El Occidente es un fenómeno escatológico.

 

El fin de la humanidad puede estar más cerca de lo que pensamos.

Ayer, con solo pulsar un botón, Elon Musk sustituyó la Wikipedia liberal y globalista (cuya creación llevó 25 años) por la neutral Grokipedia y Jeff Bezos sustituyó a 300.000 empleados de Amazon por la Inteligencia Artificial. Además, Musk ha preparado un ejército de robots, y ya la próxima primavera se espera su aparición en los campos de batalla. Se están desarrollando ciborgs y animales modificados artificialmente. Mañana se modificará a los seres humanos.

Tanto la guerra como la paz están cambiando rápidamente.

Las investigaciones genéticas convierten a la sociedad en un blanco fácil para el genocidio masivo, posiblemente con un componente étnico. Se han creado armas étnicas que pueden utilizarse en cualquier momento.

El control de la conciencia ha alcanzado cotas sin precedentes, la virtualidad sustituye a la realidad.

Creo que la convergencia de amenazas puede conducir a un colapso total no en décadas, sino en los próximos años.

Según las previsiones estadísticas, el colapso es mucho más probable que la continuación de las tendencias actuales en una u otra forma.

El liberalismo fue la última ideología que consolidó el statu quo, pero resultó ser completamente nihilista, destructiva y se derrumbó. Es inútil aferrarse a ella. En gran medida fue ella quien generó esta situación.

Todo comenzó con la pérdida de lo sagrado. La gente abolió a Dios. Al principio, en nombre del hombre. La religión fue sustituida por la filosofía y la ciencia. Luego, el mismo hombre entró en crisis: la filosofía desapareció y la ciencia se convirtió en sirvienta de la tecnología. El hombre comenzó a desintegrarse en sus componentes. Transgéneros, transespecies (furries, quadrobers, quimeras), transetnos y, por último, transhumanismo. El hombre es una elección.

No hay que hacerse ilusiones: el fin está al alcance de la mano. Para evitarlo o incluso posponerlo, es necesario descubrir las raíces del problema. En realidad, ese es el objetivo de la occidentalología. Es un mapa que permite comprender la naturaleza de la modernidad occidental. El Occidente como tal, y especialmente la modernidad occidental, es responsable de todo lo que le está sucediendo a la humanidad.

Occidente no es solo un límite geográfico, sino también histórico. Hegel escribió: «La historia va de Oriente a Occidente». Esto significa, del principio al fin. Occidente es un fenómeno escatológico.

La propaganda antirrusa y la preparación de la guerra contra Rusia.

La propaganda de los «Estados profundos» trata de convencer al público de que Rusia «es mala»… mientras que los ejércitos de esos mismos Estados se preparan para la guerra. Por ejemplo, el jefe del estado mayor de las fuerzas terrestres de Francia acaba de anunciar que está preparando la próxima guerra contra Rusia y el viceprimer ministro de Polonia afirma que ese país podía interceptar el avión presidencial ruso si el presidente Vladimir Putin trataba de viajar a Hungría para reunirse con el presidente de Estados Unidos. Solo frente a todos sus «aliados», Donald Trump trata de evitar la 3GM.

La straussiana estadounidense Victoria Nuland y su amigo Radoslaw Sikorski, viceprimer ministro de Polonia

Un nuevo contendiente acaba de sumarse al enfrentamiento entre el presidente de Estados Unidos Donald Trump y la coalición de los «Estados profundos» de su propio país, del Reino Unido y de Israel. En Japón, la nueva primer ministro, Sanae Takaichi, acaba de formar gobierno con miembros del Partido Liberal Democrático (PLD), gracias a su alianza con el Partido de la Innovación, que comparte su enfoque belicista.

EXTREMO ORIENTE
Sanae Takaichi es la primera mujer que llega al cargo de primer ministro en Japón, pero es también una defensora del militarismo imperialista japonés de la era Showa. En cuanto se vio confirmada en el cargo, la señora Takaichi anunció su intención de reescribir la Estrategia de Defensa Nacional, el Programa de Fortalecimiento de la Defensa y la Estrategia de Seguridad Nacional, textos que en principio se actualizan cada 10 años, pero que ella quiere revisar con 7 años de adelanto.

La señora Takaichi afirma que su intención es responder al deseo del presidente estadounidense Donald Trump de que todos los aliados de Estados Unidos dediquen el 5% de su PIB a los gastos militares… pero todos entienden que lo que ella quiere es restaurar los ejércitos del antiguo imperio japonés, modificar la Constitución para poner fin a la neutralidad de Japón y poner el país en condiciones de atacar la península de Corea y la República Popular China.

Y para eliminar toda duda sobre el revanchismo de la señora Takaichi y del PLD, su correligionario y predecesor como primer ministro, Shigeru Ishiba, envió al santuario Yasukuni una ofrenda en memoria de los criminales de guerra japoneses allí enterrados. Por cierto, el ex primer ministro Ishiba es el mayor coleccionista privado de souvenirs de la 2GM, su residencia es un verdadero templo dedicado al recuerdo del militarismo imperialista japonés.

Es cierto que la señora Sanae Takaichi no fue este año al santuario Yasukuni, pero sí lo hizo los años anteriores, sólo que esta vez su visita habría sido interpretada como una provocación demasiado evidente. De hecho, su predecesor Ishiba ha visitado el santuario muy raramente. Lo que sí hizo la señora Takaichi es incluir en su gobierno a 7 de los parlamentarios que más sobornos recibieron de la secta Moon.

Después del asesinato del ex primer ministro Shinzo Abe, baleado el 8 de julio de 2022 por una víctima de la secta Moon, la policía japonesa comprobó que numerosos parlamentarios del PLD, el partido de Abe, habían recibido de la secta cuantiosas sumas de dinero, al menos 500 millones de dólares en total. Se trata del mayor escándalo de corrupción parlamentaria en toda la historia de Japón… pero hasta ahora sólo 3 personas se hallan bajo investigación.

Simultáneamente, la viuda del reverendo Moon, una anciana de 82 años, ha sido arrestada en Corea del Sur por haber sobornado a la esposa del presidente Yoon Suk-yeol, hoy destituido por haber tratado de instaurar la ley marcial el 3 de diciembre de 2024. Por supuesto, en este último caso no se trata de las mismas cantidades de dinero. El hecho es que el surcoreano Yoon trató de reinstaurar la dictadura del general Chun Doo-hwan (1980-1988), un régimen funesto que era miembro de la Liga Anticomunista Mundial, fundada por el general chino Chiang Kai-shek (primer presidente del régimen nacionalista instaurado en Taiwán), junto al japonés Ryoichi Sasakawa (fundador del PLD) y… el ucraniano Yaroslav Stetsko (quien fue el brazo derecho del jefe de los nacionalistas ucranianos Stepan Bandera y además fue nombrado primer ministro de Ucrania por los nazis durante la 2GM).

Todo parece indicar que la rama coreana del Estado profundo ha quedado fuera del juego… pero la rama japonesa tiene viento en popa.

MEDIO ORIENTE
En el Medio Oriente, el Estado profundo israelí está en auge gracias al estadounidense Elliot Abrams. Este personaje, tristemente conocido en Latinoamérica, logró armar en 2023 una coalición que puso nuevamente a Benyamin Netanyahu en el poder. Esa coalición incluye supremacistas judíos, como Itamar Ben-Gvir y Bezalel Smotrich. Pero lo más importante es que el Benyamin Netanyahu que regresó al poder en Tel Aviv ya no es el político oportunista que conocimos hace años. El «Bibi» de hoy se ha convertido en el continuador de la «obra» de su padre, Benzion Netanyahu, secretario particular del fascista judío Vladimir «Zeev» Jabotinski. Esta vez, Benyamin Netanyahu se ha dado a la tarea de transformar el sistema constitucional israelí mediante la introducción de enmiendas que modifican sus Leyes Fundamentales. Poco a poco, el «régimen democrático» de Israel se convierte en un régimen genocida.

El estadounidense Elliot Abrams inició su carrera política en los años 1970, como asistente parlamentario del senador demócrata Henry «Scoop» Jackson y con los alumnos del filósofo fascista Leo Strauss, entre los que se hallaba Richard Perle. Perle y Abrams aconsejaron al senador que impulsara la enmienda Jackson-Vanik, gracias a la cual los judíos soviéticos podrían abandonar su país para ir a instalarse en Israel. Fue en esa época cuando Richard Perle y Elliot Abrams se vincularon al judío ucraniano Natan Sharansky, quien fue condecorado por el presidente estadounidense Ronald Reagan, antes de convertirse en ministro israelí, con Ariel Sharon como primer ministro. Hoy en día, Natan Sharansky dirige la propaganda de Israel en Occidente.

