HOMENAJE A DARIA DUGINA

 


Daria Dugina fue asesinada, no muy lejos de Moscú, por la explosión de una bomba que iba dirigida contra su padre, Aleksandr Dugin. La redacción de Éléments, con el corazón roto, escribe este comunicado dirigido a él.

Daria Dugina murió debido a la explosión de una bomba que fue colocada en el vehículo en que iba el sábado 20 de agosto —más o menos a las 21.30 horas— frente a los ojos de su padre Aleksandr Dugin, quien ahora se encuentra resquebrajado y angustiado. Es por eso que ante el atroz diluvio de desinformación que circula ahora, nuestra revista ha decidido sacar este comunicado. Occidente ha querido asesinar a su padre desde el 2014, fecha en la cual la Unión Europea le prohibió entrar en sus territorios. No obstante, han terminado por segar, de forma vergonzosa y cobarde, la vida de la hija del «cerebro de Putin». No tenemos duda de que Daria ha muerto por culpa de la desinformación que los medios occidentales constantemente transmiten, afirmando que «Dugin es el Rasputín de Putin». Dugin mismo ha desmentido ese epíteto desde el comienzo y los que alguna vez lo hemos conocido en persona y a su hija Daria, lo sabemos. Hace tres meses la revista Éléments tuvo el placer de entrevistar a su hija.

Un día es Rushie y al siguiente es Dugina
El payaso con camisa caqui de Volodímir Zelenski dijo hace poco que temía que Rusia hiciera «algo particularmente repugnante» y «cruel» el día de la «Independencia». Al parecer se ha tratado de una profecía autocumplida. Lo que le acaba de suceder a la familia Dugin, es decir, a Aleksandr, Natasha y Arthur, es repugnante, cruel y atroz, por eso la redacción de la revista Éléments le enviamos nuestras condolencias. Aleksandr ha sido víctima, durante estos diez años, de la difamación sistemática por parte de los medios occidentales, especialmente mediante la difusión de información falsa que ha terminado por ponerlo tanto en peligro a él como a su familia. Occidente ha forjado una imagen de Dugin como el «cerebro detrás de Putin», pero como él mismo lo ha reconocido en cada uno de nuestros encuentros, jamás se ha reunido con Putin fuera de eventos formales llevados a cabo en público. Slobodan Despot, fundador de Antipresse y colaborador de Éléments dice que «Daria fue asesinada en lugar de su padre. Y su padre fue atacado por su supuesta ‘influencia sobre Putin’, la cual sólo existe en la cabeza de Occidente. Esto nos hace darnos cuenta de quien está detrás de todo». Desde Moscú, el escritor serbio también dice que la realidad es mucho más retorcida de lo que parece. A Dugin se le acusa de tener una influencia ficticia sobre Rusia, pero lo que realmente se teme es su influencia internacional.

Alain de Benoist, quien es muy amigo de Aleksandr Dugin, subrayo el profundo dolor que le causó la muerte de la joven periodista rusa: «Daria siempre nos mostró una gran amistad y sinceridad. Su muerte es más que un ataque, es una declaración de guerra… Querían matar a un gran intelectual, pero terminaron matando a su hija. Un día es Rushie y al siguiente Dugina. Por lo que nos preguntamos: ¿quién será el siguiente?» François Bousquet, editor de Éléments, dijo que «a su padre, Alexandre Dugin, no le podía pasar algo peor que la muerte de su hija. Matándola, los asesinos han herido al padre. Juntos, los dos formaban un dúo único muy sólido que compartía la misma longitud de onda, las mismas vibraciones y la misma sangre. Él y ella eran una pareja intelectual creativa. Los dos hemisferios de un mismo cerebro. Cuando hablabas con uno, escuchabas al otro».

La (contra)revolución en marcha
David L'Épée se encontró cuatro o cinco veces con Daria y con ello quedó marcado por ella: «Nos encontramos por última vez hace tres años, cuando nos sentamos el uno al lado del otro en el cincuentavo aniversario del GRECE. En ese momento yo acababa de salir de una manifestación de los Chalecos Amarillos y ella acababa de llegar desde Italia, donde había ido a conspirar con los socios de Salvini para la creación de una escuela europea. Digo todo esto con humor porque tenía un lado abiertamente conspirador que fascinaba a sus interlocutores: hablar con ella durante una hora era adquirir la extraña impresión de que la (contra)revolución estaba realmente en marcha y de que nos estábamos preparando para derrocar el orden establecido. Era como si la frase ‘rehacer el mundo’ hubiera sido acuñada para ella». El editor de Krisis no olvida que la otra gran pasión de Daria era la filosofía neoplatónica: «Hablaba alegremente de ella y dominaba los grandes conceptos tan bien como la formación de bloques geopolíticos».

