Turquía ha tenido la pésima idea de derribar un avión ruso que había estado 17 segundos en su espacio aéreo. La operación, cuyo objetivo era que Rusia entendiera que no debe inmiscuirse en la tercera guerra contra Siria —guerra destinada a crear un Estado colonial en el norte de Siria para amontonar allí a los kurdos de Turquía— ha tenido un efecto inverso al deseado. Moscú está reforzando sus medios antiaéreos en Siria y aislando además a Turquía. Ankara ha perdido el beneficio del acuerdo oral secreto concluido en el pasado con Háfez el-Ásad. Londres, París y Tel Aviv ya no saben cómo seguir adelante con el plan que habían trazado.
El jefe del YPG —partido de los kurdos de Siria—, Salih Muslim, quien ahora vive en Turquía, ha traicionado los ideales del líder Abdullah Öcalan al aliarse con Francia, el Reino Unido e Israel. Este personaje pretende participar en el proyecto de colonización del norte de Siria, proyecto que incluye la expulsión de los 10 millones de kurdos de Turquía hacia ese nuevo Estado colonial.
Al término de la Guerra Civil turca, Turquía amenazó a Siria con invadirla, recurriendo al respaldo de la OTAN, si Damasco mantenía su decisión de dar asilo al líder del PKK, Abdullah Öcalan. El entonces presidente sirio, Háfez el-Ásad, se vio así obligado a solicitar al jefe del PKK que buscara otra tierra de asilo y tuvo que concluir un acuerdo verbal con Turquía. Ambas partes decidieron que el ejército turco podría penetrar en territorio sirio, hasta 8 kilómetros a partir de la frontera común, para garantizar que el PKK no pudiese disparar con morteros desde el suelo sirio.
Desde el inicio de la actual agresión contra Siria, el ejército turco ha usado y abusado de ese acuerdo verbal, no para prevenir posibles ataques del PKK sino para crear en esa zona campos de entrenamiento para los yijadistas.
En octubre de 2015, cuando comenzaba la campaña militar rusa y Salih Muslim iniciaba la operación de «kurdización» forzosa del norte de Siria, el célebre investigador turco Fuat Avni anunció a través de su cuenta de Twitter que Turquía estaba preparando la destrucción de un avión ruso. Y eso fue lo que sucedió el 24 de noviembre.
Con vista a la tercera guerra contra Siria, el objetivo era dirigir a Rusia un mensaje para se limitara a defender Damasco y Latakia y dejara el resto del país en manos de Turquía y sus aliados.
En 2011, esas mismas milicias turcomanas desmontaron las 80.000 fábricas de Alepo, la capital económica de Siria, cuyas máquinas fueron enviadas después a Turquía. Por lo tanto, el objetivo de los bombardeos rusos, contrariamente a las afirmaciones de Turquía, no era la población civil turcomana sino destruir un grupo terrorista responsable de actos de saqueo organizado, en el sentido descrito en las convenciones internacionales. Los bombardeos rusos habían provocado la huida de 1.500 civiles y airadas protestas de Turquía, país que envió una carta al Consejo de Seguridad de la ONU.
El principal líder de las milicias turcomanas de Siria es Alparslan Çelik, miembro de los Lobos Grises, el partido neofascista turco históricamente vinculado a los servicios secretos de la OTAN. Alparslan Çelik se jactó de haber ordenado disparar contra los pilotos rusos cuando estos descendían en paracaídas.
El avión ruso destruido estuvo solamente 17 segundos en el espacio aéreo turco y fue derribado cuando ya se encontraba en el espacio aéreo de la República Árabe Siria. Sin embargo, Turquía, que considera como anexada la zona de 8 kilómetros de profundidad de suelo sirio donde tenía derecho a penetrar en virtud al acuerdo verbal con el anterior presidente sirio, Hafez el-Assad, puede haber imaginado que la intrusión rusa fue más larga. En todo caso, al maniobrar para derribar el avión ruso, el F-16 turco penetró durante 40 segundos en el espacio aéreo de Siria.
