Antes de empezar el partido muchos criticaban la cantidad de cambios que hizo Xavi Hernández, y debo decir que a mí tampoco me gusta hacer tantos cambios. Pero, ahora ya nadie habla de eso porque el Barça ganó claramente al Cádiz. Si hubiéramos perdido la cosa sería diametralmente opuesta. Y las críticas serían feroces. Es evidente que aquí nos regimos por los resultados. Yo, a veces pienso que algunos periodistas ni siquiera ven el partido, leyendo sus artículos sobre el mismo.
En realidad, lo único que pensaba yo que era indispensable, era dejar a Robert Lewandowski en el banquillo, no porque no tenga la suficiente preparación como para disputar dos partidos en apenas cuatro días, sino por el riesgo de lesión que temía yo, a pocos días de enfrentarse al Bayern. Yo pensaba que el Cádiz dada su precaria situación saldría al límite, y convenía reservar a los que físicamente no están al cien por cien, y los futbolistas imprescindibles como Robert Lewandowski. Luego vimos que el Cádiz sorprendentemente no se empleó con la intensidad que esperaba.
Me decepcionó Xavi Hernández porque el equipo sobre el césped estaba teniendo ciertos problemas, y no hizo nada hasta que vinieron los cambios, empezada ya la segunda parte. Yo pedía que cambiase a los extremos de banda, porque todo el mundo critica a Ferrán Torres, pero nadie dice que es extremo derecho, y nunca juega en su sitio. Yo entiendo que, a pesar de ello, si el técnico piensa que hay otro mejor en su puesto lo desplace. Pero, estábamos viendo que Raphinha tampoco se estaba significando por su banda. Era mejor pues, probar un cambio de banda para los extremos y además estos jugarían a pie natural, abriendo más el campo. Y ordenar a los laterales se proyectaran hacia dentro...
Otro posible cambio, hubiera sido meter a Memphis en banda izquierda, y poner a Ferrán Torres como nueve, o falso nueve, llámenlo ustedes como quieran. El caso era hacer algún cambio.
Después me volvió a decepcionar Xavi, porque no hizo cambios en el descanso. No entiendo porque los entrenadores con cinco cambios por delante, no hacen uno o dos cambios en el descanso, casi como rutina. Teníamos a Raphinha que no estaba imponiéndose en la banda, y además tenía una tarjeta. Tal como estaba el árbitro era un riesgo, tener a un futbolista con tarjeta sobre el césped. Y más a un delantero que también defiende. Y normalmente, al ser delanteros no defienden bien, y provocan muchas tarjetas. Una más, y nos quedábamos con diez futbolistas.
Después, salieron: Robert, Dembelé y Pedri, y se acabó el partido.
A mí me preocupa que si bien Xavi, es capaz de gestionar la plantilla como es de recibo, —aunque de una forma algo radical— no es capaz de gestionar de igual forma los partidos. Con lo sencillo que era cambiar a los extremos de banda, que se puede corregir enseguida sino funciona. Y en cambio, puede cambiar la dinámica de un partido.
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