Mientras que los cosmólogos del Big Bang son extremadamente buenos para inventar teorías altamente especulativas y no comprobables acerca de lo que ocurría durante los primeros microsegundos después de ese gran evento, han tenido espectaculares fracasos para explicar la estructura a gran escala del universo que observamos en la actualidad. Se supone que la radiación de fondo de microondas es el resplandor de la Gran Explosión; sin embargo, todos los pasos hipotéticos que conducen desde las pequeñas fluctuaciones de densidad inferidas de esta radiación al desarrollo de galaxias normales a tamaño real están actualmente ausentes de las observaciones, al igual que las enormes cantidades de materia oscura exótica necesarias para llevar esto a cabo. Los objetos de corrimiento al rojo superior debieran ser más pequeños, opacos, recientes, cohesionados y calientes que los objetos de corrimiento al rojo comparativamente bajo, pero no lo son. Los cuásares y las nubes de hidrógeno están igualmente espaciados en un rango de desplazamientos al rojo, al contrario de lo que implica el Big Bang. Los espectros de las galaxias más distantes contradicen la hipótesis de que debieran consistir únicamente en estrellas muy jóvenes, y se han descubierto galaxias extremadamente distantes que al parecer se formaron mucho antes de que el universo del Big Bang se enfriara lo suficiente. Existen pruebas abrumadoras de la formación permanente no sólo de nuevas estrellas, sino también de nuevas galaxias, mientras que los «big-bangers» pronosticaron originalmente que todas las galaxias se originaron en unos mil millones de años después de su teórica megaexplosión.
Esta imagen del Campo Ultra Profundo del Hubble de un sector de espacio bajo Orión muestra más de 10.000 galaxias. La mayoría tiene alto corrimiento al rojo, pero asemejan ser maduras en lugar de jóvenes. La idea de que podrían haberse formado dentro de los primeros 500 millones de años después del Big Bang es altamente improbable.
El modelo del Big Bang se basa en el principio cosmológico o supuesto de que, en una escala lo suficientemente grande, el universo es isotrópico y homogéneo, es decir, se ve igual en todas las direcciones y desde cualquier lugar. No obstante, cada vez que los astrónomos adquieren telescopios más potentes que les permiten ver más profundamente en el espacio descubren nuevas escalas de estructura: primero (en 1920) fue la existencia de otras galaxias, luego los cúmulos de galaxias, supercúmulos galácticos, y después en 1986 se conoció que las galaxias están encadenadas en enormes hojas, «paredes» o filamentos, que a veces se extienden por más de mil millones de años luz y se hallan separadas por enormes vacíos. Por ejemplo, la Gran Muralla Sloan de las galaxias se extiende aproximadamente de la cabeza de Hidra a los pies de Virgo y tiene 1,36 mil millones de años luz de largo, de manera que el descubrimiento de dichas estructuras supergalácticas ha llenado de consternación a los cosmólogos ortodoxos.
Se ha estimado que habrían sido necesarios entre 80 y 250 mil millones de años para formar tales estructuras. Los 14 mil millones de años que han transcurrido desde la hipotética Gran Explosión no son suficientes para que la gravedad «cincele» estructuras mayores a unos 30 millones de años luz; la expansión habría impedido que se originara cualquier organización de mayor envergadura. Es posible que la materia se moviese mucho más rápido en el pasado y más tarde se ralentizara, pero esta desaceleración habría distorsionado el espectro de la radiación de fondo de microondas a un grado que todavía no se determina.
Los «big-bangers» aceptan que en una distancia de al menos 200 millones de años luz (una escala mucho mayor de lo esperado) la distribución de materia en el universo es irregular y fractal, con patrones similares repetidos en escalas cada vez más grandes. Más allá de esa distancia, creen que la distribución de la materia se suaviza y deja de ser fractal. Para salvar el modelo de materia oscura fría han tenido que añadir lo que denominan un «parámetro de sesgo» (otro factor de elusión) a sus ecuaciones, lo que refleja su creencia de que la materia oscura se extiende en el espacio de manera más uniforme que la materia ordinaria, incluso aunque las averiguaciones sobre la materia oscura contradigan esto, y los partidarios del Big Bang se dan cuenta plenamente de que un universo modelado por fractales tiraría su cosmología por la borda. Un equipo italiano, por el contrario, sostiene que los últimos datos del Sloan Digital Sky Survey apoyan la idea de que si los astrónomos continuaran distanciándose y mirando a escalas más grandes, encontrarían más agrupamientos y patrones fractales.
Se ha estimado que habrían sido necesarios entre 80 y 250 mil millones de años para formar tales estructuras. Los 14 mil millones de años que han transcurrido desde la hipotética Gran Explosión no son suficientes para que la gravedad «cincele» estructuras mayores a unos 30 millones de años luz; la expansión habría impedido que se originara cualquier organización de mayor envergadura. Es posible que la materia se moviese mucho más rápido en el pasado y más tarde se ralentizara, pero esta desaceleración habría distorsionado el espectro de la radiación de fondo de microondas a un grado que todavía no se determina.
Este mapa del Sloan Digital Sky Survey traza la posición de 200.000 galaxias a una distancia de hasta 2 mil millones de años luz.
Distribución fractal y celular de galaxias en un radio de unos 300 millones de años luz
Los «big-bangers» aceptan que en una distancia de al menos 200 millones de años luz (una escala mucho mayor de lo esperado) la distribución de materia en el universo es irregular y fractal, con patrones similares repetidos en escalas cada vez más grandes. Más allá de esa distancia, creen que la distribución de la materia se suaviza y deja de ser fractal. Para salvar el modelo de materia oscura fría han tenido que añadir lo que denominan un «parámetro de sesgo» (otro factor de elusión) a sus ecuaciones, lo que refleja su creencia de que la materia oscura se extiende en el espacio de manera más uniforme que la materia ordinaria, incluso aunque las averiguaciones sobre la materia oscura contradigan esto, y los partidarios del Big Bang se dan cuenta plenamente de que un universo modelado por fractales tiraría su cosmología por la borda. Un equipo italiano, por el contrario, sostiene que los últimos datos del Sloan Digital Sky Survey apoyan la idea de que si los astrónomos continuaran distanciándose y mirando a escalas más grandes, encontrarían más agrupamientos y patrones fractales.
En este sentido, no está de más hacer un alcance. Más allá de unos 300 años luz, la escala de distancias del universo es muy incierta ya que se deriva principalmente de desplazamientos al rojo. Las anomalías de dicho fenómeno discutidas anteriormente indican que los objetos de alto corrimiento al rojo no están necesariamente más alejados que los objetos de bajo corrimiento, y es posible que en la mayoría de los casos el corrimiento al rojo sea aproximadamente proporcional a la distancia, pero no disponemos de una manera independiente para saberlo o verificar las distancias calculadas.
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