LA SABIDURÍA PRÍSTINA DE EGIPTO Y PALESTINA (Parte 1ª)

Presentamos aquí una visión histórica de eventos pasados que, cuando son considerados por quienes tienden a la reflexión y la filosofía, pueden tener eco con el resurgimiento de la sabiduría perenne de antaño. Estas páginas describen cómo la Gran Ley, la norma científica y matemática de KARMA o «Ley de Causa Ética» sustenta el aspecto moral y es la guía humana para la responsabilidad y buena conducta en sus asuntos.

«Evidentemente, el motivo de Jesús era similar al de Gautama-Buda en el sentido de beneficiar a la humanidad al producir una reforma religiosa que debería darle una religión de ética pura, pues el verdadero conocimiento sobre Dios y la naturaleza permaneció hasta entonces únicamente en manos de sectas esotéricas y sus adeptos». («Isis sin Velo», 2: 133)

Los dos aspectos éticos e inseparables de justicia y compasión en el karma son la cura perenne para las verdaderas causas del espíritu conflictivo humano. Es un sistema que ha demostrado ser efectivo al crear tiempos más felices promoviendo aprendizaje y moderación y disipando la ignorancia, la causa de dos tercios del sufrimiento que nos aqueja.

En los siglos XX y XXI los eruditos occidentales comenzaron a observar más de cerca las antiguas religiones del pasado a medida que surgían evidencias pretéritas y ocultas.

HPB, fundadora de la Sociedad Teosófica, escribió con una visión penetrante sobre este período y Jesús de Nazaret quien, según ella, fue uno de los grandes emisarios de la Hermandad Oriental de Adeptos y al cual, sin embargo, se entendió de manera inadecuada cuando transmitió su ética sublime de igualdad, no-violencia y buena voluntad, como hizo Buda unos 500 años antes.

La historia sobre los rollos de Nag Hammadi

Cuando a Blavatsky se le preguntó cómo los Adeptos pueden ayudar y guiar a la humanidad, contestó que era «principalmente enseñando a sus almas de manera directa en el mundo espiritual». Es para dar una comprensión correcta sobre el significado de la vida que...

«Uno de ellos aparece para enseñar a las masas y se traspasa a la tradición como el fundador de una religión. Krishna era tal Maestro y así fueron Zoroastro, Buda y Sankaracharya, el gran sabio del sur de India. Así también fue el Nazareno que salió contra el consejo del resto para dar a las masas antes de tiempo, conmovido por una gran lástima y entusiasmo por la humanidad; se le advirtió que el tiempo era desfavorable, pero decidió ir, por lo que fue condenado a muerte por instigación de los sacerdotes». (Charles Johnston, «A Meeting with HPB»)

Sankaracharya con sus discípulos, una pintura del Raja Ravi Varma

El gran objetivo de los hombres en aquellos tiempos antiguos era, como a veces lo es ahora, buscar una verdadera comunión interna con su naturaleza superior o Ego inmortal. Intencionalmente su sistema fue liberado de los dogmas y la ley de letra muerta, volviéndose así muy potente. Es uno a través del cual todos los buscadores sinceros encontrarán un camino hacia su divinidad, y en los espacios abiertos y tranquilos vieron que son posibles la felicidad y armonía que los hombres aún perciben, sin importar cuán oscurecidas estén por el acrecentamiento de las edades.

La Religión-Sabiduría perenne enseña que tal divinidad descansa de forma natural e inherente en todas las naturalezas, dándonos así la esperanza de su redescubrimiento, y muestra que el camino es la inspiración tranquila de los corazones fieles y las meditaciones silenciosas de una mirada dirigida hacia el interior que es toda la herencia natural de la humanidad y lo mismo en todo el mundo.

Ahora Blavatsky sentía que era vital mostrar lo que constituía esta «gran religión antigua», como un conocimiento científico de toda la naturaleza y la conciencia, por cuanto escribió extensamente para aclarar el verdadero lugar de Jesús en lo que ahora se ha convertido en una historia dramática aunque muy enrevesada.

