FRANCO EN HECHOS Y CIFRAS

Ante el «Himalaya» de canalladas y mentiras de los socialistas y comunistas más cutres y radicales de Europa, y los separatistas enemigos de España, sin que los cobardes del PP y Ciudadanos que van a perder mas de 500.000 votos (o más) a manos de VOX, sean capaces de proclamar la verdad, ante quienes fueron los verdaderos culpables de la Guerra Civil, que la buscaron ardientemente porque pensaban ganarla con facilidad y así aplastar definitivamente a la media España que no pensaba como ellos, imponiendo a los españoles una férrea dictadura estalinista, es imprescindible explicar con hechos y cifras indiscutibles, quien fue en realidad el General Franco, el mejor Jefe de Gobierno que ha tenido esta nación en 400 años, porque fue quien más la modernizó y la enriqueció de todos los Reyes y Jefes de Gobierno anteriores y con una diferencia abismal. Al final de su vida había convertido un país tercermundista en la octava potencia económica del mundo y creado una poderosa y dinámica clase media.

Francisco Franco, invicto

Los tribunales franceses acaban de definirle como «militar heroico», en respuesta a un grupo de izquierdistas radicales, unos miserables a quienes solo importan sus muertos y no la decenas de miles de asesinatos que ellos cometieron, que habían pedido retirar a Franco la Gran Cruz de la Legión de Honor la mas alta distinción de este país, explicando que «Franco ha sido un militar heroico», algo históricamente indiscutible. Después del fracasado golpe de Estado de socialistas y separatistas en octubre de 1.934 contra el legítimo Gobierno de la República para imponer una dictadura «popular», en febrero de 1.936 después de un clamoroso fraude electoral, el Frente Popular (socialistas, comunistas y separatistas, los mismos que gobiernan hoy) se hizo con el poder. Masas izquierdistas produjeron graves alteraciones del orden público en toda España, el nuevo Gobierno renunció a cumplir la legalidad y la Constitución desde el momento cero, buscando la revolución y el aplastamiento de sus oponentes sin contemplaciones.

Ante esta ruptura de la legalidad por parte del Gobierno del Frente Popular y el caos y la violencia subsiguientes: quema de iglesias, ocupaciones de tierras, asesinatos... Un grupo de militares encabezados por Sanjurjo y por Mola, empezaron a preparar un golpe de Estado. Como explica Anthony Beevor en su libro GUERRA CIVIL ESPAÑOLA, el mejor de un extranjero a día de hoy, «los generales no se sublevaban contra el gobierno sino contra la total ausencia de gobierno». A pesar de todo, Franco no se había comprometido con el golpe. El 23 de Junio de 1936 Franco envió una carta al ministro de la Guerra Casares Quiroga, advirtiéndole del grave malestar del Ejército y pidiéndole respetuosamente que pusiera fin a ese estado de cosas. Casares, que como el resto del gobierno estaba deseando ardientemente el ir a una Guerra Civil que pensaban ganar fácilmente, implantando un régimen revolucionario similar al de la URSS, ni siquiera le contestó.

Mola estaba tan exasperado con la actitud de Franco, que decidió prescindir de él: «con Franquito o sin Franquito seguiremos adelante con el Alzamiento». Pero el 13 de Julio un grupo de la guardia personal de Indalecio Prieto, «la motorizada»,  asesinan al líder de la oposición Calvo Sotelo, «fueron a su casa, le sacaron de la cama, se lo llevaron en un coche y lo mataron a tiros».  Al día siguiente, el Gobierno, en lugar de detener a los asesinos manda detener a gentes de derechas, Franco pierde entonces toda esperanza y se une al Alzamiento. «Franco fue la figura pública mas sensata en una situación claramente pre-revolucionaria». Llamar «gobierno democrático» a un conjunto de socialistas golpistas, comunistas a las órdenes de Stalin, anarquistas y separatistas es una burda manipulación de la realidad.

Una semana después del Alzamiento, el balance resultaba tan extraordinariamente favorable para el Frente Popular, que las posibilidades de los sublevados parecían tan nulas, que un Prieto eufórico afirmaría: «Podría ascender hasta la esfera de lo legendario el valor de quienes se han alzado en armas contra la República, y aún así serían inevitablemente, inexorablemente, fatalmente vencidos». Dos meses y medio después con una columna de solo 5.000 hombres Franco estaba a las puertas de Madrid, y los ministros y altos responsables del Frente Popular huirían como ratas y no volverían jamás dejando Madrid abandonado a su suerte, que tan solo 150 tanques rusos T-24, los mejores del mundo en ese momento, 200 aviones soviéticos todos con tripulaciones rusas, pagadas con el saqueo del oro del Banco de España, y las brigadas internacionales lograron salvar in extremis.


Durante la guerra, Franco (solo un buen jefe de batallón, según el falsario de Preston, que se ha hecho rico escribiendo la versión frentepopulista de la guerra, y dando conferencias a precio de oro en los lugares gobernados por los socialistas, y que ahora  trabaja para los separatistas catalanes), jamás perdió una batalla, y las ofensivas de los comandantes comunistas del Frente Popular («unos perfectos incompetentes»), primero las frenó y luego las convirtió en victorias rotundas (Jarama, Brunete, Teruel y finalmente el Ebro, donde logró encajonar y aniquilar a lo mejor que quedaba del ejército rojo, en plenas sierras y campo abierto. Franco jamás quiso plantear batallas en ciudades para evitar su destrucción y la muerte de civiles, las únicas capitales fuertemente dañadas durante la guerra fueron Oviedo y Teruel, ambas por el Frente Popular. Después del Ebro, todas las grandes ciudades, Barcelona, Madrid y Valencia se rindieron sin pegar un tiro.