Por su parte, Rusia no había tomado medidas de protección de sus bombarderos, ya que Turquía participa oficialmente en la lucha contra las organizaciones terroristas. También hay que tener en cuenta otros hechos: una intrusión aérea de pocos segundos nunca se considera como una «amenaza para la seguridad nacional», Turquía tenía además conocimiento de las operaciones rusas en la zona y, por último, la propia Turquía viola diariamente el espacio aéreo de otros países, entre los que se halla Chipre.
A pedido urgente de Turquía, la OTAN reunió el Consejo del Atlántico Norte, que no fue capaz de adoptar una resolución y se limitó a una breve declaración de su secretario general, llamando… a la moderación. Diversas fuentes han mencionado por ello la existencia de divergencias en el seno del Consejo del Atlántico Norte.
La prensa oficial de Arabia Saudita publicó una grabación de audio de lo que parece ser una advertencia de los controladores aéreos militares turcos al avión ruso avisándole que estaba a punto de penetrar en el espacio aéreo turco. Numerosos políticos del AKP [el partido del presidente turco Erdogan, actualmente en el poder] comentaron la grabación, denunciando la situación de peligro supuestamente creada por la aviación rusa. Pero las fuerzas armadas de la Federación Rusa desmintieron esta grabación, probando que se trataba de una falsificación. El gobierno turco afirmó entonces que no tenía nada que ver con la difusión de dicha grabación.
El presidente Putin ha calificado el derribo del Su-24 de «puñalada por la espalda». También denunció públicamente el papel de Ankara en el financiamiento del Emirato Islámico, específicamente mediante el libre tránsito del petróleo robado a través de Turquía. El ministerio ruso de Relaciones Exteriores ha pedido a los 4,5 millones de turistas rusos que planeaban viajar a Turquía que anulen sus reservaciones y ha restablecido la exigencia de visas a los ciudadanos turcos que pretenden entrar en Rusia. El Kremlin emitió además un decreto que prohíbe todo nuevo contrato entre personas u órganos rusos y personas y entidades turcas, esta medida incluye el empleo de personal, la importación y exportación de mercancías así como el turismo.
Al término de la Guerra Civil turca, Turquía amenazó a Siria con invadirla, recurriendo al respaldo de la OTAN, si Damasco mantenía su decisión de dar asilo al líder del PKK, Abdullah Öcalan. El entonces presidente sirio, Háfez el-Ásad, se vio así obligado a solicitar al jefe del PKK que buscara otra tierra de asilo y tuvo que concluir un acuerdo verbal con Turquía. Ambas partes decidieron que el ejército turco podría penetrar en territorio sirio, hasta 8 kilómetros a partir de la frontera común, para garantizar que el PKK no pudiese disparar con morteros desde el suelo sirio.
Desde el inicio de la actual agresión contra Siria, el ejército turco ha usado y abusado de ese acuerdo verbal, no para prevenir posibles ataques del PKK sino para crear en esa zona campos de entrenamiento para los yijadistas.
En octubre de 2015, cuando comenzaba la campaña militar rusa y Salih Muslim iniciaba la operación de «kurdización» forzosa del norte de Siria, el célebre investigador turco Fuat Avni anunció a través de su cuenta de Twitter que Turquía estaba preparando la destrucción de un avión ruso. Y eso fue lo que sucedió el 24 de noviembre.
Con vista a la tercera guerra contra Siria, el objetivo era dirigir a Rusia un mensaje para se limitara a defender Damasco y Latakia y dejara el resto del país en manos de Turquía y sus aliados.
La sala de mando del Centro de Operaciones Aéreas Combinadas (CAOC) de la OTAN en la Base Aérea de Torrejón, en España.
En el plano técnico, la defensa aérea de Turquía, al igual que la de los demás países miembros de la OTAN, se coordina desde el Centro de Operaciones Aéreas Combinadas (CAOC) de Torrejón, en España. Por consiguiente, el jefe del estado mayor de la fuerza aérea turca, general Abidin Ünal, tendría que haber informado previamente al comandante del CAOC, el general español Rubén García Servert. Por el momento se ignora si fue eso lo que sucedió. En todo caso, el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan ha confirmado que él mismo dio personalmente la luz verde a la orden de derribo del avión ruso.
