El desarrollo de las civilizaciones depende en gran medida de las fuentes de energía que tienen a su disposición. Es por eso que Estados Unidos organizó la voladura de los gasoductos Nord Stream, en detrimento de los intereses de la Unión Europea. Ahora, China y Rusia anuncian que han decidido concretar el gigantesco proyecto del gasoducto Fuerza de Siberia 2, que debe garantizar el desarrollo de China y los ingresos de Rusia. La realización de ese proyecto dejaría definitivamente atrás a Occidente. Pero ya se habla de organizar un sabotaje.
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