CÓMO APOYA TURQUÍA A LOS YIJADISTAS...

Con su presentación al Consejo de Seguridad de la ONU de un informe de inteligencia sobre el activo apoyo de Ankara a los yijadistas, Rusia plantea de hecho la cuestión del futuro de Turquía. El documento incluye una decena de revelaciones que denuncian las acciones de los servicios de inteligencia turcos (MIT). El problema es que cada una de las operaciones citadas está vinculada a otras operaciones en las que los mismos actores procedieron junto a Estados Unidos o junto a los aliados de Estados Unidos y en contra de Rusia. Estos datos de inteligencia viene a agregarse a los que ya estaban disponibles sobre los vínculos personales del presidente turco Erdoğan con el banquero de al-Qaeda y sobre la participación del hijo del propio Erdoğan en la comercialización ilícita del petróleo robado por el Emirato Islámico.



Rusia entregó a los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU un informe de inteligencia sobre las actividades de Turquía a favor de los yijadistas que operan en Siria. Este documento revela una decena de hechos que constituyen, todos y cada uno de ellos, violaciones de una o de varias resoluciones del Consejo de Seguridad.

Con la entrega de esos datos de inteligencia, Rusia pone a los miembros del Consejo de Seguridad frente a sus propias responsabilidades y lo mismo sucede, por ende, con varias organizaciones intergubernamentales. Si aplicara estrictamente el derecho internacional, el Consejo de Seguridad tendría que exigir las pruebas correspondientes sobre todo lo que aparece en el informe de inteligencia ruso y exigir además explicaciones de parte de Turquía. Y si llegara a comprobarse la culpabilidad de Turquía, el Consejo de Seguridad tendría que imponer sanciones bajo el capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas, o sea recurriendo al uso de la fuerza.

Por su parte, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la Organización para la Cooperación Islámica tendrían que decretar la exclusión de este Estado renegado, mientras que la Unión Europea debería poner fin a las negociaciones de adhesión.

Pero una lectura cuidadosa del informe de la inteligencia rusa muestra que un análisis de los hechos que en él se mencionan provocaría la apertura de muchos otros expedientes y acabaría implicando a otras potencias. Por esa razón, lo más probable es que ese informe no sea objeto de discusión pública y que el futuro de Turquía acabe negociándose a puertas cerradas.


El caso de Mahdi al-Harati

Nacido en Libia, en 1973, Mahdi al-Harati emigró a Irlanda, donde fundó una familia.

En mayo de 2010, Mahdi al-Harati se halla a bordo del MV Mavi Marmara, buque insignia de la «Flotilla de la Libertad», organizada por la ONG turca IHH para enviar ayuda humanitaria a la franja de Gaza. En un verdadero acto de piratería, las fuerzas armadas de Israel asaltan la flotilla en aguas internacionales, provocando un escándalo internacional. Tzáhal secuestra en aguas internacionales a los pasajeros de la flotilla, llevándolos ilegalmente a Israel, y finalmente los libera. El entonces primer ministro turco, Recep Tayyip Erdoğan, visita en un hospital a los militantes heridos durante el asalto y recientemente liberados. Su oficina difunde entonces una fotografía en la que puede verse a uno de esos militantes besando a Erdoğan en la frente, como a un padre. Este personaje es un turco-irlandés, El Mehdi El Hamid El Hamdi, en realidad, el libio-irlandés Mahdi al-Harati.

El Mavi Marmara partiendo del puerto de Estambul


En julio de 2011, se reporta un robo con efracción en el domicilio de al-Harati en Rathkeale (Irlanda). Su compañera, Eftaima al-Najar, recurre a la policía y denuncia el robo de joyas preciosas egipcias y libias y de 200.000 euros en billetes de 500. Al ser contactado telefónicamente, Mahdi al-Harati confirma a la policía haberse reunido con las autoridades de Qatar, Francia y Estados Unidos y haber recibido de la CIA la suma mencionada para contribuir al derrocamiento de Muamar el Gadafi. Pero más tarde negará aquellas primeras declaraciones, cuando la Resistencia libia trata de sacar el caso a la luz.