Elliot Abrams continuó su carrera organizando, con el sionista revisionista Yitzhak Shamir (entonces jefe del Mosad), el genocidio perpetrado contra los pueblos originarios en Centroamérica. Posteriormente, fue el organizador de la alianza secreta entre la administración Reagan, Yitzhak Shamir (ya convertido en primer ministro) y el entonces presidente del parlamento de Irán, Hachemi Rafsandjani —alianza que dio lugar al escándalo Irán-Contras. También conocido como Irángate, el escándalo Irán-Contras estalló cuando se descubrió que la CIA estadounidense suministraba, a través de Irán y a espaldas del Congreso, armas fabricadas en Israel a los Contras que trataban de derrocar el gobierno sandinista en Nicaragua.

Este Elliot Abrams es el actual presidente de la Fundación Tikvah, que administra las escuelas de los sionistas revisionistas en Estados Unidos. En esa fundación, Abrams tuvo entre sus empleados a Benjamin Haddad, ministro delegado a cargo de Europa en los 4 últimos gobiernos de Francia.

EUROPA
En Reino Unido, el gobierno de Keir Starmer es un caso digno de estudio. Starmer es miembro del Partido Laborista, pero en secreto fue miembro de la Comisión Trilateral, lo cual indica que es probablemente un agente del gran capital estadounidense. Estuvo muy vinculado a Jeremy Corbyn, pero también estuvo entre los organizadores de su caída. Su «lucha» contra el antisemitismo en realidad le sirve de coartada para defender las políticas de Israel. Pero, por encima de todo, Starmer es un defensor del imperialismo británico.

Desde que Starmer es primer ministro, el ejército de Su Majestad se ha implicado considerablemente en el genocidio desatado en Gaza. En secreto, el estado mayor británico ha recibido en numerosas ocasiones a los principales generales israelíes, garantizándoles por demás que no estaban en peligro de ser arrestados por orden de algún magistrado preocupado por los crímenes contra la humanidad que perpetran los militares de Israel. Desde que Israel inició la masacre contra la población de Gaza, la fuerza aérea británica le ha garantizado un constante servicio de reconocimiento aéreo con aviones especializados que operan desde Chipre.

Como primer ministro, Keir Starmer mantuvo inicialmente las sanciones que su predecesor Rishi Sunak, había adoptado contra la Hermandad Musulmana —Hamas es la rama palestina de esa cofradía— y, de manera individual contra el jefe de la Hermandad Musulmana en Gaza, Mahmud al-Zahar. Más tarde anuló las sanciones y volvió a ponerlas en vigor el 9 de abril de 2025.

Bajo el gobierno de Starmer, el ejército británico ha garantizado la formación de los oficiales israelíes mientras que las tropas de Israel continuaban el genocidio contra la población de Gaza. Al mismo tiempo, Starmer tomó las riendas del Grupo de Raimstein, cuando la administración Trump quiso alejarse de la guerra contra Rusia, y ahora también está al mando del Grupo de Contacto sobre la Defensa de Ucrania, donde logró echar a un lado a Francia e imponerse ante la presencia de Alemania.

Ya sabíamos que otro antecesor de Starmer, el conservador Boris Johnson, había convencido al ucraniano Volodimir Zelenski de que no debía negociar la paz con Rusia. Pero el laborista Keir Starmer ha trabajado constantemente en el mismo sentido, o sea exigiendo a sus interlocutores ucranianos que se involucren cada vez más en contra de Rusia.

Hay que recordar que Boris Johnson es un admirador de Winston Churchill —incluso escribió una biografía de Churchill. Y Churchill no veía la URSS como un aliado en la lucha contra el III Reich, sino como un enemigo «para después». Hoy se sabe que, al final de la 2GM, Churchill tenía previsto lanzar contra los soviéticos los regimientos derrotados de las SS, proyecto que se denominó Operation Unthinkable. Churchill llegó a pedir a su estado mayor utilizar bombas atómicas contra grandes ciudades de la Unión Soviética, lo cual no se hizo sólo porque Estados Unidos lo impidió. Después de aquello, Churchill reclutó la mayor cantidad de responsables nazis, fascistas, etc. para utilizarlos contra la URSS y a eso se le llamó «guerra fría». Fue así como los ya mencionados Stepan Bandera y Yaroslav Stetsko —ex colaboradores de los nazis— trabajaron para los británicos y los estadounidenses en la radio de la CIA que transmitía desde Munich. También trabajó en esa radio Said Ramadan, el líder de la Hermandad Musulmana.

Keir Starmer es el heredero de aquella estrategia. Para él no se trata sólo de luchar contra los eslavos porque son una raza inferior —como pensaban los nazis— sino porque amenazan la supremacía británica en el continente europeo como enseñaba el geopolitólogo británico Halford Mackinder.

Starmer ha lanzado un agente británico a la palestra… el viceprimer ministro y ministro de Exteriores de Polonia Radoslaw Sikorski. Sikorski dijo recientemente que Polonia interceptaría el avión del presidente ruso Vladimir Putin si este trataba de volar a Budapest, la capital de Hungría, para reunirse con Donald Trump y pactar la paz en Ucrania. Ello motivó que el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, telefoneara al secretario de Estado estadounidense Marco Rubio para posponer el encuentro que habría podido llevar a la paz.

¿Quién es Radoslaw Sikorski? Un polaco que dejó su pais en 1981 para instalarse en Inglaterra, se hizo súbdito de la Corona, fue periodista en The Spectator, The Observer y en el Daily Telegraph, se fue a Estados Unidos, donde fue jefe de rúbrica en la National Review, una publicación mensual republicana y por consiguiente hostil a Donald Trump. Posteriormente, Sikorski fundó un Club de la Prensa en Polonia y se casó con la periodista estadounidense Anne Applebaum, miembro del consejo de administración del Grupo de Bilderberg. Republicana como Sikorski, su esposa Anne Applebaum se convierte sin embargo en consejera de la demócrata Hillary Clinton cuando Donald Trump se apodera del Partido Republicano.

Sikorski se convierte entonces en ministro de Defensa en Polonia… y en el principal repetidor mediático de la OTAN. Pero no tarda en verse cuestionado en Polonia a causa de su doble ciudanía. Sikorski renuncia entonces a su pasaporte británico… pero no parece haber renunciado a su sumisión a la Corona.

Fuente: Thierry Meyssan

Los hermanos Cioran y el pasado de la guardia.

 

Cuando quería despertar el escepticismo de los parisinos, Emil Cioran solía decir que una de las ciudades más bellas del mundo era Sibiu/Hermannstadt. Y pensaba que París se había convertido en un «garaje apocalíptico». De Sibiu, decía a sus sorprendidos interlocutores: «Es una ciudad realmente extraordinaria». Le gustaba evocar la época en que vivía en esta ciudad de Transilvania, cerca de la frontera que separaba el imperio de los Habsburgo del reino balcánico de Rumanía: «Allí convivían en perfecta armonía tres nacionalidades (la alemana, la húngara y la rumana). Este hecho me marcó para toda la vida, ya que, desde entonces, no consigo vivir en una ciudad donde solo se habla un idioma, porque enseguida me aburro».

A los diez años, Emil Cioran llegó a Sibiu/Hermannstadt, después de llorar durante todo el trayecto porque su padre, el pope ortodoxo Emilian, lo había arrancado del paraíso de su infancia para que pudiera continuar sus estudios. Ese paraíso era el pueblo de Rasinari. Pero el escritor diría más tarde: «Después de Rasinari, Sibiu es la ciudad que más he amado».

El hermano menor del pope Emilian Cioran, Aurel, hoy octogenario, sigue viviendo en Sibiu. Es un abogado jubilado. Pero si no hubiera podido ser abogado, se habría hecho monje; fue su hermano Emil quien lo disuadió. Una noche, después de cenar, Emil lo invitó a dar un paseo por los bosques que se extendían más allá de la ciudad de Sibiu y, hasta las seis de la mañana, con argumentos de todo tipo, le demostró a Aurel que debía renunciar a la idea de hacerse monje. Varios años después, Emil se arrepintió de haber tenido esa importante conversación con Aurel; confesó que en esa circunstancia se había manifestado toda la impureza de su alma y que su obstinación no era más que fruto de su orgullo. Dijo: «Tenía la impresión de que todos los que no se sometían a mis argumentos demostraban que no habían entendido nada».

Así que, en lugar de retirarse a un monasterio, Aurel se fue a estudiar jurisprudencia a Bucarest, a la misma institución en la que Emil se había matriculado en filosofía y letras.

Los dos hermanos se reencontraron en las aulas, donde el filósofo Nae Ionescu impartía sus clases. Era una especie de Sócrates para las generaciones de 1930 y formó a intelectuales que muy pronto adquirirían fama mundial, como Mircea Eliade, Constantin Noica y Emil Cioran.

Este último, me contó su hermano Aurel, asistía regularmente a las clases de Nae Ionescu, incluso después de haber terminado sus estudios universitarios. Un día, al terminar la clase, el profesor preguntó a los alumnos: «¿Queréis que os hable de algo más?». Emil se levantó y preguntó: «Háblenos del aburrimiento». Entonces, Nae Ionescu profundizó en el tema del aburrimiento durante dos horas. En otra ocasión, el profesor Ionescu le pidió a Emil Cioran que le sugiriera un tema para desarrollar durante su clase; Cioran le invitó a hablar de los ángeles. En una facultad dominada por el racionalismo, solo Nae Ionescu podía permitirse tratar temas espirituales, porque, como definió Eliade, era «un lógico terrible».

