimmy Walter, quien acabó viéndose obligado a exiliarse, y usted mismo. Usted entró entonces al mundo de la política y acabó siendo electo presidente.

En 2011, vimos como el entonces comandante del AfriCom era separado de su cargo —en beneficio de la OTAN— por haberse negado a respaldar a al-Qaeda en su papel de fuerza terrestre que debía destruir la Yamahiriya Árabe Libia. Vimos después como el LandCom de la OTAN organizaba el apoyo de Occidente a los yijadistas en general y a al-Qaeda en particular en el intento de derrocamiento emprendido contra la República Árabe Siria.

O sea, los yijadistas, considerados «combatientes de la libertad» (Freedom fighters) cuando combatían a los soviéticos, considerados después «terroristas» en tiempos del 11 de Septiembre, se convertían nuevamente en los aliados del Estado Profundo que en realidad nunca dejaron de ser.

Vimos con inmensa esperanza los pasos que dio usted para suprimir uno a uno todos los apoyos que tenían los yijadistas. Con esa misma esperanza inmensa le vemos hoy a usted dialogar con su homólogo ruso para que vuelva la vida al devastado Medio Oriente. Y es con el mismo grado de inquietud que vemos a Robert Mueller, hoy convertido en fiscal especial, proseguir la destrucción de su patria arremetiendo contra la función presidencial que usted ejerce.

Señor Presidente, no son usted y sus conciudadanos los únicos que sufren a causa de la diarquía que se ha instalado en Estados Unidos desde el golpe de Estado del 11 de Septiembre. El mundo entero es víctima.

Señor Presidente, el 11 de Septiembre no es historia antigua. El 11 de Septiembre fue el triunfo de intereses transnacionales cuyo peso se abate hoy no sólo sobre el pueblo estadounidense sino sobre toda la Humanidad que aspira a la libertad.

Londres vuelve a la carga con el «caso Skripal».


La primer ministro británica, Theresa May, anunció a la Cámara de los Comunes, el 5 de septiembre de 2018, que Scotland Yard ha logrado identificar a los autores del envenenamiento de Serguei Skripal y su hija Yulia, en el que también resultó afectado un sargento de la policía.

Según las autoridades británicas, los culpables son dos rusos (ver foto), identificados como Alexander Petrov y Ruslán Boshirov —nombres y apellidos muy comunes en Rusia—, que llegaron de Moscú al aeropuerto de Gatwick, el 2 de marzo a las 15 horas, y volvieron a Moscú 2 días después, el 4 de marzo.

El Reino Unido emitió una orden de arresto europea pero no ha presentado pedido de extradición a Rusia, cuya Constitución impide la extradición de sus ciudadanos.

El gobierno de la Federación Rusa respondió de inmediato que no conoce a esas personas y solicitó a Londres que le transmita las huellas dactilares de los sospechosos ya que el procedimiento británico de solicitud de visas para los ciudadanos rusos incluye el registro de las huellas dactilares del solicitante.

El gobierno de Theresa May se negó a satisfacer el pedido de Moscú, con lo cual hace imposible la búsqueda en Rusia de los supuestos culpables e impide la verificación de las acusaciones británicas.

A lo largo de los siglos XIX y XX, Londres ha recurrido en numerosas ocasiones a la utilización de pruebas falsas para lanzar todo tipo de acusaciones contra Moscú. Por ejemplo, en 1924, los conservadores denunciaron un falso intento soviético de influir en las elecciones británicas.

CARTA ABIERTA AL PAPA

A veces uno se siente «en una soledad, poblada de aullidos»

Sin ser creyente, siento gran respeto por la cultura católica, raíz fundamental de la cultura española. Solo tengo que viajar un poco por el país para percatarme de la acumulación inmensa de arte, belleza y cultura en general que ha producido; y repasar la historia para constatar el altísimo número de escritores, artistas y pensadores generados por la Iglesia española a lo largo de siglos.

Pero durante la pasada guerra civil, la Iglesia sufrió la persecución quizá más sangrienta y sádica de su historia, abundantemente documentada. Unos 7.000 clérigos fueron asesinados cruelmente así como numerosos cristianos por el hecho de serlo, miles de templos, monasterios, ermitas, bibliotecas y centros de enseñanza fueron incendiados y expoliados. Aquellas acciones constituyen técnicamente un genocidio, el único perpetrado en aquella contienda, y se realizó en nombre de una democracia o libertad negadas por los propios partidos que lo cometieron: se trataba de totalitarios socialistas y estalinianos, más ácratas, auxiliados por golpistas y grupos racistas-separatistas. Los cuales, por cierto, también  se persiguieron y masacraron abundantemente entre ellos mismos. Y  si el exterminio de la Iglesia no fue total, se debió primordialmente al general Francisco Franco, que derrotó a los exterminadores, restableció el culto y favoreció extraordinariamente a la Iglesia tras haberla salvado, literalmente, de la aniquilación en España.

Cabría pensar que aquellos partidos, una vez vencidos, habrían recapacitado, se habrían vuelto demócratas y abandonado las exaltaciones que les llevaron a tales crímenes. De haber aprovechado la lección de la historia, habría sido posible una reconciliación por otra parte necesaria para evitar el resurgir de los odios. Pero vemos que no es así. Hoy proliferan, en la calle y en la prensa, burlas, insultos y agresiones como las que preludiaron la Gran Persecución. Y el PSOE —en el poder sin pasar por elecciones y apoyado por los partidos auto-considerados herederos de los mismos genocidas— planea una cumplida venganza empezando por ultrajar la tumba de Franco, destruir el Valle de los Caídos o su significación, acosar a la Iglesia y suprimir las libertades de opinión, expresión, investigación y cátedra para cuantos discrepen de la versión de la historia fabricada por los suyos, al modo de países como Corea del Norte o Cuba.