Por su parte, el estado mayor ruso había comunicado previamente a la OTAN los planes de vuelo de sus aviones, lo cual demuestra que la OTAN sabía perfectamente que el avión «desconocido» era ruso, contrariamente a lo que alega Ankara. Por otro lado, un avión AWACS de la OTAN había despegado previamente desde la base griega de Aktion (cerca de Préveza) para vigilar la zona.
Los aviones rusos estaban bombardeando la brigada que lleva el nombre del sultán Abdul Hamid II, el último sultán otomano —tristemente célebre por sus masacres contra los cristianos del Oriente. Desde el inicio de la guerra contra Siria, los servicios secretos turcos han estado armando y manipulando las milicias turcomanas del norte de Siria. La prensa turca ha mencionado el envío de al menos 2.000 camiones de armas y municiones —hecho reconocido incluso por el propio presidente Erdoğan—, armamento que dichas milicias distribuyeron en su mayoría, y de inmediato, a los hombres de al-Qaeda.
Por su parte, el estado mayor ruso había comunicado previamente a la OTAN los planes de vuelo de sus aviones, lo cual demuestra que la OTAN sabía perfectamente que el avión «desconocido» era ruso, contrariamente a lo que alega Ankara. Por otro lado, un avión AWACS de la OTAN había despegado previamente desde la base griega de Aktion (cerca de Préveza) para vigilar la zona.
Un E-3 Sentry de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos
Los aviones rusos estaban bombardeando la brigada que lleva el nombre del sultán Abdul Hamid II, el último sultán otomano —tristemente célebre por sus masacres contra los cristianos del Oriente. Desde el inicio de la guerra contra Siria, los servicios secretos turcos han estado armando y manipulando las milicias turcomanas del norte de Siria. La prensa turca ha mencionado el envío de al menos 2.000 camiones de armas y municiones —hecho reconocido incluso por el propio presidente Erdoğan—, armamento que dichas milicias distribuyeron en su mayoría, y de inmediato, a los hombres de al-Qaeda.
En 2011, esas mismas milicias turcomanas desmontaron las 80.000 fábricas de Alepo, la capital económica de Siria, cuyas máquinas fueron enviadas después a Turquía. Por lo tanto, el objetivo de los bombardeos rusos, contrariamente a las afirmaciones de Turquía, no era la población civil turcomana sino destruir un grupo terrorista responsable de actos de saqueo organizado, en el sentido descrito en las convenciones internacionales. Los bombardeos rusos habían provocado la huida de 1.500 civiles y airadas protestas de Turquía, país que envió una carta al Consejo de Seguridad de la ONU.
El principal líder de las milicias turcomanas de Siria es Alparslan Çelik, miembro de los Lobos Grises, el partido neofascista turco históricamente vinculado a los servicios secretos de la OTAN. Alparslan Çelik se jactó de haber ordenado disparar contra los pilotos rusos cuando estos descendían en paracaídas.
El avión ruso destruido estuvo solamente 17 segundos en el espacio aéreo turco y fue derribado cuando ya se encontraba en el espacio aéreo de la República Árabe Siria. Sin embargo, Turquía, que considera como anexada la zona de 8 kilómetros de profundidad de suelo sirio donde tenía derecho a penetrar en virtud al acuerdo verbal con el anterior presidente sirio, Hafez el-Assad, puede haber imaginado que la intrusión rusa fue más larga. En todo caso, al maniobrar para derribar el avión ruso, el F-16 turco penetró durante 40 segundos en el espacio aéreo de Siria.
Por su parte, Rusia no había tomado medidas de protección de sus bombarderos, ya que Turquía participa oficialmente en la lucha contra las organizaciones terroristas. También hay que tener en cuenta otros hechos: una intrusión aérea de pocos segundos nunca se considera como una «amenaza para la seguridad nacional», Turquía tenía además conocimiento de las operaciones rusas en la zona y, por último, la propia Turquía viola diariamente el espacio aéreo de otros países, entre los que se halla Chipre.