Inmediatamente después de la guerra, Aurel Cioran fue declarado culpable de haber militado en el «Movimiento Legionario» y condenado a siete años de prisión; su hermana Gica recibió una pena similar. A diferencia de Emil, que en 1960 se desvinculó públicamente de su propio pasado como simpatizante de la Guardia de Hierro, Aurel reivindica con orgullo la opción militante de su juventud. Conoció al «Capitán» Codreanu en los campos de trabajo legionarios, donde los jóvenes realizaban trabajos de utilidad pública descuidados por el Gobierno.

Emil Cioran también quedó fascinado por la figura de Codreanu; en la Navidad de 1940, escribió un «perfil interior» del Capitán, que se leyó en la radio durante la época del gobierno nacional-legionario. En este texto, Cioran decía: «Antes de Corneliu Codreanu, Rumanía era un Sáhara poblado… Él quiso introducir lo absoluto en el aliento cotidiano de Rumanía… Un nuevo estremecimiento recorrió nuestro país… La fe de un hombre dio vida a un mundo que puede dejar muy atrás las antiguas tragedias de Shakespeare… A excepción de Jesús, ningún otro muerto sigue presente entre los vivos… Dentro de poco, este país estará guiado por un muerto, me decía un amigo a orillas del Sena. Este Muerto ha esparcido un perfume de eternidad sobre nuestra pequeña miseria humana y ha transportado el cielo justo encima de Rumanía». Por otra parte, unos años antes, Emil Cioran había escrito que «sin el fascismo, Italia sería un país en bancarrota»; o también: «en el mundo actual, no hay ningún político que me inspire más simpatía y admiración que Hitler».

Cabe pensar que las posturas de Cioran en aquellos años, a pesar de sus posteriores abjuraciones, se utilizarán tarde o temprano para demonizar su obra, para juzgarlo póstumamente, de alguna manera, de forma similar a como se hizo con Mircea Eliade. Cuando mencioné esta posibilidad, Aurel Cioran perdió por un momento su calma olímpica para manifestar una gran indignación y estigmatizar a la mafia que se dedicaba a tales profanaciones. En los últimos meses, añadió, se ha llevado a cabo en Rumanía una campaña de difamación contra la memoria de Nae Ionescu, precisamente porque fue el maestro de toda esa joven generación intelectual que simpatizaba con el Movimiento Legionario.

De hecho, nada más salir de la casa de Aurel Cioran, encontré en un puesto tres ediciones recientes de Nae Ionescu: una recopilación de conferencias impartidas por el profesor en 1938 en la prisión donde estuvo recluido junto con toda la élite del Movimiento Legionario. Entre los internos también se encontraba Mircea Eliade. Emil Cioran llevaba un año en Francia.

(Artículo publicado en el diario independiente L'umanità, 22 de febrero de 1996).

¿Se difiere la cumbre de Trump y Putin en Budapest por amenazas terroristas de Polonia?

Rusia pospuso el encuentro entre los presidentes Donald Trump y Vladimir Putin en Budapest, la capital húngara, encuentro que el presidente estadounidense había anunciado poco antes. Moscú tomó esa decisión después de las declaraciones del viceprimer ministro y ministro de Exteriores de Polonia, Radoslaw Sikorski, quien afirmó que su país podría interceptar el avión del presidente ruso en virtud de la orden de arresto que la Corte Penal Internacional emitió contra él.


Ya aduje el «alto riesgo de Putin para arribar a Budapest a su cumbre con Trump»[1], cuando los cuatro jinetes globalistas jázaros —Rothschild, Larry Fink, Soros, Bloomberg— van a intentar impedir la celebración de la cumbre entre Trump y Putin en Budapest. Así que no asombra el diferimiento, que no cancelación, de la cumbre de marras.

Los atribulados «líderes europeos» convocaron a una «cumbre de emergencia» el 24 de octubre[2] para apoyar a Ucrania y la propuesta de Trump con el fin de «establecer una línea de cese al fuego»[3]. La inminente caída de la estratégica ciudad de Pokrovsk definirá la ruta crítica y el destino ineluctable de Ucrania, que prefiere su autodestrucción a una negociación realista.

El catalán Josep Borrell, ex canciller de la Unión Europea, sentenció que «Trump y Putin tienen un acuerdo que forjaron en Alaska, y Trump es el encargado de que Zelensky lo acepte. Le ha dicho que esta guerra tiene que acabar con la cesión de territorios, y que si no lo hace, Rusia la destruirá»[4].

Tampoco sorprende el convergente ataque terrorista a oleoductos de Hungría[5].

El canciller ruso, Serguéi Lavrov, comentó que la negativa de Polonia a garantizar la seguridad del líder ruso indica que «ahora (Polonia) está preparada para recurrir al terrorismo»[6].
[6] «Poland could resort to terrorism – Lavrov» Russia Today, 21 de octubre de 2025.

El ruso Alexander Dugin fue el primero en exponer el diferimiento de la cumbre: «La reunión de Trump y Putin se canceló por el momento. ¿Quizá Trump venga la próxima vez directamente a Rusia? ¿Petropávlovsk-Kamchatski? ¿Vladivostok? ¿O mejor aún, al MAGAdan?»[7].

El canciller ruso Lavrov y el secretario de Estado estadounidense Marco Rubio pospusieron su reunión presencial debido al «desacuerdo en cómo arreglar en forma pacífica» el espinoso asunto de la línea del cese al fuego[8].

TASS citó a un «alto funcionario de Estados Unidos», que dijo que «no hay planes inmediatos para una reunión de Trump con Putin» y que tampoco es necesaria una reunión presencial entre los encargados de la política exterior en Estados Unidos y Rusia[9].

De última hora, Trump y Kirill Dimitriev, asesor del Kremlin[10], desmintieron el diferimiento de la cumbre con Putin. Trump sentenció que «no había determinado nada aún» y que daría su decisión final en los «dos próximos días» debido a la vorágine de eventos[11]

Existe una escuela de pensamiento que asevera que Trump se inspira en la Inteligencia Artificial de Lifelong Learning Machines, el verdadero comandante en jefe de la OTAN.

El teniente coronel Oleg Ivannikov[12], consejero de la Academia Rusa de Ciencias de Misiles y Artillería, señala que «las fallas del ejército ucraniano se explican porque el comandante en jefe de las fuerzas armadas de Ucrania, Oleksander Syrskyi, acepta a un comandante de red neuronal desarrollado en Estados Unidos. (...) Syrsky abandonó la experiencia, el análisis y la sicología del enemigo, confiando por completo en los algoritmos experimentales de DARPA, concretamente en el proyecto Lifelong Learning Machines.[13] (...) Sin embargo, si la información sobre la situación de combate es incompleta, esta Inteligencia Artificial se vuelve inútil, ya que en las batallas reales, los algoritmos simplemente no pueden hacer frente. (...) El conflicto ucraniano es importante para Estados Unidos no sólo política y económicamente, sino también como un campo de pruebas científicas en el que Kiev convirtió de hecho a su ejército. (...) Por eso los militares ucranianos tienen que experimentar personalmente los nuevos productos de DARPA».

¿Putin y Trump juegan al pimpón para divertirse con Europa? ¿Qué tal si lo que está en juego, entre otras tantas cosas, es acabar con el euro para rescatar el dólar?

Fuente: Alfredo Jalife-Rahme

¿Qué hay de nuevo en las nuevas sanciones de China sobre las tierras raras?

 

Las últimas medidas de control de las exportaciones de tierras raras de China no solo son más estrictas, sino también más inteligentes. Por primera vez, Pekín ha bloqueado toda la cadena de suministro, desde la extracción minera hasta la producción de imanes, y ha añadido una norma de «largo alcance» que golpea precisamente donde Estados Unidos esperaba evitarlo.

La última ronda de sanciones de China sobre las tierras raras ha pillado realmente desprevenidos a los Estados Unidos.

El 9 de octubre, el Ministerio de Comercio de China publicó oficialmente la «Notificación n.º 61/2025», que endurece aún más los controles de exportación de tierras raras a los Estados Unidos. En respuesta, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, durante una entrevista con el Financial Times, pasó de acusar y amenazar furiosamente a China en un momento a suplicarle desesperadamente que no siguiera adelante con la desconexión en el siguiente, esperando en cambio una «reducción del riesgo». Esta muestra de incoherencia sin precedentes fue nada menos que cómica.

Cabe destacar que la guerra comercial entre China y Estados Unidos ya ha pasado por múltiples rondas, y esta no es la primera vez que China impone restricciones a la exportación de tierras raras a Estados Unidos. Entonces, ¿por qué Estados Unidos parece particularmente nervioso esta vez?

