En la actualidad una gruesa cortina oscurece el Nuevo Testamento como lo conocemos, ya que el original perdió su verdadero esoterismo. Respecto de la vida de Jesús, HPB pregunta:
«¿No se ha dicho repetidamente que ningún cerebro humano y mortal podría haber inventado la vida del reformador judío, seguido del horrible drama en el Calvario? Afirmamos sobre la autoridad de la Escuela Esotérica oriental que todo esto vino de los gnósticos en lo que respecta al nombre Christos y las alegorías astronómico-místicas, y de los escritos del antiguo Tanaim en relación con el nexo cabalístico de Jesús o Joshua con las personificaciones bíblicas. Uno de ellos es el nombre místico y esotérico de Jehová, no el Dios fantasioso actual de los judíos profanos e ignaros de sus propios misterios, ni el Dios aceptado por cristianos aún más ignorantes, sino el Jehová combinado de la Iniciación pagana».
Los registros gnósticos contenían el epítome de las principales escenas representadas durante los misterios iniciáticos, desde la memoria del hombre. (…) Pero el antiguo Tanaim, los Iniciados de quienes los talmudistas posteriores obtuvieron la sabiduría de la Cabala (tradición oral) tuvo en su posesión los secretos del lenguaje mistérico y es en esta lengua que se escribieron los Evangelios. («The Esoteric Character of the Gospels», HPB Articles, 3: 197).
En «Isis sin Velo» (2:148 nota al pie) se sostiene que los saduceos crucificaron a Jesús y no los fariseos: ellos eran sadoquitas, partidarios de la casa de Sadoc o la familia sacerdotal. En el libro de «Hechos» se decía que los apóstoles eran perseguidos por saduceos, pero nunca fariseos, y en efecto éstos últimos nunca acorralaron a nadie. Tenían escribas, rabinos y hombres eruditos en su grupo y no estaban celosos de su orden como los saduceos.
Además del interés en Jesús o Joshua como individuo, hay otras preguntas que merecen atención. Vimos anteriormente que HPB dijo que éste fue un emisario de la Hermandad de Adeptos que transmitió su ética sublime de igualdad, no-violencia y buena voluntad como hizo su predecesor Gautama Buda (el Príncipe Siddârtha, el Brahmín Reformador) cientos de años antes:
«Os digo (...) que haréis mayores obras que éstas», promete Jesús. Pero esto sólo puede suceder cuando el mundo vuelva a la gran religión del pasado; el conocimiento de aquellos sistemas majestuosos que precedieron con creces al brahmanismo, e incluso al monoteísmo primitivo de los antiguos caldeos». («Isis sin Velo», 1: 613).
Además, nuestro objetivo es mostrar que el revestimiento de estas religiones primitivas era idéntico, ya que todos estos grandes maestros provenían de la única Escuela Esotérica:
«Con toda verosimilitud, podemos afirmar que no hay una sola de todas estas sectas —cabalismo, judaísmo y el cristianismo actual incluido— que no haya surgido de las dos ramas principales de ese tronco matriz, la religión antaño universal que antecedió la era védica; hablamos de ese budismo prehistórico que luego se fusionó con el brahmanismo». («Isis sin Velo», 2: 123).
«(...) las doctrinas secretas de magos, budistas pre-védicos, hierofantes del egipcio Tot o Hermes y los adeptos de cualquier edad y nacionalidad (incluidos cabalistas caldeos y nazarenos judíos) eran idénticas desde el principio. Cuando usamos el término 'budistas' no nos referimos ni al budismo exotérico instituido por los seguidores de Gautama-Buda ni la religión budista moderna, sino a la filosofía secreta de Shakyamuni que en su esencia es ciertamente idéntica a la antigua Religión-Sabiduría del santuario, el brahmanismo pre-védico». («Isis sin Velo», 2:142).
Ahora bien, qué enseñó aquél es una segunda pregunta y de gran importancia. Una tercera podría abordar lo que sucedió con sus enseñanzas y por qué fueron cambiadas u ocultadas, y por último, debe considerarse el verdadero significado de Cristo.
Una lectura atenta de HPB proporciona una visión profunda sobre la fuente de las enseñanzas por este adepto. Las declaraciones respecto a su filosofía han sido recopiladas de «Isis sin Velo» y otras fuentes originales, una práctica que vale la pena porque Blavatsky dice mucho, pero sus comentarios están entremezclados con otro material y por así decirlo debe ser «eliminado».