En julio-agosto de 2011, Mahdi al-Harati encabeza la Brigada de Trípoli —de la que también es miembro su cuñado, Hosam al-Najjair—, una unidad de al-Qaeda que actúa bajo las órdenes de miembros de la Legión Extranjera de Francia y a la que la OTAN ha ordenado tomar el hotel Rixos. Oficialmente, el hotel Rixos es el centro de prensa internacional, pero el constructor turco del edificio ha puesto en conocimiento de la OTAN que allí existe un sótano, accesible desde el exterior, donde se refugian varios miembros de la familia de Gadafi y responsables de la Yamahiriya. Durante varios días, Mahdi al-Harati, sus yijadistas y los militares franceses luchan contra los soldados de Jamis Gadafi que defendían el hotel.

En septiembre de 2011, la OTAN nombra a Mahdi al-Harati como segundo de Abdelhakim Belhadj, el jefe histórico de al-Qaeda en Libia, quien a su vez se había convertido en «gobernador militar de Trípoli», también por obra y gracia de la OTAN. Al-Harati dimite el 11 de octubre, supuestamente por divergencias con Belhadj.

Pero, en noviembre de 2011, y nuevamente junto a Abdelhakim Belhadj, Mahdi al-Harati dirige un grupo de entre 600 y 1.500 yijadistas de al-Qaeda en Libia —antiguamente conocido como Grupo de Lucha Islámica Libio (GLIL)— registrados como refugiados y transportados por vía marítima hasta Turquía bajo la responsabilidad de Ian Martin, ex-secretario general de la Sociedad Fabiana y de Amnistía Internacional, convertido en representante especial de Ban Ki-moon.

Sede de la Sociedad Fabiana

A su llegada a Turquía, los yijadistas son trasladados en autobuses, escoltados por el MIT (los servicios secretos turcos), hasta Siria. Ya en suelo sirio, se instalan en Jabal al-Zuia, donde crean —por cuenta de Francia— el Ejército Sirio Libre (ESL). Durante cerca de 2 meses, Abdelhakim Belhadj y Mahdi al-Harati reciben a todos los periodistas occidentales que tratan de cubrir los acontecimientos en Siria pasando por Turquía. Pero los reciben en un lugar previamente transformado en un «Pueblo Potenkim». La oficina del primer ministro Erdoğan participa directamente en la operación de propaganda poniendo a los periodistas en contacto con individuos que los transportan en motocicleta —violando la frontera turco-siria— hasta Jabal al-Zuia. Allí, los periodistas pueden ver diariamente miles de personas haciendo manifestaciones «contra la dictadura de Bashar al-Asad y por la democracia». La prensa occidental concluye así que se trata de una revolución, hasta que el periodista Daniel Iriarte, del diario español ABC, comprueba que la mayoría de los manifestantes no son sirios y reconoce a sus jefes libios, Abdelhakim Belhadj y Mahdi al-Harati. Poco importa. La farsa montada por La Brigada de los Halcones del Levante (Suqour al-Sham Brigade) ya ha logrado el resultado que se quería. El mito de un «Ejército Libre Sirio» supuestamente integrado por «desertores del ejército sirio» ya está en marcha y los periodistas que lo alimentaron nunca reconocerán haberse dejado engañar.

Fuegos artificiales durante la visita de Catalina II de Rusia en Crimea


En septiembre de 2012, Mahdi al-Harati vuelve a Libia por razones de salud, pero sólo después de haber formado —junto a su cuñado— un nuevo grupo yijadista, Liwaa Al-Umma (La Bandera de la Nación).

En marzo de 2014, Mahdi al-Harati escolta un nuevo grupo de yijadistas libios que llega a Turquía por mar. Según el informe de la inteligencia rusa, el #2 del régimen turco, Hakan Fidan, jefe del MIT (los servicios secretos turcos), quien acaba de reincorporarse a sus funciones, se hace cargo de ese grupo. Estos yijadistas se unen al Emirato Islámico pasando por el puesto fronterizo de Barsai. Esta decisión es resultado de la reunión organizada en Washington por la consejera de seguridad nacional del presidente Obama, Susana Arroz, con los jefes de los servicios secretos de las monarquías del Golfo y de Turquía con vistas a confiarles la continuación de la guerra contra Siria, supuestamente sin tener que utilizar a al-Qaeda y el Emirato Islámico.