Por la significación histórica de Franco, calumniado de los modos más burdos y odiosos; por el hecho de tratarse de un edificio religioso de primera categoría debido a su magnitud, originalidad  y austera belleza; por el ataque que supone a la libertad de los cristianos, es decir, de todos, porque las libertades son indivisibles… Por todo ello consideramos muchos, creyentes y no creyentes, que tiene Vd, como máximo representante de la Iglesia Católica, referente moral de cientos de millones de personas, el deber ineludible de usar su gran autoridad moral y espiritual para oponerse a la tremenda fechoría  que proyectan unos continuadores de aquel Frente Popular que jamás han expresado pesar alguno por su terrible persecución. Comprendo que la Iglesia afronta otros problemas muy serios, pero no salir al paso de este sería generalmente interpretado como omisión de auxilio e incluso colaboración pasiva con el crimen; y ni yo ni millones de otros españoles creemos que tal cosa pueda ocurrir.

MANIFIESTO CATÓLICO POR FRANCO

Los actuales planes del gobierno —secundado con más o menos fervor por los demás partidos en las Cortes— de profanar y ultrajar los restos de Franco, han dado lugar a un manifiesto en contra firmado por numerosos militares. Creo indispensable otro de los católicos en el mismo sentido, para el que propongo el siguiente texto u otro semejante.

Como es sabido, el Frente Popular fue esencialmente una alianza de separatistas, totalitarios y golpistas, con fuertes  rivalidades y odios internos, manifiestos en represalias, torturas y asesinatos entre ellos, cosa que se trata de olvidar, borrando arbitrariamente parte significativa de la realidad histórica. No obstante esos odios, había al menos una cosa en la que estaban todos de acuerdo: la Iglesia católica debía ser aniquilada y erradicada del presente y en lo posible del pasado de España.

Nadie puede negar, con un mínimo de rigor, que la Iglesia, con cerca de 8.000 sacerdotes y religiosas martirizados en la guerra civil (entre ellos 119 jesuitas que decidieron quedarse en la clandestinidad) consideró a Franco como su salvador, entre otras cosas porque los obispos de entonces (trece de ellos fueron brutalmente asesinados) tenían muy presente la horrible persecución que acababan de sufrir.

En consecuencia, el Frente Popular organizó durante la guerra civil y aún antes, el exterminio, a menudo con sadismo extremado, del clero y de muchas personas distinguidas por su catolicismo,  la destrucción sistemática de templos, a menudo de gran mérito artístico, monasterios de poso histórico, bibliotecas valiosísimas y hasta cruces de los cementerios. Se trató, técnicamente, de un genocidio. Esa labor fue acompañada del saqueo de bienes y tesoros artísticos, utilizados luego para asegurar un exilio bien llevadero a los dirigentes. En esa tarea participaron todos los partidos, unos con más intensidad que otros, y alguno encubriendo o justificando la persecución ante el exterior. Una persecución que acarreó un grave descrédito al Frente Popular en los países democráticos, incluso en aquellos tradicionalmente hostiles al catolicismo, donde la mayor parte de la opinión pública la vio como la explosión de barbarie que sin duda fue.

La razón de esa política que, mirada en retrospectiva, deja una impresión de alucinamiento, estribaba y estriba en la noción ideológica de que la Iglesia era la causante de un atraso español muy exagerado por la propaganda de esos partidos; y de todos los males sociales concebibles. Por tanto su influjo debía ser sustituido por el de unas ideologías que traerían al país, o a algunas de sus regiones separadas, una brillante ilustración, libertad y prosperidad. De hecho se trataba de ideologías importadas y vulgarizadas al nivel de simples consignas, que no solo originaban odio a la Iglesia, sino entre esas mismas ideologías. Quizá fue ello lo que llevó al escritor liberal Gregorio Marañón, uno de «los padres espirituales de la república», a tacharlas acremente de «estupidez y canallería». No hará falta extenderse sobre las realidades que han generado en varios países europeos.

Pero cualquiera sea la opinión sobre la Iglesia o las ideologías hostiles a ella, el hecho histórico evidente es que el cristianismo constituye la base y raíz de la cultura tanto española como europea, habiendo generado una acumulación simplemente gigantesca de arte, ciencia y pensamiento manifiesta en la obra de miles de escritores, arquitectos, pintores, pensadores o científicos. Este mero hecho exige, tanto para creyentes como para no creyentes, una actitud de esencial respeto, cualquiera sea su criterio sobre la relación actual entre religión y política. La experiencia prueba que la pérdida de ese respeto conduce directamente a la barbarie, como ocurrió en España.

Pues bien, los católicos, y los no católicos que admitimos estas evidencias, tenemos la absoluta obligación moral y política de reconocer la importancia histórica de Francisco Franco en el salvamento de la Iglesia y de la cultura cristiana. Esta obligación corresponde en primer lugar al papa, los obispos y otras jerarquías eclesiásticas. Y por tanto, debemos denunciar y oponernos con energía a los planes del actual gobierno de ultrajar los restos de aquel gran personaje histórico. No deben admitirse en modo alguno sus pretensiones de encubrir con la bandera de la democracia unos designios radicalmente antidemocráticos, provocadores de odios que nos retrotraen precisamente a aquellos tiempos de barbarie.

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