«Juana de Arco fue el símbolo de una juventud sin respeto. Se burló de las convenciones y los falsos poderes. Juana nos ofrece, con su sonrisa, la magnífica virtud de la insolencia». Robert Brasillach
La muerte de Daria Dugin, acontecida la noche del 21 de agosto del presente año, fue un hecho que conmociono a todo el mundo político e intelectual iliberal, fue un hecho atroz, cruel y que le arrebató a una joven de veintinueve años un futuro brillante como politóloga y periodista.
Pero Daria a su edad ya había recorrido un largo camino al lado de su padre el profesor Alexander Dugin, escribiendo, dando conferencias, su mayor arma fue su mente. Daría murió en un atentando que iba dirigido a su padre, el filósofo catalogado como «el pensador más peligroso de la actualidad» iba a ser quien tomara ese auto, pero en su lugar en una trágica coincidencia iba su hija.
Esto no debió haber sucedido, a ninguno de los dos, ellos estaban en suelo ruso, ellos estaban finalizando un campamento para los jóvenes, sus últimas fotos muestran cuan felices eran en esos momentos.
Días antes de su asesinato —debemos decir asesinato y no muerte, para que se sepa bien y claro que ella nos fue arrebatada— fue asesinada también la periodista rusa Zemfira Souleymanova, activista nacional bolchevique, del partido La Otra Rusia fundado por Eduard Limónov, ella murió cuando se encontraba de voluntaria en un poblado cercano a la República Popular de Donetsk.
El asesinato de Daria tuvo más repercusión mediática, conmociono a todos los círculos iliberales, pero no debemos olvidarnos de Zemfira de veinticinco años, una joven idealista y llena de vida que murió por sus principios.
Los favoritos de los dioses mueren jóvenes dicen los helenos, las dos jóvenes murieron en la flor de su juventud mientras seguían el camino de la acción política y cultural.
En Daria podemos ver así un arquetipo de Juana de Arco del ideal multipolar, aquella joven que en su adolescencia combatió para liberar una nación de sus antiguos enemigos y poner fin a una guerra de cien años.
Juana de Arco que tal como cita la frase de Robert Brasillach con la que inicia este artículo, la puso de ejemplo como representante de una juventud rebelde y contestataria.
Juana de Arco desafío las costumbres de su tiempo, siguiendo el llamado de lo Sagrado, fue a pelear por la liberación de su patria Francia, desafío a sus padres, se encaró frente al Delfín y frente a generales, clérigos y nobles, es decir frente a las figuras de autoridad para poder luchar por su ideal, demostrando que la verdadera autoridad no viene de rangos, ni de cunas, sino de un poder superior.
Con la misma rebeldía, desafío e insolencia juvenil Daria enfrentó a los poderes globalistas que, así como los ingleses en el Medievo tenían asediada a Francia, hoy estos poderes mantienen sometido a las naciones.
Daría Dugin puede ser vista como la Juana de Arco del mundo multipolar, en sus propias palabras se puede ver que ella veía su misión como más allá de la política, como un deber sagrado: «Esta guerra espiritual contra el mundo moderno me da fuerzas para vivir. Estoy luchando contra la hegemonía del mal por la verdad de la Tradición Eterna».
Daria estaba catalogada como potencial amenaza por el servicio de inteligencia de Inglaterra, los mismos enemigos de Juana de Arco y de toda Europa. Así como Juana de Arco pereció por el fuego de la hoguera, así Daria fue asesinada a través del fuego de una bomba, pero no contentos con su asesinato, la prensa occidental la ha quemado en la hoguera nuevamente por medio de noticias falsas, tergiversaciones y acusaciones infundadas de racismo y apología al genocidio, la prensa occidental nuevamente ha mostrado ser una porquería y un órgano al servicio de todo el mundo unipolar y globalista.
Después de su muerte Juana de Arco fue canonizada como santa y se convirtió en la santa patrona de Francia, así Daria después de su asesinato le fue otorgada la Orden del Valor de forma póstuma por parte del gobierno de Vladimir Putin, el más alto honor en Rusia. Después de sus asesinatos Juana y Daria triunfaron después de la muerte trascendiendo y convirtiéndose en santas y heroínas.
En Juana y en Daria se conjugan la juventud, la rebeldía y la santidad, la rebeldía contestataria, la lucha por un ideal sagrado, el combate por la libertad y contra la tiranía, la trascendencia más allá de la política, la cultura y la muerte, para convertirse en símbolos de la guerra sagrada.
En Juana, Daria y Zemfira se encuentra la representación de lo que el profesor Dugin llamaría el feminismo de Hécate en su libro Noomajia (Ediciones Fides), ¿Qué es el feminismo de Hécate? Es el antagónico al feminismo occidental y globalista, este tipo de feminismo patriótico e identitario, está basado en la diosa Hécate quien en un principio fue una diosa celestial que otorga la sabiduría, la valentía y la victoria en la lucha.
El profesor Dugin cita: «(…) el feminismo de Hécate es la restauración de la dignidad de la mujer como amiga y aliada del hombre, del hombre indoeuropeo. Se trata de un feminismo indoeuropeo que está en contra del Logos de Cibeles, porque es la glorificación del principio femenino del Logos puramente indoeuropeo». (Noomajia de Ediciones Fides)
Dentro de ese mismo espíritu de Juana de Arco y del feminismo de Hécate también entraría la figura de Dení Prieto Stock «María Luisa», guerrillera mexicana, asesinada por el ejército durante los años de la guerrilla.
Es ese espíritu juvenil que combate, que se niega a envejecer, que muere en la lucha y que a su muerte trasciende, la muerte heroica, la juventud eterna, la conversión de un combatiente en mártir, héroe y santo, como en las historias míticas.
La juventud de hoy lo que quiere no es combatir ni trascender, sino ser una copia de los adolescentes de Netflix, obedecer al Estado cuando les ordena quedarse en casa, usar cubrebocas y obedecer las normas, ponerse banderitas de Ucrania o seguir la causa social de moda.
Daría fue una joven que fue enemiga de ese tipo de juventud que desean los poderes globales, ella fue una guerrera intelectual y por eso fue asesinada. Los últimos días de Daria Dugin fueron en un campamento euroasiático, conviviendo con otros jóvenes, dando formación cultural, deportiva y política para la lucha por el mundo multipolar. Daría murió con una sonrisa pues su ejemplo sirvió a los jóvenes y ahora más que nunca ella es un símbolo.
Los ingleses no pudieron matar a Juana de Arco, los globalistas no pudieron asesinar a Daria y ahora ella ha trascendido como heroína y santa del nuevo orden multipolar.
No pudieron matarla, la volvieron un símbolo, aun después de su muerte Daria ha triunfado sobre sus enemigos y los enemigos de Rusia.
En esta nueva era, Daria Dugin es la Juana de Arco del mundo multipolar.
¡Daria Dugin presente!
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