Franco y el general Fidel Dávila, en el Coll del Moro (Gandesa) durante la batalla del Ebro, en el otoño de 1938

Por cierto para conocimiento de la verdad, manipulada por la izquierda y por los medios vendidos, la guerra civil no produjo «un millón de muertos», una cifra novelesca inventada por Gironella. Las cifras reales ya tan contrastadas que ningún historiador digno de ese nombre discute, son las del exhaustivo estudio de Salas Larrazabal, «La pérdidas de la Guerra Civil». «Operaciones durante la guerra, 145000; civiles víctimas de la guerra, 15000; ejecuciones y homicidios 131000 (de ellos 58000 en zona nacional y 73000 en zona controlada por la República), en el maquis después de la guerra, 10000. Total 301000». Además, de los 58000 fusilados en zona nacional, 22000 los fueron después de la guerra, en su mayoría, chequistas, asesinos convictos, o genocidas como Companys, que se jactaba de haber exterminado a «todos los curas, frailes y monjas de Cataluña», ¡y hoy a favor de sus asesinos!

En Madrid 16449 personas fueron asesinadas por las milicias, frente a 2448 por los vencedores. Los muertos civiles en bombardeos de aviación o de artillería, fueron 126 en el «terrible» bombardeo de Guernica, inmortalizado por el comunista Picasso, y donde el ametrallamiento de civiles fue una burda patraña, 1387 en Madrid y 2304 en Barcelona. Comparados con los de Varsovia, 25800 muertos; Rotterdam, 30000; Londres, 43000 o Hamburgo 45000, demuestran mas allá de toda duda razonable lo que afirmaría en sus memorias, «EMBAJADA EN ESPAÑA», Roberto Cantalupo el embajador italiano en la España nacional, «Franco siempre evitó en lo posible los ataques a ciudades y a civiles, aunque ello condujera a una alargamiento de la guerra».

Con su victoria, Franco salvó a España de una dictadura comunista que hubiera condenado a la miseria y el hambre a los españoles 50 años. Beever lo resume así. ¿qué habría salido de una victoria republicana? Cualquiera que hubiera sido el gobierno en el poder los años de posguerra harían sido tiempos de penalidades. Pero con un gobierno de izquierdas abiertamente comunista, España hubiera quedado reducida a un estado similar al de las repúblicas populares centroeuropeas o balcánicas hasta después de 1989.

Frente a ello, lo conseguido por Franco fue sencillamente un milagro. De un país tercermundista y devastado por la guerra y el criminal aislamiento después de 1.945, se convertiría en 1.975 en la octava potencia económica del mundo (hoy la decimosexta, consecuencia del desastre de la Transición); de una renta per cápita del 40% de la de los seis países fundadores de la CEE en los cincuenta, al 83% en 1975 (hoy hundida al 71 %), de un país donde en 1975 la industria representaba el 36% del PIB, frente al 10% en los cincuenta y al 15% hoy. De una de las mejores enseñanzas públicas de Europa en 1975 a una de las peores hoy, etc, etc. Una realidad indiscutible que los frente populistas llenos de odio y los cobardes de la derecha, ocultan sistemáticamente.

24 de septiembre de 1956: Franco inaugura una central eléctrica en San Esteban del Sil (Orense)

Y esto no fue todo. En octubre de 1940, un Hitler victorioso, exige a Franco en Hendaya la inmediata incorporación de España a la guerra. Con 200 divisiones de élite al otro lado de los Pirineos, 5.500 tanques y 3.400 aviones, Franco no se deja intimidar, y con una habilidad y una sangre fría fuera de lo común (¿se imaginan a la chusma política actual negando a Hitler la entrada en la guerra?), gana tiempo aduciendo que España no esta en condiciones de entrar en la guerra, que el quiere entrar pero no puede, y exige a Hitler unas compensaciones económicas y territoriales a expensas de Francia absolutamente disparatadas, y que sabía que Hitler no podría dárselas. Recordando a la vez que si España era atacada jamás se rendiría y ello como con Napoleón exigiría mas de 60 divisiones como fuerza de ocupación, que Hitler necesitaba para invadir Rusia.

Franco con Hitler en Hendaya

Como explica Beever, «en diciembre, Hitler envió a Canaris a explicar a Franco que tenía preparadas 15 divisiones de infantería y blindados para llevar a cabo la operación Félix ( la toma de Gibraltar), y para fijar la fecha del ataque». Franco se negó y esta vez en redondo. «Cuando Hitler fue informado se enfureció con la “traición” de Franco y escribió a Mussolini pidiendo que le convenciera». «Mussolini aún a sabiendas de que no haría cambiar de opinión a Franco le cito en Bordhiguera», Franco en lugar de contestar el requerimiento de Mussolini le preguntó, «¿si pudiera dar marcha atrás se saldría de la guerra?», y el Duce le contestó afirmativamente. El tema quedó zanjado. «El 6 de febrero de 1.941, Hitler envió un ultimátum a Franco para entrar en la guerra, y este respondió exigiendo tal cantidad de artillería, camiones, tractores, locomotoras, combustible y alimentos que aún para una potencia como el III Reich era inviable». Con los desastres en Grecia y la inminencia de la invasión de Rusia, Hitler no pudo hacer nada.

Encuentro de Franco, con Benito Mussolini en la localidad italiana

¿Cuántos millones de españoles, no los cientos de miles de la guerra civil, si no millones, deben su vida a la habilidad, valentía y firmeza de Franco ante Hitler? Por segunda vez Franco, salvaría a España. Y hoy un pueblo manipulado, engañado y cobarde, piensa que Franco fue un dictador. Y es que como decía mi amigo Camilo José Cela, «si los miserables políticos de la Transición tuvieran vergüenza y honor, se habrían pegado un tiro».

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