En agosto de 2014, Mahdi al-Harati resulta «electo» alcalde de Trípoli, con el apoyo de Qatar, de Sudán y de Turquía. Depende entonces del gobierno de Trípoli, dominado por la Hermandad Musulmana, y rechaza el gobierno de Tobruk, respaldado por Egipto y los Emiratos Árabes Unidos.

La trayectoria de Mahdi al-Harati demuestra los vínculos existentes entre al-Qaeda en Libia, el Ejército Sirio Libre, el Emirato Islámico y la Hermandad Musulmana, lo cual reduce a polvo la teoría de la supuesta revolución democrática en Siria. También demuestra el apoyo que esa red recibió de Estados Unidos, Francia y Turquía.

El traslado de combatientes del 
Emirato Islámico desde Siria hacia Yemen

El informe de la inteligencia rusa revela que los servicios secretos turcos organizaron el traslado de combatientes del Emirato Islámico desde Siria hacia Yemen. Estos yijadistas fueron trasladados a Adén por avión o por barco.

Esta información ya había sido dada a conocer, el 27 de octubre de 2015, por el general Ali Mayhub, vocero del Ejército Árabe Sirio. Según sus declaraciones, al menos 500 yijadistas del Emirato Islámico habían recibido ayuda del MIT turco para viajar a Yemen. Habían sido enviados en 2 aviones de Turkish Airlines, uno de Qatar Airways y otro de los Emiratos Árabes Unidos. A su llegada a Adén, fueron divididos en 3 grupos. El primero viajó al estrecho de Bab el-Mandeb, el segundo a Ma'rib y el tercero fue enviado a Arabia Saudita.

Localización del estrecho Bab el-Mandeb

Ma'rib es una provincia de Yemen cuya capital, del mismo nombre, es la ciudad antigua más importante del país. Las investigaciones históricas realizadas desde los años cincuenta han confirmando que se trata de la ciudad pre-islámica del estado de Saba (950–115 a. C.) Ma'rib fue la ciudad natal de la Reina de Saba en cuyo templo, Mahram Bliqis, ya se han realizado los primeros hallazgos históricos relevantes.

Ampliamente difundida por los medios de prensa árabes pro-sirios, esta información fue totalmente silenciada por la prensa occidental. Del lado yemenita, el general Sharaf Luqman, vocero de los militares fieles al ex-presidente Saleh, confirmó la denuncia siria y agregó que los yijadistas habían sido recibidos en Yemen por mercenarios de Blackwater-Academi.
El traslado de combatientes del Emirato Islámico desde un teatro de operaciones hacia otro demuestra la existencia de una coordinación de las operaciones en Siria y en Yemen. En este traslado de yijadistas están implicados: Turquía, Qatar, los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Blackwater-Academi.

La «aldea tártara»

El informe de la inteligencia rusa menciona además el caso de la «aldea tártara», un grupo étnico tártaro inicialmente basado en Antalya y posteriormente desplazado por el MIT más hacia el norte, hasta Eskişehir. Aunque el informe precisa que dicho grupo incluye combatientes de al-Qaeda y que está implicado en la ayuda a combatientes islamistas en Siria, no explica por qué fue desplazado a un lugar donde se halla geográficamente más lejos de la frontera siria ni precisa en qué consisten sus actividades.