En los últimos 50 años, los académicos han empezado a replantear sus puntos de vista a medida que las investigaciones sobre textos antiguos han salido a la luz de manera esperada y oportuna. Un buen ejemplo son los papiros coptos descubiertos en Nag Hammadi durante 1945. Cuando se combina con las referencias de sus escritos, esta investigación merece una atención mucho más considerada de la que ha tenido hasta ahora. Los rollos de Nag Hammadi siguen siendo un trabajo continuo y nadie puede adivinar a dónde conducirán sus conclusiones si los académicos imparciales utilizan su sentido común y lo relacionan con lo que se establece en teosofía.
Los textos de Nag Hammadi son los primeros textos cristianos y gnósticos descubiertos cerca del Mar Rojo. De los cincuenta y dos tratados la mayoría son gnósticos, siendo el más conocido el Evangelio de Tomás, pero también incluyen la Hermética —diálogos mágicos egipcio-griegos de Hermes Trismegisto (o el «tres veces grande») con un discípulo— y el clásico de Platón «La República». Tal fue la vitalidad y el amplio aprendizaje de estos primeros cristianos y ocultistas místicos. Los rollos de Nag Hammadi no deben confundirse con los Rollos del Mar Muerto o Qumran en Israel, descubiertos sólo un año más tarde y que son manuscritos judíos del 200 a.C. hasta el 70 d.C., probablemente compuestos por seguidores ortodoxos esenios y nazarenos, a los cuales Jesús no pertenecía.

Mapa del antiguo Egipto que muestra Nag Hammadi, Luxor (antigua Tebas) y Dendera. Cortesía de EAE [editado para la presente versión]. 

Una nueva era en asuntos espirituales luego de 2.000 años

Al ser la ética el fundamento para la religión, la siguiente editorial en una revista mensual editada por HPB proporciona una respuesta a la pregunta de cómo los Mahatmas orientales consideraron la ética que Jesús intentó dar a Occidente:
«Por lo que sabemos, la posición que ELLOS dan a Jesús es la de un hombre grande y puro, un reformador que habría vivido de buena gana, pero quien tuvo que morir por lo que él consideraba como el mayor derecho de nacimiento en el ser humano: la libertad absoluta de conciencia; un adepto que predicaba una religión universal que no conocía y ni tenía otro 'templo de Dios' sino el hombre mismo; la de un noble maestro de verdades esotéricas al que no se le dio tiempo de explicarlas; la de un iniciado que no reconoció ninguna diferencia entre los hombres, excepto la moral; quien rechazó la casta y despreció la riqueza y que prefería la muerte antes que revelar los secretos de la iniciación. Y finalmente, lo ven como un personaje que vivió más de un siglo antes del año de nuestra vulgar  y así llamada 'era cristiana'». («The Theosophist», julio de 1883, énfasis agregado).

El «Glosario Teosófico» explica el significado sobre las fechas de Jesús:

«Ebionitas (hebreo). Literalmente, 'los pobres', la primera secta de cristianos judíos, siendo la otra los nazarenos. Existían cuando el término 'cristiano' aún no era conocido y entre los ebionitas se encontraban muchos relatos de Iassou (Jesús), el adepto ascético alrededor del cual se formó la leyenda de Cristo. Como la existencia de estos ascetas mendicantes se puede rastrear al menos un siglo antes que el cristianismo cronológico, es una prueba adicional de que Iassou o Jeshu vivió durante el reinado de Alexander Janneo en Lyd (o Lud) donde fue condenado a muerte como se indica en el Sepher Toldos Jeshu».

Moneda de Alejandro Janneo

Una descripción de este relato judío se encuentra en «Isis sin Velo»:

«(...) sustancialmente el talmudista dice lo siguiente: Jesús fue encarcelado y mantenido allí durante cuarenta días y luego flagelado como rebelde sedicioso; posteriormente apedreado como blasfemo en un lugar llamado Lud, y finalmente se le permitió expirar en una cruz. 'Todo esto', explica Levi, porque reveló a la gente las verdades que ellos (los fariseos) querían ocultar para su propio uso. Había adivinado la teología oculta de Israel comparándola con la sabiduría de Egipto, y de esta forma encontró el motivo de una síntesis religiosa universal». («Isis sin Velo», 2:202)

 Otra descripción similar se da en «The Esoteric Character of the Gospels»:

«(...) Jesús, ya sea de Nazaret o Lud,* era un Chrestos, tan innegablemente como el hecho que nunca tuvo facultad a dicha denominación durante su vida y antes de su primer juicio.