A pedido urgente de Turquía, la OTAN reunió el Consejo del Atlántico Norte, que no fue capaz de adoptar una resolución y se limitó a una breve declaración de su secretario general, llamando… a la moderación. Diversas fuentes han mencionado por ello la existencia de divergencias en el seno del Consejo del Atlántico Norte.
La prensa oficial de Arabia Saudita publicó una grabación de audio de lo que parece ser una advertencia de los controladores aéreos militares turcos al avión ruso avisándole que estaba a punto de penetrar en el espacio aéreo turco. Numerosos políticos del AKP [el partido del presidente turco Erdogan, actualmente en el poder] comentaron la grabación, denunciando la situación de peligro supuestamente creada por la aviación rusa. Pero las fuerzas armadas de la Federación Rusa desmintieron esta grabación, probando que se trataba de una falsificación. El gobierno turco afirmó entonces que no tenía nada que ver con la difusión de dicha grabación.
El presidente Putin ha calificado el derribo del Su-24 de «puñalada por la espalda». También denunció públicamente el papel de Ankara en el financiamiento del Emirato Islámico, específicamente mediante el libre tránsito del petróleo robado a través de Turquía. El ministerio ruso de Relaciones Exteriores ha pedido a los 4,5 millones de turistas rusos que planeaban viajar a Turquía que anulen sus reservaciones y ha restablecido la exigencia de visas a los ciudadanos turcos que pretenden entrar en Rusia. El Kremlin emitió además un decreto que prohíbe todo nuevo contrato entre personas u órganos rusos y personas y entidades turcas, esta medida incluye el empleo de personal, la importación y exportación de mercancías así como el turismo.
Hasta el momento, Rusia había vendido sus S-400 Triumf únicamente a China y Argelia. Junto a los también rusos S-500, los S-400 S-400 Triumf son actualmente los misiles antiaéreos más eficaces del mundo.
Para garantizar la protección de su aviación en Siria, Rusia ha desplegado en la zona una treinta de aviones de combate suplementarios que escoltarán sus bombarderos tácticos.
Pero lo más importante en ese sentido es el despliegue de misiles tierra-aire S-400 en el aeropuerto militar de Hmeymim, cerca de Latakia. Con un alcance efectivo de 600 kilómetros, esos sistemas antiaéreos son capaces de seguir simultáneamente hasta 160 blancos y destruirlos. La coalición estadounidense, de la que forman parte Francia y Turquía, ha ordenado de inmediato la suspensión de sus vuelos sobre Siria.
De todo lo anterior, podemos concluir que la OTAN estaba informada sobre la preparación del ataque turco y permitió su realización. Todo hace pensar que Washington, que podría respaldar el proyecto de creación de un Kurdistán en Turquía, pero se opone al montaje de un seudo Kurdistán en el norte de Siria, se dispone, junto a Rusia, a contrarrestar el proyecto franco-israelo-británico, como en 1956, cuando los dos Grandes se opusieron a la colonización del Canal de Suez.
Fuente: http://www.voltairenet.org/article189459.html#nh15
Para garantizar la protección de su aviación en Siria, Rusia ha desplegado en la zona una treinta de aviones de combate suplementarios que escoltarán sus bombarderos tácticos.
Pero lo más importante en ese sentido es el despliegue de misiles tierra-aire S-400 en el aeropuerto militar de Hmeymim, cerca de Latakia. Con un alcance efectivo de 600 kilómetros, esos sistemas antiaéreos son capaces de seguir simultáneamente hasta 160 blancos y destruirlos. La coalición estadounidense, de la que forman parte Francia y Turquía, ha ordenado de inmediato la suspensión de sus vuelos sobre Siria.
De todo lo anterior, podemos concluir que la OTAN estaba informada sobre la preparación del ataque turco y permitió su realización. Todo hace pensar que Washington, que podría respaldar el proyecto de creación de un Kurdistán en Turquía, pero se opone al montaje de un seudo Kurdistán en el norte de Siria, se dispone, junto a Rusia, a contrarrestar el proyecto franco-israelo-británico, como en 1956, cuando los dos Grandes se opusieron a la colonización del Canal de Suez.
Fuente: http://www.voltairenet.org/article189459.html#nh15
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