El estratega chino, el profesor Wang Xiangsui, señala que esto se debe principalmente a que China ha adoptado una nueva estrategia para sus sanciones sobre las tierras raras, atacando precisamente los puntos débiles que Estados Unidos menos quiere que se expongan, y esta estrategia no puede ser desbaratada por Estados Unidos simplemente encontrando uno o dos proveedores alternativos o desarrollando una o dos tecnologías.

Entonces, ¿en qué consiste exactamente este nuevo enfoque? Se trata principalmente de dos aspectos:

Primero: por primera vez, China ha sometido a control de exportación de forma integral la extracción, la fundición y la separación de tierras raras, la fabricación de materiales magnéticos e incluso las tecnologías de reciclaje secundario. Esto significa que, incluso si Estados Unidos encuentra minas de tierras raras en otros países, sin la tecnología y los equipos chinos, le resultará difícil convertirlas en materiales de alta gama utilizables.
«Cuando mucha gente oye «tierras raras», asume por el nombre que se trata de minerales escasos que solo se encuentran en regiones específicas. Pero, en realidad, los elementos de tierras raras están ampliamente distribuidos en la corteza terrestre y muchos países de todo el mundo poseen yacimientos de tierras raras. Por ejemplo, ya en 2022, la región de Beylikova, en Turquía, descubrió minas de tierras raras con reservas teóricas de mineral de 694 millones de toneladas, lo que la convierte en la segunda reserva más grande de elementos de tierras raras».

Pero, ¿por qué, incluso hoy en día, Turquía sigue teniendo dificultades para sustituir a China como proveedor de tierras raras de Estados Unidos? No es solo porque las minas de tierras raras de Turquía sean en su mayoría elementos de tierras raras ligeras, sin el disprosio y el terbio que los contratistas de defensa estadounidenses necesitan desesperadamente. La cuestión más fundamental es la siguiente: entre «tener mineral» y «obtener materiales utilizables» existe una barrera tecnológica extraordinariamente alta construida por China. Es como si la arena existiera en todas partes de la Tierra, pero solo unos pocos países hubieran dominado la tecnología para purificarla y convertirla en el silicio monocristalino de alta pureza necesario para fabricar chips avanzados.

Entre la nueva ronda de controles de exportación de tecnología de tierras raras de China, lo que probablemente le dé más dolores de cabeza a Estados Unidos es el control sobre la tecnología de fabricación de materiales magnéticos de tierras raras. Esto se debe a que los imanes de neodimio-hierro-boro (NdFeB) que contienen componentes de tierras raras poseen una coercitividad y una estabilidad a altas temperaturas que ningún otro imán puede igualar, lo que los hace insustituibles en aplicaciones militares.

Por ejemplo, el sistema de guía del misil Tomahawk estadounidense se basa en la acción sinérgica de imanes de samario-cobalto e imanes NdFeB, con errores de precisión del giroscopio inferiores a 0,001°/h. Si se sustituyen por imanes que no sean de tierras raras, como los imanes de ferrita, el error podría superar los 0,1°/h, lo que podría ampliar la probabilidad de error circular del Tomahawk de los 3 metros actuales a cientos de metros, convirtiendo lo que antes era un arma de precisión capaz de atravesar una ventana en algo que ni siquiera podría alcanzar una piscina olímpica. Para Trump, que la semana pasada afirmó que proporcionaría misiles Tomahawk a Ucrania, esto es sin duda una mala noticia.

Un giroscopio de guía inercial

Más allá de eso, las armas láser de alta potencia capaces de interceptar misiles balísticos intercontinentales requieren tierras raras para sus componentes básicos de amplificación de energía; el revestimiento de la superficie del bombardero estratégico furtivo B-2 que absorbe el radar necesita tierras raras; y los reactores de los submarinos nucleares estratégicos de la clase Virginia de EE.UU. dependen de barras de control que contienen componentes de tierras raras para funcionar de manera estable. Sin tierras raras, el ejército estadounidense sería como un zombi que ha perdido su metabolismo.

Segundo: estos controles introducen, por primera vez, una cláusula crucial de «jurisdicción de largo alcance», lo que significa que si los productos fabricados en el extranjero contienen más del 0,1% de componentes de tierras raras de origen chino, la reexportación requiere el permiso de China.

Este tipo de «sanciones penetrantes» era algo que Estados Unidos ejercía unilateralmente contra China. Por ejemplo, las normas de administración de exportaciones de la Oficina de Industria y Seguridad (BIS) del Departamento de Comercio de EE.UU. estipulaban que si un producto fabricado en el extranjero utilizaba tecnología controlada por EE.UU. por un valor superior al 10% de su valor total, dicho producto también estaba sujeto a los controles de exportación de EE.UU., lo que dificultaba enormemente a las empresas chinas la obtención de chips de proceso avanzado. Ahora, China está dando a Estados Unidos una dosis de su propia medicina en materia de exportaciones de tierras raras, lo que probablemente ha pillado a Estados Unidos completamente desprevenido, ya que bloquea por completo la capacidad de Estados Unidos para eludir los controles a través de terceros países como Malasia o Myanmar.

«El profesor Wang señala además que esto marca un momento crucial en el que China pasa de la defensa al ataque en las fricciones comerciales. Porque este boomerang no se limita a la «guerra de las tierras raras», sino que también ha afectado a otra área que Estados Unidos nunca esperaba: la industria naval».

El 14 de octubre, China también publicó las «Medidas de aplicación para el cobro de tasas especiales por servicios portuarios a los buques estadounidenses», en las que se estipula que los buques propiedad u operados por empresas estadounidenses, otras organizaciones o personas que posean directa o indirectamente el 25% o más del capital social (derechos de voto, puestos en el consejo de administración) deberán pagar una tasa especial adicional por servicios portuarios de 400 yuanes por tonelada neta. Ese mismo día, el buque portacontenedores «MANUKAI» de Matson fue el primero en pagar la factura al atracar en el puerto de Ningbo, con un importe aproximado de 4,45 millones de yuanes.

Hay un golpe maestro en las contramedidas de China que los medios de comunicación occidentales se muestran reacios a comentar: si el buque se ha construido en China, está exento. La genialidad de este detalle radica en que convierte lo que Estados Unidos pensaba que sería un cálculo sin consecuencias en otro boomerang.

El Representante de Comercio de Estados Unidos (USTR) había anunciado inicialmente que, a partir del 14 de octubre, impondría tasas adicionales por servicios portuarios a los buques relacionados con China, centrándose específicamente en los buques construidos en China. Probablemente, Estados Unidos asumió que, siguiendo el patrón típico de represalias de China, este país solo sancionaría a los buques de carga construidos en Estados Unidos y, para Estados Unidos, con su base manufacturera ya vaciada, apenas se construyen buques de carga, lo que hace que esta medida no tenga prácticamente ningún coste. Sin embargo, China observó con agudeza que, aunque la capacidad de construcción naval de Estados Unidos es prácticamente nula, el capital estadounidense sigue obteniendo cuantiosos beneficios en el sector del transporte marítimo gracias a sus amplias inversiones en gigantes marítimos mundiales. Por lo tanto, esta vez, las sanciones recíprocas de China se centraron directamente en «la proporción de propiedad del capital estadounidense», apuntando precisamente al talón de Aquiles de Estados Unidos: sus tentáculos capitalistas que extraen beneficios excesivos a nivel mundial.

Esto demuestra que el pánico de Bessent no se debe solo al endurecimiento de las sanciones de China sobre las tierras raras, sino, lo que es más importante, a las tácticas innovadoras de China que superan las expectativas estadounidenses. A partir de ahora, mientras Estados Unidos siga tomando medidas provocativas unilaterales, China seguirá inevitablemente ampliando el campo de batalla en las áreas que menos desea afrontar Estados Unidos.

El profesor Wang señala que, aunque estas tácticas son nuevas, si los responsables políticos estadounidenses estuvieran realmente dispuestos a dejar de lado su arrogancia y adquirir un conocimiento siquiera superficial de la historia y la cultura chinas, podrían haberlas previsto. Porque detrás de estas tácticas se esconden dos de las piezas más clásicas de la sabiduría china.

La primera es la propuesta de Mao Zedong: «Tú lucha a tu manera, yo lucharé a la mía» (你打你的,我打我的)
Es evidente que el mayor error de cálculo de Estados Unidos radica en no haber logrado contener la guerra comercial dentro de áreas que supuestamente infligirían golpes devastadores solo a China, sin afectar prácticamente a su propio país. Se trata de una ilusión ingenua que recuerda a la Alemania nazi durante la 2GM, como si pudiera bombardear otros territorios, pero los bombarderos enemigos nunca pudieran llegar a Berlín.

China, que desde la era moderna ha luchado constantemente contra enemigos tecnológicamente superiores, comprende profundamente que, estratégicamente, hay que trazar el propio camino y no dejarse llevar por los demás. Por muy poderoso que sea el enemigo, siempre que se evite la confrontación frontal en los campos de batalla donde el enemigo tiene ventaja y, en cambio, se acumule superioridad local en los puntos débiles del enemigo, se le puede derrotar uno por uno y permanecer invencible. En las selvas de Vietnam y las imponentes montañas de la península de Corea, Estados Unidos ya debería haber aprendido esta sabiduría estratégica, pero tal vez debido a las deficiencias en la educación histórica, ahora se ve obligado a retomar este curso.

