Cumbre histórica de Alaska: ¿se rompe el maleficio de la «Operación Impensable» de Churchill?

 

En la próxima cumbre histórica entre Trump y Putin en Alaska —ex territorio ruso que el zar Alejandro II vendió a Estados Unidos cuando eran aliados los dos países[1]—, el tema de Ucrania no será lo fundamental. Quizá sólo tome dos minutos, como aseveró Trump, cuando lo trascendental serán 5 tópicos: petróleo, tierras raras, la limitación nuclear de ambas superpotencias, el corredor geoeconómico de Rusia y Estados Unidos en el estrecho de Bering —quizá sumado de China para un G3— y el reparto del Ártico[2].

Sólo me detengo para enfatizar que los dos mandatarios, Trump y Putin, son «petroleros» y seleccionaron para su encuentro a Alaska —Estado petrolero del Ártico con 1,7 millones de kilómetros cuadrados y 700.000 habitantes—, que vive eminentemente del oro negro y de su Sistema de Oleoducto Trans-Alaska de 1.300 kilómetros.

¿Por qué se dio la ruptura entre Estados Unidos y Rusia, llevando ominosamente al borde de una tercera guerra mundial nuclear antes de la cumbre de Alaska? La inédita respuesta se encuentra en la muy poco conocida —deliberadamente ocultada por los multimedia de Occidente, controlados por el lobby israelí y su santa alianza con Gran Bretaña— «Operación Impensable» (Unthinkable Operation), apadrinada por el premier británico Winston Churchill.

La Operación Impensable fue gestada por Churchill en 1945 y se mantuvo en secreto hasta 1998 pero hoy puede ser exhumada en National Archives[3], mediante la cual se buscó imponer la voluntad de Estados Unidos y del Imperio británico a Rusia.

Jonathan Walker —miembro de la Comisión Británica para la Historia Militar e Investigador en la Universidad de Birmingham— publicó un impactante libro en 2013: Operación Impensable. La tercera guerra mundial: planes británicos para atacar al imperio soviético 1945[4].

Lo relevante radica en que Churchill propuso la invasión de la Unión Soviética cuando la Segunda Guerra Mundial estaba a punto de concluir. El plan consistía en una «invasión aliada contra la URSS el 1º de julio de 1945 mediante tropas de Estados Unidos, Gran Bretaña y Polonia —nota: y hasta de varias brigadas nazis derrotadas— con el fin de reclamar Europa Oriental para Occidente».

Llama la atención que a Churchill no le haya importado la genealogía de los derrotados nazis, como tampoco —¡69 años después!— a los primeros ministros británicos en turno y rotación no les ha perturbado que hoy la columna vertebral del ejército ucranio esté constituida por los veneradores de Hitler, los neonazis del grupo Bandera[5], que tienen secuestrado al comediante jázaro Zelensky, al borde de la extinción.

El libro de Jonathan Walker señala que el plan «Operación Impensable», que de facto catalizó la guerra fría, fue en realidad puesto en marcha 69 años después en Ucrania, mediante el golpe en el Maidan, con subvención de 5.000 millones de dólares por la CIA. Lo peor: la «Operación Impensable» llegó a vislumbrar la utilización de las tropas nazis derrotadas y hasta el lanzamiento de una bomba atómica (¡megasic!).

Los tectónicos datos de Jonathan Walker fueron extraídos del Centro de Archivos Churchill, el Instituto Sirkoski, el Museo Imperial de la Guerra y los Archivos Nacionales. Llama aún más la atención que la fecha ominosa del 1º de julio de 1945 haya tenido que ser pospuesta sine die debido al lanzamiento de la primera bomba atómica de Estados Unidos en Hiroshima, el 6 de agosto de 1945: es decir, ¡37 días después!

La histórica cumbre en Alaska entre Trump y Putin puede desembocar en forma insólita en la «restauración impensable» de la relación bilateral —muy dañada por los esquemas de Brzezinski y del Partido Demócrata mediante el montaje del Russiagate, donde están implicados el Deep State y el Colectivo Obama, con Biden y la pareja Clinton (Bill y Hillary)—, quizá sumada con China, que se efine como un país «casi del Ártico», y así asentar el Nuevo Orden Mundial tripolar con el G3 de Estados Unidos-Rusia-China.

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