EL PROCESO DE LA REENCARNACIÓN


Lo que llamamos un «niño» o una «niña» es en realidad un alma recién reencarnada. Actualmente es muy difícil no creer en la reencarnación toda vez que obtenemos un entendimiento preciso de la lógica y filosofía que implica ese fenómeno, y también cuando tomamos conciencia de la multitud de pruebas en constante aumento. Así, es posible que a veces nos preguntemos cómo tiene lugar realmente la reencarnación y qué métodos o etapas comprende.

Sabemos que esto sucede en exacto acorde con la Ley de Karma, pero este artículo en particular no trata sobre ello. Nuestro objetivo aquí es obtener una idea de cómo el alma o Ego en realidad egresa de su estado devachánico y retorna a la vida en el plano físico.

La teosofía ofrece algunas ideas interesantes sobre este tópico e información importante sobre otros misterios relacionados con el proceso del nacimiento. Obviamente nada de esto es un «enigma» para los Maestros de Sabiduría, HPB o William Q. Judge, cofundador del movimiento teosófico y a quien la rusa consideraba especialmente.

Sin embargo, existen muchos otros detalles y aspectos que la Gran Hermandad de Adeptos aún no ha permitido que se den a conocer al público general y, en consecuencia, todo lo que pueden hacer en la actualidad —bajo las restricciones reales de la Ley Cíclica y Kármica— es proporcionar pistas, destellos e indicaciones breves sobre ciertos temas o ámbitos, y tal es el caso respecto del proceso reencarnatorio real.

Nuestra tarea inmediata y apremiante como teósofos es familiarizarnos de forma íntima con una comprensión profunda, precisa y significativa de todo el cúmulo de enseñanza y conocimiento que HPB y WQJ nos han dejado, pues en caso contrario si somos tan perezosos para molestarnos en estudiar esos contenidos, entonces ¿qué derecho tenemos para conocer más detalles?

Sin embargo, podemos aprovechar esta oportunidad para obtener algunos esbozos. En «The Secret Doctrine Dialogues» y respondiendo a la pregunta de un alumno, Blavatsky sostiene: «La célula germinal contiene sólo la semilla o forma astral. El padre planta la semilla en el suelo de la materia. (…) La mónada eclipsa al feto sólo en el séptimo mes y entra por completo en el infante una vez que adquiere conciencia. Por así decirlo la entidad devachánica envuelve al nuevo ser, pero comienza su proceso de asimilación sólo después del primer rayo de conciencia, aproximadamente hacia los siete u ocho meses, y por lo tanto no ingresa en él. Comienza a eclipsarlo y está allí guiado por la ley kármica, pero no entra inmediatamente» (p. 559).

La Doctrina Secreta, obra maestra de HPB publicada en 1888, demostró ser una buena herramienta para la investigación seria de los estudiantes. Las preguntas sobre el libro y sus temas, particularmente la cosmogénesis, fueron el tema de las reuniones semanales de la Logia Blavatsky.

Basados en esa declaración y también en lo que han aseverado HPB y los Maestros en otros pasajes, podemos exponer los siguientes hechos:

—La semilla del padre, que comienza a crecer y tomar forma en la madre, contiene únicamente la semilla del linga sharira o cuerpo astral.

—Sabemos que el cuerpo astral precede y sobrevive al cuerpo físico y es el marco, molde o antetipo invisible y sutil en torno al cual se construye el cuerpo material.

—La concepción da como resultado el comienzo en la formación del nuevo cuerpo astral, que pronto se reviste con la capa exterior del cuerpo físico.

—Aunque dicha forma todavía no está realmente «animada», se halla unida de una manera determinada y concreta con el Ego entrante desde el momento de la concepción.

—En dicho momento, el Ego todavía se encuentra en el estado de Devachan, por lo que se describe esta conexión como «la entidad devachánica».

—Para entonces, su tiempo en Devachan está casi terminado y ahora comienza a «envolver», «iluminar» y «eclipsar» la pequeña forma que en cuestión de meses se convertirá en su nuevo vehículo físico.