La segunda es la propuesta de Sun Tzu: Conócete a ti mismo y conoce a tu enemigo, y nunca serás derrotado (知己知彼,百战不殆).
La habilidad fundamental de un responsable político es saber dónde están los límites de su propia capacidad y la de su enemigo, y formular objetivos estratégicos viables, pero la administración Trump nunca ha superado esta prueba. Desde esta perspectiva, si miramos más allá de la guerra de las tierras raras y la guerra de la construcción naval y nos fijamos en la competencia a mayor escala entre Estados Unidos y China, tal vez la derrota de Estados Unidos quedó sellada en el momento en que lanzó la guerra comercial. Porque el criterio para medir la victoria o la derrota en una guerra es qué bando logra sus objetivos estratégicos, y el objetivo estratégico de Estados Unidos es poco realista, ya que supera con creces sus capacidades, lo que hace que la victoria sea imposible para siempre.

La razón fundamental por la que Estados Unidos lanzó la guerra comercial contra China fue estrangular por completo el derecho de China al desarrollo y borrar totalmente su competitividad, mientras que China ha mantenido constantemente una actitud de «si quieres luchar, lucharemos hasta el final; si quieres hablar, nuestra puerta está abierta», porque China simplemente quiere preservar sus logros de desarrollo existentes y mantener el orden comercial internacional actual que le beneficia. En resumen: Estados Unidos necesita acabar completamente con China para ganar, mientras que China solo necesita sobrevivir para alcanzar su objetivo estratégico. Para China, el listón para ganar esta guerra comercial es mucho más bajo que para Estados Unidos.

Además, han pasado siete años desde la primera elección de Trump como presidente y su primera ronda de guerra comercial contra China. Si no pudo doblegar a China durante su primer mandato, es evidente que ahora tiene aún menos posibilidades. Es cierto que, como potencia manufacturera, la estructura económica de China hace que necesite mercados extranjeros para mantener su prosperidad. Pero entre 2018 y 2024, la cuota de Estados Unidos en el total de las exportaciones de China ya ha disminuido de aproximadamente una quinta parte a alrededor de una décima parte.

Por el contrario, la proporción destinada a los Estados miembros de la ASEAN, los países BRICS y los Estados miembros de la Iniciativa de la Franja y la Ruta ha aumentado continuamente, lo que ha impulsado el PIB de China de forma constante. Cuando el China-Europe Railway Express puede penetrar constantemente en el bloqueo de Estados Unidos, eludir el caos que este genera y permitir que la certeza fluya libremente por la Isla del Mundo, ¿qué le da a la administración Trump la continua ilusión de que puede ganar la guerra comercial contra China? Este puede ser el rompecabezas más desconcertante del mundo.

Quizás las incoherentes divagaciones de Bessent revelaron una nota al pie de la respuesta cuando acusó a China diciendo: «Si China quiere ser un socio poco fiable para el mundo, entonces el mundo tendrá que desacoplarse». Pero, en realidad, no es China la que se desacopla del mundo, sino Estados Unidos, incluyendo el desacoplamiento de China, que posee la cadena industrial más completa del mundo. En comparación con las tierras raras, quizás Estados Unidos necesite resolver esto primero.

Fuente: Wang Xiangsui, Charriot Zhai


Duguin diseca la hermenéutica de la «filosofía de la complejidad» de Putin para el nuevo «orden multipolar».

Alexander Duguin, un filósofo característico del pensamiento tradicional ruso, describe la definición de la multipolaridad del presidente ruso Vladimir Putin. Lejos de la visión simplista occidental, convencida de que varias potencias tomarían el lugar de la hiperpotencia estadounidense, Alexander Duguin explica que el presidente ruso rompe con el pensamiento lineal y recuerda el de la física cuántica.


Ayer el filósofo ruso Alexander Duguin disecó el discurso de Putin ante el Club Valdai —que yo mismo abordé geopolíticamente[1]. Duguin lo define como «un cianotipo filosófico para el mundo multipolar» y estima que «muestra cómo la complejidad cuántica, la soberanía civilizatoria y el realismo estratégico forman un nuevo orden global que desafía las simplificaciones occidentales»[2]. Alexander Duguin comenta que la «filosofía de la complejidad» de Putin constituye «una alternativa al modelo globalista occidental».

Contrasta el estilo ciclotímico y caleidoscópico de Trump con la definición de Putin sobre la «multipolaridad» que se asienta en la biodiversidad biosférica: «representa algo nuevo. No es ni un mundo bipolar, ni unipolar, ni el sistema westfaliano de Estados-nación, donde cada uno es supuestamente soberano, pero en realidad no lo es. Sólo los grandes Estados-civilización pueden ser verdaderamente soberanos en nuestro mundo», lo cual requiere de «conciencia geopolítica».

Juzga que el «modelo del mundo multipolar, donde los polos son los países civilizatorios, no ha tenido nada similar», salvo «la estructura de la humanidad antes de la Edad del Descubrimiento» con sus enteros países civilizatorios: «el califato islámico, la civilización india, el imperio chino, los reinos africanos, los imperios ruso/bizantinos y europeos occidentales». ¡Putin es el antiHuntington del Choque de Civilizaciones! Alexander Duguin aduce que «antes del colonialismo, existió una verdadera multipolaridad consagrada por imperios, países civilizatorios y macropaíses», cuya «transición delinea hoy Putin».

Alexander Duguin considera que el «desarrollo significativo ocurrió con Trump» (¡mega-sic!) cuando «el concepto MAGA (Make America Great Again) en su origen reconoció la multipolaridad» que rechazan los adictos a la unipolaridad: «Putin habló sobre la defensa de los intereses nacionales con calma y delicadeza, señalando que tenemos más cosas en común con Trump que con los globalistas europeos. Nuestra convergencia con Estados Unidos no se menciona».

Hoy, «el gran proceso de transición hacia la multipolaridad afecta todas las regiones» cuando «en Estados Unidos y Europa existe una genuina guerra civil entre conservadores y liberales globalistas quienes permanecen leales a la unipolaridad: políticos sin sustancia, impulsados únicamente por la frenética y agonizante voluntad de preservar el régimen unipolar y su ideología».

Alexander Duguin arguye que la epistemología de Putin sobre la multipolaridad «debe guiar educación, cultura, política y economía», lo cual «no es ninguna novedad», sino que sólo «profundiza» la teoría de la filosofía de la complejidad desarrollada por el pensador galo Edgar Morin —lo que obliga al análisis de la obra del prodigioso Morin, hoy de 104 años, quien acuñó el término de «polycrisis»[3].
[3] La méthode, Edgar Morin, Seuil, 1977.

Alexander Duguin prosigue su hermeneútica: «Putin mencionó varias veces los procesos no lineales del nuevo mundo, comparándolos con la mecánica cuántica. Los procesos no lineales y la mecánica cuántica implican interconexión, donde incluso el más mínimo cambio a nivel micro —desde un bloguero con un iPhone, hasta una persona sola— afecta a los procesos macro globales. Ya no es un mundo de mecánica lineal». En efecto: el mundo padece hoy la nueva «Torre de Babel de las superespecialidades», cada vez más ultrareduccionistas.

Alexander Duguin concluye que «el mundo moderno con su multipolaridad es un sistema complejo» que obliga a «voltear a ver la mecánica cuántica y el estudio de civilizaciones, religiones y teologías que de nuevo determinan el curso de los acontecimientos», lo cual es «una invitación a la transformación de la conciencia del país entero y, especialmente, de su clase pensante», con el fin de «abandonar los puntos de vista simplistas de la realidad».

La estocada de Alexander Duguin: «una gran potencia requiere de una gran filosofía», que, «sin ella, se vuelve un gólem: una construcción mecánica operada por manos foráneas», cuando «el mundo se rige por quienes piensan».


LA PRÓXIMA REUNIÓN ENTRE PUTIN Y TRUMP PODRÍA DAR LUGAR A ALGO TANGIBLE ESTA VEZ.

 

El contexto geoestratégico de la nueva presión sobre ambos, el aumento de las tensiones bilaterales y el creciente temor de que las provocaciones de falsa bandera en Europa puedan manipularlos para que entren en guerra entre sí hacen probable que la cumbre prevista en Budapest tenga más éxito que la de Anchorage.

