La rusófoba alemana Ursula von der Leyen abandona a Europa ante Trump y favorece a Israel.

En junio de 2022, la alemana Ursula Von der Leyen, viajaba sorpresivamente a Israel, como presidente de la Unión Europea, pero sin haber sido mandatada por la UE. Allí recibió un galardón de la universidad Ben Gurion y afirmó públicamente que «Europa encarna los valores del Talmud». Desde entonces, la señora Von der Leyen se dedica a defender todos los actos de Israel, mientras que ese país extermina a los palestinos recurriendo a las armas y matándolos de hambre. El cronista mexicano Alfredo Jalife menciona en este trabajo todo lo que nadie dice sobre la «emperatriz europea».


Resulta impactante que la alemana Ursula Von der Leyen haya capitulado en su negociación con Trump y haya dejado indefensa a la Unión Europea —como observé en mi entrevista con NegociosTV de España[1]—, lo cual provocó conmoción entre los europeos.

El abandono de la Unión Europea por Von der Leyen contrasta dramáticamente con su defensa a ultranza de Netanyahu así como su hermetismo sobre el genocidio y el proyecto escatológico en curso del Gran Israel.

Alemania pierde metafóricamente su tercera guerra mundial, esta vez de corte geoeconómico: se desindustrializa para reindustrializar a Estados Unidos.

¿Von der leyen prefirió el Gran Israel a la magnificencia de la Unión Europea? Para quienes ignoran su geosicobiografía, puede sonar ultrajante calificar de rusófoba y filotalmúdica a la alemana (nacida en Bélgica), de origen aristocrático, Von der Leyen, polémica presidenta de la Comisión Europea.

En forma perturbadora, Von der Leyen, al recibir el doctorado honoris causa, en la Universidad Ben Gurion en Negev (Israel)[2], afirmaba sin rubor que «Europa representa los valores del Talmud»[3].

¡Vaya aberración! El Talmud constituye la «compilación de anteriores enseñanzas consideradas sagradas y normativas por los judíos».

La humanista civilización renacentista de la verdadera Europa colisiona radicalmente con el Talmud en el que afinca tanto su irredentismo la escatología del Gran Israel como su flagrante genocidio en Gaza, que finalmente empieza a ser condenado por la mayoría de los países europeos.

Los vínculos de la pugnaz Von der Leyen, de 66 años, con los circuitos israelíes van desde su fétido escándalo farmacológico del Pfizergate[4] hasta su fracasado adoctrinamiento ambientalista, en alianza con el Partido Verde alemán.

Pfizergate es el megaescándalo de una opaca compra sin licitación por Von der Leyen de vacunas «contra el covid-19» con la empresa farmacéutica Pfizer, cuyo mandamás es el veterinario israelí-estadounidense, nacido en Tesalónica (Grecia), Albert Bourla, quien recibió el Premio Génesis de manos del presidente de Israel, Isaac Herzog, y rechaza la denuncia sobre el genocidio contra los palestinos en Gaza[5].

Bourla confesó que el primer ministro israelí, Netanyahu, lo convenció de que Israel era el lugar idóneo para estudiar la eficacia de la vacuna de Pfizer en la población[6].

Politico expone la captura absoluta del poder por Von der Leyen en la Unión Europea[7].

Ya desde 2023 las capitales de la Unión Europea fulminaron contra Von der Leyen cuando «los diplomáticos acusaron a la presidenta de la Comunidad Europea de sobrepasarse en medio del furor» (¡mega-sic!) de su viaje no anunciado a Israel[8]. Los palestinos describieron sus comentarios apologéticos sobre Israel como clichés racistas e «inapropiados, falsos y discriminatorios»[9].

En el mismo tenor, Von der Leyen tomó flagrante partido por Israel en su guerra contra Irán[10], mientras que ha sido duramente criticada por Amnistía Internacional (de Irlanda) por no atreverse a condenar el genocidio en Gaza[11].

No es ninguna coincidencia la adopción de la falaz agenda verde (Dentro de la cruzada climática secreta (¡mega-sic!) de Von der Leyen[12] con su gran aliado Netanyahu, quien confesó hace 14 años que su segunda misión —después de desmantelar nuclearmente Irán y Pakistán— era «encontrar un sustituto para el petróleo» (¡mega-sic![13]».

Tampoco es casualidad que los cuatro jinetes jázaros, Rothschild, Larry Fink, Soros y Bloomberg, hayan adoptado la agenda verde como el sine qua non de su política financiera, que se vino abajo con el petrolero Trump.

Por cierto, el petrolero Trump fustigó en términos severos la agenda verde y la energía eólica frente a la alicaída ambientalista Von der Leyen[14], quien guardó sepulcral silencio.

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