* Lod o Lydda. Aquí se hace referencia a la tradición rabínica en el Guemará de Babilonia, llamada Sefer Toledot Yeshu, sobre el hecho de que Jesús era hijo de Pandira y había vivido un siglo antes de la llamada época cristiana, es decir, durante el mandato del rey judío Alexander Janneo y su esposa Salomé, quienes gobernaron desde el 106 al 79 a.C. Acusado por los judíos de haber aprendido el arte mágico en Egipto y robar el Nombre Incomunicable del Lugar Sacrosanto, Jehoshua (Jesús) fue condenado a muerte por el Sanedrín en Lod. Fue apedreado y luego crucificado en un árbol en la víspera de Pascua y la narrativa se atribuye a los autores talmudistas de Sota y Sanedrín, p. 19, Libro de Ezequiel. Ver 'Isis sin Velo' II, 201». (Helena Blavatsky, «The Esoteric Character of the Gospels»).


Respecto de los Evangelios, HPB dice en el mismo artículo que fueron escritos en el lenguaje codificado y secreto del Tanaim, los antiguos Iniciadores Gnósticos:
«Una gruesa capa de alegorías y mamparas, los 'refranes oscuros' de ficción y parábola, cubren así los textos esotéricos originales a partir de los cuales se compiló el Nuevo Testamento, tal como se conoce ahora (...)». 
«¿No se ha dicho repetidamente que ningún cerebro humano y mortal podría haber inventado la vida del reformador judío, seguido del horrible drama en el Calvario? Afirmamos sobre la autoridad de la Escuela Esotérica oriental que todo esto vino de los gnósticos».
«(...) el antiguo Tanaim, los Iniciados de quienes los talmudistas posteriores obtuvieron la sabiduría de la Cabala (tradición oral) tenía en su poder los secretos del lenguaje mistérico, y es en esta lengua que se escribieron los Evangelios». («The Esoteric Character of the Gospels», HPB Articles, 3:197)

En Egipto vemos florecer muchos grupos místicos, y uno de ellos es la Escuela Neoplatónica por Amonio Saccas de Alejandría quien la fundó en torno al 200 a.C.

Sin embargo, junto con otras, fue suprimida más tarde en lo que se conoció como «persecución de los inocentes», sus hombres sabios, lo cual ocurrió en Egipto, Palestina y otros lugares:

«Inocentes. Apodo que se dio a los Iniciados y cabalistas antes de la era cristiana. Los "inocentes" de Belén y de Lod (o Lydda) que por varios miles fueron condenados a muerte por Alexander Janneo (en torno al año 100 a.C.) dieron origen a la leyenda de los 40.000 bebés inocentes asesinados por Herodes mientras buscaba al niño Jesús». («Glosario Teosófico», HPB). 

Periódicamente, grupos esotéricos y de minorías religiosas han tenido que buscar refugios seguros a medida que los cambios barrían sus tierras. Leeremos aquí obre esto en el antiguo Egipto y Palestina al comienzo de la era cristiana, pero vemos que sucede hoy con los coptos cristianos, «los únicos restos de la verdadera raza egipcia» a manos de sus compatriotas musulmanes.

La intolerancia religiosa no es nada nuevo y se ha desplegado casi sin excepción por todos los credos, excepto en el posible caso del budismo.

El regreso a una religión más racional y verdadera en el futuro que tenga una visión más científica y mística se predice a medida que la teología abre el camino para una investigación más filosófica e inteligente sobre la naturaleza de los estados humanos de conciencia.

«Unos pocos siglos más y no persistirán las creencias sectarias en ninguna de las grandes religiones de la humanidad. El brahmanismo y el budismo, el cristianismo y el islamismo desaparecerán ante una poderosa ráfaga de hechos». (HPB, «Isis sin Velo», 1:613).

Karnak




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