Propaganda y manipulación en Occidente.
Josep Borrell anunció recientemente un nuevo esfuerzo para combatir la influencia de los medios rusos en Europa en lo que parece una mezcla de censura y propaganda. Las técnicas para tratar con la opinión pública son variadas y deben ser exploradas.
La manipulación de los medios de comunicación es una serie de técnicas relacionadas entre sí mediante las cuales las personas crean una imagen o un argumento a la medida de sus intereses. Dichas tácticas pueden incluir el uso de falacias lógicas, manipulación, engaño descarado (desinformación), técnicas retóricas y de propaganda, supresión de otros puntos de vista apartándolos de la agenda informativa, induciendo a la gente a dejar de escuchar ciertos argumentos o simplemente desviando la atención hacia otra cosa.
Muchas de las técnicas más modernas de manipulación de los medios de comunicación son variaciones de la técnica de la «distracción» y se basan en el supuesto de que las audiencias disponen de una cantidad limitada de atención.
Técnicas modernas de manipulación
La manipulación de Internet implica el uso de tecnologías digitales como los algoritmos de las redes sociales con fines comerciales, sociales o políticos. Puede utilizarse con la intención expresa de alterar la opinión pública, polarizar a los ciudadanos, silenciar a los disidentes políticos, dañar a los oponentes corporativos o políticos, o mejorar la propia reputación o imagen de marca. Suelen hacerlo piratas informáticos u otros profesionales contratados. Utilizan un software especial, normalmente
bots de Internet (
bots sociales,
bots de votación y
clickbots).
El escándalo de Facebook es un ejemplo paradigmático de este tipo de manipulación. Los investigadores condenaron duramente un experimento realizado por la empresa en el que manipuló los
feeds de noticias de casi 700.000 usuarios para ver si afectaba a sus emociones.
El experimento ocultó determinados elementos de los canales de noticias de 689.003 personas —aproximadamente el 0,04% de los usuarios— durante una semana en 2012. Los desarrolladores de Facebook ocultaron un «pequeño porcentaje» de palabras emotivas de los feeds de noticias de la gente para probar qué efecto tendría esto en los estados o los me gusta.
Los resultados mostraron que, en contra de lo esperado, los usuarios respondían activamente a lo que veían: los investigadores lo denominaron «contagio emocional».
Pero el estudio ha sido objeto de duras críticas porque, a diferencia de los anuncios mostrados por Facebook, cuyo objetivo también podría ser cambiar el comportamiento de las personas y conseguir que compren productos o servicios de determinados anunciantes, los cambios en los feeds de noticias se realizaron sin el conocimiento de los usuarios.
La manipulación de Internet también se utiliza con fines políticos en todo el mundo.
Y clamó con potente voz, diciendo: ¡Cayó, cayó la gran Babilonia! Se ha convertido en habitación de demonios, en guarida de todo espíritu inmundo y en guarida de toda ave inmunda y aborrecible.
First Look Media, que publicó la filtración, la describió como un arma de la inteligencia británica para dominar Internet.
Los documentos afirmaban que se pidió al personal del GCHQ que «pensara a lo grande» sobre lo que podrían crear para facilitar la «manipulación en línea».
El GCHQ afirmó que sus programas, con nombres en clave como Warpath, Silver Lord y Rolling Thunder, se habían puesto en marcha «bajo estrictos marcos legales y políticos» y estaban sujetos a una «estricta supervisión». Pero, se ha accedido a la base de datos que contiene los programas más de 20.000 veces, pero no hay pruebas de que hayan sido utilizados por nadie más que el personal del GCHQ.
Ucrania también utiliza la manipulación de Internet como táctica
En diciembre de 2014, se creó el Ministerio de Información para contrarrestar la propaganda y rápidamente fue bautizado como el «Ministerio de la Verdad».
Unos meses más tarde, el ministro de Información,
Yuriy Stets, creó un «ejército de la información».
Reclutó a ucranianos para luchar en el frente más importante: el de la información. En una entrevista concedida a Radio Free Europe, Stets afirmó que más de 20.000 personas habían aceptado dedicar su tiempo a la «lucha diaria».
La BBC informó de que una de las primeras tareas del proyecto, conocido como i-Army, fue crear cuentas en las redes sociales y encontrar «amigos» que se hicieran pasar por residentes del este de Ucrania.
En el periodo previo a las elecciones indias de 2014, el
Bharatiya Janata Party (BJP) y el Partido del Congreso fueron acusados de contratar a «trolls políticos» que les favorecían en blogs y redes sociales.
El Times of India informó de que se invitó a participar a personas con un buen «capital en línea», incluidas aquellas cuyas opiniones ya habían sido publicadas en los medios serios. La prensa india también escribió sobre un grupo de trolls de Twitter que defendían con vehemencia al líder del BJP y primer ministro indio, Narendra Modi.
También se cree que el gobierno chino dirige un ejército de usuarios para reforzar una visión positiva del Partido Comunista Chino (PCCh). La organización ha sido apodada el «ejército de los 50 céntimos» debido a lo mucho que supuestamente se les paga por un comentario publicado.
