Aunque puede parecer inconcebible, Israel ha iniciado un proyecto de expansión territorial que incluye anexar… ¡la capital de Siria! El presidente autoproclamado de este último país, ya parece haber buscado refugio en Idlib, con su familia, bajo la protección de Turquía.
En la etapa del «colectivo Biden» —grupo impostor de la Casa Blanca que suplió con la tramposa cuan ilegal «auto-pen» (apócrifa «auto firma» automatizada) del discapacitado ex presidente—, el corredor geoeconómico proyectado desde la India, pasando por Emiratos Árabes Unidos (EAU), Arabia Saudita hasta Israel y Europa fue descarrilado por el extraño ataque de la guerrilla palestina gazatí Hamas, hoy diezmada al máximo.
El corredor geoeconómico India-EAU-Arabia Saudita-Israel-Europa «respaldado por Estados Unidos» y anunciado en la cumbre del G20, en Nueva Delhi, buscaba «rivalizar con la Nueva Ruta de la Seda de China»[1]. Se conjetura que uno de los objetivos de la «guerra de 12 días» de Israel/Estados Unidos contra Irán era sabotear la encrucijada geoeconómica del país persa, alma del BRICS, para desconectarla tanto de la Ruta de la Seda con China, como del Corredor de Transporte Internacional Norte-Sur, desde Rusia pasando por Azerbaiyán e Irán hasta la India[2].
El Medio Oriente es presa de la colisión de corredores geoeconómicos de las tres superpotencias (Estados Unidos, Rusia y China) que definirán la conectividad tricontinental entre Asia/Medio-Oriente (y África) con Europa. En paralelo, la potencia regional (Israel), apoyada por Trump, como nunca antes en la historia de Estados Unidos, busca imponer su «Corredor David»[3], que conecta a sus dos aliados étnicos y teológicos: los drusos y los kurdos del noreste de Siria (la región de Rojava)[4].
En mi entrevista con NegociosTV, de España[5], expliqué que a Israel le convienen las balcanizaciones en Medio-Oriente con el fin de desmembrar a los países y controlarlos óptimamente. El objetivo del «Corredor David» es posicionar a Israel en la frontera de Iraq para intentar balcanizarlo en tres pedazos, y así alcanzar los límites de Irán para asestarle un jaque nuclear en una de sus 7 fronteras terrestres, que son 9 si se agregan sus otras dos fronteras marítimas en el mar Caspio (antiguo mar de los Jázaros), Rusia y Kazajistán.
El premier Netanyahu choca a destiempo con el golpista sirio Al-Jolani, decapitador profesional —ayer condenado por Estados Unidos por ser líder de una de las ramas de Al-Qaeda/ISIS y por cuya captura se premiaba con 10 millones de dólares, pero hoy santificado como «héroe» por Europa y Washington—, quien aniquila sin distinción a las minorías alauitas, cristianas y drusas.
Israel destruyó el ministerio de Defensa en Damasco, lo cual obligó a la huida del decapitador al-Jolani con su familia a la región norteña de Idlib bajo protección de Turquía. Tanto los multimedia árabes como los de Turquía han empezado a develar el plan israelí y su «Corredor David», que anhela incorporar al mayor número de países desmembrados a los «Acuerdos Abraham».
Abraham, aceptado por las tres religiones monoteístas, fue oriundo de Ur, a 16 kilómetros del río Eufrates, y luego emigró a lo que hoy se conoce como Israel. Cabe señalar que la bandera de Israel ostenta dos franjas azules que representan los dos ríos, el Nilo y el Éufrates, pretendidas fronteras del «Gran Israel»: proyecto talmúdico escatológico del jázaro Netanyahu, de origen polaco y cuyo apellido original es Mileikowsky, cuyo padre fue colaborador de Jabotinsky, doctrinario del revisionismo sionista.
Los kurdos del noreste de Siria, aliados de Israel, se asientan en la cuenca del río Éufrates —el mayor río de Asia sudoccidental de 2800 kilómetros— que nace en Turquía y atraviesa Siria e Iraq. Mediante la anexión de la región drusa siria de las Alturas del Golán y su nueva penetración alrededor del Monte Hermon, Israel emplaza sus tropas a 10 kilómetros de Damasco[6], la capital siria, que su ministro de Finanzas Bezalel Smotrich exige invadir[7].
En plan bromista, en Líbano se maneja que Netanyahu se dispone a colocar una tercera franja azul en su bandera, franja que representaría el río Litani, todavía bajo control de Hezbollah.
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