LA GUERRA EN UCRANIA ES UN CHOQUE DE CIVILIZACIONES ENTRE EL MUNDIALISMO Y LA CIVILIZACIÓN EURASIÁTICA...

 

El conflicto en Ucrania aún no ha terminado, pero en Occidente nos bombardean con información a favor de los ucranianos. Sin embargo, no podemos olvidar que los rusos también tienen su propio punto de vista, por eso hemos entrevistado a Daria Dugina, la hija de Alexander Dugin, sobre lo que está pasando. Lo que dice nos ha fascinado.

Breizh-info.com: Por favor preséntese a nuestros lectores y la razón por la que resulta difícil llevar el apellido de su padre.
Daria Dugin: Soy licenciada en Historia de la Filosofía de la Universidad Estatal de Moscú. Mi tesis giró alrededor de la filosofía política del neoplatonismo tardío, un tema que tiene mucho que aportar. La filosofía política neoplatónica giraba alrededor de una homología entre el alma y el Estado, sosteniendo que ambas instancias tenían un carácter tripartito. Así como nuestra alma está compuesta por tres funciones también el Estado posee tres funciones (el neoplatonismo describía el modelo tripartito indoeuropeo que posteriormente Dumézil sistematizaría de forma brillante en sus obras), siendo esta la forma de organización social por excelencia tanto de la Antigüedad como de la Edad Media. Es lamentable que tal comprensión de la política y el alma se haya perdido en la actualidad, hoy en día estamos acostumbrados a concebir la política como una simple cuestión técnica, mientras que el neoplatonismo señalaba la existencia de una profunda conexión entre la política y la psicología. Creo que es necesario restablecer esta visión integral de la política por medio de un retorno a una «política existencial».

Por otro lado, tengo el honor de encontrarme en el mismo barco de mi padre, es decir, en el mismo barco existencial, pues soy la hija de un gran erudito tradicionalista que ha escrito una obra de 24 volúmenes titulada NOOMAJÍA (las «guerras de la mente», en el cual hace un análisis de los Tres Logoi que rigen todas las culturas del mundo). El hecho de que se nos impida ir a Estados Unidos, Canadá, Australia y Reino Unido es un símbolo de que mi familia está combatiendo el globalismo. Por lo tanto, estoy feliz de haber nacido en una familia así.

Breizh-info.com: ¿Cuáles son sus trabajos actuales?
Daria Dugina: Trabajo como observadora del Movimiento Euroasiático Internacional y soy experta en relaciones internacionales. Me dedico sobre todo al análisis de la política y la geopolítica europea, por lo que aparezco en muchos canales de televisión rusos, pakistaníes, turcos, chinos e hindúes exponiendo los fundamentos de la multipolaridad y los procesos políticos que la acompañan. Estoy interesada sobre todo en los espacios civilizacionales de Europa y el Medio Oriente, en donde creo que se está produciendo una especie de revolución conservadora, como, por ejemplo, el enfrentamiento de Irán contra la hegemonía estadounidense o la lucha de Siria contra el imperialismo occidental, el alejamiento cada vez mayor de Turquía de la OTAN y el bloque geopolítico anglosajón que quiere crear una política exterior propia basada en la multipolaridad o los diferentes diálogos que se están produciendo en la civilización euroasiática. Creo que es importante seguir estos procesos que están transcurriendo en el Medio Oriente, pues se ha convertido en uno de los lugares donde la lucha contra el imperialismo se libra abiertamente. También me interesa aprender más sobre los países africanos, pues representan «ese otro» incognoscible tanto para Europa como para Rusia. Su conocimiento nos ayudaría a mejorar nuestro propio análisis de las civilizaciones. África siempre ha sido un lugar de ensueños para los europeos y los rusos, basta recordar el Viaje a Abisinia y Harrar de Arthur Rimbaud o el Diario de África escrito por el poeta ruso Nikolái Gumiliov, inspirado por Rimbaud, donde encontramos toda clase de poemas sobre ese continente. África es un continente y una civilización inexplorada que el colonialismo occidental intentó destruir de forma cruel e inmisericorde. Hoy se están produciendo grandes cambios en el continente africano debido a la emergente confrontación entre civilizaciones que se está produciendo: por un lado, existe la civilización occidental y, por el otro, la civilización auténticamente africana (que es tan diferente y tan única) que no deja de ser interesante.