La próxima reunión entre Putin y Trump tendrá lugar próximamente en Budapest. Antes de la última, celebrada en Anchorage, la visión por la que trabajaban era una asociación estratégica centrada en los recursos que pudiera convertirse en un trampolín hacia una asociación más amplia en el futuro. Para que eso ocurriera, Putin tenía que congelar el frente o Trump tenía que obligar a Zelensky a retirarse de Dombás, pero ninguno de los dos pudo aceptar lo que se les pedía, por lo que su nueva distensión no llegó a ninguna parte.
«Peor aún, los europeos se convirtieron entonces en serias trabas para la paz, llegando incluso a aliarse con los británicos y Zelensky para proponer peligrosas "garantías de seguridad" que irritaron a Rusia. Trump intensificó su retórica contra Putin después, posiblemente debido a que fue manipulado por Lindsey Graham y Zelensky, lo que culminó en las últimas conversaciones sobre el envío de misiles Tomahawk a Ucrania. En este tenso contexto, volvieron a hablar, justo antes del viaje de Zelensky a Washington, y acordaron reunirse en Budapest».

Ambas partes también están sometidas a una gran presión nueva que posiblemente influyó en su última llamada y en sus planes de reunirse. Por parte de Rusia, el nuevo corredor TRIPP inyectará influencia occidental a lo largo del flanco sur de Rusia a través de Turquía, miembro de la OTAN (a pesar del deshielo de Rusia con Azerbaiyán), Polonia está recuperando su perdido estatus de gran potencia a lo largo del flanco occidental de Rusia, y el Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR) reveló el mes pasado que tropas francesas y británicas ya se encuentran en la región de Odesa, en Ucrania.

En cuanto a la nueva presión a la que se ve sometido actualmente Estados Unidos, esta se debe al incipiente acercamiento entre China y la India después de que la intimidación de Estados Unidos a la India resultara contraproducente, a que Rusia finalmente haya cerrado un acuerdo largamente negociado con China para construir el gasoducto Power of Siberia 2 en condiciones presumiblemente favorables para Pekín, y a que todo ello haya provocado el fracaso del equilibrio euroasiático de Trump 2.0. Al mismo tiempo, Rusia y Estados Unidos podrían ser manipulados para entrar en guerra entre sí por posibles falsas banderas británicas y/o ucranianas.

«El SVR advirtió dos veces sobre sus supuestos complots de bandera falsa en el Báltico, a lo que siguió el sospechoso incidente con un dron en Polonia, que fue utilizado como arma por elementos del Estado profundo en un intento fallido de manipular a su nuevo presidente para que entrara en guerra con Rusia. Poco después, Estonia afirmó que Rusia había violado su espacio aéreo marítimo, lo que llevó a la OTAN a amenazar con derribar aviones rusos, y luego se produjo una alarma por un dron ruso en Escandinavia. Desde entonces, el SVR ha advertido de que Ucrania está tramando un ataque de bandera falsa en Polonia».

El contexto geoestratégico que se acaba de esbozar sugiere que ahora podría ser posible un gran compromiso para aliviar parte de la presión mencionada sobre cada uno, reducir las tensiones bilaterales y, así, evitar que cualquier operación de bandera falsa los manipule para entrar en guerra. Con ese fin, Rusia podría aceptar algunas «garantías de seguridad» occidentales limitadas para Ucrania, Estados Unidos podría reducir sus exportaciones de armas a Ucrania y la OTAN, y luego podrían cerrar los acuerdos estratégicos de recursos que esperan tras congelar o poner fin al conflicto.

También podrían acordarse contrapartidas informales, como que Rusia ayude a Estados Unidos a «gestionar» Irán a cambio de que Estados Unidos consiga que Zelensky aplique un grado de «desnazificación» (al menos simbólica) y posiblemente se retire de Dombás, con el fin de facilitar este acuerdo. Al mismo tiempo, Ucrania, la UE y el Reino Unido podrían llevar a cabo provocaciones para sabotear la Cumbre de Budapest. En cualquier caso, si Putin y Trump vuelven a reunirse pronto, se espera que esta vez acuerden algo tangible.

Fuente: Andrew Korybko

La propaganda de guerra de Israel en las redes sociales.

La coalición gubernamental de Benyamin Netanyahu ha tomado el control de TikTok y planea apoderarse también de la red social X. Pero la propaganda del Estado de Israel no tiene nada que ver con los intereses de los israelíes y los objetivos de esa propagan nunca se han discutido públicamente. Un pequeño grupo de personas decide cuáles son los mensajes prioritarios sin tener en cuento lo que sería realmente útil para los israelíes, por ejemplo, para luchar contra el antisemitismo. Los sionistas revisionistas son ultra minoritarios, pero han logrado apoderarse de los medios del Estado.

Natan Sharansky

La propaganda israelí o hasbara no ha estado a menudo entre las funciones de los gobiernos israelíes, ha sido más bien una operación de la que se encargan ciertas asociaciones, a su vez parcialmente financiadas por los gobiernos de Israel. Esas asociaciones, con sus propias ideologías, no rinden cuentas al pueblo israelí, sino única y exclusivamente a sus patrocinadores, entre ellos los gobiernos de Tel Aviv. La autoproclamada «mayor democracia del Medio Oriente» financia de esa manera operaciones profundamente antidemocráticas, y lo hace a espaldas de sus ciudadanos.

La inestabilidad crónica que ha marcado la vida de Israel, desde su fundación, y la costumbre de designar a los directores centrales de los ministerios, no en función de sus capacidades sino según criterios puramente políticos, han afectado la eficacia del mensaje de Israel. Poderes diferentes que compiten entre sí emiten mensajes diferentes[1]. En definitiva, se ha creado una autoridad para la llamada «diplomacia pública» (la propaganda) y esa autoridad se ha hecho particularmente secreta.
[1] «Public diplomacy in army boots: the chronic failure of Israel’s Hasbara», Gal Hadari y Asaf Turgeman, Hasbara, Israel Affairs, 24:3, 482-499, 2018, DOI: 10.1080/13537121.2018.1455374.

Antes de la fundación de Israel, el término hasbara, designaba, para la diáspora, el hecho de explicar una posición. Pero, con el tiempo, el término hasbara se ha convertido en sinónimo de «propaganda».

En 1974, al final de la guerra de Yom Kipur, el primer ministro Yitzhak Rabin creó un ministerio de Información y lo puso en manos del general Aharon Yariv[2]. Pero el general Yariv dimitió siete meses después y se dedicó a la creación de un prestigioso think-tank: el Centro Jaffee de estudios estratégicos. No fue hasta 2006 que se creó nuevamente un «ministerio de Asuntos Estratégicos y hasbara» (hoy denominado «ministerio de Asuntos Estratégicos y Diplomacia Pública», este ministerio no tiene sitio web en internet y no emite ningún tipo de comunicaciones, pero adquirió celebridad en 2015 con su campaña contra «los fenómenos de deslegitimización y los boicots contra Israel», campaña que apuntaba contra el movimiento BDS «Boicot, Desinversión y Sanciones»). Ese discreto ministerio israelí ha creado su propia oenegé organizada por el gobierno (¡sic!), denominada Kela Shlomo (rebautizada sucesivamente como Concert y Voices of Israel), bajo la dirección del coronel Yossi Kuperwasser, de los embajadores Dore Gold y Ron Prosor y la brigadier Sima Vaknin Gill, ex directora de la censura militar. Diferentes empresas, como Black Cube, Psy-Group y Cyber Shield,[3] han espiado a los militantes del movimiento BDS por cuenta de Kela Shlomo[4].
[2] Israel’s Public Diplomacy. The Problems of Hasbara, 1966–1975, Jonathan Cumming, Rowman & Littelfield, 2016.

En los últimos años, el Institute for the Study of Global Antisemitism and Policy (ISGAP) ha recibido alrededor de 200 millones de dólares al año, cifra equivalente a las 4 quintas partes del presupuesto del ya mencionado ministerio israelí de Asuntos Estratégicos y Diplomacia Pública. El personaje que dirige ese ministerio desde 2022, Ron Dermer, fue consejero de Natan Sharansky e incluso fue el redactor de su libro The Case For Democracy: The Power of Freedom to Overcome Tyranny and Terror («Alegato por la democracia: el poder de la libertad para vencer la tiranía y el terror»). Fue precisamente a Ron Dermer que Benyamin Netanyahu confió, a finales de 2023, un plan para reducir al mínimo la populación palestina de la franja de Gaza[5].

Natan Sharansky preside el Institute for the Study of Global Antisemitism and Policy (ISGAP). Sharansky es un sionista revisionista originario de Ucrania, discípulo de Vladimir «Zeev» Jabotinsky, igualmente originario de Ucrania. En tiempos de la URSS, Sharansky desempeñó un papel central en la lucha contra Rusia, fue la principal referencia de los straussianos encabezados por el senador Henry M. Jackson, emigró a Estados Unidos, el presidente estadounidense Ronald Reagan lo condecoró con la Medalla del Congreso y fue ministro en el gobierno del general israelí Ariel Sharon. En 2001, Sharansky creó One Jerusalem, la asociación que promueve el reconocimiento de Jerusalén como capital del «Estado judío»… pero sólo del «Estado judío», no del Estado palestino. Ahora, Sharansky dirige el ISGAP, desde donde supervisa prácticamente la totalidad de la hasbara.