Daria, que nació en 1992, tenía 19 años cuando, siendo aún estudiante de la Universidad de Moscú, llamó a las puertas de nuestra revista como también lo hizo su padre veinte años antes: quería saber de todo y hablaba cinco idiomas, «más o menos la mitad que los que hablaba su padre», se disculpaba con una gran sonrisa y sentía una gran pasión por la poesía clásica y por Francia, un país que amaba en su corazón y donde pudo hacer muchos amigos gracias a su amabilidad y consideración. Olivier François recuerda que era una joven elegante, decidida y apasionada a la que conoció durante un homenaje a Jean Parvulesco, uno de los maestros que inspiró a su padre. Daria tenía una imagen de Francia muy marcada por la literatura y los mosqueteros. No resulta casual que el libro de Dumas VINGY ANS APRÈS fuera su libro de cabecera. Michel Thibaut, presidente del GRECE que la acogió en 2012 mientras estudiaba en la Universidad de Burdeos, recuerda que «Daria era una joven llena de vida, dinámica, apasionada por las ideas y que tenía mil proyectos en mente». Conmovido por la muerte de su amiga, el antiguo director de la revista Éléments recuerda que «cada vez que venía a París, nos encontrábamos para comer, y su presencia y optimismo me daban fuerzas. Me había pedido una bandera del GRECE con nuestro símbolo con tal de ponerla en [su] habitación. Me regalo un joyero ruso en agradecimiento por la misma».

Sit tibi terra levis
La presencia de Daria hacía la vida más bella. Slobodan Despot dice que «haber conocido a Daria fue suficiente como para devolverle la fe en la humanidad». El editor italiano de su padre describió el impacto que esta luminosa joven causó en vida: «Era hermosa, pura, sutil, radiante, llena de alegría, habitada por el espíritu y las ideas, ajena al narcisismo y la ambición personal. Era la asistente e interlocutora ideal para cualquier intelectual, además de ser la hija de Dugin. Siempre que se la necesitaba, estaba allí, ya fuera para organizar una conferencia o una entrevista con su padre o para preparar entrevistas con otros escritores rusos como Zajar Prilepin. No era una sombra de su padre, sino una imagen radiante. Dostoievski escribió que ‘la mujer rusa lo da todo cuando ama, en cada momento y lugar, en el presente y en el futuro: no saben ahorrar, no se quedan con nada, ni siquiera con su fugaz belleza, que entregan a quien más aman’. Así era Daria Dugina. Pero su belleza no desapareció, sino que se regeneró, al igual que su fuerza y su espíritu de lucha, pues siempre fue sólida como una roca». Daria solía ser muy bromista: «Estoy orgullosa por haber nacido en la familia de mi padre, pues estoy en el mismo barco que él, como dice un refrán francés. Pero a mí solo no me dejan entrar en Gran Bretaña, mientras que a él no lo dejan entrar en ninguna parte de Occidente. De todas formas, sigo el mismo camino de lucha contra el globalismo». Daria jamás situó a Francia del lado de los enemigos de Rusia.

La estrella Daria
«Daria murió víctima de la infinita estupidez que hoy le hace la guerra a su pueblo y su país», dice Slobodan Despot. Quién sabe qué cruel estrategia de la Providencia llevó a que ofreciera su cuerpo para salvar a su padre. Sin duda Aleksandr Dugin se preguntará por el resto de su vida por qué no ocupó su lugar, por qué no se subió en su automóvil sino en otro. Situándome en sus zapatos, puedo decir que es mil veces peor sobrevivir a semejante tragedia que morir en ella. Espero que Aleksandr encuentre sentido en todo esto y no sólo vea una horrible ironía del destino en tales acontecimientos, convirtiendo este acontecimiento en la luz de una consciencia que le permita ver la misión y la sabiduría arcaica que existe en todo esto, la espada y el escudo de la lucha que se librará de ahora en adelante. ¡Eterno recuerdo a la estrella de Daria! Y que el consuelo de su destino calme los corazones de sus seres queridos.

Querida Daria, las heroínas nunca mueren. Sit tibi terra levis, que la tierra te parezca ligera.

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