No obstante, la cuestión realmente importante es el desarrollo de una teoría multipolar. Es obvio que la unipolaridad ha llegado a su fin, la igual que el liberalismo y su intento de ponerle fin a la historia. Creo que hemos entrado en una etapa llena de desafíos, provocaciones y complejidades como nunca antes había existido. El nacimiento de la multipolaridad, la creación de bloques civilizacionales y el establecimiento de un dialogo entre estas diferentes civilizaciones es uno de los problemas más acuciantes que deben resolver los intelectuales contemporáneos. El realista Samuel Huntington tenía razón al advertir que en el panorama internacional comenzaría a producirse un choque de civilizaciones. Otro experto en el campo de las relaciones internacionales, Fabio Petito, sostuvo que el «dialogo entre las diferentes civilizaciones era el único camino que podíamos seguir». Es por eso que las zonas fronterizas (intermedias) que existen entre las civilizaciones deben ser tratadas con sumo cuidado si queremos que la multipolaridad sea una realidad. Todos los conflictos actuales precisamente suceden en las fronteras (zonas intermedias) que existen entre las diferentes civilizaciones y donde siempre han chocado entre sí. Por lo tanto, es necesario que desarrollemos una teoría de la «frontera» (intermedia) para que la multipolaridad sea una realidad y podamos dejar atrás el «choque» en favor de un «diálogo» entre las diferentes civilizaciones. De lo contrario, el «choque» será la única realidad que veamos de ahora en adelante.

Breizh-info.com: ¿Cuál es su perspectiva de la guerra de Ucrania y la forma en que Occidente y el resto del mundo asumen semejante escenario?
Daria Dugina: Lo que está aconteciendo hoy en Ucrania es un excelente ejemplo del choque de civilizaciones, donde la civilización globalista está en guerra con la civilización eurasiática. Después de que se produjo la «gran catástrofe geopolítica» (como llama el actual presidente de Rusia a la desaparición de la URSS), los territorios que una vez formaron parte de una solo civilización se convirtieron en «fronteras» (zonas intermedias) donde nuestros vecinos comenzaron a interferir: la OTAN y, sobre todo, Estados Unidos, siempre han estado interesados en desestabilizar las fronteras de Rusia. Ya desde la década de 1990 estas entidades comenzaron a influir en la política de los nuevos Estados surgidos de esa catástrofe y Ucrania no fue la excepción. El Maidan y los acontecimientos que ocurrieron en 2014 fueron apoyados fervientemente por Nuland y el globalista Bernard-Henri Levy, lo cual finalmente desembocó en que los globalistas controlaran Ucrania directamente. Los liberales y nacionalistas ucranianos, que eran más o menos neutrales hasta el 2014, terminaron por unirse a la agenda globalista y pro-estadounidense. Durante estos ocho años se ha producido la difusión sistemática de la rusofobia en Ucrania, lo cual pasa por la promoción de propaganda y reescritura de la historia hasta llegar a la liquidación física de las poblaciones rusas en ese país: el gobierno ucraniano ha bombardeado el Dombás todos los días durante los últimos ocho años. Creo que los franceses harían bien en ver lo documentales y entrevistas de la periodista Anne Laure Bonnel que cuenta con todo lujo de detalles tal realidad.

El apoyo unánime de Occidente a Ucrania en el 2022, junto con el enorme suministro de armas de su parte, demuestra que el globalismo ha comenzado a perder terreno frente a la creciente multipolaridad. Me resulta doloroso ver como Europa ha sucumbido frente a la propaganda globalista y en lugar de permanecer neutral decidió tomar partido por la guerra. Lo que pasa en Ucrania es culpa de Estados Unidos, quien ha promocionado por todos los medios este conflicto y nunca ha dejado de suministrar armas a este país. Según la organización Transparencia Internacional, Estados Unidos ha dado más de 658 millones de dólares a Ucrania entre 2014 y 2017.

