COOPERACIÓN ENTRE OBAMA Y PUTIN CONTRA EL YIJADISMO GLOBAL...

El profesor Alfredo Jalife, uno de los principales especialistas en geopolítica y conferenciante en numerosas academias militares y diplomáticas en Occidente así como en Rusia y China, dedica su crónica en el diario mexicano La Jornada al más reciente giro de los acontecimientos en Siria. Y observa que la mayoría de los analistas se equivocaron, tanto sobre la guerra misma como sobre la entrada en escena de Rusia y de la OTSC. En este trabajo, el profesor Alfredo Jalife rinde homenaje a nuestro trabajo precursor.

Los presidentes Obama y Putin dialogaron en varias ocasiones al margen de la apertura del 70º periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU. Al final de un encuentro de 90 minutos, la parte rusa subrayó el carácter «constructivo, sorprendentemente abierto» de la conversación entre ambos presidentes.

Es posible que las dos últimas semanas de septiembre nos hayan alejado de una 3GM nuclear cuando las visitas del papa Francisco, del presidente chino Xi Jinping y del presidente ruso Vladimir Putin a Estados Unidos y la ONU —sin perder de vista el relevante periplo del primer ministro indio Narendra Modi— se han saldado con una sana negociación de sus complejos contenciosos.

Thierry Meyssan —presidente de la Red Voltaire y único periodista «occidental» en Damasco— fue el primero en el mundo en haber anunciado, el 24 de agosto pasado, «la mayor implicación del ejército ruso en Siria», lo cual fue retomado 7 días después por el portal israelí YNet, sin conceder el merecido crédito a la Red Voltaire, que había escrito: «Un cambio muy profundo y significativo acaba de producirse en el Levante: el ejército ruso está comenzando a implicarse en contra del terrorismo en Siria».

A juicio de Thierry Meyssan —con quien, por cierto, pude reunirme 10 días después en el Hotel Sheraton de Damasco para intercambiar información sobre la región— «después de haber negociado con Arabia Saudita, Siria y Turquía el establecimiento de una alianza regional contra el Emirato Islámico, Rusia se ve ahora obligada a cambiar de estrategia ante el brusco viraje turco».

Cuando dialogué con Thierry Meyssan no presté suficiente atención a su diatriba contra el polémico general (retirado) John Allen, quien días más tarde fue apartado por Obama de su tramposo combate contra el yijadismo islámico, al que de hecho había cobijado bajo la mesa.

Obama ha purgado literalmente a «docenas de militares de alto rango». What is going on?

Una hipótesis de Thierry Meyssan radica en que la conjunta cábala bélica del Pentágono y el Departamento de Estado —los generales Petraeus y Allen con el pugnaz senador John McCain y el perverso «diplomático» israelo-estadounidense Jeffrey Feltman— busca(ba) sabotear el acuerdo de paz entre Estados Unidos e Irán, que ha sacudido las placas tectónicas de la geopolítica en el «Gran Medio-Oriente» y cuya fractura principal es Siria.

Por lo menos la 3GM nuclear no ocurrirá by the time being.

A juicio de Thierry Meyssan, el nuevo mandamás del Pentágono, Ashton Carter, regresa a los juegos geopolíticos «al estilo de Kissinger», lo cual dejaría de lado la confrontación de Estados Unidos contra Rusia y China «al estilo de Brzezinski», recurriendo a falsas «revoluciones democráticas» y anárquicos «cambios de régimen».

El artículo de Thierry Meyssan fue precursor y aportó la exclusiva de la coordinación entre Moscú y Washington, que acordaron el retiro de los misiles Patriot desplegados en Turquía, lo cual aniquilaba la «zona de exclusión aérea» de la OTAN en las fronteras de Turquía con Siria y, adelantó la «operación conjunta de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC)» días más tarde en Dusambé, capital de Tayikistán, todo lo cual sucedió puntualmente. También comentaba en ese artículo que «contrariamente a una creencia generalizada, el objetivo de ese despliegue militar no sería tanto defender Iraq y la República Árabe Siria como defender los Estados miembros de la propia OTSC». ¡Información privilegiada!

La Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) es una organización de vocación político-militar entre varios países de Europa y Asia central. Integrantes de la OTSC son: Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Rusia y Tayikistán. 

El periodista francés —de respetable origen judío (whatever that means) sefardita y enérgicamente antisionista— asentó también «los límites de la cooperación entre el Kremlin y la Casa Blanca» cuando «Rusia quiere acabar con los yijadistas antes de que se vuelvan contra ella mientras que Estados Unidos espera utilizar a algunos de ellos en otros conflictos, como ya lo hizo antes en Afganistán, en Bosnia-Herzegovina, en Chechenia y en Kosovo».

Resalta Meyssan que «en este momento, elementos del Emirato Islámico han llegado a la región de Jersón, en Ucrania, donde ya se encuentra un llamado gobierno de Crimea en el exilio». Un grave peligro de la contaminación yijadista es su conexión con los neonazis de Ucrania.

Thierry Meyssan no se traga tanta cooperación celestial entre Obama y Putin: «Es evidente que, del lado estadounidense, la retirada de los misiles Patriot es una trampa. A Washington le gustaría que Rusia redujera la cantidad de yijadistas, pero también le encantaría verla empantanarse en Siria. Es por eso que el oso ruso avanza con mucha prudencia».

Después de la cumbre entre Obama y Putin en la ONU, Thierry Meyssan hace un llamado para que apoyemos la nueva coalición del presidente Putin: «Al respaldar a la Hermandad Musulmana hemos abierto las puertas del infierno. Ayudemos a los sirios y los iraquíes a volver a cerrarlas. Unámonos al llamado del presidente Putin».

Thierry Meyssan señala que «el conflicto que enluta Siria no es una guerra civil entre comunidades, sino una guerra entre 2 proyectos de sociedad».

Recuerda Meyssan que «El general estadounidense David Petraeus, en contra de la opinión de la Casa Blanca, respaldó la primavera árabe». Pero luego, «en 2012, la Casa Blanca, ya irritada, exigió la abdicación del emir de Qatar y se deshizo del general Petraeus».

Comenta que «ante la ininterrumpida oleada de yijadistas provenientes del mundo entero, e incluso de nuestros propios países (Léase, Occidente, whatever that means), los sirios han optado por salvar al Pueblo antes que defender su tierra. Hasta este momento (…) 4 millones de sirios se han refugiado en los países vecinos, mientras que 8 millones han encontrado protección en los territorios controlados y administrados por la República Árabe Siria. De los 19 millones de habitantes que se mantienen en Siria, cerca de 500.000 se hallan bajo el yugo de los yijadistas, repartidos en un inmenso territorio». Ni más ni menos que la fuente de la trágica migración masiva a Europa…

Se calcula que existen 30.000 yijadistas foráneos que han llegado a Iraq y Siria y que pronto regresarán a desestabilizar a Rusia en el Cáucaso, y a China en la provincia islámica de Sinkiang.

Thierry Meyssan considera que «seguimos dejándonos engañar por la propaganda de guerra de nuestros aliados, como la que proviene del llamado Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), una pantalla londinense de la Hermandad Musulmana, o del Consejo Nacional, asamblea no electa y controlada por los miembros de la cofradía». ¡Uf!

El primer ministro israelí, «Bibi» Netanyahu, ha entendido las nuevas coordenadas en Siria y salió disparado a entrevistarse con el presidente ruso Vladimir Putin.

Hasta The Financial Times, portavoz del neoliberalismo belicista/financiero global entiende que, pese a haber intercambiado acusaciones mutuas ante la ONU, los presidentes Obama y Putin acordaron colaborar en la medida de lo posible para poner fin a la guerra en Siria y así controlar la pandemia yijadista en el «Gran Medio-Oriente», que ha desestabilizado Europa. Habrá que ver ahora cómo se acomodan las 4 grandes potencias regionales islámicas —Irán, Turquía, Arabia Saudita y Egipto.

Por lo pronto, un portaaviones chino se ha estacionado en el puerto sirio de Tartús para apoyar a Rusia e Irán, según publica Debka, considerado como un portal del Mosad.

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