Los tártaros constituyen la segunda minoría étnica rusa y son muy pocos los que comulgan con la ideología yijadista de la Hermandad Musulmana o del Hizb-ut-Tahrir.
—Sin embargo, en marzo de 2012, islamistas árabes de Tartaristán atacaron una exposición sobre Siria «cuna de la civilización» en el museo de Kazán. Semanas después, el 5 de agosto de 2012, yijadistas árabes y tártaros se reúnen en Kazán. Representantes de al-Qaeda participan en el encuentro.
—En diciembre de 2013, yijadistas tártaros panturquistas del movimiento Azatlyk (Libertad), abandonan el teatro de operaciones sirio y viajan a Ucrania para formar parte de un servicio de protección de los manifestantes de la plaza Maidan, en espera del golpe de Estado. Mientras tanto, otros miembros de la misma organización realizan manifestaciones en Kazán.
—El 1º de agosto de 2015, un Congreso Mundial de Tártaros se desarrolla en Ankara, con apoyo y participación de los gobiernos de Ucrania y Turquía. Preside este congreso el célebre agente de la CIA durante la guerra fría, Mustafa Yemilev, y decide crear una «brigada musulmana internacional» para «liberar» Crimea. Yemilev es recibido de inmediato por el ahora presidente turco Recep Tayyip Erdoğan. Esa brigada dispone de instalaciones en Jersón (Ucrania) y organiza varios sabotajes en Crimea, entre ellos un corte gigantesco de electricidad (provocado desde Ucrania). Posteriormente, al no lograr penetrar masivamente en Rusia, sus miembros van a servir de refuerzos a las tropas ucranianas en el Dombás.
Si el Consejo de Seguridad de la ONU se interesara por investigar un poco sobre la «aldea tártara» se daría rápidamente cuenta de que Estados Unidos, Turquía y Ucrania sirven de patrocinadores a los yijadistas tártaros en Siria, en Crimea y en Tartaristán, lo cual incluye a miembros de al-Qaeda y del Emirato Islámico.

Los turcomanos de la Brigada Sultan Abdulhamid

Turquía, que no ha movido un dedo para socorrer a los turcomanos iraquíes masacrados por el Emirato Islámico, en cambio utiliza a los turcomanos sirios en contra de la República Árabe Siria. Esos elementos están organizados por los «Lobos Grises», partido político turco de carácter paramilitar históricamente vinculado a los servicios secretos de la OTAN en su lucha contra el comunismo [en el marco de la «Operación Gladio»]. Por ejemplo, fueron los Lobos Grises quienes organizaron el intento de asesinato contra el papa Juan Pablo II, perpetrado en 1981. Los Lobos Grises están presentes en Europa, principalmente entre los socialdemócratas belgas y los socialistas neerlandeses, llegando incluso a instalar una coordinación europea en Fráncfort del Meno. En realidad, los Lobos Grises no son un partido por sí mismos sino que constituyen la rama paramilitar del MHP (Milliyetçi Hareket Partisi/Partido de Acción Nacionalista).

Logo del Milliyetçi Hareket Partisi/Partido de Acción Nacionalista

Las brigadas turcomanas organizan, con el MIT [los servicios secretos turcos], el saqueo de las fábricas de la ciudad siria Alepo. Expertos turcos viajan a las regiones de Alepo bajo control de los grupos armados anti-Asad, desmontan las máquinas/herramientas de las instalaciones industriales y las envían a Turquía, donde serán montadas nuevamente para su explotación. Al mismo tiempo, las brigadas turcomanas ocupan la zona fronteriza con Turquía, donde el MIT instala y controla campos de entrenamiento de yijadistas.

En noviembre de 2015, la «vedette» de los turcomanos sirios, era el turco Alparslan Celik —miembro de los Lobos Grises y uno de los comandantes de la Brigada Sultan Abdulhamid— quien ordena el asesinato de los dos pilotos del bombardero táctico Su-24 derribado por cazas turcos, con ayuda de un avión de vigilancia y control radioeléctrico AWACS de Arabia Saudita. Uno de los pilotos rusos fue efectivamente ejecutado.

En 1995, los Lobos Grises habían organizado, con la firma inmobiliaria turco-estadounidense Çelebiler İnşaat (que financia las campañas electorales de Hillary Clinton), un amplio reclutamiento de 10.000 yijadistas para enviarlos a luchar en Chechenia. Se instala entonces una base de entrenamiento en la ciudad universitaria de Top Kopa, en Estambul. Uno de los hijos del general Dzhojar Dudáyev dirigía el traslado de los reclutados desde Turquía a través de Azerbaiyán, junto al MIT.

