China propulsa la gobernanza global de transformación biosférica.

Durante su participación en el Diálogo del Área de la Gran Bahía en Cantón, Alfredo Jalife-Rahme evaluó el progreso de China en inteligencia artificial y analizó su impacto en la gobernanza global.

La computadora cuántica superconductora china Tianyan 287

En mi ponencia en la plenaria «Gobernanza Global en Medio del Siglo que Define la Transformación», en Guangzhou, apadrinado por el prestigioso China Institute for Innovation & Development Strategy, abordaré la fase caótica presente, con sus «fractales de la paz», que destaca la redentora Iniciativa de Gobernanza Global de China, que promueve un sistema global justo y equitativo para preservar la vida de todos los seres de la biósfera[1].
[1] Trilema Global: Nuevo Orden Tetrapolar; Fractura Bipolar Biosférica; Guerra Nuclear, Alfredo Jalife-Rahme, Orfila Valentini, 2025.

Ya el 13 de septiembre de 2023 el entonces secretario de Estado, Antony Blinken, en la Universidad Johns Hopkins, en Washington, aceptó el «punto de inflexión» del fin del viejo orden mundial de predominio estadounidense[2], lo cual sonaba a perogrullada.

Ahora el canciller Merz de Alemania, socio de BlackRock, asentó en Berlín, el pasado 17 de noviembre, el fin del caduco orden mundial, que acepta el retraimiento de Estados Unidos y el ascenso de China y Rusia[3].

La dinámica de las tendencias hacia un nuevo orden mundial tripolar de China, Rusia y Estados Unidos está escrita en el muro cuando se perciben los «fractales de la paz», que tienden al retorno de las civilizaciones, aunado a las nuevas tecnologías, donde China ostenta una ventaja milenaria que ha recuperado y forjado.

Más allá de las miríficas rutas de la seda —en sus tres variantes: terrestre, marítima y del Ártico— en el verdadero ranking de la inteligencia artificial, en el rubro militar —no el comercial que maneja la Universidad de Stanford— el mismo Pentágono confiesa la delantera impactante de China con un mínimo de dos generaciones, como confesó Nicolas Chaillan, ex-director de Ciberseguridad del Pentágono[4], además de su imponente liderazgo en 57 de 64 segmentos de tecnología crítica/impacto, según el think-tank australiano ASPI[5].

Se deduce que la ruta de la armonía celestial de la cosmogonía china evoca un trayecto eminentemente civilizatorio/tecnológico/pacífico, no el militarista de sus competidores, y que pone fin a 500 años de colonialismo de la anglósfera.

Más allá de la guerra de chips/tarifas/tierras raras, el mandamás de Nvidia, Jensen Huang, reconoce el inminente liderazgo de China en el rubro de los chips[6], Estados Unidos mantiene su liderazgo en el ámbito satelital, que Pekín intenta emular en el corto plazo, prácticamente existe un empate técnico con Estados Unidos, mientras en el rubro de la computación cuántica resalta el liderazgo chino con el asombroso superconductor de la computadora cuántica Zuchongzhi-3 y el Tianyan-287, de carácter comercial[7].

En el reciente cuarto plenario del Partido Comunista Chino se planteó en el nuevo plan quinquenal la autarquía tecnológica y el cierre de la brecha nuclear con Estados Unidos y Rusia.

Durante la Cumbre en Tianjin de la SCO+ (Shanghai Cooperation Organization), el presidente Xi Jinping propuso la reforma y perfeccionamiento del sistema internacional de carácter multilateral —que al unísono de los BRICS, lo hace muy atractivo a la mayoría planetaria del Sur Global[8]— mediante la innovativa y creativa Iniciativa de Gobernanza Global (con la centralidad de una ONU reformada[9], a la que se suman sus otras tres iniciativas globales: desarrollo (reducción de la pobreza), seguridad (para resolver los conflictos) y la de civilización (plural, de respeto y biodiversidad).

Sin una guerra nuclear de por medio, que destruiría la vida en la biósfera, la Iniciativa de Gobernanza Global sobre cooperación y desarrollo plural propulsa al derrelicto Sur Global y afronta los apremiantes desafíos biosféricos —cambio climático/bioética de la inteligencia artificial/regulación cibernética—, que requieren políticas integrales no balcanizadoras, donde se perfila la urgencia imperativa de un nuevo orden global que, a mi juicio, hoy será tripolar o no será con el prominente coliderazgo civilizatorio/tecnológico/pacifista de China.

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