Parecería que ella escribió con mucho cuidado sobre este asunto ya que es un área sensible y algo misteriosa. Eventualmente aparecerá la verdad acerca de este período y HPB ha dado lo suficiente para comenzar esta transición, y de este modo sus palabras son interesantes además de informativas, y aquí hay algunas referencias que sugieren cuáles fueron estas instrucciones y cuál fue su origen:
«La religión que más se parecía a la enseñanza primitiva de los primeros apóstoles —un credo predicado por el mismo Jesús— es el budismo, el más antiguo de ambos. Este último, tal como se enseña en su pureza primitiva y llevado a la perfección por Gautama (el último de los Budas), basa su ética moral en tres principios fundamentales. Sostenía que: 1) todo lo que existe lo hace por causas naturales; 2) esa virtud trae su propia recompensa, y el vicio y el pecado su propio castigo, y 3) que el estado del hombre en este mundo es probatorio. Podríamos agregar que sobre estos tres principios descansa la base universal de cada credo religioso; Dios y la inmortalidad individual para cada hombre, si pudiera ganarla». («Isis sin Velo», 2:123-4).
«Ya en algún periodo anterior a nuestra era y excepto en India, los adeptos habían dejado de congregarse en grandes comunidades; pero ya sea entre los esenios, neoplatónicos o, nuevamente, entre las innumerables sectas luchadoras nacidas sólo para morir, se encuentran las mismas doctrinas idénticas en sustancia y espíritu, aunque no siempre en forma. En consecuencia, nos referimos por budismo a esa religión que significa literalmente la doctrina de sabiduría y que por muchas edades es anterior a la filosofía metafísica del Siddhartha Sakyamuni». («Isis Develada», 2: 143).
Se explica que los nazarenos más antiguos, una vez dirigidos por Juan el Bautista y aunque nunca fueron ortodoxos a la vista de los fariseos, fueron respetados «y se les dejó en paz», en especial por el apoyo popular de «la multitud [que] consideraba a Juan como profeta». (Mateo XIV, 5).
«Pero los seguidores de Jesús evidentemente adhirieron a una secta que se convirtió en una espina aún más exasperante en su lado (de los fariseos). Apareció como una herejía dentro de otra herejía porque mientras los nazarenos de tiempos antiguos (…) eran cabalistas caldeos, los adeptos de la nueva secta disidente se mostraron reformadores e innovadores desde el principio. [Los esenios] (…) fueron conversos de misioneros budistas que llegaron a Egipto, Grecia e incluso Judea en algún momento a partir del reinado de Ashoka Vardhana, el celoso propagandista; y aunque es evidente que a los esenios pertenece el honor de haber tenido al reformador nazareno llamado Jesús como alumno, todavía se encuentra a este último [Jesús] en desacuerdo con sus primeros maestros en varias cuestiones de observancia formal. Él no puede ser estrictamente llamado esenio (…) ni era nazareno de la secta más antigua. (…) Es el fundador una nueva secta de nazarenos y (…) un seguidor de la doctrina budista».
«Eran sadoquitas (saduceos) partidarios de la casa de Sadoc o la familia sacerdotal. En el libro de HECHOS se decía que los apóstoles eran perseguidos por saduceos, pero nunca fariseos, y en efecto éstos últimos nunca acorralaron a nadie. Tenían escribas, rabinos y hombres eruditos en su grupo y no estaban celosos de su orden como los saduceos». (2: 148, nota al pie).
«Tomadas en el sentido en que él pretendía que la gente las entendiera, sí conducen al camino; consideradas en el contexto en que deseaba que sus discípulos las recibieran, ya están en el camino, y comprendidas en su significado esotérico como él las conocía, constituyen ese sendero. Si la sabiduría de Egipto e India se borraran hoy de los mundos visibles e invisibles, el verdadero buscador encontraría en sus postulados —si se asimilaran correctamente— todas las enseñanzas de Isis y Buda. Cuando recibió su instrucción de Egipto heredada de India, es más que probable que esotéricamente sus doctrinas sean idénticas a ambas». (WQJ Articles, 2: 459).
«(...) en común con Pitágoras y otros reformadores hierofantes, Jesús dividió sus enseñanzas en exotéricas y esotéricas». («Isis sin Velo», 2: 147).