La organización de derechos humanos Freedom House ha descrito estos esfuerzos como «una política integral del PCCh, acompañada de un amplio sistema de formación y recompensas».
Los correos electrónicos pirateados de algunos funcionarios chinos detallaban cómo se encargaba a los comentaristas de Internet de la pequeña ciudad de Ganzhou que dirigieran las conversaciones en línea en la «dirección correcta».
En 2013, «analista de opinión en Internet» se convirtió en una profesión reconocida oficialmente en China, y el Beijing Morning Post calcula que 2 millones de personas estaban empleadas para seguir y analizar la opinión pública.
Es difícil para los analistas globales distinguir entre las personas que trabajan oficialmente para el gobierno, los trolls a sueldo y los que participan activamente en los debates de diversos foros y sostienen sinceramente opiniones favorables a China.
Distracción
En la era de la sobrecarga de información, es mucho más fácil y rentable simplemente no debatir un tema que gastar dinero en propaganda y relaciones públicas. Muchos gobiernos pueden descubrir que la mejor forma de comunicarse con el público es con armas de distracción masiva.
Distraer a los medios de comunicación es relativamente fácil, utilizando algunos métodos probados a lo largo del tiempo. Por ejemplo, el uso de estas técnicas ha contribuido a mantener el apoyo de la opinión pública estadounidense a la invasión de Iraq.
Durante la campaña presidencial de 2008, se advirtió a Obama y a su equipo que no se dejaran llevar demasiado por los «objetos brillantes» que ocupaban a la prensa. Los jefes de los medios de comunicación exigen un flujo constante de material, y esto garantiza que gran parte de los reportajes queden desatendidos. Los clientes quieren rapidez, o harán clic en otro sitio; los competidores crean sus propias noticias no verificadas, y las campañas están encantadas de publicarlas, porque si no lo harán sus oponentes. Los «objetos brillantes» se convierten en las herramientas de menor resistencia. Las encuestas y las meteduras de pata requieren menos tiempo y esfuerzo mental para comprender la situación que los libros o los artículos de análisis.
Otro caso ilustrativo es el de
Sarah Palin. En una aparición en la CNN, el experto Paul Begala lamentó que los demócratas parezcan «simplemente incapaces de resistir» centrándose en un «tema brillante»: Sarah Palin. Menos de un año después del inicio de la campaña, Palin dimitió como gobernadora y se dedicó a una lucrativa carrera como trola mediática, experta, escritora y cabeza de cartel de mítines que ha cobrado sumas de ocho cifras desde 2009.
La era de las noticias falsas
Las noticias falsas son informaciones falsas o engañosas presentadas como noticias. Estas noticias suelen tener como objetivo dañar la reputación de una persona o entidad, o ganar dinero con los ingresos publicitarios. Aunque las noticias falsas se han difundido a lo largo de la historia, el término se utilizó por primera vez en la década de 1890, cuando las informaciones sensacionalistas en los periódicos eran habituales. Sin embargo, el término no tiene una definición fija y se aplica ampliamente a cualquier tipo de información falsa.
Debido a la gran variedad de tipos de noticias falsas, los investigadores empiezan a preferir el término «desorden informativo» por ser más neutro e informativo.
La propagación de las noticias falsas se ha acelerado con el auge de las redes sociales, especialmente con el crecimiento del feed de noticias de Facebook, y la desinformación que allí se publica se está filtrando lentamente a los medios de comunicación tradicionales. Varios factores contribuyen a la propagación de las noticias falsas: la polarización política, la política de la posverdad, el razonamiento motivado, el sesgo de confirmación y los algoritmos de las redes sociales.
The Washington Post fue acusado de publicar noticias falsas. La publicación publicó un importante informe en el que se denuncia que la administración Trump ha orquestado una campaña para denegar sistemáticamente pasaportes a los hispanos nacidos en la frontera.
«La administración Trump ha acusado a cientos, y posiblemente miles, de hispanos que viven en la frontera de utilizar certificados de nacimiento falsos desde la infancia, y ha emprendido una represión generalizada», escribió el periódico.
Pero The Washington Post ocultó datos clave, distorsionó la información y acusó de fraude al médico fallecido sin hablar con su familia, que se quejó públicamente de los periodistas tras la publicación. El material ha sido alterado sustancialmente tres veces.
Incluso en su última versión, el informe de The Washington Post sigue siendo engañoso. Se basa en datos sin fundamento para hacer afirmaciones explosivas que contradicen las cifras oficiales. Para empeorar las cosas, el periódico se ha negado sistemáticamente a corregir el registro a menos que otros reporteros hayan respondido a él.
«El propósito era ayudar a ilustrar la complejidad y la escala potencial del problema», escribió el documento. —«Dicho esto, deberíamos haber dejado claro que la declaración jurada a la que nos referíamos formaba parte de un caso surgido durante la era Obama».
Traducción de Enric Ravelló Barber
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