—El punto anterior es uno de los numerosos motivos por los que la teosofía no está en favor del aborto y explica por qué HPB no dudó en describirlo como «asesinato», «la destrucción deliberada y pecaminosa de la vida», «interferencia con las operaciones de la Naturaleza y por lo tanto con el karma de la madre y el futuro ser humano» y «un crimen contra la Naturaleza».

—En torno al séptimo mes de embarazo se inicia el «proceso de asimilación» real y adecuado, en que la parte inferior y personal del ego se conecta con el nuevo cuerpo. Inclusive después del nacimiento, la parte superior del alma (Manas superior) por lo general no se vincula sólida y completamente con la nueva personalidad hasta los siete años de edad. Debido a ciertos aspectos relacionados con este punto, los niños fallecidos antes de los siete años tienden a reencarnarse de inmediato o casi de inmediato. 

—La conexión creciente del devachani con su nuevo vehículo físico se relaciona con la última parte de lo descrito por el Maestro KH:
«Como en la vida real terrestre, así también para el Ego en devachan (el primer revoloteo de la vida psíquica, el logro de las mejores condiciones, el agotamiento gradual de la fuerza que pasa a la semiinconsciencia, el olvido gradual y letargo) no existe la muerte, sino el nacimiento en otra personalidad y el restablecimiento de la acción que engendra diariamente nuevos conjuntos de causas que deben ser trabajadas en otro término de Devachan, y aún otro renacimiento físico como una nueva personalidad. Lo que vive en Devachan y lo que será sobre la Tierra respectivamente está determinado para cada instancia por el karma».

Para citar las palabras del mismo Mahatma con respecto al desarrollo del feto:
«(…) el feto que en el vientre de su madre pasa a través de todas las formas de vida como un mineral, vegetal y animal para convertirse finalmente en una persona. (…) Considere el feto humano. Desde el momento de su primera siembra hasta que finaliza su séptimo mes de gestación, repite en miniatura los ciclos minerales, vegetales y animales que experimentó en sus encarnaciones previas, y sólo durante los dos últimos [meses] desarrolla su futura entidad humana y completándose hacia el séptimo año del niño. Sin embargo, existía sin ningún incremento o disminución durante incontables eones antes de que prosiguiera su senda, a través y al interior del útero de la Madre Naturaleza como funciona ahora en el seno de su madre terrenal. En verdad decía un filósofo sabio que confía más en sus intuiciones que los dictadores de la ciencia moderna: Las etapas de la existencia intrauterina humana representan un registro condensado sobre algunas de las páginas perdidas en la historia de la tierra. Por lo tanto, usted debe mirar en retrospectiva a las entidades animales, vegetales y minerales, tomando cada una de ellas en su punto de partida durante el curso manvantárico como el átomo cósmico primordial ya diferenciado por el primer aleteo del aliento vital en esa manifestación. Puesto que en ello acecha la potencialidad que se desarrolla finalmente en un espíritu planetario perfeccionado, de hecho es ese átomo cósmico primordial».

El mismo adepto transhimaláyico ofrece también una aclaración intrigante para el fenómeno hasta ahora inexplicable del «doppelgänger» o la extrema semejanza física entre personas no relacionadas:
«Un niño puede nacer teniendo muchos rasgos similares con otra persona, a miles de kilómetros de distancia, sin conexión con la madre ni jamás visto por ella, pero cuya imagen flotante se imprimió en su memoria del alma durante el sueño o incluso la vigilia y reproducida sobre la placa sensibilizada de carne viva que lleva con ella».
Las «imágenes flotantes» a que se hace referencia en este contexto son las imágenes de la Luz Astral, la atmósfera psíquica que rodea e interpenetra el plano físico, y de esta forma cada pensamiento, palabra y acción que se conciben en el mundo están registrados e impresos indeleblemente en dicha región sutil. Por lo tanto, existe «un inmenso conglomerado de imágenes en la luz astral», como Judge una vez expresó, y además tendemos a entrar en contacto con ellas más a menudo de lo que nos imaginamos.