«(...) lo que demuestran las homilías es nuevamente nuestra afirmación de que Jesús predicó una doctrina secreta a los pocos que se consideraban dignos de convertirse en sus receptores y custodios (...)».
«Si ahora recordamos el hecho de que una parte en los Misterios 'Paganos' consistía en απορῥή τα, (sabiduría innombrable) o discursos ocultos; que la Logia secreta o las alocuciones de Jesús contenidas en el Evangelio original según Mateo eran de la misma naturaleza, cuyo significado e interpretación San Jerónimo confesó que representaba 'una tarea difícil' para él; si recordamos además que para algunos de los Misterios interiores o finales sólo eran admitidos unos pocos muy selectos, y que finalmente fue del número de estos últimos que se tomaron todos los ministerios de los sagrados ritos 'paganos', entonces entenderemos claramente esta expresión de Jesús citada por Pedro: 'Guarda los misterios para mí y los hijos de mi casa', es decir, de mi doctrina. Y si lo entendemos correctamente, no podemos evitar pensar que esta doctrina 'secreta' de Jesús —e incluso las expresiones técnicas de las cuales no son más que tantas duplicaciones de la fraseología mística gnóstica y neoplatónica—, esta doctrina se basó en la misma filosofía trascendental de la Gnosis Oriental como el resto de las religiones entre aquéllos de los primeros días. Que ninguna de las últimas sectas cristianas fuera su herencia, a pesar de su fanfarronada, se desprende de las contradicciones, los errores y torpes remiendos de los equívocos en cada siglo anterior por los descubrimientos hechos en el siguiente». («Isis sin Velo», 2: 191-2, énfasis añadido).
«Deben tenerlo, porque tienen registros sobre las vidas de todo Iniciado. Una vez estuve en una gran cueva-templo en las montañas del Himalaya con mi Maestro. Había muchas estatuas de adeptos allí, y señalando a una de ellas dijo: 'Este es a quien llamas Jesús. Lo consideramos uno de los más grandes entre nosotros'. Pero ése no es el único trabajo de los adeptos. En períodos mucho más cortos envían un mensajero para tratar de enseñar al mundo; tal periodo se produce en el último cuarto de cada siglo y la Sociedad Teosófica representa su trabajo para esta época». (Charles Johnston, «A Meeting with HPB»).
Sin duda, los estudiantes encontrarán muchas otras referencias que podemos compartir, y tal vez nos preocupemos por lo que dice la propia Blavatsky y lo que simplemente cita de otras creencias o teorías.
Muchos también se han preguntado por qué ella no fue mucho más específica y concisa en sus comentarios; por lo que se dice, un investigador tiene que hacer mucho trabajo para recopilar las declaraciones de aquélla. Un estudiante nos envió lo siguiente:
«No tengo intención de repetir aquí argumentos obsoletos y las exposiciones lógicas de todo el esquema teológico, porque todo esto ya se ha hecho (...)».
«Pero puedo repetir brevemente una profecía que es resultado evidente del estado actual de las mentes humanas en la cristiandad.
La creencia literal en la Biblia y en un Cristo canalizado no durará un cuarto de siglo más. Las iglesias tendrán que desprenderse de sus queridos dogmas, o el siglo XX será testigo de la caída y ruina de toda la cristiandad y con ella la creencia incluso en un Christos como Espíritu puro. El mismo nombre ahora se ha vuelto insoportable y el cristianismo teológico debe morir para no resucitar nunca más en su forma actual.
En sí misma, ésta sería la solución más feliz de todas, si no hubiera peligro por la reacción natural que seguramente seguirá: un materialismo burdo será la consecuencia de siglos de fe ciega, a menos que se reemplace la pérdida de viejos ideales por otros indiscutibles por su índole universal y construidas sobre la roca de verdades eternas en lugar de las arenas movedizas de la fantasía humana». (HPB Articles, 3: 194; «The Esoteric Character of the Gospels», énfasis agregado).
Desde entonces y hasta en el presente siglo XXI, el trabajo ancestral de estudiantes místicos y teósofos es frenar el crecimiento del materialismo burdo vaticinado y que muchos están experimentando. ¿Podremos demostrar la utilidad y practicidad de estos modos antiguos, justos y espirituales de pensamiento y vida? ¿De qué otra manera se puede reformar la sociedad y fundar nuevos valores para que la humanidad pueda unirse en una Hermandad pacífica, independiente de la creencia, raza, clase social y otras distinciones?
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