En cambio, los países de América Latina, Oriente Medio, China e India no han adoptado la retórica globalista. El presidente de Venezuela Nicolás Maduro ha dicho que su país «defiende» la posición de Rusia en este conflicto. En las manifestaciones del Primero de Mayo en Cuba se vio a muchas personas llevando banderas rusas y el símbolo Z como informó la cadena de noticias alemana ZDF. Argentina ha acusado a Occidente de imponer un doble rasero y la vicepresidenta de ese país, Cristina Kirchner, dijo que su país está en conflicto con Londres por las Islas Malvinas. El candidato presidencial de Brasil, Lula da Silva, dijo que el líder ucraniano Volodímir Zelenski es el responsable de lo que está ocurriendo. Mientras tanto, China se ha pronunciado contra la expansión de la OTAN y las provocaciones de Estados Unidos. India ha tratado de mantener su neutralidad estratégica (ya que han experimentaron durante la década de 1990 las dolorosas sanciones que Estados Unidos y Occidente le impuso por negarse a adherirse al Tratado de Prohibición Completo de Ensayos Nucleares), ya que han sido un país que ha atravesado por privaciones tecnológicas y financieras, pero que logró mantenerse firme en sus decisiones gracias al apoyo de Rusia y logró abolirlas. Varios países de Oriente Medio han apoyado la operación militar especial de Rusia, como, por ejemplo, Siria (que es un viejo aliado de Rusia y que está librando una dolorosa guerra contra el globalismo) o Turquía, donde las peticiones de retirada de la OTAN se hacen cada vez más frecuentes, además de que el presidente turco se negó al principio a reconocer la entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN. También los países africanos, especialmente los que tienen poderosos movimientos anti-globalistas, se han negado a apoyar a Occidente en contra de Rusia (Malí, Sudán, RCA, Zimbabue, República del Congo, Eritrea). Todo esto demuestra que se ha acabado la idea de un «mundo único». La operación militar especial de Rusia en Ucrania ha sido un catalizador de muchos procesos geopolíticos que nos conducen a la multipolaridad.

Breizh-info.com: ¿No considera que Rusia se encuentra cada vez más aislada y que sufre por ello?
Daria Dugina: Todo lo contrario, Rusia está encontrando cada vez más socios y nuestra soberanía (empezando por la desdolarización de nuestra economía) se ha reforzado. Los países occidentales han intentado «castigar» la economía rusa por medio de sanciones, pero sus efectos han sido insignificantes (un reportaje de la BFM TV reza «Las sanciones internacionales contra Rusia no parecen tener impacto en la vida cotidiana de los moscovitas»). Las sanciones que Occidente nos ha impuesto han sido una oportunidad para desoccidentalizarnos y buscar nuevos socios. Por otro lado, las sanciones han tenido un efecto bumerang sobre las economías occidentales que están sufriendo una especie de «harakiri». Es una situación muy preocupante, pero forma parte del complot de Estados Unidos para desestabilizar Europa. El primer ministro de Hungría, Viktor Orban, dijo en Budapest que no apoyaría las irracionales medidas contra Rusia: «Las sanciones contra Rusia son como una bomba atómica, ya que corremos el riesgo de no solo no ser capaces de alimentar nuestra población, sino también de recibir grandes cantidades de migrantes».

Considero que están surgiendo nuevos bloques políticos. El periódico chino Global Times escribió hace poco que «los países en desarrollo como China, India, Indonesia, Brasil y otros se han negado a imponer sanciones contra Rusia, por lo que es necesario que todos ellos estudien una forma de coordinarse para enfrentar las sanciones que Occidente les puede imponer en algún momento. Los países en desarrollo deben encontrar la forma de cooperar financiera y comercialmente». Se trata de procesos geopolíticos muy interesantes y Rusia no ha sido aislada; más bien se ha convertido en la pionera de la multipolaridad.

Breizh-info.com: ¿Cómo ha reaccionado la población rusa a esta guerra que ha provocado grandes bajas en su ejército?
Daria Dugina: Toda operación militar siempre implica bajas y la mayoría de las cifras son proporcionadas por fuentes ucranianas (que luego son difundidas por los medios de comunicación occidentales). Todas ellas son incorrectas e imposibles de verificar. Estamos ante una guerra comunicativa en que todo se encuentra politizado, desde las cifras hasta los informes periodísticos. Lamentablemente, los medios de comunicación occidentales no transmiten una visión alternativa de lo que sucede. Por ejemplo, la OFPRA elaboró en el 2016 un dossier sobre Pravy Sektor («Sector Derecho»), un grupo ultranacionalista ucraniano que dice lo siguiente: «Pravy Sektor es acusado de antisemitismo y xenofobia, manifestaciones homófobas, detenciones ilegales y abuso de poder. Forma parte de las milicias armadas y el Cuerpo de Voluntarios ucranianos que hoy participa en la lucha contra los separatistas prorrusos del Dombás. Las tensiones entre el Cuerpo de Voluntarios ucraniano y las autoridades continuo hasta que se convirtieron en un sector bastante incomodo de las fuerzas armadas regulares». Pero en el 2022 los que eran vistos con recelo se convirtieron de repente en héroes, ya que las esposas de los combatientes de Azov (grupo responsable de las crueles matanzas de rusos en el Dombás) se reunieron con el Papa en el Vaticano. Resulta muy extraño que esta organización proscrita hace dos años ahora sea vista positivamente por toda Europa. La reunión de BHL con Marchenko, antiguo jefe del batallón rusófobo y xenófobo Aydar (una organización terrorista prohibida en Rusia), lo demuestra. El liberalismo ahora abraza la xenofobia y el nazismo, resulta paradójico, pero es cierto. Se trata de la «naturaleza cada vez más totalitaria» del liberalismo moderno y su tendencia a manipular la información y las cifras.