How They Met Themselves, 1864.

Ahora bien, volviendo a la pregunta de cómo ocurre realmente el proceso reencarnatorio, vimos que cuando se genera la concepción la potente semilla del hombre contiene la simiente del cuerpo astral para el Ego entrante. La pregunta puede surgir en cuanto a cómo llega allí y de qué manera esa semilla o semen del futuro padre termina adoptando tales cualidades y capacidades específicas para esta ocasión auspiciosa, la que ciertamente ocurre por dictado de la gran Ley Kármica e independiente de que ninguno de los padres se percate ni dé crédito a estas nociones.

En el capítulo titulado «Sobre la reencarnación» de su libro «EL OCÉANO DE LA TEOSOFÍA», William Q. Judge menciona «la explicación de los procesos físicos reales que deben ser experimentados por el Ego al pasar del estado incorpóreo al encarnado» y «los caminos o medios de descenso desde lo invisible al plano visible».
Continúa diciendo: «Esto no se ha explicado claramente en la bibliografía teosófica por constituir un asunto delicado, y porque los detalles no serían aceptados incluso por algunos teósofos —aunque algún día sí ocurrirá— y esos pormenores no están expuestos ahora al no tener mayor importancia, pero como sabemos que ningún cuerpo humano se forma sin la unión de los sexos, y que los gérmenes para dicha producción están encerrados en ambos géneros y deben provenir de la comida asimilada por el cuerpo, es obvio que los alimentos tienen algo que ver con la reencarnación del Ego». Luego y de manera discreta se hace la sugerencia de que posiblemente «el camino hacia la reencarnación se conduce a través de ciertos tipos de alimentos y no otros», pero sin agregar ninguna aclaración sobre ello por las razones ya especificadas.

En otros pasajes de los escritos de Judge se encuentra un relato profundo y sorprendente sobre las etapas preliminares del proceso reencarnatorio. Hacia el final de su vida, Judge albergó la idea de escribir un libro basado en las experiencias sobre algunas de sus vidas anteriores. Sin embargo, deseó que el texto fuera compuesto por uno de sus colegas y no por él mismo, y también que la obra no llevara su nombre ni deslizara indicación alguna de que estuviera relacionada con él, ya que su motivación era que el escrito proporcionara lecciones e ideas espirituales valiosas para el lector cuidadoso e intuitivo. Nunca fue su voluntad llamar la atención de ninguna forma, y de aquí su insistencia en el total anonimato del libro.

Sin embargo, se dio la circunstancia de que Judge falleció antes que comenzara dicho proyecto y por lo tanto nunca se escribió; pero algunas de sus notas, escritas para ayudar a Julia Keightley (también conocida en el mundo teosófico con el seudónimo de Jasper Niemand) y quien había aceptado escribirlas, fueron publicadas más tarde a modo de apéndice en el libro «Cartas que me han ayudado» («Letters That Have Helped Me»). Allí, entre muchos otros aspectos interesantes, encontramos lo siguiente en las páginas 253-254:
«Llegan al sur de India y allí ve al anciano de la torre, a quien se dirige, y de nuevo hace la pregunta candente sobre el pergamino. El anciano vuelve a decir lo mismo que antes y agrega que sería mejor que vuelva al mundo en ese lugar.
Sólo oscuridad y silencio. El día está despejado y caluroso, y tampoco hay lluvia. Después de escuchar al anciano, él consiente interiormente para asumir la vida en ese lugar y pronto surge una fuerte tormenta, la lluvia se desata y se siente llevado a la Tierra en una profunda oscuridad. Un ruido resonante se cierne sobre él. Es el ruido de las plantas en crecimiento; hay un campo de arroz con algo de sésamo. La humedad desciende y causa la expansión; mira en derredor y todo es movimiento y vida. Encerrado en una visión de un puñado de arroz, lamenta su destino. Nace en la casa de un brahmán.

