La ex-presidente de la República Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, está actualmente acusada de traición a la Patria. La justicia argentina la acusa de haber negociado con Irán un acuerdo que puso fin a las acciones legales contra presuntos responsables de los atentados con bombas perpetrados en Buenos Aires, en 1992 y 1994, a cambio de rebajas de precio para las compras argentinas de petróleo.
Pero hace 15 días, el FBI estadounidense proporcionó una serie de análisis de ADN que echan abajo todo el montaje acusatorio contra Irán, país al que se atribuye haber ordenado los atentados, y contra Jezbolá, acusado de haberlos ejecutado.
Por su parte, el ex-director general de INTERPOL, Ronald Noble, acaba de anunciar que está dispuesto a comparecer ante la justicia argentina como testigo de que bajo la presidencia de Cristina Kirchner nunca se solicitó a INTERPOL que anulara las órdenes de arresto contra los sospechosos iraníes.
Ese testimonio deja por tanto sin base la acusación de traición contra la ex-presidente Cristina Fernández de Kirchner.
Un cuarto de siglo después de los hechos, se ha demostrado que el dossier de los atentados perpetrados en Buenos Aires está plagado de manipulaciones provenientes de policías y magistrados, al extremo que se desconoce absolutamente todo lo que antes se daba por sentado sobre los atentados y las actuaciones atribuidas a la ex-presidenta argentina.
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