Puedo decir que en Rusia la mayoría de la población apoya la operación militar especial, pues consideran que nuestro país está defendiendo sus intereses geopolíticos y luchando contra la rusofobia de Kiev, la cual niega el derecho a la autodeterminación y la existencia de la lengua, la cultura y la identidad rusa. Por supuesto, ciertos elementos indeseables de nuestra sociedad abandonaron inmediatamente nuestro país tras el estallido de las hostilidades, escapando hacia Estados Unidos, Europa e Israel. Entre ellos esta Anatoly Chubais, antiguo jefe de la administración presidencial rusa y uno de los ideólogos y líderes de las reformas económicas que se dieron en la década de 1990. En su momento el Frente Patriótico lo llamó «traidor» y responsable de las dificultades económicas por las que atravesó Rusia. Sin duda ha resultado muy simbólica su partido y existen muchos otros casos.

Todos mis conocidos apoyan esta operación militar no solo de palabra sino también proporcionando ayuda humanitaria a quienes están sufriendo. Esta actividad la desempeñan desde hace ocho años y no solo por lo que está pasando ahora. Al parecer Occidente se olvidó que esto comenzó en el 2014.

Breizh-info.com: Usted es periodista, ¿qué opina de la censura a RT o Sputnik en la Unión Europea, sin hablar del silencio (e incluso la aprobación) de estas medidas por la mayoría de los periodistas europeos?
Daria Dugina: Considero que se trata de un caso sin precedentes de «violación de la libertad de expresión». La libertad de expresión implica la existencia de puntos de vista que pueden desagradarle a las autoridades, por lo que tanto RT como Sputnik eran plataformas de debate público y no instrumentos de propaganda rusa. He visto muchos programas de RT Francia y la mayoría eran interesantes, especialmente porque incluían expertos con puntos de vista alternativo al de los medios controlados por el sistema. El hecho de que los periodistas europeos no hayan reaccionado ante semejante censura «totalitaria» en Occidente deja mucho que desear. Espero que aparezcan medios alternativos que permitan derrotar la rampante desinformación que hoy domina.

Breizh-info.com: Las consecuencias económicas de las sanciones ya se han comenzado a sentir en Francia (sobre todo el aumento del precio de la gasolina). ¿Cómo se podría evitar ese círculo vicioso?
Daria Dugina: Las sanciones antirrusas están dirigidas a destruir la economía europea. En el debate que tuvo con Macron, Marine Le Pen las calificó de un «harakiri» de la economía francesa. Sin embargo, ¿quién gana con el debilitamiento de Europa? Después de los cierres del COVID y las sanciones antirrusas, Europa tendrá que buscar como reconstruir su economía y el único que sale beneficiado de todo eso es EE.UU., que recuperará así su control sobre ese continente. Un Rimland independiente es inaceptable para los anglosajones, especialmente ahora que los sentimientos antiestadounidenses y anti-OTAN (Mélenchon, Le Pen, Zemmour y muchos otros candidatos han criticado activamente la pertenencia de Francia a la OTAN y han recordado lo que hizo De Gaulle en 1966) son una amenaza para la dominación de Estados Unidos. La idea de las sanciones contra Rusia tiene como objetivo debilitar a Europa. Las élites de la UE son los mayordomos del globalismo y han decidido sacrificar el bienestar y el futuro de los pueblos europeos.

Breizh-info.com: ¿Tiene algunas últimas palabras?
Daria Dugina: Insto a todos sus lectores a leer críticamente los informes suministrados por los medios de comunicación. El hecho de que las élites occidentales busquen apoyar a Kiev y demonizar a Moscú tiene una razón de ser. Debemos cuestionarlo todo. Solo así podremos mantener una mirada sobria. La duda, en una sociedad dominada por el espectáculo, la propaganda y el carácter cada vez más totalitario de los sistemas occidentales, es el primer paso que podemos dar para salir de la cueva en la que estamos atrapados…



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