Hoy, muchos se preguntan por qué Estambul se ha convertido en la próxima sede de las conversaciones preliminares entre Estados Unidos y Rusia como preparativo para el encuentro entre Putin y Trump. En mi opinión, no es algo tan importante. Aunque lo más lógico hubiera sido recurrir a la India, que es una potencia-civilización soberana, fuerte y amistosa tanto con nosotros como con los estadounidenses. En este sentido, siempre me ha parecido un socio preferible.
Por supuesto, los responsables de nuestra diplomacia internacional son libres de elegir cualquier territorio. Riad hace parte del mundo islámico, Arabia Saudí también es amistosa tanto con nosotros como con Estados Unidos. Turquía, en cambio, esta empañada por las negociaciones de Estambul del 2022, las cuales fueron saboteadas por Boris Johnson y los globalistas británicos. Negociaciones que no sólo no llevaron a ninguna parte, sino que, por el contrario, fueron el detonante de acontecimientos posteriores extremadamente negativos que llegaron con la operación militar especial.
Por lo tanto, representan un mal recuerdo para los rusos y aunque Erdogan no sea poco amistoso con nosotros, despierta, por el contrario, una cierta antipatía, sobre todo después de los últimos acontecimientos en Siria. Por eso no me gusta la elección de Estambul como sede de estas conversaciones. Pero se trata de un eslabón preliminar entre otros acuerdos y relaciones que tienen que pasar por varias etapas.
En general, creo que las relaciones con Trump deberían construirse ahora, si es que existe la posibilidad de llegar a algo. Él ha demostrado en la práctica ser antiglobalista en muchos aspectos. Así que deberíamos intentar tender puentes con él. Y el hecho de que nuestro Ministerio de Asuntos Exteriores lo esté haciendo ahora es acertado. No cabe duda de la importancia de estas acciones.
Pero lo importante es conseguir nuestra victoria en la Operación Militar Especial, sin esta victoria no puede haber acuerdo. Necesitamos esta victoria, necesitamos alcanzar nuestros objetivos, de lo contrario simplemente estaremos acabados. Por lo tanto, no podemos comprometer lo más importante. Podemos negociar y restablecer las relaciones con Trump, pero la cuestión de Ucrania no debe ser hecha a un lado. Las grandes potencias y sus presidentes tienen mucho de qué hablar además de ella.
En general, no creo que la cuestión de Ucrania se resuelva muy pronto. No debe resolverse en sus términos, sino en los nuestros, aunque es evidente que ellos aún no están preparados para tales negociaciones. Y hará falta algo más de tiempo para que esto ocurra. Nuestro tratado será exclusivamente con los Estados Unidos, sin la participación de la Unión Europea ni de Ucrania, porque no se «trata de ellos»: es una guerra que los anteriores amos de la Casa Blanca desataron contra nosotros. Y ahora sus nuevos gobernantes tienen que limpiar el desastre.
Y ya veremos qué condiciones propondremos. Puede que incluso algo para lo que no estén preparados. En cualquier caso, es un proceso largo. La reunión de Estambul, creo, es de carácter pasajero, técnico. No deberíamos prestarle demasiada atención. Hay que observar de cerca el desarrollo de las relaciones ruso-estadounidenses.
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
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