La hasbara ha ganado muchos combates. Para el ISGAP, la última de esas victorias fue la campaña de audiencias de rectores de universidades, organizada en el Congreso de Estados Unidos, audiencias que condujeron a la dimisión de varios de esos rectores y a la adopción de sanciones contra las asociaciones de solidaridad con la causa palestina.

Pero las campañas internacionales de Israel contra el antisemitismo son sorprendentemente ineficaces. Ochenta años después de la fundación del Estado de Israel, el problema no sólo subsiste sino que incluso ha empeorado[6], mientras que el machismo, la homofobia y el racismo han retrocedido considerablemente. Ante esa realidad, uno no puede menos que preguntarse si el antisemitismo está siendo utilizado finalmente como un medio de presión de las autoridades de Israel sobre sus conciudadanos —y no está de más recordar que los sionistas revisionistas han utilizado el antisemitismo para ganar adeptos en el seno de la diáspora.
[6] Acting Propaganda: Viewpoints from Israel, Ron Schleifer y Jessica Snapper, Sussex Academic Press, 2015.

Durante su última visita en Estados Unidos, Benyamin Netanyahu impartió una conferencia en el consulado general de Israel en Nueva York. Allí reveló que Israel aspira a controlar la población de menos de 35 años a través de las redes sociales[7].

Según el medio israelí YNetGlobal, Israel ya inició su «Proyecto 545», una campaña para hacerse del control de las principales redes sociales y utilizarlas para influir en la población de menos de 25 años[8]. Esa operación está en manos de Havas Media Network, propiedad de Yannick Bolloré, hijo del multimillonario francés Vincent Bolloré y esposo de Chloé Bouygues. Esta última ha puesto en manos de Clock Tower X LLC un contrato de 6 millones de dólares para «prestar servicios de comunicación estratégica, de planificación y de medios en apoyo al compromiso de Havas con el Estado de Israel de desarrollar y ejecutar una campaña nacional en Estados Unidos para luchar contra el antisemitismo». Clock Tower es una firma creada por Brad Parscale, quien fue miembro del equipo que organizó la campaña presidencial de Donald Trump.

Según un sondeo en Estados Unidos realizado para Israel, un 47% de la población estadounidense piensa que Israel está perpetrando un genocidio.

La idea básica del gobierno de Israel es influir en las respuestas de los sistemas de inteligencia artificial mediante la creación en las redes sociales de cuentas que proporcionarán el «pasto» del que se alimentan ChatGPT y los diferentes sistemas de inteligencia artificial que hoy compiten entre sí en internet.

Esta operación se denomina «Proyecto 545» y su financiamiento es precisamente de 545 millones de shekels —o sea, 145 millones de dólares—, sólo para el año 2025. Esta operación puso fin al contrato que Israel había concluido antes con SKDKnickerbocker, firma vinculada al Partido Demócrata estadounidense.

Según Responsible Statecraft, la red de influencers que Benyamin Netanyahu mencionó en el consulado general de Israel en Nueva York fue creada por la firma Bridges Partners, propiedad de Yair Levi y Uri Steinberg. La campaña, denominada «Esther Project», ya ha costado 900.000 dólares, dispone de un grupo de 14 a 18 influencers y el ministerio de Exteriores de Israel corre con todos los gastos.

Tres de los influencers han sido identificados. Son:
  • Lizzy Savetsky, ferviente defensora de Israel en internet desde el inicio de las operaciones israelíes contra la población de Gaza;
  • el hombre de negocios Ari Ackerman, nieto del magnate israelo-estadounidense Meshulam Riklis;
  • y el creador numérico Zach Sage Fox.
Uno de los dueños de Bridges Partners, Uri Steinberg, es un ex funcionario del ministerio de Turismo de Israel y trabaja en el Institute for the Study of Global Antisemitism and Policy (ISGAP) de Natan Sharansky.

Un documento fiscal permite evaluar los gastos generales de Bridge Partners[9].

La periodista estadounidense Candace Owens —quien se hizo eco de las revelaciones sobre la verdadera identidad de la esposa del presidente francés Emmanuel Macron— ha publicado capturas de pantalla que demuestran que al recientemente asesinado Charlie Kirk le habían cortado el financiamiento. Charlie Kirk se había pronunciado contra las masacres perpetradas contra la población de Gaza y había recibido amenazas sólo 2 días antes de ser asesinado[10].

En el consulado general de Israel en Nueva York, Benyamin Netanyahu declaró: «La compra más importante que se está haciendo es (…) TikTok. Número uno. Y tengo la esperanza de que se haga porque puede ser importante. ¿Y la otra? X. Tenemos que hablar de eso con Elon [Musk] No es un enemigo. Es un amigo. Tendríamos que hablar con él. Ahora, si podemos lograr esas dos cosas, obtendremos mucho. Tenemos que dar la pelea, impartir directivas al pueblo judío e impartir directivas a nuestros amigos no judíos».

La multimillonaria Safra Catz se convirtió en vicepresidente ejecutiva de Oracle, la empresa de Larry Ellison, al comprar un 45% de la red social TikTok, el 25 de septiembre. Y declaró entonces: «Tenemos que integrar el amor y el respeto hacia Israel en la cultura estadounidense». Oracle conservará en los servidores de su «nube» informática los datos de los usuarios estadounidenses de TikTok.

Al mismo tiempo, el ministerio de Exteriores de Israel acaba de crear la empresa Show Faith by Work, registrándola en Estados Unidos como «agente de influencia extranjero»[11]. Su objetivo es ahora divulgar la versión oficial de Israel sobre el ataque del 7 de octubre y mensajes contra la existencia de un Estado palestino destinados a los cristianos sionistas estadounidenses. Habrá 3,2 millones de dólares de presupuesto, lo cual incluye el alquiler de un equipo móvil para la proyección de películas de propaganda en los encuentros de las congregaciones cristianas.


LA PERSPECTIVA DE UNA GUERRA CIVIL EN LA AMÉRICA CONTEMPORÁNEA: UN ANÁLISIS INTERDISCIPLINARIO.

 

Resumen
La cuestión de si Estados Unidos se encuentra al borde de una guerra civil ha suscitado un creciente interés entre académicos, periodistas y la opinión pública a raíz del aumento de la polarización política, el malestar social y la desconfianza institucional. En este artículo, evalúo críticamente la posibilidad de una guerra civil en la América contemporánea desde una perspectiva multidisciplinar, incorporando la ciencia política, la sociología, la historia y los estudios sobre conflictos. Al distinguir entre las guerras civiles tradicionales y las formas modernas de violencia política, en este artículo sostengo que, si bien una guerra civil convencional sigue siendo claramente improbable, el país se enfrenta a una amenaza creciente de violencia asimétrica, faccional e ideológicamente motivada.

En este artículo, examino los precursores estructurales del conflicto civil, evalúo los datos contemporáneos y contextualizo la trayectoria actual de Estados Unidos dentro de los patrones globales de retroceso democrático y extremismo político.

Introducción
La noción de guerra civil en Estados Unidos evoca poderosas asociaciones históricas y emocionales, en particular con la Guerra Civil Americana (1861-1865). Sin embargo, en el siglo XXI, el término «guerra civil» se utiliza cada vez más para describir la amenaza que representan las divisiones ideológicas internas, el extremismo político y la violencia esporádica. El asalto al Capitolio de los Estados Unidos el 6 de enero de 2021 intensificó los debates nacionales y mundiales sobre la estabilidad de nuestra democracia estadounidense. Este artículo plantea la siguiente pregunta: ¿Corre Estados Unidos el riesgo de una guerra civil? Para abordar esta cuestión, primero debemos definir qué constituye una guerra civil y analizar si las condiciones actuales en Estados Unidos se ajustan a esas definiciones.

Definición de guerra civil
En ciencias políticas, la guerra civil se define generalmente como la violencia sostenida y organizada entre facciones dentro de un mismo país, que implica al menos 1000 muertes relacionadas con la lucha al año (Sambanis, 2004). Las características clave incluyen:

■ Dos o más grupos organizados

■ Disputa por el control del gobierno central, una región o una cuestión política

■ Uso de la fuerza con un número considerable de víctimas

■ Participación del gobierno como parte implicada

Los estudiosos modernos también identifican el «conflicto civil de baja intensidad» y la «violencia política» como alternativas a la guerra civil a gran escala. Esta categoría más amplia incluye las insurgencias, el terrorismo, la guerra de guerrillas y los conflictos asimétricos (Kalyvas, 2006).

Precedentes históricos y contexto político
  • La Guerra Civil (1861-1865)
La Guerra Civil estadounidense fue una guerra convencional entre entidades geográficas bien definidas, con ejércitos permanentes y objetivos secesionistas claros. El conflicto estuvo impulsado por divisiones estructurales y morales, principalmente la esclavitud y el federalismo. La situación actual es fundamentalmente diferente en la forma, pero no del todo en la sustancia social, es decir, la profunda polarización y la percepción de ilegitimidad del sistema político.