Julia Keightley

Nota: ¿Se debiera analizar la cuestión reencarnatoria a través de la nube, la lluvia y la semilla, y por lo tanto, de la simiente del hombre?» 

Debemos añadir que si estas experiencias son como se describen, no implican necesariamente que todas las almas reencarnantes estén conscientes de ellas pues la gran mayoría probablemente no tenga noción. En este caso particular, el Ego ya estaba bastante desarrollado espiritualmente, su vida anterior había terminado de forma prematura en un asesinato, y como resultado de ambos factores permanecía conscientemente en Kama-Loka —no Devachan— y deambulaba «buscando renacer».

Kama-Loka es una región semi-material, subjetiva e invisible para los humanos, a donde van en una primera etapa las personas después de morir, para posteriormente acceder (si lo meritan) a Devachan (el mundo divino). Este concepto ha acompañado a la humanidad desde tiempos muy antiguos.

De esta manera, cuando un iniciado que trabajaba en los planos internos lo dirigió al sur de la India aconsejándole «volver otra vez al mundo» en ese mismo momento, aceptó voluntariamente y comenzó el proceso «de reencarnación a través de la nube, la lluvia y semilla, y por lo tanto de la simiente del hombre», mientras el individuo se hallaba con total consciencia sobre las diversas etapas durante el proceso.

Cuando los sabios, gurús y rishis de India antigua dejaron sus enseñanzas inmortalizadas entre 3.500 y 5.000 años atrás en las palabras de los sagrados Upanishads, tal vez hayan tenido este aspecto real en mente cuando enfatizaron que: «de la lluvia viene la comida, y de ésta la semilla sexual» (Mundaka-upanishad); «de la comida viene la semilla, y de la semilla todas las criaturas» (Prasná-upanishad); «del alimento se hacen todos los cuerpos»; «respeta la comida, pues el cuerpo está hecho de ella» (Taitiríia-upanishad).

En la filosofía Advaita Vedanta del hinduismo el cuerpo físico no sólo es denominado Sthula Sharira (como también en terminología teosófica), sino Annamayakosha, que literalmente significa «cobertura alimenticia» en el sentido de que «la vaina está hecha de comida», lo cual puede revestir importancia y estar relacionado o no con lo anterior, por lo que dejamos este asunto a criterio de nuestros lectores.


Puesto que no conocemos mayores detalles, no podemos agregar más. Es posible que la información presentada en este artículo haya hecho surgir más preguntas que respuestas en el lectorado, pero esperamos que lo expuesto haya sido de algún interés y beneficio y que al menos arroje algo de luz sobre lo que de otra manera seguiría siendo un oscuro misterio.

Además de los otros dos artículos mencionados al principio, también recomendamos: «Seriedad y sensatez sobre las vidas pasadas», «Para entender correctamente el karma», «There is No Injustice», «Una explicación sobre los skandhas», «¿Qué pasa con las personas que cometen suicidio?», «Doce enseñanzas teosóficas fundamentales», «La naturaleza séptuple humana» y «Misterios del Cuerpo Astral», pues ayudarán a explicar y elaborar algunos de los conceptos fundacionales discutidos aquí.

Los artículos «William Q. Judge: su rol e importancia en el Movimiento Teosófico» y «The Welcome Influence of William Q. Judge» brindan más información acerca de esta gran figura que ha sido mantenida deliberada y malintencionadamente alejada de muchos teósofos actuales, como resultado de ciertos «individuos prominentes» que desearon promocionarse personalmente y a sus propias ideas en lugar del Mensaje y la Causa de la Teosofía genuina.

Para concluir, tal vez sea provechoso meditar sobre la enseñanza del Aitareya Upaniṣad que refiere al momento de la concepción como «el primer nacimiento», luego el egreso del útero materno y la venida al mundo físico denominado como «segundo nacimiento» y el instante en que salimos de nuestro cuerpo físico en la muerte o «tercer nacimiento»... por lo que sólo existe Vida y tú eres la VIDA misma.

Fuente: Teosofía Original

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