El informe de la inteligencia rusa revela que el MIT turco creó la Brigada Sultan Abdulhamid —que reagrupa los principales grupos armados turcomanos— y que entrenó a sus miembros en la base de Bayir-Bucak, bajo la dirección de instructores de las fuerzas de intervención especial del estado mayor del ejército turco y de agentes del propio MIT. El documento precisa que la brigada turcomana colabora con al-Qaeda.
Toda investigación un poco más profunda llevaría al Consejo de Seguridad de la ONU a reabrir viejos expedientes criminales y a comprobar los vínculos entre la Brigada Sultan Abdulhamid, los Lobos Grises y al-Qaeda.

La IHH e İMKANDER

El informe de la inteligencia rusa revela el papel de 3 ONGs humanitarias turcas en la entrega de armamento a los yijadistas. Se trata de la IHH, de İMKANDER y de Öncü Nesil. La Declaración Final del Grupo Internacional de Apoyo a Siria (GSIS, siglas en inglés), reunido en Múnich durante los días 11 y 12 de febrero de 2016, parece validar esa acusación ya que en ella se estipula que, en adelante, Estados Unidos y Rusia se ocuparán de garantizar que los convoyes humanitarios no transporten otra cosa que material humanitario. Hasta ese momento, el gobierno de Damasco y la prensa habían denunciado constantemente que las mencionadas ONGs estaban apoyando a los yijadistas, pero nadie escuchaba esas denuncias. En septiembre de 2012, un barco fletado por la IHH transportó armas hacia Siria por cuenta de la Hermandad Musulmana.

Sólo conozco las dos primeras organizaciones mencionadas.

La IHH es una asociación fundada e impulsada por el Refah Partisi o Partido del bienestar, de Necmettin Erbakan, pero sin ningún vínculo orgánico ni en materia de estatutos con esa formación política. Se registró primeramente en Alemania, en Friburgo de Brisgovia, en 1992, bajo la denominación de Internationale Humanitäre Hile (IHH), y posteriormente, en 1995, fue registrada en Estambul (Turquía), bajo la denominación Insani Yardim Vakfi. Al ser su nuevo acrónimo IYV, en vez de IHH, incluyó delante de su nombre las palabras Insan Hak ve Hurriyetleri, lo cual significa en turco «Derechos humanos y libertades». Bajo la pantalla de la entrega de ayuda humanitaria a los musulmanes de Bosnia y Afganistán, esta organización les enviaba armas, lo cual correspondía perfectamente con la estrategia de la OTAN. Seguidamente, la IHH también respaldó militarmente el Emirato Islámico de Ichkeria (en Chechenia). En 2006, la IHH organizó en la mezquita Fatih de Estambul un funeral multitudinario, sin el cuerpo pero con decenas de miles de militantes, por el yijadista checheno Shamil Basáyev, muerto por las fuerzas rusas después de haber dirigido la Masacre de la escuela de Beslán.

Friburgo de Brisgovia, en el mapa de Alemania

Vista del exterior de la mezquita de Fatih

Masacre de la escuela de Beslán

La IHH adquirió renombre internacional al organizar junto al AKP (partido sucesor del Refah) la ya mencionada «Flotilla de la Libertad» que transportaría ayuda humanitaria hasta Gaza, rompiendo así el bloqueo israelí. La operación contaba con el visto bueno de la Casa Blanca, que quería humillar al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu. Entre los pasajeros de la flotilla estaba el ya mencionado Mahdi al-Harati. El informe de la Comisión de la ONU presidida por Geoffrey Palmer muestra que, contrariamente a lo que se había dicho, la flotilla no transportaba ninguna carga humanitaria, lo cual lleva a la conclusión de que la IHH sabía de antemano que no llegaría a Gaza y abre una lógica interrogante sobre los verdaderos objetivos de aquella expedición.

