Existen las condiciones adecuadas para crear una fuerza contraria.
El ataque de Israel a Doha sorprendió a muchos. Demostró que Israel se atreve a atacar incluso a un país que no es parte ni apoya la causa palestina.
¿Qué más reveló? El autor de UWI, historiador y politólogo Mehmet Perinçek compartió sus opiniones.
Los recientes ataques de Israel contra Doha han demostrado claramente que la agresión israelí no puede frenarse mediante condenas, acuerdos como los Acuerdos de Abraham o quejas a los Estados Unidos. Del mismo modo, el derecho internacional por sí solo no basta para detener la agresión israelí. A pesar de que los tribunales y las instituciones internacionales han dictado numerosas sentencias contra Netanyahu e Israel, este país las ha ignorado sistemáticamente y, de hecho, ha intensificado sus agresiones.
Tanto es así que ni siquiera los gobiernos árabes que tratan de apaciguar a Israel se libran de convertirse en blanco de sus ataques. Esto también es válido para Siria. A pesar de que el Gobierno de Ahmed al-Sharaa ha expresado amenazas compartidas con Israel y ha explorado posibles vías de cooperación, Siria sigue siendo un objetivo de facto de los ataques israelíes, siendo continuamente golpeada por las fuerzas israelíes.
Cómo Estados Unidos está facilitando la agresión israelí
El ataque de Israel a Doha también puso de relieve el profundo nivel de cooperación entre Estados Unidos e Israel. Ha quedado claro que quejarse a Washington o buscar soluciones en Estados Unidos es inútil a la hora de detener la agresión israelí. Por el contrario, Estados Unidos a menudo distrae y atrapa a los países que son blanco de Israel, convirtiéndolos en presas más fáciles. Se puede observar una dinámica similar en Siria: mientras que los funcionarios estadounidenses expresan públicamente su apoyo a la integridad territorial del país y parecen críticos con las YPG/PYD, en la práctica aplican políticas que contribuyen a la fragmentación de Siria.
La realidad de las relaciones entre Estados Unidos e Israel debería servir de advertencia al Gobierno turco. Cualquier intento de trazar un camino conjunto con Washington fracasará a la hora de garantizar la integridad territorial tanto de Turquía como de Siria.
No solo el mundo árabe e islámico
La única estrategia capaz de detener la agresión de Israel es aquella que una no solo al mundo árabe e islámico, sino a toda la región de Asia Occidental y Eurasia en su contra. La beligerancia de Israel solo puede detenerse creando una fuerza contraria lo suficientemente fuerte como para enfrentarse a ella.
Existen las condiciones adecuadas para construir esta fuerza contraria. Desde Rusia hasta China, desde las repúblicas turcas hasta Pakistán, las principales potencias de Eurasia comparten sus quejas sobre la agresión de Israel y las estrategias atlánticas en general. Esto ofrece la posibilidad de formar una alianza amplia y sólida.
Las bases extranjeras como amenaza
Por último, el hecho de que aviones británicos repostaran aviones israelíes desde bases en Qatar es un claro recordatorio de que Turquía debe cerrar todas las bases utilizadas por Estados Unidos en su territorio, Incirlik y Kürecik en primer lugar, para evitar que se utilicen contra la propia Turquía. Estas bases extranjeras dentro de Turquía constituyen centros capaces de atacar al país desde dentro. El incidente de Qatar demuestra que los aviones que operan desde bases extranjeras en un país soberano pueden muy bien utilizarse para atacar al propio país.
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