La tesis de la guerra civil fría
Algunos estudiosos sostienen que Estados Unidos se encuentra en una «guerra civil fría», caracterizada no por combates abiertos, sino por una profunda polarización ideológica, racial y cultural. Esto se manifiesta en ecosistemas mediáticos partidistas, estancamiento político y deslegitimación mutua entre facciones políticas (Lilliana Mason, 2018).

Indicadores del riesgo de conflicto civil
  • Polarización política
Estados Unidos ha experimentado un aumento espectacular de la polarización afectiva, es decir, la desconfianza emocional y el desprecio hacia las opiniones políticas contrarias (Iyengar y Westwood, 2015).

Esta forma de polarización se correlaciona con una mayor tolerancia hacia la violencia política (Kalmoe y Mason, 2022).

Disminución de la confianza en nuestras instituciones
La confianza en las instituciones democráticas, como el poder judicial, la prensa y los sistemas electorales, se está deteriorando. Según Pew Research (2023), solo el 20% de los estadounidenses afirma confiar en que el Gobierno federal haga lo correcto la mayor parte del tiempo.

Grupos armados y actividad de las milicias
Estados Unidos es único entre las democracias occidentales por sus altos niveles de posesión de armas por parte de civiles y la presencia de grupos armados organizados y motivados ideológicamente, como los Oath Keepers y los Proud Boys. Estos grupos han demostrado su disposición a utilizar la violencia con fines políticos (Liga Antidifamación, 2021).

Legitimidad electoral y retroceso democrático
Las disputas sobre la legitimidad electoral, especialmente tras las elecciones presidenciales de 2020, han socavado la confianza en las transiciones pacíficas del poder. El informe Global State of Democracy 2022 de International IDEA clasificó a Estados Unidos como una democracia en retroceso.

Obstáculos para una guerra civil a gran escala
A pesar de las tendencias alarmantes, varios factores inhiben la posibilidad de una guerra civil convencional:

Falta de separación geográfica
A diferencia de 1861, las divisiones actuales no son regionales, sino ideológicas, y los demócratas y los republicanos conviven en todos los estados.

Gobierno federal y ejército fuertes
El monopolio del Estado sobre la violencia legítima sigue sin verse cuestionado en gran medida.

Interdependencia económica
La compleja e integrada economía nacional desincentiva los disturbios generalizados.

Estos impedimentos estructurales hacen que una guerra civil secesionista tradicional sea muy improbable.

El escenario más probable: violencia política asimétrica e irregular
En lugar de una guerra convencional, Estados Unidos es más vulnerable a:
  • Terrorismo estocástico: actos de violencia cometidos por individuos influenciados por la retórica extremista, sin coordinación formal de grupos.
  • Insurgencias localizadas: violencia esporádica en regiones específicas o contra instituciones específicas.
  • Guerra de información: campañas de desinformación que degradan la legitimidad institucional e incitan a los disturbios.
  • Estos fenómenos se asemejan más a la dinámica observada en Colombia o Irlanda del Norte que a la Guerra Civil estadounidense.
Análisis comparativo
Países como Yugoslavia (década de 1990), Chile (1973) y Ucrania (2014) ofrecen ejemplos aleccionadores de colapso democrático y conflicto interno. Los precursores comunes —polarización, dificultades económicas y decadencia institucional— están presentes en diversos grados en Estados Unidos.

Sin embargo, no hay un único factor causal que determine la guerra civil, sino más bien la convergencia de múltiples variables que se refuerzan entre sí. En este sentido, Estados Unidos sigue siendo resistente, pero no inmune.

Conclusión: ¿guerra civil o colapso civil?
Es poco probable que Estados Unidos experimente una guerra civil en el sentido convencional. Sin embargo, el aumento de la violencia política, la deslegitimación institucional y la polarización extrema pueden marcar el comienzo de una era de inestabilidad crónica. Esto podría implicar una violencia persistente de bajo nivel, disturbios regionales y disfunción democrática, fenómenos que no llegan a ser una guerra civil, pero que no obstante son peligrosos para la cohesión nacional y la gobernanza democrática.

El mejor marco podría ser el de «colapso civil» o «tensión del régimen», en el que el Estado lucha por hacer cumplir la ley de manera uniforme, mantener la legitimidad y gestionar pacíficamente la disidencia política. Para evitar este resultado, será necesario abordar las causas fundamentales de la polarización, reconstruir las normas democráticas y despolitizar las instituciones clave.

Putin propone una «coexistencia pacífica», desde el Club Valdai.

Ante el deterioro de las relaciones entre las Naciones Unidas y Rusia, el presidente Vladimir Putin ha ofrecido la paz a su colega Donald Trump. Es el último intento antes de un posible cataclismo.


El 2 de octubre el presidente ruso Vladimir Putin participó casi 4 horas (¡megasic!) en la reunión anual 22 del Club Valdai —máximo think-tank ruso— en Sochi, con el tema «el Mundo Policéntrico/Multipolar»[1]. El presidente Putin sugirió «relajarse» y «dormir bien» a la Unión Europea —que entró en un muy extraño pánico colectivo debido a la pléyade de drones «rusos» (sin evidencia alguna), que supuestamente violaron los espacios aéreos de Estonia, Polonia y Dinamarca—, ya que es «inconcebible» que Rusia ataque a la OTAN.

Instó a los mandatarios europeos a mejor consagrarse «a sus propios temas», en alusión a sus graves problemas financieros, económicos y sociales. Putin acusó a Europa occidental de practicar el «terrorismo de género» en contra de sus niños. En este crucial tema biológico/cultural Putin y Trump convergen contra la «Agenda Woke/Agenda Verde/Agenda 2030», como señala el filósofo y geopolítico ruso Alexander Dugin.

Putin denunció como «crimen repugnante» el asesinato del nacionalista cristiano Charlie Kirk, ofreció sus «condolencias a su familia y allegados» y juzgó que se trata de «una profunda grieta en la sociedad de Estados Unidos, meramente un asunto doméstico a no explotar desde el exterior». En su clásico acercamiento con Trump, con mayor ahínco después de la histórica cumbre en Anchorage, Putin dio por terminada la polémica que generó el despectivo calificativo de Trump de que Rusia es «un tigre de papel», al conjeturar que fue usado «irónicamente».

Durante su exordio, el presidente Putin sentenció que las masivas sanciones impuestas por sus «oponentes», para empujar a Rusia al aislamiento internacional, cultural, político y a la autarquía económica, «fracasaron estrepitosamente».

RT coloca en relieve la parte en la que Putin definió a Rusia como «vital para el orden global» cuando «se le necesita como parte significativa del equilibrio universal»[2]. Muchos analistas destacan su apología del «mundo multipolar» como «respuesta natural» a la hegemonía de Occidente, cuyo concepto mismo de «democracia» se ha deteriorado debido a la «farsa (sic) de sus procedimientos electorales», como sucedió en Rumania.
[2] «Russia vital to global order – Putin», RT, 2 de octubre de 2025.

Luego de definir que Rusia «se encuentra en guerra con el bloque entero de la OTAN» (de 32 países), fulminó contra la «piratería de Francia que capturó en alta mar un barco petrolero» ruso. Consideró la crisis en Ucrania como una «tragedia» que no hubiera ocurrido con Trump como presidente.

Sobre la hipotética entrega a Ucrania de los letales misiles Tomahawks —con alcance de 2.500 kilómetros y un costo de 1,3 millones de dólares y con el potencial de alcanzar Moscú y acullá—, Putin comentó que eso no cambiaría el curso irreversible de la guerra, hoy a favor de Moscú, pero que constituiría «un nuevo estadio de escalada», ya que Ucrania no puede operar tales misiles sofisticados sin el control del ejército de Estados Unidos.

La analista política Nadezhda Romanenko sintetiza que «Putin ofrece paz a Occidente», al demostrar «los valores de la coexistencia pacífica» que no pongan en juego los intereses nacionales de Rusia cuando la «paz se basa en el respeto mutuo y en el reconocimiento de la soberanía» susceptibles de «desembocar en la ruta de la estabilidad»[3].
[3] «Putin offers peace to the West. Will it accept?», Nadezhda Romanenko, RT, 2 de octubre de 2025.

Llamó poderosamente la atención que Anna Paulina Luna, congresista por Florida, exmilitar de la Fuerza Aérea y aliada a Trump, se pronunciara por una gran asociación comercial con Rusia[4].
[4] «US congresswoman responds to Putin’s remarks», RT, 3 de octubre de 2025.

Global Times resalta la advertencia de Putin sobre la entrega de los Tomahawks a Ucrania, al mismo tiempo que el presidente ruso «alabó los esfuerzos del presidente estadounidense Donald Trump para ayudar a negociar la paz en Ucrania» cuya cumbre en agosto en Alaska describió como «productiva» sin dejar de «reiterar la confianza de Rusia en su escudo nuclear»[5].

El solvente analista militar ruso Andrei Martyanov recordó que en 1812 «toda Europa con Napoleón invadió Rusia», pero que, dos años más tarde, «los rusos entraron a París»[6].