El 2 de enero de 2014, la policía turca —que acababa de detener por blanqueo de dinero a los hijos de 3 ministros y el director de un importante banco— intercepta un camión de la IHH cargado de armas destinadas a los yihadistas sirios. Posteriormente realiza un registro en la sede de la IHH, detiene en sus oficinas a Halis B., sospechoso de ser el líder de al-Qaeda en Turquía, y a Ibrahim S., segundo al mando de al-Qaeda en el Medio Oriente. El gobierno de Erdoğan logra finalmente destituir a los policías y libera a los sospechosos.

İmkander (que significa en turco «Fraternidad», en referencia a la Hermandad Musulmana) es otra asociación «humanitaria» creada en Estambul, en 2009. Se especializó en la ayuda a los chechenos y la defensa de los yijadistas del Cáucaso. En el marco de esas actividades organizó en Turquía una campaña mediática cuando Berg-Khazh Musayev, alias «Emir Khamzat» y representante de Dokú Umárov —el autoproclamado «emir del Cáucaso»—, muere asesinado en Estambul. En aquella época, el FSB ruso se consideraba en guerra contra los Estados que apoyaban militarmente a los yijadistas y no vacilaba en eliminarlos en esos países (como en los casos de Zelimkhan Yandarbiyev, en Qatar, y de Umar Israilov, en Austria). İmkander organizó entonces grandes funerales en la mezquita Fatih de Estambul.

Los días 12 y 13 de mayo de 2012, con el respaldo de la alcaldía de Estambul, İmkander organizó un congreso internacional —siguiendo la tradición de los congresos que organizaba la CIA en tiempos de la guerra fría— en apoyo a los independentistas del Cáucaso. Al final del encuentro se creó de manera permanente el Congreso de los Pueblos del Cáucaso, reconociendo como única autoridad de ese territorio el Emirato del Cáucaso de Dokú Umárov. Los delegados acusaron al Imperio Ruso, la Unión Soviética y la Federación Rusa de haber practicado y de seguir practicando el genocidio contra los habitantes del Cáucaso. A través de un video, el emir Dokú Umárov. llamó a todos los pueblos del Cáucaso a unirse a la yijad. Rusia denunció enérgicamente aquel encuentro.

En 2013, Rusia solicitó al Comité de Sanciones 1267/1989 del Consejo de Seguridad de la ONU que incluyera İmkander en la lista de organizaciones vinculadas con al-Qaeda. El Reino Unido, Francia y Luxemburgo se negaron a ello. Aunque İmkander proclama públicamente su respaldo político a al-Qaeda en el Cáucaso, los occidentales consideraron que Rusia no aportaba suficientes pruebas sobre su participación en las operaciones militares.
Estas dos ONGs están directamente implicadas en el tráfico de armas —en el caso de IHH— y —en lo que concierne a İmkander— en el respaldo político a los yijadistas. Cuentan con el respaldo del AKP, el partido —actualmente en el poder— creado por el hoy presidente Erdoğan como sustituto del Refah, prohibido por el Tribunal Constitucional de Turquía.

¿Qué hacer con el informe de la inteligencia rusa? 

Es poco probable que el Consejo de Seguridad de la ONU estudie el informe de la inteligencia rusa. El papel de los servicios secretos es un tema que generalmente se aborda en secreto. En todo caso, Estados Unidos tendrá que precisar lo que piensa hacer con su aliado turco, sorprendido con las manos en la masa mientras violaba las resoluciones del Consejo de Seguridad.

A los datos de inteligencia presentados por Rusia ya se suman además los vínculos personales del presidente turco Erdoğan con Yasin al-Qadi, el banquero de al-Qaeda y la información sobre el papel de su hijo, Bilal Erdoğan, en la venta del petróleo robado por el Emirato Islámico.

No parece haber duda de que la bravuconería turca que denotan los anuncios de Ankara sobre una posible invasión militar contra Siria, no pasan de ser una manera de desviar la atención. Lo que sí es seguro es que, en caso de guerra entre Turquía y Rusia, el informe de la inteligencia rusa bastaría para privar a Ankara del respaldo de la OTAN (Artículo 5 de la Carta de la alianza atlántica).

Fuente: http://www.voltairenet.org/article190357.html

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